miércoles, 8 de enero de 2025

1. LITERATURA ANTIGUA Y MEDIEVAL LIBRO COMPLETO

     ANÁLISIS Y GUÍA DE ESTUDIO

LITERATURA ANTIGUA Y MEDIEVAL

LUIS QUINTANA TEJERA

ÍNDICE

1.      Introducción.

Explicación necesaria.

¿Qué es la literatura?

Comentario. Actividades.

Los géneros literarios: narrativo, lírico, dramático y ensayo.

2.      Capítulo I

El narrador. Características generales.  Propuesta de Gérard Genette.

3.      Capítulo II

Literatura de los pueblos de Oriente.

a.      Literatura egipcia

b.     Literatura mesopotámica.

c.      El pueblo hebreo. Análisis de la Biblia: Antiguo y Nuevo testamentos.

d.     Literatura del pueblo árabe.

e.      Literatura hindú.

f.        Literatura china.

4.      Capítulo III.

El pensamiento griego. Literatura clásica greco romana.

Literatura épica, lírica y dramática.

Literatura romana: Virgilio y Horacio.

5.      Capítulo IV.

 Edad Media. Cantares de gesta: juglares.

 Lírica medieval: trovadores.

La controvertida edad media.

El humanismo italiano. Dante. Petrarca. Boccaccio. Chaucer.

Dante Alighieri y la Divina Comedia.

                Conclusiones: Lo que has aprendido.

                Bibliografía y notas a los textos trabajado.


INTRODUCCIÓN

Explicación necesaria

Es preciso descubrir en la lectura la herramienta principal que todo estudiante manejará, pero esta lectura no puede ni debe poseer un carácter superficial; por el contrario, a través de ella el alumno leerá razonando, entendiendo, para llegar a conclusiones básicas que le permitan encarar todo tipo de estudio con una clara conciencia de que las dificultades existen para ser superadas y que de ninguna manera se dejará vencer por éstas.

         Por lo anterior, en el presente volumen de Literatura llevamos a cabo un recorrido analítico por las diferentes manifestaciones literarias desde sus orígenes en el mundo Antiguo, hasta la edad media inclusive. El período abarcado resulta excesivamente extenso y por ello hemos optado por una línea selectiva en cuanto al enfoque corresponde, que nos obligó a escoger unos autores en desmedro de otros. No obstante, analizamos más de 25 escritores y sus obras representativas.

         Con este objetivo, la bibliografía consultada y utilizada  —selectiva también— incluye muchos volúmenes integrados por libros de creadores, de historia literaria, de teoría y metodología de la disciplina estudiada y de crítica.

         Aunque organizamos el trabajo teniendo en cuenta un recorrido informativo por esta primera parte de la historia de la literatura universal y por sus autores, no perdemos de vista que se trata de una historia crítica y razonada en donde la información histórica y social aparece supeditada a la lectura y consiguiente análisis literario.

         Sobresale además una propuesta didáctica específica de un texto destinado preferentemente —aunque no exclusivamente— a estudiantes de Enseñanza Media Superior y Superior. Por lo tanto, toda persona interesada en el análisis de la literatura encontrará aquí los señalamientos eficaces que podrán ser ampliados mediante la consulta de los materiales complementarios que se recomiendan y señalan.

         En el orden didáctico, el volumen ofrece de manera gradual una guía adecuada para que el maestro pueda medir el nivel de conocimiento que el educando adquiera paulatinamente. Acorde con esto, cada tema se inicia con una serie de preguntas o propuestas que llevan por título: RECUERDA LO QUE SABES, y que tiene como objetivo aplicar la prueba diagnóstica inicial, muy importante para que el educador tome contacto con el “estado de la cuestión”, es decir, ¿qué saben sus alumnos del tema?

         Siguen luego los “comentarios” y las “actividades”; en los primeros se incorporan importantes intervenciones en torno a los asuntos enfocados; y, en las segundas, aparecen los ejercicios propiamente dichos que permitirán llevar a cabo una evaluación continua del educando. Estas actividades poseen un carácter dinámico y actual; incluyen vocabularios razonados, análisis literarios, ejercicios de métrica y poesía —cuando corresponda—, lecturas complementarias, investigación bibliográfica, búsqueda en Internet, y, sobre todo, propuestas de temas para desarrollar que de una manera u otra están conectadas con el texto literario trabajado en ese momento.

         Al concluir cada subtema anexamos otro ejercicio de evaluación que denominamos: LO QUE HAS APRENDIDO, en el cual resumimos los aspectos básicos ya trabajados y cerramos parcialmente el ciclo de aprendizaje de ese subtema.

         Por otro lado, el libro no posee un carácter unilateral, sino que apoyado en relevante metodología crítica y en una didáctica moderna de la literatura se proyecta hacia diferentes campos que tienen por eje —obviamente— la comprensión literaria.

De forma paralela, tanto el educando como el educador hallarán un texto que no se agota en el transcurso de un semestre, aun cuando sí abarca todos los contenidos que el mencionado período exige. Con ello nos referimos a que el material propuesto debe ser dosificado por el Maestro o por cualquier otro lector con interés literario, quienes se verán obligados a elegir la línea de desarrollo temático que más les interese, así como también los ejercicios de evaluación continua que consideren más adecuados al planteamiento preferido. Por ejemplo, en las lecturas complementarias se abre un amplio abanico de posibilidades lectoras que no podrán abarcarse ni siquiera en un año de trabajo; aquí será imprescindible seleccionar aquellos libros que llamen la atención del usuario y que especialmente se adapten al enfoque escogido. De esta forma —en lo que al estudiante refiere— éste tendrá en sus manos un material que podrá continuar usando aun después de concluido el curso de Literatura Antigua y edad media.

         Por esto, el libro proporciona no únicamente un vasto panorama de la literatura universal, sino que también abre caminos para que el lector escoja y profundice en ellos, acorde con sus propias expectativas o, según sea el caso, con las necesidades programáticas que el educador debe atender ineludiblemente.

         Es preciso aclarar también que hay obras y escritores en cada época que no sólo han dejado una huella imborrable, sino que además se constituyen como ejes inevitables —una suerte de columna vertebral del conocimiento— que resultan imprescindibles para lograr la simple aprehensión del hecho literario. Nos referimos, por ejemplo, a los homéridas en la Grecia Antigua,  a los juglares y trovadores en el medievo, Dante en el Humanismo italiano y Boccaccio en el mismo período. Sólo por destacar algunos de estos creadores.

         Por supuesto, los autores y corrientes mencionados antes son analizados con la profundidad requerida, pero sin descuidar otros planteamientos que en resumidas cuentas vienen a definir las diversas posibilidades de enfoque que el libro propone.

         Únicamente esperamos que este volumen sea una herramienta útil para el educador, para el estudiante, y también para el inquieto lector que desea integrar su propio panorama y llegar así al goce que la literatura proporciona mediante la lectura, su análisis y comprensión.

. Recuerda lo que sabes

Esta serie de preguntas que aparecen a continuación las deberás contestar de acuerdo con tu criterio y con los conocimientos que ya has adquirido a lo largo de tus estudios.

1. ¿Cómo reconoces una obra literaria?

2. ¿Cualquier texto que encuentres en una biblioteca es una obra literaria?

3. Si lees, por ejemplo, una crónica policial en el periódico, ¿es una obra de creación literaria?

4. ¿Recuerdas alguna clasificación de las obras literarias por su forma?

¿Qué es literatura?

Lee atentamente los siguientes textos:

Texto 1.

Los más corpulentos de todos los animales terrestres son los elefantes, pertenecientes al orden proboscídeos, así llamados por su nariz prolongada en una larga trompa o probóscide muscular, flexible y prensil, en cuyo extremo se abren los orificios nasales. Sus extremidades poseen cinco dedos, sostenidos por una especie de almohadilla elástica común; las pezuñas son anchas y planas. La piel está casi desnuda y desprovista de glándulas sebáceas, razón por la cual el baño periódico constituye una necesidad a la vez que un placer.

El nombre de colmillos que suele darse a las defensas de los elefantes no es muy apropiado, porque carecen de caninos; son en realidad incisivos, de los cuales tienen sólo un par en la mandíbula superior. Las enormes defensas carecen de raíz, crecen continuamente y están compuestas de dentina, o marfil, ya que el esmalte, que sólo existe en la punta, se desgasta con rapidez y desaparece. (2004: 240).

Texto 2.

Elefante. […] Mamífero del orden de los Proboscidios, el mayor de los animales terrestres que viven ahora, pues llega a tres metros de alto y cinco de largo. Tiene el cuerpo de color ceniciento oscuro, la cabeza pequeña, los ojos chicos, las orejas grandes y colgantes, la nariz y el labio superior unidos y muy prolongados en forma de trompa, que extiende y recoge a su arbitrio y le sirve de mano. Carece de caninos y tiene dos dientes incisivos, vulgarmente llamados colmillos, macizos y muy grandes. (2001: 871).

Texto 3.

El elefante (fragmento) (2002: 30).

Viene desde el fondo de las edades y es el último modelo terrestre de maquinaria pesada, envuelto en su funda de lona. Parece colosal, porque está construido con puras células vivientes y dotado de inteligencia y memoria. Dentro de la acumulación material de su cuerpo, los cinco sentidos funcionan como aparatos de precisión y nada se les escapa. Aunque de pura vejez hereditaria son ahora calvos de nacimiento, la congelación siberiana nos ha devuelto algunos ejemplares lanudos. ¿Cuántos años hace que los elefantes perdieron el pelo? En vez de calcular, vámonos todos al circo y juguemos a ser los nietos del elefante, ese abuelo pueril que ahora se bambolea al compás de una polka…

No. Mejor hablemos del marfil. Esa noble sustancia, dura y uniforme, que los paquidermos empujan secretamente con todo el peso de su cuerpo, como una material expresión de pensamiento. El marfil, que sale de la cabeza y que desarrolla en el vacío dos curvas y despejadas estalactitas. En ellas, la paciente fantasía de los chinos ha labrado todos los sueños formales del elefante.

Comentario

Como te habrás dado cuenta, cada uno de estos textos hace referencia al elefante, sin embargo, la manera en que se habla de él es diferente en cada caso. En el 1, se proporciona una descripción de este animal a partir de características anatómicas; en el texto 2, de manera similar, se define al elefante en función de su físico; ambos pasajes (1 y 2) resultan similares; sin embargo, existen importantes diferencias entre ellos y el tercero. Este último alude a diversas características del elefante, pero emplea un estilo que difiere en mucho a los anteriores: por ejemplo, para indicar la antigüedad de la especie dice “viene desde el fondo de las edades.” El texto 3 es literario, los otros dos no lo son.

Actividades

1. Lee nuevamente los textos anteriores; detecta con qué palabras presenta cada uno de ellos ciertas características del elefante y transcríbelas en el siguiente cuadro:

Característica

Texto 1

Texto 2

Texto 3

Tamaño

 

 

 

Piel

 

 

 

Colmillos

 

 

 

Marfil

 

 

 

 

Con el ejercicio previo te has percatado de que la utilización del lenguaje en un texto literario es diferente a otros, como los escritos técnicos; el contenido de los textos anteriores es el mismo (descripción de un elefante), pero la forma en que se manifiesta cambia. En literatura, entonces, la diferencia del texto radica en la forma.

Has conocido ya qué es y qué no es literatura a través de la forma del lenguaje; ahora, se trata de definirla.

Quizá en alguna ocasión habrás escuchado este término aplicado al conjunto de textos propios de una disciplina o una ciencia (por ejemplo, “literatura jurídica”); algunas personas suelen considerar literatura todo material impreso de cierto número de hojas, de tal forma que aquí engloban cualquier libro, independientemente de su temática, la forma de utilización del lenguaje o, lo que es más, su calidad. En ninguno de los casos anteriores se trata de literatura.

La literatura se concibe como una de las bellas artes, junto con la danza, la música, la escultura, la pintura, la arquitectura y, recientemente incluido, el cine. Su materia prima es el lenguaje, a través del cual encuentran expresión las ideas del artista, manifiestas en la obra literaria.

Si bien el autor de un texto de esta naturaleza no siempre tiene en mente un lector[1] (es decir, un receptor de su creación), la obra literaria no se realiza plenamente si no existe alguien que la lea, alguien que reciba el efecto estético que transmite.

Definir literatura no es un trabajo fácil, y ha sido tarea de numerosos pensadores y estudiosos desde los tiempos de Aristóteles; por supuesto, aquí no te brindaremos una definición contundente, sólo dejamos establecida una aproximación que tú, según tu experiencia y los conocimientos que vayas adquiriendo, podrás complementar y enriquecer.

Literatura, por lo tanto, es el arte de la expresión mediante la utilización del lenguaje, con el objetivo de provocar un efecto estético en el lector.

La literatura surge como producto de una necesidad humana por expresar sus emociones, sus ideas, su forma de ver el mundo; por ello, se trata de un arte ligado intrínsecamente con el hombre.

Actividades

LO QUE HAS APRENDIDO

En seguida se presentan algunas oraciones que implican lectura; señala con una L si consideras que alude a un hecho literario, de lo contrario anota NL.

a. Fui a la biblioteca a consultar una enciclopedia.                 (  )

b. Debo leer Gringo viejo, de Carlos Fuentes.                           (  )

c. “Beso: Acción y efecto de besar”                                            ( )

d. Mi maestro comentó que era necesario estudiar toda la literatura referente a este problema químico.                                                                 (  )

e. Leí Las mil y una noches el mes pasado.                               (  )

f.  “¿Qué es, señora, un beso? Un juramento hecho de cerca; un subrayado de color de rosa que al verbo amar añaden…”       (  )

g. “Hijo: tuve que salir. Dejé tu comida en la mesa. Cuídate. Mamá.”     (  )

Ahora, deberás registrar tu propio concepto de literatura; por supuesto, debes basarte en lo comentado con antelación.

Formas de clasificación de la literatura

A lo largo de la historia, en distintos pueblos y en diferentes momentos se ha estudiado la obra literaria, también a partir de diversas perspectivas. Se habla, entonces, de “literatura medieval” o “literatura romántica” para hacer referencia a un conjunto de obras de una época determinada, o de “literatura inglesa” para aludir a los textos literarios producidos en una nación, independientemente de la época. Estas categorizaciones de la literatura tienen un enfoque historicista.

Existe otra forma de clasificar obras literarias: a través de su estructura, de tal modo que se crean los géneros literarios. Aun en este ámbito no existe universalidad sobre el establecimiento de géneros y sus características. Para este curso, no profundizaremos demasiado, así que únicamente referiremos la existencia de cuatro géneros básicos: narrativo, lírico y dramático. (Cfr. 1993). El siguiente cuadro explica brevemente en qué consiste cada uno de ellos:

Género

Características

Ejemplos

Narrativo

Comprende una historia contada por alguien, por lo tanto, implica la existencia de un narrador; se distinguen, básicamente, el cuento (narración corta) y la novela (narración extensa).

La Serenísima Reina de Irlanda había muerto de parto, y el infante fue entregado a una nodriza de casa de una mujer que vivía en una cabaña junto a la orilla del bosque. Una noche esta mujer estaba sentada meciendo la cuna y ensimismada en la contemplación de la belleza del niño… (W. B. Yeats, La rosa secreta)

Lírico

No contiene una historia, se presenta de forma breve, generalmente en verso, con ritmo, profundiza sobre un solo tema y la importancia de la forma es mayor que en los otros dos géneros (de ahí la trascendencia de las figuras retóricas que suele contener).

 

Érase un hombre a una nariz pegado;

éase una nariz superlativa;

érase una nariz sayón y escriba;

érase un pez espada muy barbado.

 

Era un reloj de sol mal encarado;

érase una alquitara pensativa;

érase un elefante boca arriba;

era Ovidio Nasón más naridado.

 

(Francisco de Quevedo, A una nariz, fragmento)

 

Dramático

Involucra una historia y su representación, por lo tanto, no existe un narrador; es un texto hecho para ser representado, y ello se refleja en su estructura con el dominio del diálogo.

Ulises. ¿Qué estás haciendo, Atena? No, no le llames, que no salga.

Atena. Silencio, ¿o es que no sabes contenerte y vas a acarrear con una fama de cobardía?

Ulises. No, por los dioses, pero que quede dentro: ya hay bastante.

Atena. ¿Por qué? Pero, ¿qué temes? Él, antes, ¿no era un hombre?

(Sófocles, Áyax)

 

Cada uno de estos géneros posee características propias; no siempre son identificables a primera vista, puesto que determinadas obras literarias contienen rasgos que pertenecen a uno y otro. Al mismo tiempo, cada uno cuenta con recursos propios de análisis; a continuación,        Que presentan sólo algunos de ellos.

Texto narrativo

El texto narrativo implica una historia que se cuenta; ese relato es realizado por una entidad distinta al autor: por el narrador. Otros elementos importantes son los personajes, el tiempo y el espacio.

El narrador

El narrador ha sido objeto de diferentes estudios que han arrojado tipologías que dependen de la persona que narra, su participación en lo narrado y cómo refiere la enunciación de los personajes.

Si se considera que el narrador es un mediador que expresa los hechos relatados, se tienen que establecer tres relaciones diferentes con los personajes, según su conocimiento de la historia:

a) Narrador omnisciente: sabe más que los personajes, incluso percibe lo que éstos piensan y sienten, posee el conocimiento de lo que ha pasado antes de lo narrado y lo que pasará después.

b) Narrador equisciente: sabe lo mismo que los personajes, sea o no uno de ellos, por lo tanto, no tiene posibilidad de conocer qué piensan otros ni puede predecir lo que ocurrirá o expresar lo que desconoce.

c) Narrador deficiente: sabe menos que los personajes, así que va enterándose de los hechos cuando van ocurriendo, desconoce la conciencia de cualquier personaje.

En lo que se refiere a la participación del narrador, debe considerarse que existen dos maneras en que se presenta la historia: si es una sola o si engloba otra (u otras) dentro de ella. Cuando el narrador pertenece a una historia sin dependientes, es decir, cuando no incluye otras, puede ser:

a) Heterodiegético: no participa en la historia. Ejemplo: La Ilíada de Homero en donde el narrador no forma parte de la historia que narra.

b) Homodiegético: interviene en lo relatado; por lo tanto, es un personaje. Ejemplo: En numerosos cuentos de Jorge Luis Borges se observa la presencia del narrador que adopta la condición y características de un personaje.

c) Autodiegético: no sólo interviene en la diégesis, sino que lo contado es su propia historia, en consecuencia, es el protagonista de lo que narra. Ejemplo: Lazarillo de Tormes de autor anónimo en donde el personaje cuenta en primera persona su vida.

En los casos en que se trata de una historia que incluye otras o que se circunscribe dentro de alguna, el narrador puede ser:

a) Extradiegético: corresponde al relato principal, es decir, al que enmarca otras diéresis.

b) Intradiegético: pertenece a una historia incluida en otra.

En la novela Abel Sánchez del escritor español Miguel de Unamuno, el narrador extradiegético abre —con el subtítulo tanto como con el fragmento al “Prólogo a la segunda edición”— y cierra —“¡Queda escrito! — la novela; la subtitula, cede paso después al escritor  —en el prólogo—, y constantemente intercala su relato con el de Joaquín Monegro —personaje de la novela—, este último de nivel intradiegético.

Estilo directo e indirecto

En lo que respecta a la manera en que el narrador manifiesta el discurso de los personajes, existen el estilo directo, el indirecto y el indirecto libre.

El estilo directo implica que el narrador reproduzca las palabras de los personajes como fueron emitidas; para ello recurre a la utilización de marcas como las comillas o el guion largo:

Llamamos. José apareció. Mientras terminábamos con él, la escocesa murmuró tranquilamente junto a Antonia:

·         ¿No tienes nada que decir a José, pequeña?

—Ciertamente —respondió la bonita y pálida criatura—. Me has adivinado. (2003: 100-101).

El narrador utiliza el estilo indirecto cuando da a conocer que el personaje se ha expresado, pero sin reproducir exactamente sus palabras: “untó otro pensamiento sobre éste, como mantequilla sobre pan tostado: ¿se había mirado Harriet Winslow en los espejos al entrar aquí?” (1993: 45).

Finalmente, el estilo indirecto libre significa que el narrador deje asentado que el personaje realizó un acto de habla, aunque no expresa lo dicho: “Había contado alguno de aquellos cuentos a un amigo cuando venía a visitar la granja.” (2003: 43).

Los personajes

El narrador relata acciones que, evidentemente, son realizadas por alguien: los personajes. La clasificación de éstos depende de tres factores: su importancia para la historia, su postura en ella y su composición.

En cuanto a la importancia del personaje para la historia, éste puede ser principal, secundario u ocasional. El principal es aquél en torno al cual giran los hechos narrados; su presencia resulta imprescindible. El personaje secundario posee importancia sólo en función del principal, puede aparecer o desaparecer en cualquier momento de la narración. Finalmente, el personaje ocasional (llamado también incidental) surge de manera esporádica en la narración, generalmente para cumplir una función específica dentro de la historia, y luego desaparece.

En lo que se refiere a la postura adoptada por el personaje, éste puede ser protagonista o antagonista; el primero realiza las principales acciones narradas, mientras que el segundo es el encargado de obstaculizarlo.

En cuando a su composición, los personajes se dividen en individuales y en colectivos; el primer caso es el más común en los textos narrativos, se refiere a un solo individuo; el segundo, en cambio, aglutina dos o más entidades que se comportan como una sola (por ejemplo, el pueblo en alguna novela histórica).

Los personajes no solamente son humanos, sino que pueden ser animales (como en algunas fábulas) e, incluso, entidades inanimadas.

Otro aspecto importante de los personajes es su descripción; ésta permite que el lector sepa cómo son los personajes tanto externa como internamente; cuando se realiza una descripción externa, el narrador proporciona un retrato físico (edad, estatura, género, color de piel y ojos, etcétera), mientras que si refiere una descripción interna, ha elaborado un retrato psicológico (temperamento, humor, personalidad).

Espacio

En el texto narrativo, los personajes requieren de un espacio que los contenga; así, lo espacial es transmitido por el narrador a través de descripciones que explican cómo es el lugar en que se realizan las acciones; de manera general, se tiene que el espacio se divide en dos tipos: abierto o cerrado. El espacio abierto se presenta cuando el lugar se encuentra en los exteriores, como las calles, la campiña, una plaza, el mar, etcétera. En oposición, el espacio cerrado se establece en los interiores: dormitorios, casas, escuelas, oficinas, entre otros.

Tiempo

Finalmente, se halla el tiempo; por supuesto, las acciones relatadas se desarrollan en una dimensión temporal, y no siempre son contadas conforme ocurren, es decir, el orden. Existen básicamente dos alteraciones de orden: las retrospecciones (analepsis) y las prospecciones (prolepsis); las analepsis significan un salto hacia atrás en el tiempo, generalmente útil para explicar hechos previos a lo que se narra; por su parte, las prolepsis predicen algo que va a ocurrir en el relato.

Con los elementos proporcionados, es posible realizar un breve análisis de la estructura de un texto narrativo, sin importar que se trate de una novela o un cuento.

Actividades

1. Lee el texto que se ofrece a continuación. Se trata de un cuento. En seguida completa el cuadro presentado.

El almohadón de plumas

Horacio Quiroga.

Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.

Durante tres meses —se habían casado en abril— vivieron una dicha especial.

Sin duda ella hubiera deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.

La casa en que vivían influía no poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso —frisos, columnas y estatuas de mármol— producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.

En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.

No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de su marido. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó muy lento la mano por la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni pronunciar una palabra.

Fue ése el último día en que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole cama y descanso absolutos.

·         No sé —le dijo a Jordán en la puerta de calle con la voz todavía baja—. Tiene una gran debilidad que no me explico. Y sin vómitos, nada… Si mañana se despierta como hoy, llámeme en seguida.

Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Se constató una anemia de marcha agudísima, completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin que se oyera el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía en la sala, también con toda la luz encendida. Se paseaba sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, deteniéndose un instante en cada extremo a mirar a su mujer.

Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.

·         ¡Jordán! ¡Jordán! —clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.

Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia lanzó un alarido de horror.

·         ¡Soy yo, Alicia, soy yo!

Alicia lo miró con extravío, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, se serenó.

Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola por media hora, temblando.

Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella sus ojos.

Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía en estupor, mientras ellos pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio, y siguieron al comedor.

·         Pst… —se encogió de hombros desalentado su médico—. Es un caso serio… Poco hay que hacer.

·         ¡Sólo eso me faltaba! —resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.

Alicia fue extinguiéndose en subdelirio de anemia, agravado de tarde, pero remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas oleadas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó jamás. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aun que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaban ahora en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama, y trepaban dificultosamente por la colcha.

Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el sordo retumbo de los eternos pasos de Jordán.

Alicia murió, por fin. La sirvienta, cuando entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón.

·         ¡Señor! —llamó a Jordán en voz baja—. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.

Jordán se acercó rápidamente y se dobló sobre aquél. Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.

·         Parecen picaduras —murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.

·         Levántelo a la luz —le dijo Jordán.

La sirvienta lo levantó, pero en seguida lo dejó caer y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.

·         ¿Qué hay? —murmuró con voz ronca.

·         Pesa mucho —articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.

Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós. Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.

Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca —su trompa, mejor dicho— a las sienes de aquélla chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón sin duda había impedido al principio su desarrollo; pero desde que la joven no pudo moverse la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia.

Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma. (1995: 62-65).

Narrador

Según su conocimiento de la historia

 

Según su participación

 

Estilos presentes

(un ejemplo para cada uno)

 

Personajes

Nombre

Tipos

Retrato físico

Retrato psicológico

1.

 

 

 

2.

 

 

 

3.

 

 

 

4.

 

 

 

5.

 

 

 

Espacio

Cerrado

 

Abierto

 

Tiempo

Analepsis

 

Prolepsis

 

 

 

 

Texto lírico

El texto lírico generalmente se expresa en verso; cada uno de éstos está conformado por sílabas; a su vez, los versos se agrupan en estrofas. Cuando se trata de un poema con estructura clásica, las estrofas son fácilmente identificables, pero en poemas contemporáneos en ocasiones ni siquiera está presente el verso. El seccionamiento de éste en sílabas suele obedecer al ritmo que ofrece.

La característica relevante del texto lírico consiste en la utilización del lenguaje figurado, es decir, aquel que emplea formas que lo alejan del modo directo y cotidiano de expresión; para ello, suele recurrirse a las figuras literarias; básicamente, éstas se agrupan en figuras de pensamiento, figuras de lenguaje y tropos; referimos aquí solamente algunas.[2] (2002: 1301).

1. Figuras de pensamiento.

a) Antítesis: Implica contraste entre términos o expresiones.

Ve, suspiro caliente, al pecho frío

de aquella viva piedra por quien muero.

(Luis Barahona de Soto, “Ve, suspiro caliente”)

b) Apóstrofe: vocativo o invocación dirigido a alguien.

·         Antonio Torres Heredia,

Camborio de dura crin,

moreno de verde luna,

voz de clavel varonil:

¿Quién te ha quitado la vida

cerca del Guadalquivir?

(García Lorca, “Muerte de Antoñito el Camborio”)

c) Eufemismo: Expresión que sustituye a una que no desea decirse; en ocasiones ello obedece a que resulta violenta, desagradable o prohibida.

Allí me mostrarías

aquello que mi alma pretendía,

y luego me darías

allí tú, vida mía,

aquello que me diste el otro día.

(San Juan de la CruzCántico espiritual)

Otros ejemplos: “Voló al cielo”, “dejó de existir” en lugar de “murió”.

d) Hipérbole: Implica una exageración; expresa una idea que traspasa lo verosímil.

Sobre el corazón la mano

me he puesto, porque no suene

su latido, y de la noche

turbe la calma solemne.

(Bécquer, Rima xxvii)

e) Oxímoron: Unión de dos palabras de significado opuesto para crear uno nuevo.

Dulce soñar y dulce congojarme,

Cuando estaba soñando que soñaba…

(Juan Boscán)

Jeremiah de Saint Amour era un santo ateo. (García Márquez).

Otros ejemplos: la dulce amargura del amor, la paz armada, el canto silencioso de la tarde.

f) Personificación: Atribución de cualidades humanas a cosas inanimadas o abstractas.

Frunce su rumor el mar.

Los olivos palidecen.

Cantan las flautas de umbría…

(García Lorca, “Preciosa y el aire”)

g) Prosopopeya: Similar a la personificación, consiste en atribuir discurso a entidades no humanas.

cruzó la ancha nave,

las puertas gimieron…

(Bécquer, Rima lxxiii)

2. Figuras de lenguaje.

a) Aliteración: Repetición de un sonido a fin de intensificar la idea expresada.

Y al cuello el lazo atado

con que desenlazó de la cadena

el corazón cuitado…

(Garcilaso de la Vega, “A la flor de Gnido”)

b) Anáfora: Repetición de una o varias palabras al inicio de una oración, verso o periodo sintáctico para destacar cierta idea.

¿Cómo eres rey sin estado?

¿Cómo Dios y estás desnudo?

¿Cómo elocuente, si mudo?

¿Cómo cobarde, si osado?

(Tirso de Molina, “Chispas”)

c) Onomatopeya: Imitación del sonido de algo con el vocablo creado para aludirlo.

Cantan las flautas de umbría

y el liso gong de la nieve.

(García Lorca, “Preciosa y el aire”)

3. Tropos.

a) Alegoría: Representación de elementos abstractos mediante objetos concretos.

Me sentí de un ardiente

deseo llena el alma:

¡como atrae un abismo, aquel misterio

hacia sí me arrastraba!

(Bécquer, Rima lxxiv)

b) Comparación: Relación entre elementos a través de nexos.

En mi cielo al crepúsculo eres como una nube

y tu color y forma son como yo los quiero.

(Neruda, Poema 16 de Veinte poemas de amor y una canción desesperada)

c) Metáfora: Comparación carente de nexos; traslado de sentidos.

El rubí de tu boca me rindiera (Francisco Medrano, “El rubí de tu boca”)

d) Sinestesia: Vinculación de uno o más registros sensoriales con un sentido que no les corresponde.

Cobre amarillo su carne,

huele a caballo y a sombra.

(García Lorca, “Romance de la pena negra”)

Actividades

1. Investiga en el Diccionario de la Real Academia Española[3] los conceptos de “eufemismo, hipérbole y oxímoron” y escribe tres ejemplos de cada uno de ellos.

2. Busca en el mismo diccionario anterior los términos “aliteración y anáfora”.

3. Investiga la significación de los vocablos “metáfora y sinestesia”. Redacta dos ejemplos con cada una de estas figuras literarias.

4. Lee el siguiente poema; localiza todas las figuras literarias

que te sea posible, señalando cada una.

Áspero amor, violeta coronada de espinas,

matorral entre tantas pasiones erizado,

lanza de dolores, corola de la cólera,

por qué caminos y cómo te dirigiste a mi alma?

Por qué precipitaste tu fuego doloroso,

de pronto, entre las hojas frías de mi camino?

¿Quién te enseñó los pasos que hasta mí te llevaron?

Qué flor, qué piedra, qué humo mostraron mi morada.

Lo cierto es que tembló la noche pavorosa,

el alba llenó todas las copas con su vino

y el sol estableció su presencia celeste,

mientras que el cruel me cercaba sin tregua

hasta que lacerándome con espadas y espinas

abrió en mi corazón un camino quemante. (1995: 117).

Texto dramático

El texto dramático se crea para ser representado; por lo tanto, aquí la importancia reside en los personajes; dado que no existe un narrador, ellos se encargan de presentar los hechos contenidos en la historia representada.

La estructura de las obras dramáticas es variable, si bien suelen dividirse en actos y éstos, a su vez, en escenas. Se distinguen básicamente dos elementos en el texto dramático: las intervenciones de los personajes y las acotaciones; las primeras pueden darse en forma de diálogo (cuando dos o más personajes se comunican) o de monólogo (cuando uno solo es el que habla); las acotaciones, por su parte, incluyen todo tipo de información útil para la representación, como nombres de personajes, escenarios, actitudes, etcétera, suelen distinguirse por cambios de tipografía.

 

Actividades

1. Del siguiente fragmento de texto dramático, subraya la participación de los personajes y tacha las acotaciones:

Jojo. Historia de un saltimbanqui

(fragmento)

Michael Ende

Pippo

Empieza a oscurecer.

Lola

Y a hacer frío. (Pippo la rodea con un brazo para darle calor.)

Wilma

(Se acerca a los otros para calentarse.)

Más vale que nos olvidemos de él.

Yussuf

Sí, seguro que ya no viene.

Bux

No me lo esperaba. Esta vez no.

Muñeco

Pues yo sí. Es una de las suyas.

Bux

Tú te callas, Ottokar.

Eli

Jojo viene. Eli está segura. Jojo es bueno.

Wilma

Con que Jojo es bueno, ¿eh? ¿Cuántas veces habremos tenido que hacer la función sin él porque desaparecía de repente? Ese pobre diablo siempre encuentra una tabernucha con entrada, pero sin salida, o al menos eso dice.

Muñeco

Hoy es imposible que pase eso.

Wilma

¿Por qué?

Muñeco

Porque hoy no hay función. Je, je, je.

Bux

Déjate de bromas, Ottokar. No estamos para tonterías.

Pippo

Tal vez no haya conseguido nada con ésos.

Estará avergonzado y no nos lo querrá decir.

Lola

(Irónica.)

Sí, a veces es muy sensible.

Yussuf

Pero que tarde tanto en volver también puede significar que todavía no lo ha dado todo por perdido. Quizá tiene alguna esperanza.

Pippo

Yo te apuesto lo que quieras a que nos ha dejado en la estacada.

Muñeco

¡Bux! ¿Has oído lo que dice?

(Suelta una risotada.)

Bux

¡Cierra el pico de una vez o te vas a la maleta! (1998: 11-12).

Lo que has aprendido

Contesta a las siguientes preguntas:

1. ¿A partir de qué perspectivas puede ser estudiada la literatura?

2. Menciona los géneros literarios.

3. ¿Cuál es la diferencia básica entre el género lírico y el narrativo?

4. ¿En qué se basa la principal distinción entre un texto narrativo y uno dramático, si ambos implican una historia?

5. Explica qué es la metáfora; anota un ejemplo.

6. Explica por lo menos tres figuras retóricas además de la metáfora y proporciona ejemplos de cada una de ellas.

7. Elabora un mapa mental en el que expreses las diferentes tipologías del narrador.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo I

1.   Nociones generales de teoría literaria. El enfoque narratológico de Gérard Genette a través de Figuras III.

EL NARRADOR

CARACTERÍSTICAS GENERALES

DEL NARRADOR 

 

            Al presentar las características generales del narrador tomaremos como ejemplo para fundamentar nuestras apreciaciones, una novela de Miguel de Unamuno: Abel Sánchez.  Ésta contiene elementos suficientemente generales como para permitirnos una ubicación de los principales problemas planteados en torno al narrador.

 

            Todo relato[1] puede ser analizado desde la perspectiva de dos niveles: historia y discurso.  El plano de la historia es aquél en el que se enfoca el acontecimiento narrado; mientras que en el del discurso, se trabaja sobre el ordenamiento y organización del acontecimiento, sobre la modalidad lingüístico-comunicativa de lo acontecido.  Es este último nivel el que nos ocupa por ahora: nos interesamos en cómo está presentada la historia, qué modalidad de enunciación adopta un hecho narrativo.

 

            Entre los aspectos incluidos en el área del discurso están la problemática del narrador (la voz [o voces] que asume [asumen] la enunciación del discurso), la narración misma (los acontecimientos se disponen con un orden, con una duración, desde varios puntos de vista) y el narratario.

 

            El discurso de un relato es una organización de hechos que se propone como verdadera.  Constituye un universo en el que no tienen cabida las condiciones de verdad del mundo no literario, pues es un universo cerrado, con sus propias leyes, de cuya realidad participa todo aquel que se compromete con su lectura.  Es éste un pacto, un contrato de veri dicción,[2] en el que los participantes se comprometen a aceptar y respetar la ilusión de verdad del texto.  Pero esta ilusión debe ser coherentemente sostenida por la estructura del relato,[3] por su apego o desapego a determinado género, por la representación que de los hechos efectúa el narrador, por el afán que el autor tiene de opacar el estatuto de ficción del texto literario.

 

            Aceptar el contrato implica distinguir entre lo pertinente al mundo no literario y lo concerniente al universo del relato en cuestión.  La primera distinción fundamental se establece entre escritor, autor y narrador, de acuerdo con lo expresado al respecto por Roland Barthes y que fue citado en la introducción de la investigación.

 

            Dejando fuera al hombre perecedero, al aquí llamado escritor,[4] centramos nuestra atención en la no siempre evidente separación entre autor y narrador.  El primero participa de una instancia comunicativa externa, se dirige a un lector (cuyo lugar asumimos en el acto de consumir[5] relatos) que como él está fuera del mundo de papel en que habita la ficción.  En el interior de este universo construido están el narrador y el narratario, respectivamente la voz que cuenta o relata la historia y aquél a quien se dirige la enunciación.

 

            A diferencia de lo que acontece entre autor y lector  —el contrato de veridicción por el que se juega a creer lo que se sabe "no real", sino ficción—  el narrador y el narratario viven su realidad, e incluso llegan a introducir en ésta relatos de ficciones, metadiégesis, como es el caso de los Cuentos de Canterbury, Las mil y una noches, El Decamerón, etc           

            Las responsabilidades del narrador son variadas, nos centramos aquí en focalización, voz y tiempo del discurso.

            El narrador ordena y jerarquiza acontecimientos en el tiempo y en el espacio, adopta una perspectiva (un foco, una óptica) y un modo (diálogo, narración, descripción) para su relato.[12] 

            Comenzamos preguntando quién mira los hechos, desde qué perspectiva se enfocan; es ésta la materia a tratar por la aspectualidad.  No sólo en cada relato puede adoptar la narración una focalización distinta, sino que incluso una novela puede presentar distintas focalizaciones, como bien lo han demostrado Robbe-Grillet, Faulkner y Woolf, entre otros.

 

            Por otra parte, hablar de focalización es hablar de quién ve, NO de quién cuenta.  En la mayoría de los casos coinciden voz y foco, pero ello no debe impedirnos distinguir las dos funciones, especialmente si consideramos los casos en que no coinciden en un mismo elemento del relato.

 

            Genette replantea la trilogía de la perspectiva de Todorov de la siguiente forma:

 

            TODOROV                         GENETTE
                                                                          

Narrador omnisciente         Focalización cero                                   

Narrador equisciente                         Focalización interna
               

Narrador deficiente                           Focalización externa                                                         


Además, la focalización interna se detalla en:

   Focalización interna: fija, variable y múltiple. 
                                                     

            El primer tipo de focalización, la cero, es la del típico relato realista decimonónico al estilo de Balzac y Dostoievski: se trata de un narrador que no puede ser ubicado en un lugar fijo, preciso, por el contrario, externo a la acción se mueve con libertad para dar cuenta de ella según considere pertinente.

 

            En el segundo tipo, la focalización interna, el narrador se ubica en la conciencia de algún o algunos personajes.  Es focalización interna fija cuando a lo largo del relato la voz narrativa está ubicada en la conciencia de un personaje, y siempre el mismo.  Es variable cuando el narrador cambia de óptica, de conciencia para contar distintas acciones.  Es múltiple cuando un mismo hecho es narrado desde varias perspectivas, desde la conciencia de dos o más personajes.[13]

 

            Por último, es externa cuando el narrador ve a los personajes desde fuera, sin entrar en la conciencia de ninguno.  Este tipo de relato suele presentarse en algunos textos de carácter policiaco, concretamente, en el género negro.

            En el caso de la novela que hemos tomado como ejemplo, el narrador depende en gran medida de las Memorias de Joaquín para exponer los sentimientos de éste, y lo mismo sucede con otros personajes.  Sin embargo, de los otros personajes también logra plantear elementos internos que no fueron expresados ni por pláticas ni por la escritura en las Memorias ni por la confesión o la discusión:

 

            Abel tembló, sin saber a punto cierto por qué, [...] (p. 133)

 

            Solía ir Helena a casa de su nuera [...] para corregir -así lo creía ella- [...] (p. 135)

 

                El niño miraba sin comprender el duelo entre sus dos abuelos, pero adivinando algo en sus actitudes. (p. 143)

            No sucede así con Monegro.  Lo que de él dice el narrador, incluso sus pensamientos más ocultos, siempre está apoyado por el diario, directa o indirectamente.  De quien más pensamientos o sentimientos presenta el narrador, sin que jamás la responsable los haya hecho públicos, es de Helena.  Su orgullo, su vanidad, su desprecio son resaltados por el narrador, dado que las características del personaje le impiden confesarlo por sí misma, como hace Joaquín: traicionándose en las discusiones, abriendo su alma ante el sacerdote o desahogándose en las Memorias.  Aunque ambos comparten el dar salida a parte de sus sentimientos mediante insinuaciones, críticas y hasta acusaciones.

 

            La relación entre el narrador y Joaquín es interesante por esta extraña actitud de no asegurar lo que no pueda desprenderse de las acciones, de las Memorias o de las palabras del personaje:

 

            Calló.  No quiso o no pudo proseguir.  Besó a los suyos.  Horas después rendía su último cansado suspiro. (p. 152)

            Por lo que a la voz respecta, en este caso tenemos un relato Heterodiegético:[14] el narrador no participa de la historia que cuenta.  Ante ella, el "yo" de la enunciación elige un discurso en tercera persona.  El tipo de narración, en relación con la ubicación temporal del narrador ante lo relatado es ulterior.

 

            La voz que nos entera de la historia procede de un emisor, alguien nos cuenta.  Dicho emisor no puede ser sino una primera persona, aquella que se identifica con el sujeto de la enunciación.  Sin embargo, el emisor puede, y suele, no usar la primera persona en su discurso,[15] su decisión corresponde a una estrategia de presentación del discurso, no es un acto fortuito, sino un apoyo para la estructura del relato.  Así pues, debe reconocerse que en el fondo de las tres posibilidades gramaticales básicas de expresión, en la voz encontraremos una oposición dual: yo/no-yo.  Esta oposición vale a Genette para incrementar las categorías de su tipología: en un relato homodiegético el narrador nos da cuenta de una historia en la cual participa; si el narrador es el protagonista de la historia que cuenta, la voz es autodiegética.  En contraste, en un narrador ajeno a la historia se reconoce una voz heterodiegética.  Nuevamente la pertinencia de estas distinciones se verá en el marco del análisis; baste mencionar que la distancia entre el narrador y los hechos narrados, determina la distancia del lector, el registro verbal adoptado por la voz narrativa nos arrastrará al centro mismo de las vivencias en un relato (como es el caso de Nada) o bien mantendrá a distancia nuestra necesidad o curiosidad por adentrarnos en los hechos relatados.  La combinación particular de estos elementos en cada texto tiene sus propios resultados.

 

            Como ya antes habíamos dicho, dentro de un relato pueden darse diferentes historias con diferentes narradores.  Tales circunstancias se manifiestan estratificadas: hay niveles de inserción de unas narraciones en otras.  En la propuesta de Genette, el nivel más externo es el extradiegético, el acto enunciativo que generalmente abre el relato, el más amplio marco de la narración.  Es extradiegético el narrador que origina la diégesis (historia) que engloba al resto.  Toda otra historia que se incluya en esta diégesis primaria[16] pertenecerá a un relato intradiegético o diegético.  Si dentro del relato intradiegético se presenta otro, este último será metadiegético, que puede a su vez contener uno meta-metadiegético, etc.

 

            En cuanto al tiempo del discurso, debe tenerse presente que el narrador tiene como función enterarnos de los acontecimientos que forman su historia, pero que el orden en que los presenta no es obligatoriamente cronológico y causal (como efectivamente sucedieron en la historia).  El narrador elegirá un momento determinado para iniciar su exposición, pero nada (excepto la focalización adoptada) le impide volver en el tiempo de la historia, o adelantarse al curso de los acontecimientos que narra.  Él elige qué cuenta, cómo y cuándo.

 

            Analepsis y prolepsis[28]

 

            Hemos podido observar cómo recurre el narrador de Laforet a saltos en el tiempo que le permiten ubicar y desarrollar mejor, diversos acontecimientos.  En este sentido señalamos la utilización de analepsis, o regresos en el tiempo del relato.

 

            Como ejemplo citamos el siguiente pasaje:

 

            No me parecía inteligente, ni su encanto personal provenía de su espíritu.  Creo que mi simpatía por ella tuvo origen el día que la vi desnuda sirviendo de modelo a Juan.

                Yo no había entrado nunca en la habitación donde mi tío trabajaba, porque Juan me inspiraba cierta prevención.  Fui una mañana a buscar un lápiz, por consejo de la abuela, que me indicó que allí lo encontraría.  El aspecto de aquel gran estudio era muy curioso.  Lo habían instalado en el antiguo despacho de mi abuelo. (Ibid., p. 37)

            Un acontecimiento del pasado le permite al personaje entender el origen de sus sentimientos hacia Gloria y por ello se detiene a analizarlo.  Al formular juicios sobre ella emplea verbos en copretérito:  "parecía" "provenía". Inmediatamente, para lograr el tránsito hacia el pasado, hacia el recuerdo, se ve en la necesidad de utilizar verbos en pretérito: "tuvo", "vi".  Ya ubicada en el pasado, en el estudio de Juan, Andrea recuerda lo que vio y para ello emplea verbos en diferentes tiempos del pasado: antecopretérito: "había entrado"; copretérito: "trabajaba" "inspiraba"; pretérito: "fui" "indicó".

 

            Asimismo, la analepsis le sirve al narrador en algunos casos para referir a un acontecimiento del pasado que se trae al presente como consecuencia de una asociación.

 

            Los primeros tranvías empezaban a cruzar la ciudad, y amortiguado por la casa cerrada llegó hasta mí el tintineo de uno de ellos, como en aquel verano de mis siete años, cuando mi última visita a los abuelos.  Inmediatamente tuve una percepción nebulosa, pero tan vívida y fresca como si me la trajera el olor de una fruta recién cogida, de lo que era Barcelona en mi recuerdo: este ruido de los primeros tranvías, cuando tía Angustias cruzaba ante mi camita improvisada para cerrar las persianas que dejaban pasar ya demasiada luz. (Ibid., p. 21)

            La impresión sensorial auditiva -el tintineo de los tranvías-, transporta al personaje hacia un pasado en el que se cumplían condiciones similares.  Esa percepción nebulosa, pero al mismo tiempo vívida y fresca, le permite a Andrea alcanzar una visión de lo que era Barcelona cuando ella tenía apenas siete años y las cosas aparecían a su interpretación completamente diferentes. 

 

            En relación con este pasaje, señalamos la influencia de Marcel Proust en lo tocante al tema de la memoria y el recuerdo.  El autor francés hablaba de la "memoria involuntaria" y el papel que cumplía ésta en la actualización de acontecimientos del pasado. Decía al respecto:

 

            Así ocurre con nuestro pasado.  Es trabajo perdido el que intentemos evocarlo, son inútiles todos los esfuerzos de nuestra inteligencia.  Está oculto fuera de su dominio y de su alcance, en algún objeto material (en la sensación que nos produciría este objeto material) que no sospechamos.  Este objeto depende del azar que lo encontremos antes de morir, o que no lo encontremos.[29]

            En Por el camino de Swann, la primera novela de A la búsqueda del tiempo perdido, el personaje recuerda vívidamente un hecho del pasado, en el momento en que moja una magdalena en té.

 

                    Y muy pronto, maquinalmente abrumado por la sombría jornada y la perspectiva del triste mañana que seguiría, llevé a mis labios una cucharada de té en la que había dejado ablandarse un trozo de magdalena.  Pero en el instante mismo en que el sorbo mezclado con las migas del pastel tocó mi paladar, me estremecí, atento a algo extraordinario que ocurría dentro de mí.[...]      Es evidente que la verdad que busco no está en él, (el té) sino en mí.  La ha despertado, pero no la conoce.[30]

            La cercanía en los planteamientos es evidente como también lo es, en otros momentos de la novela en que el discurso de Laforet se asemeja al del escritor francés.[31]

 

            En lo que se refiere al segundo aspecto señalado y como ejemplo representativo de prolepsis citamos el siguiente pasaje:

 

            Esta cariñosa solicitud sobre mi vida se iba a terminar también.  Ena debería marcharse al cabo de unos días y ya no volvería a Barcelona, de regreso del veraneo. (Nada, p. 293)

            El narrador personaje anuncia algo que va a suceder y que simultáneamente le preocupa: la separación de Ena.  En lo tocante a tiempos verbales, el narrador emplea formas perifrásticas en sustitución del futuro: "iba a terminar" y pospretéritos: "debería" "no volvería".  Estos últimos, con toda la carga de condicionalidad que conllevan y el dolor que esto implica al no poder conseguir que las cosas fueran diferentes.

 

            Metadiégesis

 

            Dentro de un relato pueden darse diferentes historias con diferentes narradores.  Tales circunstancias se manifiestan estratificadas: hay niveles de inserción de unas narraciones en otras.  En la propuesta de Genette, el nivel más externo es el extradiegético, el acto enunciativo que generalmente abre el relato, el más amplio marco de la narración.  Es extradiegético el narrador que origina la diégesis (historia) que engloba al resto.  Toda otra historia que se incluya en esta diégesis primaria pertenecerá a un relato intradiegético o diegético.  Si dentro del relato intradiegético se presenta otro, este último será metadiegético,  que  puede  a  su  vez  contener uno meta-metadiegético, etc.

 

            Un ejemplo de metadiégesis utilizada por el narrador de Laforet lo encontramos en el capítulo XIX de la tercera parte cuando Andrea dialoga con la madre de Ena y escucha de ella el relato de sus amores con Román.  La señora empieza diciendo:

 

            -¿A Román? -la sonrisa de la señora la hacía volverse casi bella, tan profunda era-.  Sí, a Román le conozco.  Hace muchos años que conozco a Román...  Ya ve usted, fuimos compañeros en el Conservatorio.  Él no tenía más de diecisiete años cuando yo le conocí y galleaba entonces creyendo que el mundo habría de ser suyo...  Parecía tener un talento extraordinario, aunque estaba limitado por su pereza. (Ibid., p. 250)

            La mamá de Ena recuerda a Román con nostálgico cariño y para explicar su dolor pronuncia un largo discurso que tiene como finalidad contarnos su historia, la cual está ubicada dentro de la gran historia que la propia Andrea nos ha venido narrando: es la metadiégesis.  Andrea la escucha atentamente porque siente una extraña curiosidad por saber más de Román.  Interrumpe el largo discurso sólo en dos oportunidades: la primera es con la finalidad de constatar la presencia de una sonrisa que ilumina ese rostro en el momento en que empieza a hablar de Román.  La segunda, para señalar el temblor de los labios de su interlocutora, así como también el cambio en el color de los ojos, que se cerraban fuertemente para no llorar y dejaban que todo el llanto se desbordase en el tumultuoso discurso.

 

            El relato de la señora aporta nuevos elementos para valorar la personalidad de Román a quien habíamos conocido preponderantemente por lo que de él había dicho Andrea.  Sobre todo resalta el rasgo romántico-decadente de su idiosincrasia, el extraño proceder que lo lleva a lastimar a los seres más queridos; y de ello dan testimonio dos hechos: la donación del cabello de Margarita, de su larga trenza, la cual recibe Román con indiferencia y burla, y la firma de un recibo al padre de la joven por el dinero dado para alejarse de ella.

 

            Por último corresponde señalar que las intervenciones de la narradora-personaje responden a esa necesidad conductista en la narración que expresa siempre Laforet, tanto en el caso del Focalizador interno fijo, como en el Focalizador cero.  Parecería expresarse así la necesidad del narrador de decir la última palabra.

 

            

           


    [1] Para efectos del presente escrito, entendemos relato, en un sentido amplio, como un acto lingüístico que da cuenta de una historia, que implica el hecho de que alguien cuente algo a alguien.

    [2] En términos de Greimas, (1978), cfr. "El contrato de veridicción", en Prada Oropeza (ed.), Lingüística y Literatura, Xalapa, Universidad Veracruzana, pp. 27-36.

    [3] Aunque la verosimilitud (ilusión de realidad) no es un fenómeno privativo del relato, sino extensivo a todo texto poético (literario), la referimos aquí al relato por estar el trabajo circunscrito en este género.

    [4] En la novela seleccionada, el concepto de escritor aquí trabajado alude a la persona de Miguel de Unamuno.

    [5] En el sentido propuesto para el término por Juan Ignacio Ferraras (1986). Fundamentos para una sociología de la literatura, Madrid, Cátedra.

    [6] O autor real.

    [7] Cfrsupra, Introducción.

    [8] Es para destacarse la ubicación de este prólogo, después de la afirmación en cursivas de un sujeto enunciador quien se refiere a la historia de Joaquín Monegro como un hecho real.

    [9] M. de Unamuno, Abel Sánchez, 17a. ed., México, Espasa-Calpe, 1985, (Austral), p. 12.  Todas las citas del texto corresponden a la misma edición, por lo cual nos limitaremos a señalar el número de la página en la que se encuentra cada una.

    [10] Otra forma de notar la presencia del autor en el relato es lo que la estilística y la sociología de la literatura han hecho: observar en el texto las marcas de su discurso e incluso de su ideología.

    [11] Este cuarto marco corresponde a un nivel intradiegético, como señalaremos infra.

    [12] La teoría referente a los conceptos de aspecto o focalización y voz o registro verbal, está tomada de Genette, Figures III, Paris, Seuil, 1972.

    [13] Véase como ejemplo el fragmento de "El doble asesinato de la rue Morgue" en que declaran los testigos de los asesinatos: atestiguan sobre un mismo hecho, pero cada quien aporta su discurso (y con él su particular versión).

    [14] Genette habla de relato homodiegético cuando el narrador participa (o participó) de la historia que cuenta, Heterodiegético en el caso contrario, y Autodiegético si el narrador es (o fue) protagonista de dicha historia.

    [15]  Como en el caso del discurso que aquí nos ocupa: he empleado la primera persona del plural, habiendo tenido la opción de expresarme en la de singular, lo mismo que hubiera sido posible valerse de la tercera persona del singular, en este caso un impersonal.

    [16] Que no tiene por qué ser la primera, pues nada impide que al final de un relato nos encontremos con un narrador que cuenta cómo encontró esa historia en unos manuscritos, o cómo fue que la escuchó, por una u otra razón, y ahora tiene a bien reproducirla por diversos motivos.

    [17] Con el subtítulo tanto como con el fragmento que antecede al "Prólogo a la segunda edición".

    [18] "¡QUEDA ESCRITO!"

    [19]  John W. Kronik (1981). ” Nada y el texto asfixiado: Proyección de una estética", en Revista Iberoamericana, Números 116-117, enero-junio de 1981: p. 195.

    [20] (1981: pp. 195-196.

    [21] Cfr., Jeffrey Bruner.  "Visual art as Narrative Discourse: The Ekphrastic Dimension of Carmen Laforet's Nada", Boulder, CO, Anales de la Literatura Española Contemporánea, (ALEC). 1993, 18:1, 247‑260.

    [22] Graciela Illanes Adaro.  Opcit., p. 23.

    [23] María Nieves Alonso. "Partir, defender, callar. (Tres posibilidades de conclusión en la novela española contemporánea)", en Atenea: Revista de Ciencia, Arte y Literatura de la Universidad de Concepción, Concepción, (Atenea). 1983, 448, 101‑114, p. 105.

    [24] Los subrayados de ambas citas son nuestros.

    [25] Sólo Román ejecuta en su piano "su canción de primavera" (p. 161) pero ésta no es suficiente para permitir que el espíritu de esta estación ingrese en la casa; peor aún, el propio Román consideraba que aquella canción -compuesta en honor del dios Xochipilli- le traía mala suerte.

    [26] María Nieves Alonso coincide con mi lectura al señalar: "Andrea ha encontrado un mundo destructor y una realidad mezquina y cerrada.  La casa de Aribau, símbolo primero del espacio opresor, se continúa en una ciudad, adorada en el sueño, pero concretizada como asfixiante y enemiga.  Es muchas veces una masa informe que puede lastimarla en sus iniciativas.  El calor sofocante, la luz enceguecedora, la neblina impura, dominan este espacio, aumentando las sensaciones opuestas a las anheladas.  La ciudad que debía ser el paraíso llega a parecer el infierno en la realidad sicológica de Andrea". (María Nieves Alonso. Op. cit., p. 107.

    [27] John Kronik. Op. cit., p. 196.

    [28] La analepsis y la prolepsis son anacronías presentes en el relato literario.  Al respecto señala Helena Beristáin: "Otra 'anacronía' o manera de alterar el orden, además de la 'analepsis' o 'retrospección', que es la más común, es la 'prolepsis', 'prospección' o 'anticipación'".  (Cfr. Helena Beristáin. Análisis estructural del relato literario, México, Noriega Editores, 1984, p. 105).

    [29] Marcel Proust. Por el camino de Swann I, trad. de Julio Gómez de la Serna, Madrid, Sarpe, 1985, p. 71.

    [30] Ibid., pp. 71-72.

 

    [31] CfrInfra, capítulo 3 "Análisis de temas y motivos en Nada y La isla y los demonios".

    [32] Cfr. Infra, el capítulo 3 correspondiente a "Temas y motivos en Nada y La isla y los demonios".

    [33] Jorge Manrique.  Obra completa, Buenos Aires, Espasa Calpe Argentina, 1974, (Austral, 135), p. 116.

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CAPÍTULO II

Literatura de los pueblos de Oriente.

Literatura egipcia.

Egipto se ubicó en las riberas del Nilo, en lo que hoy es el conteniente africano. La egipcia es quizá la civilización más avanzada de su época; poseía grandes conocimientos sobre la astronomía, la medicina, las matemáticas, la arquitectura, entre otros. El arte, por supuesto, no era la excepción. Así como los sumerios utilizaban tablillas de barro para plasmar su escritura cuneiforme, los egipcios empleaban papiros para registrar su escritura jeroglífica (derivada de un sistema de representación pictórica previa).

La antigua literatura egipcia arranca aproximadamente en el 2700 a. C. y se ha conservado en inscripciones y en papiros. Los textos egipcios que hoy conocemos son de muy diversa índole; los hay jurídicos, privados, científicos y, por supuesto, literarios; éstos incluyen los religiosos y los didácticos.

Es posible distinguir diversas etapas en la literatura egipcia: (Cfr. 2005).

a) Imperio Antiguo (2300 a 2256 a. C)

Incluye las inscripciones aparecidas en el interior de las pirámides de los últimos faraones de este período; la mayoría son himnos religiosos y rituales de ofrendas religiosas. Destaca Máximas de Ptahotep, “obra conocida como el libro más viejo del mundo”, (1990: 12) integrada por aforismos y consejos; similar es Instrucción a Merikere, que proporciona información sobre la vida religiosa, política y social de aquel tiempo.

b) Primer período intermedio (2255-2035 a. C.)

Son los textos de las pirámides complementados con sortilegios nuevos, pintados en ataúdes, por lo que se les ha llamado textos de los sarcófagos. A este ciclo se atribuyen varias lamentaciones como Diálogo del misántropo con su almaCanto del arpista.

c) Imperio Medio (2100 a 1600 a. C.)

En esta etapa se produce un auge en la literatura egipcia, los géneros más característicos de esta fase son:

1. Los textos de sarcófagos que incluían oraciones y determinados sortilegios y hechizos de carácter mágico-religioso.

2. Literatura religiosa, compuesta por himnos al faraón y a diversas divinidades.

3. Textos autobiográficos y de carácter épico, en los que se relatan determinadas hazañas de personajes históricos.

4. Textos de instrucción, escritos en nombre del faraón gobernante que narra a su sucesor determinados hechos que sucedieron en su reinado.

5. Textos satíricos, tipo al que pertenece La Sátira de los Oficios, que subraya los aspectos negativos de todas las posibles ocupaciones en contraste con la vida fácil del escriba.

6. Textos narrativos de ficción, género muy desarrollado en este período. Entre la narrativa que es compuesta durante el Imperio Medio destacan: Aventuras de Sinuhé, que cuenta la historia de un oficial de palacio que huyó a Siria a la muerte del faraón Amenemhet I convirtiéndose en un hombre rico e importante; El relato del campesino elocuente, un hombre que hacía ruegos tan floridos para que le devolvieran sus asnos robados que fue encarcelado durante un tiempo para que los funcionarios pudieran disfrutar de sus discursos; Historia del náufrago, que narra un encuentro fabuloso con una serpiente gigantesca en una isla exuberante; El viaje de Unamón (se discute su carácter histórico o ficcional) relata las peripecias del personaje en Siria, adonde es enviado para adquirir madera con la que se elaborará la barca sagrada de Amón.

d) Imperio Nuevo (1600 a 1000 a. C.)

Empieza a utilizarse el papiro, sobre todo en el caso de los textos funerarios o de sarcófago. Destaca El libro de los muertos, una amplia colección de textos funerarios de varias épocas; contiene fórmulas mágicas, himnos y oraciones que, según los antiguos egipcios, guiaban y protegían el alma (Ka) durante su viaje a la región de los muertos (Amenti). Este texto explicaba al alma cómo protegerse de los demonios que intentaban impedirle su ascenso y cómo pasar las pruebas establecidas por 42 jueces en la antesala de Osiris, dios de los muertos; también se incluye Los dos hermanos, que contiene abundantes elementos de magia y encantamientos; al mismo tiempo, se producen importantes himnos a las divinidades.

e) Último período (1000 a 300 a. C.)

Existen ejemplos de las diversas formas literarias egipcias de los siglos siguientes, dentro de la era grecorromana: incluyen nuevas composiciones religiosas, relatos históricos privados y reales, instrucciones. Se producen Las enseñanzas de Anjsesongy, una colección de máximas prácticas, y Las enseñanzas del papiro insinger, que retrata a la persona sabia como moral y piadosa. En esta fase se escribieron también historias sobre las aventuras de varios magos, textos proféticos y mágicos.

En seguida presentamos Canto del arpista, esculpido en la sala de la tumba del rey Antef; establece, primero, el dolor por la pérdida de los muertos que nunca volverán y, después, el gozo de vivir y disfrutar aún.

Canto del arpista

Ninguno de ellos regresa de donde están.

¿Quién puede decirnos su aspecto y su estado,

quién puede describirnos sus moradas,

quién puede dar consuelo a nuestros corazones

sirviéndonos de guía hacia los lugares

para donde partieron?

Consuela tu corazón,

haz que olvide estas cosas;

no te queda nada mejor que seguir

sus deseos mientras estés vivo.

Unge tu cabeza con aromados ungüentos,

ponte vestidos de seda

impregnados de perfumes preciosos,

verdaderas obras de los dioses.

Goza más de cuanto has gozado hasta ahora,

no hagas sufrir tu corazón por falta de placeres.

Piénsalo a nadie le es permitido

llevar consigo sus bienes.

Piénsalo, jamás ninguno de los que partieron

ha podido regresar.

Comentario

Considera que los temas más relevantes de esta composición tienen que ver con el inmenso contraste que existe entre la vida y la muerte. Por eso hay una exhortación del poeta para gozar lo que la vida nos ofrece, debido a que cuando estemos muertos ya no lo podremos hacer. Una dolorosa reflexión cierra el poema cuando se alude a la imposibilidad del regreso después de la muerte.

Actividades

1. Dado que se trata de un texto lírico, localiza las figuras retóricas contenidas en Canto del arpista; después, explica por qué se dice que expresa el dolor por la muerte y el gozo por la vida (de ser necesario, cita partes del texto).

2. Redacta breves comentarios sobre los siguientes temas inspirados en el fragmento anterior:

A. La fugacidad de la vida y los placeres.

B. El reino de la muerte y sus misterios.

C. Lleva a cabo reflexiones personales sobre los dos temas anteriores y compártelas con tus compañeros.

3. Busca en Internet “literatura egipcia” y escoge de la información que encuentres un pasaje —no mayor de una cuartilla— que hable de alguna manifestación de esta literatura que no esté considerada en este libro. Cópialo en tu cuaderno y coteja con tus compañeros que información han encontrado ellos.

Otro ejemplo de literatura egipcia es el siguiente poema:

Himno a Atón

Hermosamente te elevas en el horizonte del Cielo, oh Atón viviente,

Señor de la eternidad.

Resplandeces en oriente, llenas con tu belleza la tierra.

Eres hermoso, grande, brillante; te elevas sobre todos los países.

Tus rayos abarcan la tierra hasta los confines de tu creación.

Eres Ra, que sometes a todos los pueblos a través de tu hijo amado.

Estás por encima de las miradas de los hombres y no se conocen tus venidas.

Cuando reposas en occidente, sobre el horizonte.

La tierra permanece en una sombra, que semeja la de la muerte;

Duérmese bien cubierto en la recámara, sin que un ojo vea a otro ojo.

Podríanse robar sus bienes a los que están dormidos.

Sin que ellos se dieran cuenta, aunque los tenga bajo su cabeza.

El que ha hecho a los seres reposa en su horizonte.

A la aurora resplandece en el horizonte y lo ilumina todo

Durante el día expulsas a la noche, cuando derramas tus rayos.

Los Dos Países se despiertan de fiesta y se ponen en pie los hombres.

Trabaja la tierra entera; todo rebaño se siente contento con su alimento.

Está abierto todo camino, porque tú has aparecido.

Saltan los peces en el río delante de tu faz; tus rayos van hasta el fondo del mar.

¡Cuán numerosas son tus obras, misteriosas a nuestros ojos!

Dios único, a nadie semejante, tú has creado la tierras según tu corazón,

Cuanto estado solo: los hombres, los animales domésticos y los salvajes,

Todo lo que existe sobre la Tierra y camina por tus pies.

Todo lo que está en el cielo y vuela por sus alas...

Tus rayos alimentan los campos; resplandecen y viven.

Has creado las estaciones para mantener vivo todo cuanto has creado.

Has hecho el cielo lejano para allí resplandecer y contemplar lo creado…

Los seres de la tierra fórmanse bajo tu mano tú los has querido.

Tú, sólo tú eres la duración de la vida. Se vive de ti.

Resplandeces y viven, te acuestas y mueren.

Fijos están los ojos en tu hermosura hasta que te pones

Y toda labor termina cuando desapareces por occidente…

Comentario

En el texto anterior prevalecen los elementos religiosos y el lenguaje se caracteriza por ser particularmente hiperbólico. El poeta se siente dominado por la fe en ese dios.

Actividades

1. Nuevamente, localiza las figuras retóricas en el texto anterior. Ahora que lo has leído atentamente, ¿qué divinidad crees que es Atón? ¿A qué elemento pertenece? ¿En qué te basas para suponerlo? (Menciona algunas citas).

2. Busca en el diccionario el significado de los términos: panegírico, exaltación, laudatoria, hipérbole.

3. Redacta un canto de amor a un ideal que tú poseas, a una causa, a algo que haga que la vida sea más hermosa para ti.

Comentario

De manera general, las características de la literatura egipcia son:

a) Reflejan la profunda religiosidad de los egipcios, particularmente con la invocación o alusión a los dioses.

b) El tema de la vida y la muerte es recurrente.

c) Tienen gran importancia la idea de divinidad y la noción del Más Allá.

d) En prácticamente todos los textos literarios

(independientemente de la temática central o características peculiares) suele estar presente lo sagrado.

Literatura mesopotámica

La región mesopotámica (hoy Irak y Siria) era una de las mejor comunicadas de su época, gracias a la cercanía de los ríos Tigris y Éufrates; ello había impulsado a los sumerios a dedicarse al comercio, de ahí la importancia que poseían como civilización. Prácticamente los vestigios más antiguos de la escritura primaria (cuneiforme) fueron encontrados en esa zona, que data alrededor de 3000 años a. C., plasmada en tablillas de barro. De hecho, el código legal (social y administrativo) más antiguo conocido por el hombre es el emitido por Hammurabi, encontrado en ese lugar.

Pero no solamente ese código se constituye como una de las más arcaicas pruebas de la expresión escrita, sino que se le añade un limitado número de textos literarios, que básicamente giran en torno a la creación del hombre por una divinidad poderosa; en esta concepción aparecen elementos que habrían de rescatarse posteriormente por otras culturas para explicar el origen el mundo y el hombre. Los textos mencionados se encontraron en las ruinas de una biblioteca en Nínive, en el palacio de Asurbanipal. (1990:3).

Destacan aquí tres obras: Poema de la creaciónPoema de Ishtar  Epopeya de Gilgamesh. Probablemente más antiguos que estos textos son los proverbios (literatura didáctica, con alrededor de 4000 años de antigüedad). Veamos algunos ejemplos:

«Si muere un hombre pobre, no trates de volverlo a la vida. Cuando tiene pan, le falta la sal. Cuando tiene sal, le falta el pan. Cuando tiene carne, le falta el condimento. Cuando tiene condimento, le falta la carne» […]

«En boca abierta, entran moscas» […]

«Quien tiene mucho dinero puede ser feliz. Quien tiene mucho grano puede estar contento. Pero quien nada tiene puede dormir». (Cfr. 2005).

Comentario

Seguramente has reconocido algunas ideas contemporáneas en estos proverbios, ello obedece a que “«los seres humanos tenemos un universo común, independientemente de la época», dice Juan-Luis Montero Fenollós, el único español que trabaja sobre el terreno en la antigua Mesopotamia.” (Cfr. 2005).

Actividades

1. Lee nuevamente los proverbios arriba citados; relaciona cada uno de ellos con un refrán moderno.

2. Investiga en Internet sobre la literatura mesopotámica.

 

El Poema de la creación

El Poema de la creación se compone de siete tablillas que datan del siglo VII a. C., si bien se considera que es una nueva versión de textos más antiguos, desaparecidos. Aquí el elemento principal es el agua: de la mezcla del agua salada (Tiamat) y la dulce (Apsu) se originan los demás seres, incluyendo a los dioses; el personaje principal es Marduk, que con la ayuda de los vientos vence a Tiamat y organiza el Universo; después de la victoria, forma la tierra con barro y cañas[4]; luego  amasa con su sangre el cuerpo del primer hombre, hecho a su imagen. (1965: 62-63). Presentamos en seguida un fragmento del Poema de la creación (tablilla IV), en el que se expresa la derrota de Tiamat:

Marchan al combate, se aproximan para la batalla.

El Señor tendió su red y la aprisionó en sus mallas,

soltó el viento malo que se encontraba a su espalda,

y ella, Tiamat, abrió la boca, la abrió tan ampliamente como le

[fue posible.

Entonces, el Señor hizo penetrar el viento malo de forma que no pudiera cerrar los labios:

Los terribles vientos llenaban su vientre.

Sobre cogióse su corazón. Su grande boca seguía abierta;

lanzó él una flecha, que penetró su vientre;

rasgó luego su interior, hendió su corazón,

redújola a la impotencia, y aniquiló su vida.

Dejó que su cadáver se desplomara, y se irguió sobre él. (1965:

64-65).

Comentario

Esta composición se trata de un poema épico, caracterizado por narrar las hazañas de grandes personajes; contiene detenidas descripciones; el protagonista es un ser idealizado en extremo que se enfrenta al antagonista; ocasionalmente intervienen elementos sobrenaturales o religiosos. Se propone destacar sentimientos colectivos, patrióticos y religiosos.

La epopeya de Gilgamesh

Igualmente es un poema épico La epopeya de Gilgamesh, el texto literario emblemático de la literatura mesopotámica; se trata de doce tablillas que refieren la historia del legendario rey de Uruk, Gilgamesh, que emprende la búsqueda de la inmortalidad; incluye una narración del diluvio, del que sobreviven Utnapishtim y su familia gracias a un arca (como ocurrirá con el Noé bíblico). En este poema se distinguen dos etapas:

Primera etapa

1. Gilgamesh se presenta como el tirano de Uruk.

2. Los dioses envían a Enkidu para que se enfrente a Gilgamesh.

3. Enkidu, creado de arcilla y con apariencia casi animal, se vuelve humano, aunque es salvaje en su comportamiento.

4. Enkidu y Gilgamesh se enfrentan; de ahí nace una amistad.

5. Ambos héroes asumen la misión de acabar con el mal.

6. La diosa Ishtar trata de seducir a Gilgamesh, pero éste la rechaza.

7. Enfermedad y muerte de Enkidu.

Segunda etapa

1. Gilgamesh inicia una travesía en busca de la inmortalidad.

2. Encuentro de Gilgamesh con  Utnapishtim, superviviente del diluvio.

3. Gilgamesh encuentra la inmortalidad, pero luego la pierde.

4. Gilgamesh vuelve a Uruk y acepta su mortalidad; asume que la eternidad es sólo para dioses.

Comentario

La primera parte de la epopeya (centrada en el dúo Gilgamesh-Enkidu) gira en torno al contraste y la lucha permanente entre el bien y el mal, mientras que la segunda (con el protagonismo casi único de Gilgamesh) se centra en la búsqueda de la inmortalidad y del sentido de la vida humana. (José María González, 2005).

Presentamos un fragmento de esta obra.

Gilgamesh huye del palacio ante

la muerte de Enkidu; la gente que

lo ve lo interroga.

¿Por qué tu fuerza ha quedado en nada? ¿Por qué vas con la cara

[baja?

Tu corazón está enfermo, tus facciones son cadavéricas,

Y la melancolía te come las entrañas;

Luto y tristeza consumen tu rostro.[…]

¿Por qué no he de huir a través del campo?

Mi amigo Enkidu, mi hermano, pantera del desierto,

Mi amigo que mató leones conmigo,

Mi amigo que afrontó peligros conmigo,

Su destino lo tomó para sí;

Seis días y seis noches lo lloré,

Después, la muerte me dio miedo y huí a través del campo.

Mi amigo querido no se distingue ya del fango.

¿También yo me acostaré como él, para no levantarme más? (1965: 90).

Actividades

1. Revisa las figuras literarias expuestas anteriormente; señala en el fragmento previo las que localices (por lo menos cinco).

2. Lectura complementaria. Lee por lo menos tres pasajes del poema de Gilgamesh. Te sugiero los siguientes: Primera parte del poema; (1995: 43-46). Enkidu y la hieródula; (1995: 54-59). Gilgamesh y la diosa Isthar. (1995: 98-104).

3. Redacta sobre el tema: El amor de pareja y el amor fraternal en el poema de Gilgamesh.

Comentario

Si bien los textos literarios mesopotámicos que han llegado a nuestros días son escasos, es posible establecer características generales:

a) Los textos literarios se dividen en dos: épicos y didácticos.

b) Los textos épicos contienen la cosmovisión mesopotámica.

c) En estos textos se hace referencia a los orígenes del universo, del mundo y del hombre.

d) Existe una estrecha relación entre los hombres y los dioses.

e) Se presentan elementos maravillosos o sobrenaturales (generalmente provocados por las divinidades).

f) El tema recurrente es la lucha entre el bien y el mal.

Literatura hebrea. La Biblia.

Pueblo hebreo

El pueblo hebreo, a pesar de que no contó con gran densidad poblacional, ni con consolidados territorios durante mucho tiempo, sí posee una historia muy agitada, quizá más que otros. La literatura hebrea se desarrolló básicamente en Palestina, pero debido a la dinámica de los hebreos no puede circunscribirse únicamente a este territorio, sobre todo si se considera que este pueblo se mantuvo errante durante mucho tiempo.

La literatura hebrea gira en torno a la Biblia; este término proviene del griego biblión (colección de libros). La Biblia contiene los orígenes de tres de las principales religiones del mundo: judaísmo, cristianismo e islamismo. Se compone de 72 libros, agrupados en dos partes: el Antiguo y el Nuevo Testamento.

El Antiguo Testamento agrupa los libros previos a la llegada de Jesucristo; contiene la historia del pueblo hebreo y su alianza con Yavé mediante la intercesión del patriarca Abraham. La mayoría de los 45 libros que componen el A. T. fueron escritos en hebreo (entre los siglos XV y II a. C.), y se clasifican en:

a) Históricos. Se incluye el Pentateuco (los primeros cinco libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio), concebido como la ley (Tora) para los judíos. Agrupa también Josué, Jueces, Rut, Reyes (cuatro libros), Paralipómenos (dos libros), Esdras, Nehemías, Tobías, Judith, Ester y Macabeos (dos libros). De modo general, incluyen la relación de los hechos vividos por los hebreos (incluyendo la creación del mundo y el hombre), así como sus genealogías y leyes.

b) Proféticos. Dada la estrecha vinculación entre el pueblo hebreo y las nociones religiosas encarnadas en la espera del Mesías, resultó indispensable la existencia de los profetas, cuya misión era precisamente preparar y anunciar al pueblo la llegada de El Salvador; es una suerte de mediador entre Dios y los hombres. Suele dividirse a los profetas en dos categorías, en función de la extensión de sus vaticinios: mayores y menores. Los mayores son Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel; los menores son Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías. De ellos es la autoría de los 17 libros proféticos del A. T.

c) Poéticos y sapienciales. Hasta ahora no ha podido comprenderse por completo la naturaleza del verso hebreo; sin embargo, existen ciertos libros cuya forma se acerca más a lo poético que otros: SalmosCantar de los cantaresJobProverbiosEclesiastésSabiduría Eclesiástico. Tanto Job como Cantar de los cantares son considerados poemas dramáticos, cuya forma literaria posee un valor artístico importante. Sin embargo, Salmos es el libro que constituye la más alta expresión de la poesía religiosa. ProverbiosEclesiastésSabiduría y Eclesiástico son los libros sapienciales, con tintes didácticos y filosófico-morales.

El Nuevo Testamento alude a la nueva alianza llevada a cabo entre Yavé y los hombres directamente mediante el sacrificio de su Hijo Jesús. Se integra por 27 libros, que arrancan con la llegada de Cristo (de ahí que sean los primeros textos cristianos); fueron escritos en griego, excepto el Evangelio de Mateo (su primera versión fue en arameo); se agrupan en históricos, didácticos y uno profético.

a) Históricos. Incluye los cuatro Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y Hechos de los apóstoles.

b) Didácticos. Agrupa 21 epístolas: dos de Pedro, tres de Juan, una de Santiago, una de Judas y catorce de Pablo; su función era propagar el cristianismo; comparten una estructura similar: saludo inicial, introducción a modo de alabanza o acción de gracias, exposición doctrinal, exhortación y saludos o recomendaciones particulares. (1961: 7-30).

c) Profético. Es Apocalipsis (o Revelaciones) del apóstol Juan; con forma literaria inspirada en el A.T., contiene numerosas alegorías que aluden a la segunda venida del Mesías, esta vez, para el fin de los tiempos, de ahí que ahora el término apocalíptico aluda a un género profético desligado del presente pero que hace referencia al futuro.

Incluimos a continuación dos textos; uno del Antiguo Testamento y otro del Nuevo Testamento,

Antiguo Testamento.

Libro de Rut (fragmento).

 

En los tiempos en que gobernaban los Jueces en Israel, hubo una gran hambruna en el país. Debido a eso, un hombre de Belén de Judá se trasladó a los campos de Moab con su mujer y sus dos hijos. El hombre se llamaba Elimelec; su esposa Noemí, y sus hijos, Majalón y Guilyón.

Al poco tiempo falleció Elimelec, y Noemí quedó sola con sus dos hijos. Ambos tomaron por esposas a mujeres moabitas: una se llamaba Orfa y la otra Rut. Al cabo de diez años murieron también los dos hombres y Noemí quedó desesperada, sin esposo y sin hijos.

Entonces decidió salir de Moab en compañía de sus nueras, pues había oído decir que Yavé se había acordado de su pueblo y les había dado de comer. Cuando estaban de regreso a Judá, Noemí dijo a sus nueras: “Creo que es mejor que ustedes se vayan a sus casa”. Que el Señor les recompense todo lo bueno que han hecho con mis hijos y conmigo y les permita que encuentren cada una a un esposo con quien puedan vivir en paz”. Y en seguida les dio un abrazo. Pero ellas, llorando, le respondieron: “No nos iremos, sino que seguiremos contigo”. (1995: 1057-1061).

Comentario

Hubo hambre, y algunas versiones particularizan en aquella tierra. Así se entiende más fácilmente que fue un fenómeno parcial, del cual los hombres pudieron librarse huyendo a lugares vecinos.

Las calamidades públicas eran asociadas siempre, en Israel, a la idea del castigo de Yahvé por los pecados de su pueblo.

El hambre es la causa que, al provocar la salida de Elimelec, de Judá, origina toda la serie de acontecimientos que dan tema al libro. El autor la señala sobriamente, sin énfasis, dándole importancia de movimiento inicial, pero guardando la valoración mayor para los hechos que ella desencadena. (1958: 47).

El fragmento trascripto alude en su parte final a que las dos nueras le dicen a Noemí que irán con ella. Inmediatamente podrá comprobarse que sólo una de ellas —Rut— la acompaña; la otra, egoístamente regresa a la tierra de sus padres.

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee en una Biblia el libro de Rut. Analiza por escrito las características de Noemí, Rut y Orfa.

2. Lectura complementaria. Lee también otro libro del Antiguo Testamento y redacta en una cuartilla un resumen de él.

Nuevo Testamento.

Las bienaventuranzas.

 

5. Jesús, al ver toda aquella muchedumbre, subió al monte. Se sentó y sus discípulos se reunieron a su alrededor. Entonces comenzó a hablar y les enseñaba diciendo:

-          Bienaventurados los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

-          Bienaventurados los que lloran, porque recibirán consuelo.

-          Bienaventurados los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.

-          Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

-          Bienaventurados los compasivos, porque obtendrán misericordia.

-          Bienaventurados los de corazón limpio, porque verán a Dios.

-          Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios.

-          Bienaventurados los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

-          Bienaventurados ustedes, cuando por causa mí los insulten, los persigan y les levanten toda clase de calumnias, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo. Pues bien saben que así persiguieron a los profetas que vinieron antes de ustedes. (1995, Mateo: 15-16).

Comentario

Las bienaventuranzas corresponden a uno de los tantos discursos pronunciados por Jesús ante sus discípulos. En el marco del Nuevo Testamento es un texto muy importante, porque se retoma el tema de la ley instituida por Yavé, y Cristo da una nueva interpretación de esta misma ley en donde la importancia de los pobres y de los sometidos por causa de la justicia destaca.

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee en la Biblia por lo menos cuatro parábolas; las encontrarás en el Nuevo Testamento, en cualquiera de los evangelios. Te recordamos algunos títulos de estos relatos llamados parábolas que aparecen en el evangelio según San Mateo: Parábola del sembrador, el trigo y la mala hierba, el grano de mostaza, los trabajadores de la viña, la de los dos hijos, Analiza por lo menos dos de ellas por escrito.

2. Lectura complementaria. Lee otro libro del Nuevo Testamento y escribe una cuartilla sobre el tema que en él se enfoca.

Características de la literatura hebrea

De modo general, las características de la literatura hebrea son:

a) Profunda asociación del hombre con Dios.

b) Temática extensa (abarca no sólo lo religioso, sino lo histórico, lo político, lo moral, lo filosófico, lo económico, lo jurídico, etcétera).

c) Uso persistente de figuras literarias (particularmente alegorías, repeticiones, metáforas, etcétera) y parábolas.

d) Profusas descripciones, especialmente cuando se trata de ejemplificar un castigo o una recompensa (en el primer caso, el dramatismo es exacerbado).

e) Presencia escasa de diálogos; cuando los hay, son simples y directos.

f) Incidencia de elementos sobrenaturales (realizados por Dios) en hechos terrenos.

g). Periodicidad del texto que consiste en la división métrica de lo escrito en períodos, frases o cláusulas, no siempre de igual extensión, y que a su vez se subdividen en miembros o líneas poéticas, es decir, los incisos en que se divide la frase.

h) El paralelismo es el procedimiento literario que más resalta en la poesía bíblica. Consiste en la correspondencia esencial que, en cuanto a las ideas, mantienen entre sí los miembros que integran un período sintáctico. Por ejemplo:

“Líbrame de mis enemigos, ¡Dios mío!

Defiéndeme de los que se alzan contra mí.

Líbrame de los que obran la iniquidad,

Sálvame de los hombres sanguinarios.” (1995: 1245). He aquí un ejemplo de paralelismo sinonímico, es decir, las ideas que se enlistan además de estar ordenadas en forma paralela son sinónimas. Existe también el paralelismo antitético cuando las nociones trabajadas son opuestas, y sintético en donde se establece una relación o correspondencia más amplia que la de semejanza u oposición.

i). Elocución poética. La poesía hebrea se distingue de la prosa por una elocución que le es propia: pomposa, vivaz, hiperbólica en las expresiones, rebuscada y cuidadosamente trabajada en sus giros.

j).      El estilo se divide en sentencioso, figurado y sublime

         Sentencioso: Tiene un carácter didáctico y se recurre a preceptos graves, concisos y rápidos que quitan toda lentitud al discurso.

         Figurado: Emplean numerosas imágenes poéticas o figuras retóricas que dan mayor belleza a la expresión de las ideas.

         Sublime: Los poetas hebreos cantan la inmensidad, la magnificencia, el poder y la sabiduría infinita de Yavé; y aunque el poeta utilice a veces imágenes muy comunes alcanza lo sublime en las ideas.

La trascendencia de la literatura hebrea no se limita a la influencia religiosa que implica; numerosos tópicos bíblicos han sido tema de otras obras literarias e, incluso, de muchas otras obras de arte.

LO QUE HAS APRENDIDO

1. En un mapa, señala con verde la región mesopotámica, con rojo la región egipcia y con amarillo el pueblo hebreo, en los momentos históricos que aquí han sido referidos.

2. Elabora un mapa conceptual en el que expreses las características de la literatura mesopotámica.

3. Realiza un cuadro sinóptico relativo a la literatura egipcia; deberá incluir por lo menos períodos y obras literarias, así como cualquier otro elemento que consideres necesario.

4. Desarrolla un esquema en el que expreses la conformación de la Biblia.

 

LITERATURA DEL PUEBLO ÁRABE

RECUERDA LO QUE SABES

¿Qué es el Islam?

¿Conoces algo sobre el Corán?

¿Qué región actual es considerada árabe?

Comentario

Así como la literatura hebrea tiene como figura central la Biblia, puede decirse que la literatura árabe comienza con el Corán (que significa “lectura” o “proclamación”), que reúne la predicación de Mahoma y preceptos del Islam; es el texto sagrado de los musulmanes; consta de ciento catorce capítulos.

De este texto sagrado se distingue la poesía, distribuida en dos vertientes: en una predominan los temas amorosos, con un tono generalmente ligero y desenvuelto, incluso desvergonzado; en la otra vertiente se cuidan más, tanto la forma como los temas.

Quizá el género en que más sobresalieron los árabes es en el narrativo; son abundantes los relatos breves, en ocasiones con intención moralizadora; los cuentos suelen estar relacionados con los relatos de otras culturas. La obra característica de esta época es la Manama, serie de cuentos cortos sobre un mismo protagonista; sin embargo, Las mil y una noches es el texto más conocido de este pueblo; está conformado por diversos relatos procedentes de la India, Persia, y otros países islámicos, enmarcados en una historia mayor (la de Scherezada y el rey). La trascendencia de esta obra árabe persiste hasta nuestros días, no sólo por su difusión, sino porque los relatos son conocidos individualmente, convirtiéndose muchos de ellos en clásicos infantiles.

Veamos un texto:

Las mil y una noches (fragmento 1).

Estos actos de barbarie sembraron la consternación en todo el reino y, en vez de las alabanzas y bendiciones que hasta entonces habían tributado al sultán, todos los vasallos le maldecían y le deseaban la muerte. El gran visir que, contra su voluntad, era ministro de esa cruel injusticia, tenía dos hijas. La mayor se llamaba Scherezada y Diznarda la más joven. Ésta, no menos bella que su hermana, no poseía, sin embargo, el valor superior a su sexo y el ingenio y la perspicacia de que aquélla estaba dotada. Scherezada había leído mucho y poseía una memoria prodigiosa. Había estudiado filosofía, medicina, historia y bellas artes y componía versos mucho mejor que los más célebres poetas de su tiempo. Además, su belleza era perfecta y su corazón sólo albergaba los sentimientos más nobles y generosos. El visir amaba entrañablemente a esta hija, que era, en verdad, digna de su amor.

Un día en que ambos se hallaban reunidos, Scherezada dijo al visir:

    Padre mío, quiero pediros una gracia.

    Que yo te concederé gustosísimo, si, como espero, es razonable.

    He ideado un plan —repuso la joven— para poner coto a las barbaridades que comete el sultán con las hijas de familia.

    Digna de alabanza es tu intención —contestó el visir—, pero me parece que no tiene cura lo que tú piensas reparar.

    Padre mío – replicó Scherezada-, puesto que sois vos el que cada noche habéis de procurar una nueva esposa al sultán, os ruego que le propongáis que me conceda ese honor.

    ¡Ah! —exclamó el visir, aterrado—, ¿has perdido el juicio, hija mía? ¿Cómo te atreves a hacerme semejante juego? ¿Sabes a lo que te expone tu indiscreto celo?

    Sí, padre mío  —contestó Scherezada—, sé a qué peligro me expongo. Si perezco, mi muerte será gloriosa, pero si logro llevar a cabo mi empresa, hará a mi patria un servicio inmenso.

    No, no —replicó el visir—. Es inútil que insistas, pues no puedo acceder a lo que me pides.

    Concedédmelo, padre mío, será la última gracia que os pida.

    Tu obstinación —repuso el visir— hará que me enoje. ¿Por qué te empeñas en ir al encuentro de una muerte segura? El que no prevé el fin de una empresa peligrosa, no puede realizarla como es debido. Cuidado no te suceda lo que, al asno, que estaba bien y no supo contentarse con su suerte. (2003: 13).

Comentario

En el ágil relato que acabas de leer el narrador presenta a dos jóvenes mujeres, hijas del visir; una de ellas le pide que le permita ser la esposa siguiente del sultán, porque ella ha ideado la forma de vencer los temores del poderoso rey. El sultán había decidido casarse cada noche con una nueva doncella a quien irremediablemente asesinaba al amanecer del nuevo día; lo hacía para vengarse de una mujer que lo había traicionado. Scherezada se encargará de contarle historias interminables y atractivas hasta el extremo de captar la atención del monarca y conseguir de él —después de mucho tiempo— su perdón y el matrimonio definitivo.

Veamos también un ejemplo de esos relatos:

Historia de Simbad, el marino

En el reinado del mismo califa de quien acabo de hablar –dijo Scherezada- vivía en Bagdad un pobre mandadero que se llamaba Himbad. Fatigado un día de gran calor con el peso de su carga, se paró en una calle estrecha donde reinaba un fresco agradable y perfumado que convidaba a tomar algunos momentos de descanso. Se sentó junto a un gran edificio, en el que se celebraba sin duda algún festín, a juzgar por los instrumentos músicos que se oían en unión de ese ruido especial que produce siempre la alegría de los convidados. Quiso el buen mandadero averiguar lo que hubiese, y dirigiéndose a uno de los criados que estaban en el pórtico le preguntó el nombre del dueño de la casa:

    ¿Es posible —exclamó el criado— que vos, vecino de Bagdad, ignoréis que vive en este palacio el célebre Simbad el marino, ese famoso viajero que ha recorrido todos los mares que alumbra el sol?

El mandadero había oído, en efecto, hablar de la opulencia del señor Simbad, y no pudo prescindir de comparar las riquezas y el bienestar de éste con la miseria a que él se veía reducido y los afanes que le costaba el mantener a su numerosa familia. Nuestro hombre, entregado a un acceso de desesperación, vio salir del palacio a un criado que le dijo:

    Seguidme. Mi amo, el señor Simbad, quiere hablaros al momento. —Y condujo al asombrado Himbad a una gran sala donde estaban varias personas alrededor de la mesa del banquete, compuesto de exquisitos manjares.

Veíase en el sitio de honor a un hombre grave, de aspecto respetable y de larga barba blanca. Era Simbad el marino, que, al notar la turbación natural del mandadero, se acercó a él, le sirvió de comer y de beber con el mayor agrado, tratándole de hermano, según la costumbre de los árabes. Concluida la comida, dijo Simbad al mandadero que había escuchado sus exclamaciones desde la ventana, y que iba a sacarle del error en que se encontraba, al creer, sin duda, que había adquirido sus riquezas sin trabajos ni penalidades de ninguna especie.

    Sí, señores —continuó Simbad dirigiéndose a los convidados, después que el pobre mandadero murmurase algunas palabras de excusa—, he sufrido mucho durante una larga serie de años, y los peligros de mis aventuras en los siete viajes que he hecho exceden a cuanto pueda concebir la imaginación. Voy a relataros mi historia para que sirva de

recreo y de enseñanza al hermano Himbad, que hace poco se

lamentaba de su triste suerte. (2003: 100-101).

Actividades

1. Vocabulario: busca en el diccionario el significado de veinte palabras que escojas de los fragmentos anteriores. Recuerda que el uso de los vocablos depende del contexto en que se emplea.

2. Extrae la idea principal de cada uno de los textos anteriores y dos ideas secundarias de éstos.

3. Lectura complementaria. Lee con atención en Las mil y una noches el relato de por lo menos cuatro de los siete viajes que lleva a cabo Simbad, el marino.

4. Redacta un resumen en una cuartilla de uno de esos viajes.

5. Comenta por escrito uno de esos viajes observando en él los personajes que participan y los elementos fantasiosos a los cuales el narrador recurre.

Características de la literatura árabe

La literatura árabe se caracteriza por:

a) Tres formas literarias: la sagrada, la narración y la poesía.

b) En la narración sobresalen los cuentos o relatos breves.

c) En estos relatos, existe un lenguaje ceremonioso que refiere las costumbres de la época.

d) La intervención de seres fantásticos (como genios o hechiceros) es recurrente.

e) La temática suele versar sobre la debilidad humana y el castigo que ello amerita.

f) Con frecuencia está presente la divinidad, por lo menos en la invocación de algún personaje.

LO QUE HAS APRENDIDO

1. Explica cómo está estructurado el texto Las mil y una noches; utiliza dibujos.

2. Elabora un mapa conceptual en el que plasmes algunas características de la literatura árabe.

LITERATURA HINDÚ

RECUERDA LO QUE SABES

¿En qué región se ubica la India?

¿Qué idea tienes sobre este territorio?

Panorama cultural

La India está constituida por tres grandes partes: al norte, la región montañosa del Himalaya (con clima frío); en el centro, el valle del Ganges y la meseta de Decán, y al sur la llanura (clima cálido, menos en el desierto); es una región fértil gracias a los ríos Indo, Ganges y Brahmaputra. Igual a la diversidad de zonas es la variedad de fauna; incluye tigres, leones, leopardos, chitas, chacales, hienas, rinocerontes, ciervos, monos, elefantes, bueyes, búfalos, toros cebúes, camellos, aves exóticas y distintos reptiles.

La India es una zona que se distingue por la enorme densidad poblacional; ello provoca importantes problemas de salud y estabilidad económica; además, propicia la existencia de una gran variedad de lenguas —cuyo origen proviene de la diversidad de civilizaciones que originalmente integraron esta pueblo–, las cuales han condicionado la configuración territorial de la India.

La India se ha regido por un importante e inflexible sistema de castas; si bien éstas resultan numerosas, las principales son:

1. Kshatriyas: guerreros.

2. Brahmanes: sacerdotes.

3. Bisyas: comerciantes y agricultores.

4. Sudras: sirvientes.

5. Intocables: desposeídos, cuyo contacto estaba prohibido para las otras castas.

La mezcla entre castas resulta prácticamente imposible; cada una de ellas cuenta con prerrogativas y funciones propias, que no pueden ser intercambiadas.

Actividades

1. En un mapa, marca el contorno de la India con color rojo; señala con gris la parte norte (acota también la cadena del Himalaya), con amarillo la región media y con verde las llanuras del sur; indica con líneas azules la localización de los ríos Indo, Ganges y Brahmaputra.

2. Investiga en Internet qué idiomas han predominado en la India, así como la región a la que pertenecen.

3. Busca en Internet otras características culturales de la India.

Literatura

Las más antiguas manifestaciones escritas en alguna lengua de la India son las compuestas en sánscrita; si bien existieron textos en otras lenguas, éstos no se pusieron por escrito sino hasta nuestra era.

En la literatura sánscrita se establecen dos períodos:

a) Período védico (1500-200 a. C.)

Predomina el contenido religioso; aglutina algunas de las obras que sientan las bases del hinduismo, entre las que destacan los Libros védicos, formado por cuatro libros de sentencias e himnos religiosos compuestos a lo largo de varios siglos: el Sama-Veda o Veda de las melodías (destinadas a ser cantadas), el Rig-Veda (de donde se toman las estrofas del libro predio), el Yajur-Veda o Veda de las fórmulas de los sacrificios (con dos versiones: texto “blanco”, que contiene las fórmulas, y texto “negro”, que incluye fórmulas y los respectivos comentarios en prosa), y el Atharva Veda, que incluye textos heterogéneos, con el predominio de plegarias mágicas.

Alrededor de estos libros surgen otras obras que se encargan de interpretarlos o explicarlos; por ejemplo los Brahmanas contienen descripciones de ritos, explicaciones lingüísticas, desarrollo de la tradición y especulaciones filosóficas; los Upanishads contienen la filosofía hindú.

b) Período sánscrito clásico (200 a. C. a 1100 d. C.)

Las obras de este período, en contraste al védico, son de contenido esencialmente profano y pueden agruparse en tres géneros principales:

1. La epopeya. A este género pertenecen dos de los principales textos de la literatura sánscrita: Mahabharata (poema narrativo compuesto en torno al 300 a. C., cuya autoría se atribuye a Vasa; relata la lucha entre dos ramas —príncipes— de una misma familia por el control de un reino) y Ramayana (poema que comenzó a componerse, probablemente, durante el siglo III a. C.; atribuido a Valmiki, narra las peripecias del príncipe Rama y su familia).

2. El cuento. Abundan colecciones de relatos de temática y estructura variada; algunos adoptan forma de fábula, otros de cuentos de hadas y otros tienen un tono más realista, pero todas las colecciones cuentan con un hilo conductor que unifica las distintas historias; la más influyente de estas colecciones es el Panchatantra (setenta fábulas ordenadas en torno a cinco temas: la separación de los amigos, la forma de entablar amistades, la batalla entre cuervos y búhos, la pérdida de lo que se ha ido adquiriendo y los actos realizados sin reflexionar; el hilo conductor es la educación de un joven príncipe).

A continuación presentamos un fragmento de Mahabarata:

Episodio de Nala y Damayanti

Hubo entre los Nishadenos un rey vigoroso, Nala, hijo de Virasena. Era gallardo, reunía las cualidades que más se desean, y era hábil para manejar caballos: era un héroe piadoso que sabía el Veda; era verídico, fuerte, y mandaba un numeroso ejército; era simpático para los hombres y para las mujeres; era generoso; como valiente guerrero, manejaba perfectamente el arco y parecía que era el mismo Manú,[5] hecho visible en la Tierra; pero… era aficionado al juego de dados.

En la misma época, Bima, rey de Vidharba, tuvo tres hijos, jóvenes príncipes generosos hasta el exceso, y una hija, Damayanti, de talle gentil.

Ataviada con todas sus galas, Damayanti brillaba en medio de sus compañeras, colocados por centenares en grado inferior al de aquélla. Esta virgen de ojos grandes estaba dotada de una belleza superior, y en ninguna parte se veían parecidas formas, ni entre los Yaksas, ni entre los dioses.

Esta joven llenaba de amor al alma y era bella aun para los dioses.

Se complacían en elogiar a Nala delante de ella, y en ensalzar a Damayanti en presencia de Nala. Esas continuas alabanzas de las cualidades de uno y de otra, despertaron el amor entre los dos.

Nala no pudo vencer ese amor que había brotado en su corazón, y fue secretamente a sentarse en un bosque cerca del gineceo. Vio allí cisnes paseándose en el bosque. Cogió uno, el cual le dirigió la palabra en estos términos: «Si respetas mi vida, haré algo que te será muy agradable: hablaré de ti tan bien en presencia de Damayanti, que ella no querrá nunca a ningún otro hombre más que a ti.»

El príncipe soltó el ave. Los cisnes volaron y fueron a caer cerca de Damayanti.

Damayanti, rodeada de sus amigas, admiró aquellos huéspedes del aire de maravillosa belleza, y trató de coger uno.

Los cisnes se posaron en todas partes en los jardines del serrallo, y las jóvenes corrieron acá y allá tras los plumíferos.

El ave que perseguía Damayanti se detuvo ante ella y, adquiriendo voz humana, le habló en este lenguaje: «Damayanti, entre los Nishadenos hay un rey llamado Nala, que iguala en belleza a los Asuenes y que no tiene igual entre los hombres.

»Si tú llegaras a ser su esposa, tu juventud y tu belleza no quedarían sin fruto, virgen de esbelto talle. Eres la perla de las mujeres, Nala es el más bello de los hombres. Vuestra alianza sería proporcionada y feliz.»

Damayanti respondió entonces: «Habla a Nala de igual modo que a mí». El cisne voló, volvió a donde estaban los Nishadenos y reveló todo a Nala. (1981: 76-79).

 

 

 

Comentario

El anterior es sólo un fragmento de Mahabharata; sin embargo, contiene elementos que resultan recurrentes en todo el texto y, de hecho, en gran parte de la literatura hindú:

a) Epítetos, es decir, expresiones o palabras que califican a un sujeto.

b) Intervención de la divinidad en los asuntos humanos.

c) Religiosidad; la invocación a los dioses es un elemento recurrente.

d) Persistencia de mitos, en otras palabras, figuras heroicas con cualidades prácticamente sobrenaturales.

e) Personificación de la naturaleza.

f) Principios morales que pretenden transmitirse al lector, es decir, condena a las conductas negativas y ensalzamiento de conductas positivas.

Actividad

1. Localiza en el texto previo por lo menos un ejemplo de cada característica.

2. En el edición citada del Mahabharata o en Internet ubica otra historia contada en este libro y coméntala en una cuartilla.

 

 

 

 

 

LA ACCIÓN ÉPICA EN EL MAHABHARATA POR HYALMAR BLIXEN

Este inmenso poema épico de la India, fabulosa antología de gestas, relatos alegóricos morales, leyendas, aventuras y descripciones tiene una acción llena de peripecias que deleitaron a generaciones de aquel pueblo milenario. El poema se formó -lo vimos en el artículo anterior, aparecido en este Suplemento- por yuxtaposición de relatos y desarrollos ético religiosos agregados por los brahmanes a un fondo épico primitivo, más rudo y violento y determinable hoy, aunque con cierta aproximación, ya que el material poético está muy mezclado. Si dejamos de lado toda la inmensa masa de cantares interpolados, nos queda un simple relato de aventuras, en el que dos ramas de una misma familia luchan por la posesión de un reino del norte de la India. Dos príncipes, hermanos entre sí, reinaron en Hastinapura. Primero gobernó el menor, llamado Pandú ("el pálido") ya que su hermano mayor, Dhritarastra, era ciego de nacimiento y según una vieja ley, como señala Vivekananda en un comentario, quedaba apartado de los derechos de sucesión, aquel candidato que tuviera algún defecto físico notable, que no le permitiera ejercer el gobierno con toda energía y dignidad. Dhritarastra tuvo, sin embargo, según la leyenda, cien hijos, que formaron el partido llamado de los kuravas, en homenaja a Kuru, un antepasado de la familia; Pandú tuvo sólo cinco hijos: tres habidos de su esposa principal, Kunti, y que fueron Yudhisthira, lleno de sabiduría y prudencia; Bhima, hombre de gran vigor físico y notable voracidad y Ardjuna, lleno de nobleza y también de destreza en el manejo de las armas, especialmente el arco. De la segunda mujer llamada Madri, le nacieron dos hijos gemelos Nakula y Sahadeva.

El rey Pandú murió prematuramente, por lo que no hubo otra solución que llamar al gobierno del reino a Dhritarastra, a pesar de su ceguera. Entre tanto, los príncipes todos fueron educados por un sacerdote guerrero, Drona, que les enseñó todo lo que en aquella época ruda se suponía en la India que debía saber un chatrya. Pero los cien primos tenían gran envidia de los cinco hijos de Pandú (o pandavas) y trataron de eliminarlos por medio de maquinaciones arteras. Cuando Yudhisthira fue elegido por su tío, Dhritarastra para sucederle en el trono, Duryodhara y Duzzana (los mayores de los cien kuravas) persuadieron a los cinco pandavas a que asistieran a un festival sacro que se celebraba en un lugar llamado Väranavata. De camino los cinco hermanos fueron alojados en una casa hecha de cáñamo, resina, laca, maderas y demás materiales propensos a la combustión. La intención de los kuravas era la de que los cinco primos perecieran en el incendio de esa residencia, que aquellos preparaban. Sin embargo escaparon de la muerte, porque un hermanastro de Dhritarastra, llamado Vidura, hombre de buen corazón, previno a los pandavas del peligro que corrían. Estos se retiraron con la reina Kunti, madre de los tres primeros, a la selva y allí vivieron un tiempo, disfrazados de estudiantes bracmanes y pidiendo limosna. Los pandavas realizaron en la selva grandes hazañas; entre otras, el vigoroso Bhima mató en la selva al raksasa (o demonio) Hidimba, que intentaba devorarlos. También destruyó a otro que exigía día a día, se le entregara un habitante de una ciudad vecina, para devorarlo.

Pero la suerte de los cinco pandavas cambió de pronto a causa de un matrimonio ventajoso. En el cercano reino de Pañcala, el rey Draupada había decidido casar a su hija Draupadi para lo cual organizó un "svayamvara" o torneo para la elección de marido, que era cosa frecuente en la antigua India. La prueba era sumamente difícil: había que atravesar el orificio central de una rueda giratoria con una flecha, la cual debía luego clavarse en el ojo de un pez pintado. Además, no debía apuntarse mirando directamente el blanco, sino, el reflejo que éste hacía en un cubo lleno de agua. Todos los chatryas (casta de los guerreros) que habían venido a competir, fracasaron en su intento, razón por la cual fueron admitidos hombres de otras castas. Eso dió ocasión a Ardjuna, disfrazado de bracman, de probar fortuna, tras la que logró éxito, ya que con las flechas tiraba maravillosamente. Al volver a donde estaba la madre Kunti, le dijeron los hermanos: "¡Madre! ¡Qué limosna maravillosa traemos hoy!"

Ella, sin saber qué cosa habían recibido, contestó:

"Pues disfrutadla, como buenos hermanos, entre todos"

Luego se percató que se trataba de una muchacha, pero ya no se podía retirar la palabra materna; así, Draupadi fue esposa común de los cinco hermanos. Consultado Vyasa, abuelo de los pandavas sobre si era posible este matrimonio, el sabio, al que se le adjudica legendariamente la creación del propio Mahabhárata, respondió que sí. En realidad se trata de un curioso ejemplo de poliandría, el único que aparece en la epopeya; quizás se hayan filtrado al respecto influencias de las culturas del Tibet, donde la poliandría existía y existe aún. Más fuertes ahora los cinco pandavas, tras este matrimonio, exigen a los cien kuravas que les cedan la mitad del reino, cosa a la que al final acceden aquéllos para evitar la guerra civil.

Yudhysthira, los cuatro hermanos y Draupadi obtienen así una reparación: un nuevo reino, cuya capital va a ser Indraprastha (Delhi). Yudhysthira hace entonces grandes conquistas, tras las que decide coronarse rey supremo. Para ello prepara el llamado "Yajnarajasuya" (o sacrificio real); a esa ceremonia suntuosa asisten numerosos príncipes e incluso los kuravas, los que no dejan de sufrir algunas humillaciones, por lo que esperan el momento de tomarse amplio desquite.

Buscaron un ocasión y pronto la hallaron. Según una antigua costumbre de la India, si a un chatrya se le desafiaba a luchar o a competir en algún juego, debía aceptar so pena de deshonrarse. Por eso Shakuni, tío de los kuravas, invitó a Yudhysthira a jugar a los dados, juego por el que este era entusiasta. En el gran salón real es organizada la partida de dados; tiran una y otra vez y siempre vence Shakuni, porque usa dados cargados. Yudhysthira pierde las ciudades de su reino, luego la libertad de sus hermanos y mismo de Draupadi. Un temblor agita toda la sala. Los kuravas mandan traer a la joven reina, a la que tiran de las largas trenzas al grito de "¡esclava, esclava!".

La mirada que Draupadi hecha sobre los desesperados pandavas les hace sufrir más que todas las otras cosas. El gigantesco Bhima, temblando de furor, se dispone a matar a Shakuni. Al fin, el anciano rey ciego Dhritarastra, interviene y logra que Draupadi y los cinco pandavas queden libres, pero con la condición de que se juegue una segunda partida de dados, la que, perdida de nuevo por Yudhysthira, determina que los seis deben pasar doce años desterrados en las selvas, más un décimo tercer año de incógnito al servicio de algún rey.

El tercer libro narra las aventuras de los cinco hermanos en la selva y es rico en episodios y leyendas que se cuentan para distraer de los pandavas de su dolor, algunas dichas por el santo Markandeya. La más célebres son una versión reducida de las hazañas de Rama y Sita, que, desarrolladas dan el célebre poema "El Ramayana"; también el famoso episodio llamado "Nala y Damayanti" (publicado aparte y con ese título en la Editorial Austral). Otras leyendas hermosas son las del origen del río Ganges, el episodio de Cybana y Sukandya, el de los pandavas y Dharma, el del Diluvio Universal, el del nacimiento de Skanda, dios de la guerra, y el más conmovedor de todos: el de Savitri y el de su amado esposo Satyavat. Estas historias tienen siempre un fondo didáctico y moral; enseñan la ética, deleitando, la pintura del amor y de la mujer, especialmente son de mano maestra y bien adecuadas a lo que la India consideraba el ideal de esposa: tierna, abnegada, heroica en la defensa de su amor. Sakúntala, Kunti, Sita, Sukanya, Damayanti, y Savitri son modelos de la virtud femenina, de la delicadeza y de la gracia.

En tanto que estas leyendas cortan continuamente el hilo de la acción, otras veces son aventuras de tipo distinto, acaecidas a alguno de los cinco pandavas, las que detienen el impulso épico central, a fin de contar pequeñas gestas secundarias o aventuras que ocurren a alguno de los hermanos: así, Bhima obtiene la flor celestial y Ardjuna, (amigo y aliado del dios Krishna) consigue armas maravillosas, don de las deidades.

Tras los doce años de destierro, los hermanos y Draupadi pasan el decimotercero en la corte de Virata, rey de Natsya. Yudhisthira se disfraza de bracman, Bhima de cocinero, Ardjuna de eunuco, por lo que es nombrado maestro de música de las princesas. Nakula de caballerizo y Sahadeva de boyero. En cuanto a la hermosa Draupadi durante todo ese año realiza labores de sirvienta.

Después de todos estos sacrificios, los pandavas solicitan la devolución de su reino, pero los cien primos, los kuravas, se niegan a ello; entonces, por amor a la paz, solicitan al menos cinco ciudades para reinar en ellas, cosa que tampoco obtienen. Esta cerrada e injusta negativa trae como consecuencia la guerra. Requieren ambos grupos el auxilio de los distintos rajas, los que acuden en auxilio de uno u otro bando. Así llegamos al libro VI, donde ha sido ubicado un canto, sin duda interpolado también: el célebre Bhagavat Guita, uno de los más profundos libros sapienciales de la India. Se cuenta allí que Ardjuna, al ver que van a combatir entre sí tantos guerreros ilustres de uno y otro bando, siente desfallecer su voluntad de lucha; le parece demasiado horrible la matanza; entonces el dios Krishna le desarrolla uno de los sistemas filosóficos más caros al pensamiento hindú, es un diálogo de trascendencia y hondura poco comunes, en el cual se explica que la muerte es una ilusión, pues el alma, que no puede ser destruida, se reencarna fatalmente, de acuerdo con su karma, en otras envolturas materiales. Nadie de los que está combatiendo ha de morir, agrega Ardjuna; sólo sus cuerpos; el alma se desprende del cuerpo como el ser humano de un vestido y toma otro.

La batalla de Kurunksetra dura dieciocho días; la traición y las añagazas guerreras juegan un papel preponderante y parecen revelar que esta narración bélica constituye uno de los pasajes más arcaicos del Mahabharata; en ciertos momentos casi se diría que el autor de esos fragmentos fuese favorable a los kuravas. En medio de la mortandad de hombres, caballos y elefantes, entre los carros volcados y la sangre que encharca la tierra, entre el chocar de armas se realizan hazañas portentosas. Cosa curiosa: se combate sólo durante el día; al llegar la noche, los adversarios de uno u otro bando van al otro campamento donde dialogan cortésmente. Al fin de esta larga contienda vencen los cinco pandavas.

La narración a veces da paso al poema elegíaco; así, como ejemplo de éste, pueden ser citadas las lamentaciones de Gandhari, esposa del ciego y viejo Dhritarastra.

Dice el poema:

"Allí, en el campo de batalla está Gandhari, reina sin mácula, mujer sin mácula, siempre justa, siempre buena, majestuosa en su pesar profundo. Oscurecida por corrientes de sangre, la roja lisa está cubierta de cráneos hendidos y trenzas empapadas de esparcidos miembros de incontables guerreros... El dilatado aullido de los chacales vibra sobre la escena de la matanza y el buitre y el cuervo agitan sus negras y repugnantes alas. Regalándose con sangre de guerrero, asquerosos pishachas llenan el aire; invisibles formas de hambrientos rakshas despedazan los cadáveres miembro a miembro. A través de esta escena de muerte es conducido el anciano monarca; damas kuravas, con pasos vacilantes, andan entre innumerables muertos y agudos chillidos de angustia, vibran sobre la llanura cuando ven a sus hijos, padres, hermanos, señores entre los que yacen insensibles, cuando ven a los lobos de la selva devorando a su destinada presa, a los oscuros errantes de la medianoche merodeando bajo la luz del día".

La reina Gandhari encuentra el cadáver de su hijo Duryodhana; tras abrazar su forma sin vida recuerda los últimos momentos de la despedida:

"Madre, dijo, mi Duryodhana al partir al combate, deséame goce y triunfo cuando suba a mi carro de guerra". "Hijo, contesté a Duryidhana: aparte de ti el cielo un destino cruel; el triunfo sigue a la virtud". "Ahora habita en las regiones celestiales que conquista el guerrero fiel. Y no lloro por Duryodhana; como un príncipe luchó y cayó. Mas de mi esposo, por la pena herido ¿quién podrá contar la desdicha? Luego al ver que la esposa de Duryodhana besa el rostro ensangrentado de su marido, le dice palabras de aliento: "¡Oh, mi loto, mi hija, orgullo de los Bháratas, gloria de los kuravas! Si la verdad está en los Vedas, el bravo Duryodhana mora en las alturas ¿por qué nos demoraremos en la tristeza, separados de su amor carísimo?. Si la verdad está en el Sastra, mora en el cielo mi heroico hijo, ¿por qué nos demoraremos en el pesar si ya cumplieron ellos su tarea terrena?"

Valiosísimos por su valor conceptual son los largos pasajes (Libros XII y XII) en los que Bhisma, otro de los kuravas moribundo, enseña a su enemigo y vencedor Yudhisthira, las normas de ética y de gobierno. Esta parte sin duda interpolada posteriormente contiene 19494 shlokas, o sea casi una cuarta parte del total del Mahabharata. Allí Bhisma habla acerca del régimen de castas, acerca de mitos y tradiciones, de rico saber folklórico, de metafísica, de los sistemas del Sankya y de los Upanishads. Es que, sin duda alguna, esos trozos didácticos adquirían un valor y autoridad especiales si eran puestos en la boca de alguno de los grandes héroes del pasado; de ahí las continuas interpolaciones.

Dhritarastra entrega el reino a Yudhisthira y sus hermanos, los cuales reinan hasta que, comprendiendo que había llegado el momento de dejar el mundo, emprenden su viaje final, junto con Draupadi, hacia los Himalayas en busca del cielo de Indra. Este pasaje, pródigo en enseñanzas de virtud es de elevación poco común.

He aquí una apretada síntesis del Mahabhárata. Esta epopeya vale quizás hoy para nosotros, más aún que por el fondo épico originario que ha sido ahora expuesto, por sus digresiones, apólogos, leyendas, fragmentos didácticos de sublime belleza de los cuales nada hemos expresado aún. Son éstos como lagos hermosos de abundante sombra serena, que salen del gran río turbulento de la narración épica, páginas iluminadas de tremenda luz espiritual -a veces algo alejada de la mentalidad occidental- pero de una poesía pura y elevada que deberíamos conocer mejor. Música del corazón, el espíritu de estas leyendas asciende sereno hacia las esferas inmarcesibles.

 

 

 

EL AMOR EN LAS LEYENDAS DEL MAHABHARATA
por Hyalmar Blixen

Profuso en historias de amor, rico en relatos de abnegación, de dulce y hasta dramática fidelidad, el Vana-Parvan (Libro de la Selva) el tercero de los que constituyen el Mahabharata, es una colección de leyendas, de alegorías propensas al ensueño, donde el ideal de mujer y particularmente de esposa se eleva impregnado de cautivadora esencia. Abrevadero donde se bebe agua de amor -entre las rudas contiendas de otros cantos en los que mezquinos intereses materiales se entrechocan como manada de lobos que se destruye a sí misma- el Vana-Parvan ilumina de ideal el arduo vivir de los héroes.

Los autores indios, que cuando en algunos de sus libros clásicos han tratado el tema erótico, lo han desarrollado con insólita crudeza, tienen, para la esposa, veneración austera y maravillosa ternura. Señalemos algunas de esas historias iluminadas.

La de Cyavana y Sukanya es una de ellas. Cyavana, hijo de Bhrigu, era un asceta. Sometido a las duras austeridades que practicaban los brahmanes, vencedor de rigurosos "tapas", había logrado triunfar de todo deseo de movimiento. Aquietado su cuerpo, estaba sumido en abstracción profunda y no sentía que las hormigas edificaban encima suyo sus hormigueros. Sólo habían respetado ellas los ojos de Cyavana; éstos, llenos de extraña luz interior, brillaban entre las briznas acumuladas por las arduas trabajadoras.

Un día pasó por allí una princesa llamada Sukanya, acompañada de un gran cortejo. Ella creyó que los ojos del asceta eran flores y se distrajo en pincharlos con una espina. El dolor hizo que Cyavana despertara de su abstracción; con su vista interior -la única que le quedaba- adivinó la causa del mal que se le había hecho y maldijo a todos los presentes. La maldición de un anacoreta, según las supersticiones de la India, era capaz de producir gravísimas destrucciones, ya que un extraño poder mental era puesto al servicio de aquellas. Sukanya ofreció al asceta casarse con él a modo de expiación y éste retiró la maldición que empezaba a extenderse como un perfume envenenado. Así vivieron Cyavana y Sukanya en la selva y el amor los fue uniendo lentamente y a causa de éste, se hizo amable ese mundo hostil, morada de los tigres y de las serpientes ponzoñosas y lleno de pantanos de sonriente apariencia.

Pero un día los dos Azvini, los dioses mellizos, vieron a la esposa. Aún vestida de la túnica de cortezas de árbol, despojada de adornos suntuosos era hermosa. Cumplía las tareas humildemente y una gracia indescriptible parecía salir de su ser. Los hermanos desearon su belleza, huraña como esas selvas que la guardaban y sus formas, que rivalizaban con las de las apsaras. No sería la primera vez que los humanos y los seres del mundo de Indra se unían bajo las leyes de Kama, dios del amor. Pero al verla virtuosa, devota de su marido, le ofrecieron lo siguiente: como médicos de los dioses que eran, devolverían a Cyavana, no sólo la salud, sino también la juventud y aún la perdida belleza, olvidada bajo las arrugas y las mortificaciones, a cambio de ésto, la esposa debería luego elegir al que prefiriera de entre los tres. Cyavana sabía que era grande la devoción de su mujer, así es que, consultado, aceptó la prueba. Entonces el marido y los dos Azvini se hundieron en la líquida corriente para salir al cabo igualmente hermosos, envueltos en una gloriosa gracia rutilante. Al verlos jóvenes a los tres, idénticos en lozanía y frescura, Sukanya se detuvo, llena de incertidumbre. ¿Cuál de ellos sería su marido? Sus ojos no le decían nada. Absorta y asombrada iba del uno al otro. Al fin, desalentada, se puso a escuchar la voz que salía de su propio corazón:

"-Este es tu amado; es Cyavana"

Y había acertado, allí donde los ojos no sabían distinguir, perdidos entre las engañosas apariencias.

El tema del amor aparece también llenando de graciosa y regocijante luz la juventud del dios Krishna, octavo avatar de Vishnu, su leyenda aparece narrada en algunos cantos suplementarios de Mahabhárata, como ser el "Harivamsa", "El Pancharata" y el célebre "Bhagavad Guita", pero también se nos ofrece en otras tradiciones distintas de la gran epopeya, como ser, por ejemplo, el "Vishnu -Purana". Leyendas que ofrecen grandes variantes, a veces deleitan y a ocasiones obligan a la más seria meditación. Algunos de los aspectos de la vida de Krishna recuerdan a otros la de Jesús; así, se narra que nació aquél en una cueva, en la época en que el cruel rey Mathura, para eliminarlo, ordenó el degüello de todos los recién nacidos.

El pastor Nanda lo educó en las sencillas tareas campestres y así, cuidando ganados, pasó en Vraja su adolescencia. Juguetón y alegre, Krishna tuvo un trato con las "gopis" o pastoras que ha sido explicado de manera alegórica. Más tarde Krishna realizó hazaña sobre hazaña; desgajó árboles, de un puntapié, lanzó un carro por el aire, destruyó al dios de los demonios y aplastó el poder del rey de las serpientes. Junto con Ardjuna destruyó la selva de Kandava, protegida por Indra, hazaña realizada para ayudar a Agni, dios del fuego, y que, desde el punto de vista simbólico representa un Kali-Yuga o destrucción de una edad de hierro para dar paso a un Satya- Yuga o nueva edad de oro. En fin, los amores de Krishna y Rada, su esposa, llenan hermosas páginas y son motivo de cantares y leyendas. "Rada es la personificación del amor emanado de Krishna" señala Ramacharaka, excelente comentador de las filosofías de la India. Y son también numerosas las láminas y dibujos en los que Krishna y Rada aparecen abrazados, idílicamente, así como también aquellos en los que el dios juega alegremente con su flauta. Porque su música produce un estado de éxtasis en las pastoras; así nos lo hace ver Schure en armonioso prosa:

"Atraídas por aquel canto maravilloso, las "gopis", las hijas y las mujeres de los pastores, salieron de sus moradas. Las primeras, al ver a las mayores de la familia en su camino volvieron a entrar enseguida, después de simular que recogían flores. Algunas se aproximaron más, llamando: ¡Krishna, Krishna! y después huyeron avergonzadas. Animándose poco a poco las mujeres rodearon a Krishna por grupos, como gacelas tímidas y curiosas, encantadas por sus melodías. El, abstraído en el sueño de los dioses, no las veía. Atraídas más y más por su canto, las "gopis" comenzaron a impacientarse de que no se fijara en ellas. Nichdali, la hija de Nanda, con los ojos cerrados, había caído en una especie de éxtasis. Su hermana Sarasvati, más atrevida, se deslizó al lado del hijo de Devaki y le dijo con voz cariñosa:

-¡Oh, Krishna! ¿No ves que te escuchamos y no podemos dormir en nuestras moradas? Tus melodías nos han embelezado ¡Oh, héroe admirable! Y henos aquí encadenadas a tu voz y no pudiendo vivir sin ti".

Pero más conmovedora, más elevada en su contenido patético es la historia de Savitri y Satyavat, cuya traducción por Vivekananda, utilizamos para este artículo. Un viejo rey, ciego a causa de la edad, llamado Dyumatsena, había sido destronado por una coalisión de sus adversarios. Retirado a una eremita, allí vivía con su hijo Satyavat. La princesa Savitri se enamoró de éste último. El padre de ella le preguntó por el nombre del príncipe; la muchacha le contestó:

"-Ya no es príncipe, padre mío, porque es el hijo del rey Dyumatsena, que ha perdido su trono. No tiene patrimonio y vive como un "sannyasyn" en el bosque recogiendo hierbas y raíces para alimentarse y mantener a sus ancianos padres con quienes mora en una choza".

El rey frunció el entrecejo y consultó al anciano y sabio Narada, el cual vaticinó que ese casamiento iba a ser doloroso para Savitri, porque su amado estaba ya sentenciado por Yama, dios de la muerte, a perecer dentro de un año. Pero el amor de Savitri no se extinguió con ese amargo vaticinio y habiendo decidido consagrarlo a Satyavat se casó con él.

Así, fue a vivir en el bosque, en una cabaña vestida por las flores de la selva rumorosa por el canto de los pájaros. Todos los días Satyavat se internaba en la umbría para traer frutas o madera o flores para su esposa; ella hacía la frugal comida. Y el año de amor pasó como un soplo o como un sueño. Savitri veía llegar el día fatal y redoblaba la ternura para con su esposo, el cual, ignorante del destino que le aguardaba, hacía alegre la diaria tarea. Cuando volvía su marido escondía ella las lágrimas y le sonreía.

Llegó entonces el día señalado para la muerte de Satyavat; Savitri le rogó que la dejara acompañarlo. Se internaron entonces en el bosque, donde las flores reinaban con colores brillantes, como si estallaran. Todas las cosas reían a la vida; columnas de luz se filtraban desde la floresta, en la que resonaban los gritos de los pavos reales. De un lado, la inocencia condenada; del otro, la ternura vigilante. De un lado, la pura y alegre despreocupación confiada; del otro la tortura de saber y callar, la melancolía que no puede asomarse al rostro. Ella se hacía todo mirada para contemplar por última vea a Satyavat, cuyo rostro notaba cada vez más pálido.

"Al fin, con voz desmayada se quejó Satyavat a su esposa diciendo;

-Amada Savitri; la cabeza se me aturde, se desvanecen mis sentidos... me sobrecoge el sueño. Déjame reposar un rato en tí.

Temblorosa y asustada, replicó Savitri:

-Ven, amado señor mío y reclina la cabeza en mi regazo".

Y así, como un niño en los brazos de su madre, reposó cada vez más débil, Satyavat. Llamado por la tremenda fuerza invisible, ni caricia ni beso le podían despertar; al cabo dejó de existir.

Savitri, abrazada al cadáver de su esposo, quería aún protegerlo de la llamada misteriosa y lejana. Y su amor hizo un prodigio: un círculo de fuego se formó alrededor de ellos para defenderlos. Llegaron los emisarios de la muerte y, sorprendidos, se detuvieron delante de las llamas, a las que no osaron atravesar. Al fin se alejaron de la floresta y así transcurrió gran parte del día.

Atardecía y Savitri vió acercarse a un ser magnífico y terrible, de majestad profundamente triste. Atravesó las llamas y llegó a donde estaba la amada, abrazada siempre a su esposo inerte. Era Yama, el dios de los muertos, el juez de las almas. Tristemente habló así a Savitri:

"-Hija mía, entrega ese cadáver, pues ya sabes que la muerte es el destino de todo mortal y yo soy el primer ser que murió. Desde entonces, todo lo que vive ha de morir".

Savitri, muda, doblada como una caña por el viento, se separó algo del cadáver y Yama tomó el alma y se alejó, caminando entre la selva, hacia su lejano país doloroso. Pero al cabo de un rato sintió el crujir de ramas pisadas por pies leves; volvióse y vió a Savitri que le seguía, llena de terca timidez. Compadecido, el dios le habló como un padre a una niña:

"-Savitri, ¿por qué me sigues? Este es el destino de todos los mortales".

Savitri respondió:

"-No te sigo a ti, padre mío, sino que también es el destino de la mujer ir donde su amor le lleva. La ley eterna no separa al amante esposo de la tierna esposa".

Entonces dijo el dios de la Muerte:

"-Pídeme lo que quieras, menos la vida de tu esposo".

Y Savitri pidió un don. Pero, obtenido, siguió su canino detrás de Yama, como al cuerpo sigue la sombra. Y así, esta escena se repitió otras veces más. Conmovido, Yama le otorgaba alguna dádiva, pero humilde y firmemente seguía Savitri las huellas del dios; éste le habló así por último:

"-Noble Savitri, no me sigas con tu dolor sin esperanza".

"-No tengo más camino que aquel por donde te llevas a mi amado".

"-Pues, entonces, supón, Savitri, que tu marido fue un malvado y que me lo llevo al infierno. ¿Irías a donde fuera tu amado?"

"-Alegre iría a donde él fuera, ya en vida, ya en muerte, ya al cielo, ya al infierno".

"-Benditas sean tus palabras, hija mía; me has complacido. Pídeme otro don con tal de que no sea la vida de tu marido".

Savitri miró consternada, la selva, que amarilleaba. Bajo la tarde que ya hablaba al alma de oscuros velos extraños, se hallaba  sola con la Muerte, que la miraba como un abuelo. Allá lejos, tras el profundo país de las hojas, ¿se alzarían las puertas formidables del Rasatala, las murallas infinitas? El silencio se había hecho flor en el aire. Quizá miríadas de dioses escuchaban ahora el diálogo que con la muerte mantenía el amor, heroico y humilde. Entonces el corazón de Savitri se iluminó: no podía pedir la vida de su marido, pero iba a solicitar algo para lo que esta vida era imprescindible. Como ellos no habían tenido hijos, esto fue lo que rogó:

"-Que no se quiebre la estirpe regia de mi suegro y que su reino lo hereden los hijos de Satyavat".

Vencido el rey de la muerte sonrió y dijo:

"-Hija mía: se cumplirá tu deseo. Aquí tienes el alma de tu marido. Volverá a la vida y vivirá para ser el padre de tus hijos que con el tiempo serán reyes. El amor  ha triunfado de la muerte. Nunca mujer alguna amó como tu..."

Los autores indios son, pues, maestros en la pintura de los grandes cuadros patéticos. En sus shlokas o versos dobles introducen el tema del amor y de la mujer a través de situaciones de verdadera esencia novelística. Desde las aventuras que ocurren a Draupadi, la esposa de los cinco hermanos pandavas, hasta la triste grandeza de la anciana reina Gandhari que en el Stri-Parvan (Libro de las Mujeres) onceno de la gran epopeya, llora la muerte de su hijo, las situaciones dramáticas, casi diríamos románticas, se suceden continuamente. A veces es la tentadora apsara Menaka, a veces la idílica Damayanti...

Lo cierto es que los poetas de la India clásica agregaron a sus grandes cuadros heroicos el resplandor de la ternura femenina dándonos el más hermoso ideal de esposa: fuerte en la adversidad, segura en la verdad de su sentimiento con algo de la ligereza alada que tienen la sombra y el sueño.

 

RAMAYANA

El Ramayana es el más antiguo e importante poema épico de la literatura hindú. Narra las hazañas de Rama, que es la encarnación del dios Vishnú. Escrito originalmente en sánscrito, y atribuido a Valmiki, nos presenta lo divino y lo humano entremezclado en una colorida descripción de héroes, semidioses, gigantes y animales alucinantes. Además de resultar una aventura, aporta elementos que ayudan a comprender la sensualidad, el misticismo y la emotividad de la sensibilidad hindú, pueblo sobre el cual ha tenido gran ingerencia y en cuya moral y costumbres ha influido considerablemente.

Fragmento del Ramayana

Era una vasta y extensa comarca: alegre, abundante en trigo y rebaños, junto a la orilla del Sarayu, llamado también Kasala. Había allí una ciudad, célebre en todo el universo, llamada Ayodya y fundada por Manú, el jefe del género humano.

Ciudad bella y feliz, inexpugnable, provista de puertas bien distribuidas, con calles grandes, amplias, entre las cuales se destaca la calle Real, donde el rocío del agua destruía las volutas de polvo. Numerosos mercaderes frecuentaban sus bazares y numerosos joyeros adornaban los escaparates. Casas enormes cubrían su superficie, embellecida por sotos y jardines públicos. Fosos profundos e infranqueables la circundaban. Arcos ornamentales coronaban sus puertas, constantemente vigiladas por los arqueros.

Un rey magnánimo, Dasarata, que añadía victoria tras victoria al imperio, gobernaba por aquel tiempo la ciudad, como Amaravatila de los Inmortales.

Este monarca, bien instruido en la justicia y para quien la justicia era el fin supremo, carecía de un hijo que prolongase su descendencia, y su corazón se consumía de dolor. Un día que pensaba en su desgracia ocurriósele: “¿Quién me impide celebrar un asvameda para impetrar un hijo?”

Así, fue a buscar a Vasista,y después de ofrecerle un homenaje de salutación, le dirigió estas palabras:

·         Es preciso celebrar inmediatamente un sacrificio a manera de los que ordena el Sastra, tan cuidadosamente que ninguno de los genios malos destructores pueda impedirlo. Exijo de ti este sacrificio.

·         Haré- dijo el virtuoso- cuanto Tu Majestad desee.

Vasista hizo llamar a Sumatra, el ministro, y le dijo:

·         Invita a los reyes de la tierra fieles a la justicia.

Transcurridos algunos días y sus noches, llegaron en gran número los reyes llamados por Dasarata, a quienes éste había enviado regios regalos. Entonces Vasista, con el alma henchida de satisfacción, se presentó ante el monarca y se expresó así:

·         Han venido, ¡oh ilustre entre los ilustres!, todos los reyes, conforme a tus deseos. Los he recibido y honrado a todos dignamente.

El rey encantado por estas palabras, dijo:

·         Que se celebre hoy mismo el sacrificio, íntegramente, en todas sus partes, con todos los ofrecimientos.

Los sacerdotes, consumados maestros en la ciencia de interpretar las Santas Escrituras, dieron de inmediato inicio a la primera de las ceremonias, la ascensión del fuego, según los ritos del sutra del Kalpa. Las reglas de la expiación también fueron observadas escrupulosamente, y se hicieron todas aquellas libaciones exigidas por las circunstancias.

Kaosalya, una de las esposas de Dasarata, describió un pradaksina alrededor del caballo a ser sacrificado, le adoró con unción, derramó sobre él perfumes, guirnaldas y flores. Después, la casta esposa, en compañía del advaryu, tocó a la víctima, y pasó la noche con ella, para obtener el hijo objeto de sus deseos.

Inmediatamente, el rituidje, después de degollar a la víctima y sacarle el tuétano de los huesos, conforme a las reglas sagradas, lo esparció y derramo sobre el fuego, invitando al sacrificio a cada uno de los Inmortales, con la fórmula acostumbrada en las oraciones. Entonces, movido por el deseo inmenso de obtener progenie, el rey Dasarata, unido en este acto fiel a su esposa, respiró el humo de los tuétanos que el brasero consumía sobre el altar. Los oficiantes cortaron en pedazos los miembros del caballo y ofrecieron en el mismo fuego a los habitantes de los cielos la parte que les asigna el ritual.[6] (1999: 9-10).

Actividades

1. Busca un vocabulario de veinte palabras correspondiente al fragmento anterior.

2. Investiga en Internet sobre los dos poemas épicos de la cultura hindú: El Mahabarata y el Ramayana. Anota información sobre cada uno de ellos y luego compártela con tus compañeros.

3. Lectura complementaria. Lee otro pasaje del Ramayana y redacta una síntesis de él.

LO QUE HAS APRENDIDO

1.     Realiza un esquema sobre los periodos de la literatura hindú; utiliza la figura territorial de la India como elemento central, así como siluetas o dibujos de los animales característicos de esa región para aspectos derivados o complementarios del mapa.

Literatura del Extremo oriente: China.

LITERATURA CHINA

RECUERDA LO QUE SABES

1. ¿Has oído hablar de esta literatura?

2. ¿Conoces algún personaje? Menciónalo.

3. ¿Sabes cuáles son los elementos tecnológicos que se descubren en el Renacimiento, pero que ya la cultura china los había utilizado?

4. ¿En qué región se localiza China?

5. Menciona algunas de las aportaciones de China para el mundo.

6. Explica la filosofía china, ¿en qué principios o preceptos se basa?

Panorama cultural

En Oriente, los valles fluviales de los ríos Huang (o Amarillo, al norte), Yangzi (en el centro) y Xi (en el sur) fueron el escenario de las primeras civilizaciones chinas, base de una cultura que dejó un gran legado filosófico, literario, político y tecnológico.

Los chinos dominaban técnicas avanzadas sobre alfarería, metalurgia, sistemas de escritura y arquitectura (edificios, sistemas de riego, murallas). Cuando se dio el primer contacto entre el occidente y China, éstos aportaron numerosos elementos que enriquecieron el conocimiento del este del mundo (básicamente europeo), por ejemplo, la pólvora y la imprenta.

Una forma de establecer etapas en la historia de China se concreta en la consideración de dinastías como referencia, es decir, de familias gobernantes.

La primera familia histórica de emperadores chinos llevaba el nombre de Shang; esta dinastía reinó desde el siglo 17 a.C. Su última capital ocupó, entre los siglos 14 y 11 a.C., un área en el centro de China.

El fin de la dinastía Shang se relaciona con el ascenso de un poderoso reino al occidente que llevó el nombre de Chou; éste se extendió por una buena parte del territorio que hoy ocupa China, aunque ello favoreció el surgimiento de reinos más pequeños que peleaban constantemente entre sí. Sin embargo, esta dinastía duró de 1027 a 256 a.C. El príncipe Zheng, del reino Quin, unificó los reinos chinos que se encontraban en constante pugna.

Actividades

1. Busca en Internet información sobre la cultura china en general y sobre la literatura en particular.

2. Investiga sobre la pólvora y la imprenta en China.

Literatura

Se puede considerar que la literatura en China comenzó alrededor del siglo VI al IV a.C., en la etapa de la dinastía Chou; hacia el final de ésta nació Confucio (551-479 a. C.), uno de los mayores filósofos chinos de la antigüedad; menos conocidos, pero de la misma época, son Mencio y Zhuangzi, entre otros.

En la literatura china se presentan dos vertientes: primero, la popular, simple y esencialmente anónima; segundo, la culta, con difusión escrita; sobre ésta suelen señalarse períodos que, como ocurre con la historia, obedecen a la presencia de las dinastías:[7]

a) Período clásico. Aquí aparecen pensadores como Confucio, cuyos discursos están recogidos en los Lunyu (Coloquios varios), y como Lao Tse (570-490 d C), de quien se conserva un Tao Teh-King (Libro del camino); ambos importantes textos filosóficos, no sólo para la literatura china, sino para el resto del mundo, incluso el contemporáneo.

La obra poética más importante es el Shijing (Libro de las odas o Clásico de la poesía), una antología de poemas antiguos escritos en versos de cuatro palabras y compuestos en su mayoría entre los siglos X y VII a.C.; sus temas  versan sobre la vida cotidiana de los campesinos, en lugar de enaltecer a dioses y héroes, como otras culturas, así como sobre las costumbres de la nobleza feudal china.

En lo que respecta a la prosa, se distinguen: I Ching (Libro de las mutaciones); Shujing (Libro de los documentos), un conjunto de documentos de estado antiguos; Liji (Memoria sobre los ritos), colección de códigos gubernamentales y rituales; y Chunqiu (Anales de la primavera), la historia del estado de Lu desde 722 hasta 481 a.C. Estos libros, aunados al Shijing, son los cinco clásicos de la literatura china y constituyen la base del saber chino.

b) Dinastía Tang (618-906). Proporciona a China estabilidad y prosperidad, dando auge a la poesía lírica; destacan cuatro grandes escritores: Li Po (701-762), Tu Fu (712-770), Pe Kiu-i (772-846) y Han Yu (768-824); éste, fundador de un amplio movimiento de poetas líricos. En esta época el cuento define sus características como

consecuencia de la aparición de una rica clase urbana, culta y brillante, [el cuento] recae en el contenido ideológico que reflejan los diferentes conflictos de la sociedad de entonces, e inclusive el inconformismo a la moral feudal china, al valorizar a la mujer y exaltar el sentimiento amoroso.[8]

c) Dinastía Song (960-1279). Se caracteriza por la actividad de la filosofía, historia y erudición; incluye ensayos y tratados históricos de Yang-siu (1007-1072) y Suma Luang (1019-1086). Meng Yuanlao ofrece una descripción de los espectáculos teatrales de esta época.

d) Dinastía Yuan (1260-1368). Período distinguido por la importancia del teatro, carente de decorados, con sólo nueve personajes distinguidos por el maquillaje y los colores de ropa. 

Lee los siguientes poemas[9] chinos:

Agua

Me asomé al río Yang-T‘se, me seducía la transparencia de sus aguas y las quise aprisionar entre mis manos pero me fue imposible.

Hoy, admirando tu belleza, quise, amante, aprisionarla con mi cariño, pero se me fue, como el agua. (Anónimo, Siglo I)

Nostalgias

Tú que vienes de mi país natal debes saber muchas cosas: Cuando partiste, ¿el ciruelo había florecido delante de mi ventana? (Wang Wei, Siglo VIII)

La vida

El pino muere a los mil años, la flor del hibisco no dura un día. Ambos se hunden en la nada. ¿Por qué envanecernos de nuestros meses y de nuestros años?

P´eng Tsu prolongó su muerte; pero murió al fin como nosotros. Más vale aprender a no nacer, no nacer es asimismo no desaparecer. (Pai Chu Yi, Siglo VIII / IX)

Actividades

1. Lee nuevamente los poemas anteriores y contesta a las siguientes preguntas:

a. ¿Descubres alguna figura literaria? ¿Cuáles?

 

b. ¿Encuentras algún nexo entre el título y el contenido del poema? ¿Cuál?

“Agua” ________________________________________________________

“Nostalgias” __________________________________________________

“La vida” ______________________________________________________

c. ¿Qué características adjudicarías a la poesía china, con base en los textos presentados?

 

Enseguida ofrecemos un fragmento de un cuento; léelo atentamente.

Yun, la zorra encantada[10]

Chen Ki-Tsi

Había un señor llamado Wei Yin, que era el noveno hijo de la hija del Príncipe de Si—an. En su juventud le gustó la vida fácil y fue aficionado a la bebida. El marido de su prima, de apellido Tcheng (cuyo nombre no se conoce), había estudiado desde muy joven el manejo de las armas y era también aficionado al vino y las mujeres. Pobre y sin casa, Tcheng vivía con la familia de su mujer. Él y Wei se entendían muy bien y siempre se divertían juntos. En la sexta luna del noveno año del período de Tienpiao (en 750) se paseaban un día a través de Tchangan, la capital, cuando al llegar al sur del barrio del Siauping, con el pretexto de atender asuntos privados, Tcheng abandonó a Wei diciéndole que se reuniría más tarde con él en un lugar prefijado. Monrado en su caballo blanco, Wei se dirigió hacia el este, mientras que Tcheng, sobre su asno, tomó la dirección del sur, pasando por la Puerta Norte del barrio de Chengping. [11]

Actividades

1. Ingresa en la página de Internet mencionada en la cita 38 y ubica la continuación de este cuento. Léelo con atención.

2. Analiza este cuento conforme a los elementos planteados al principio de la unidad: narrador, tiempo, espacio y personajes. Toma en cuenta que se trata de una historia en la que se narra otra.

3. A partir de este cuento, ¿podrías establecer características de la literatura china?

4. En Internet ubica por lo menos tres cuentos más de la literatura china. Léelos y escribe un resumen de cada uno de ellos.

El último ejemplo de literatura china que aquí ofrecemos es parte del Tao te King, texto filosófico cuya autoría es de Lao Tse.

No ensalzando a las personas de talento,

harás que la gente abandone la rivalidad y la

discordia.

No valorando bienes difíciles de conseguir,

harás que la gente deje de robar y de atracar.

No exhibiendo lo que todos codician,

harás que los corazones de la gente permanezcan serenos.

Por eso, la manera de gobernar del Sabio empieza por:

Vaciar el corazón de deseos,

Llenar los estómagos de alimento,

Debilitar las ambiciones

y fortalecer los huesos.

La forma suprema de bondad es como el agua.

El agua sabe cómo beneficiar a todas las cosas

sin combatir con ninguna.

Va a los lugares que todos desprecian.

Por ello, está cerca del Tao.

Al escoger tu morada, has de saber como no apartarte

de la tierra.

Al cultivar tu mente, has de saber cómo bucear

en las profundidades ocultas. [12]

Comentario

Este texto presenta una estructura dual: primero señala una acción para enseguida destacar la consecuencia o la condición en que tal debe realizarse:

Acción

No ensalzando a las personas de talento,

Consecuencia

harás que la gente abandone la rivalidad y la discordia.

 

 

Acción

Al tratar con los demás,

Condición

has de saber ser amable y bondadoso.

 

Actividades

1. Completa el siguiente cuadro en función del texto previo; toma como modelo el ejemplo anterior.

Acción

 

Consecuencia

 

 

 

Acción

 

Condición

 

2. Vuelve a leer el texto para localizar y señalar las figuras retóricas ahí contenidas.

3. ¿Cuál crees que sea el tema o mensaje que desea transmitir este poema? Recuerda que tiene un sentido filosófico; encierra la parte del texto en que te basas para dar tu opinión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CAPÍTULO III

EL PENSAMIENTO GRIEGO

LITERATURA CLÁSICA GRECO ROMANA

LITERATURA GRIEGA

RECUERDA LO QUE SABES

1. De acuerdo con las nociones de Historia Universal que posees, ¿en qué contexto histórico ubicas a Grecia? ¿Cuándo da inicio la civilización griega clásica?

2. Menciona por lo menos un personaje histórico de la antigüedad griega. Comenta cuál ha sido su papel en el momento en que le tocó vivir.

3. ¿En qué radica la importancia de este tipo de literaturas en el marco de la literatura universal?

4. ¿Qué aspectos conoces de la cultura griega?

5. ¿Qué te sugieren los siguientes términos: épico, lírico, dramático?

6. ¿Quién era Homero? ¿Qué obras se le atribuyen?

7. ¿Qué entiendes por drama en sentido literario?

8. ¿Qué entiendes por  tragedia?

9. ¿Qué entiendes por comedia?

10.    Menciona por lo menos un autor de tragedias griego y uno de comedias. Además escribe el nombre de una obra de cada uno de ellos.

11.    ¿Has leído algún texto antiguo griego?, ¿cuál?

12.    ¿Sabes de qué manera culmina la civilización griega antigua?

13.    ¿Debido a qué fenómeno histórico se produce la caída de Grecia?

Comentario

En relación con los orígenes de la literatura griega conviene que el alumno lea el siguiente texto que ha de servirle como introducción general al tema aquí tratado y, también, como antecedente para la denominada “Cuestión homérica” que será abordada posteriormente.

Arnold Hauser

Las epopeyas homéricas son los poemas más antiguos que poseemos en lengua griega, pero no pueden ser considerados en modo alguno como la más antigua poesía griega; y esto no sólo porque su estructura es demasiado complicada para corresponder a una época inicial y porque su contenido es demasiado contradictorio, sino también porque la leyenda de Homero mismo contiene muchos rasgos que son incompatibles con el retrato del poeta que podríamos trazar ateniéndonos al espíritu ilustrado, escéptico y frecuentemente frívolo de sus epopeyas. (1968: 85).

El genio griego expresado en la creación literaria.

1.    La raza helénica debe ser concebida desde el punto de vista de la variedad de sus aptitudes. Los griegos sobresalieron precisamente por esta capacidad de adaptación a diversos factores y por la entrega al arte desde diferentes perspectivas. Parece ser que el heleno se mueve en un marco de equilibrio — sofrosyne[13] —que le permite “poner razón en la imaginación, espíritu en el sentimiento y reflexión en la pasión”.[14] (1970: 3).

2.    Destaca de manera particular la imaginación del pueblo griego y su fineza de espíritu. Constatamos, por supuesto, que la imaginación es común a muchos pueblos antiguos, por no decir a todos, pero en los helenos reviste un carácter muy particular; en este sentido su mitología constituye un ejemplo muy claro.

3.    La libertad individual es una marca inequívoca del genio griego. Por ejemplo, sucede a veces que los mismos temas se reiteran a través de generaciones, pero casi nunca la autoridad de los predecesores se impone completamente a los que recién comienzan.

 

 

 

 

 


4.    La lengua griega permite la expresión de este genio creador. Desde sus orígenes posee un carácter musical acentuado y la utilización en poesía de metros diversos autorizaba a comprender la riqueza de esta lengua.  

Actividades

1. Investiga en Internet sobre la cultura de la Grecia clásica. Coméntalo con tus compañeros.

2. Redacta sobre el tema: Un viaje imaginado por tres ciudades de Grecia. Infórmate en Internet sobre esta cuestión para poder desarrollarla con mayor exactitud.

Períodos de la literatura griega

Considerados de una manera breve los principales períodos de la literatura griega, así como sus representantes son los siguientes:

1.           Literatura prehomérica. Reúne una serie de poemas anónimos compuestos con la finalidad de conmemorar aspectos sobresalientes de la vida del hombre griego. Años 2000 al 850 A.C.[15]

2.           Literatura helénica concebida como un fenómeno histórico independiente en el marco del proceso cultural griego. 850-322 A.C.

3.           Época del helenismo. 322 A.C. al 529 D.C.

4.           Período bizantino. 529-1453 D.C.

1. Esta primera etapa se extiende desde los tiempos más remotos hasta la aparición de los poemas homéricos aproximadamente hacia el 850 A.C. Las manifestaciones poéticas iniciales están dadas por himnos entonados a los dioses y canciones en las que se celebraban los diversos acontecimientos de la vida humana: cantos de boda (himeneos), cantos de acción de gracia por la victoria (peanes), lamentos fúnebres (trenos). Además existen poetas legendarios como Orfeo, Lino y Museo cuyo centro artístico se ubica en la región de Tracia.

2. La época helénica nos permite encontrar al pueblo griego

dividido en tres grupos raciales: eolios, dorios y jonios. Puede subdividirse a su vez en período jónico-dórico y período ático.

A la etapa denominada jónica-dórica corresponde el florecimiento de la poesía épica con Homero y Hesíodo fundamentalmente; a ésta sucede la lírica y también encontramos el origen de la tragedia. El centro geográfico está constituido por las colonias griegas del Asia Menor, Eolia y Jonia.

El período ático es el momento de esplendor o apogeo de la literatura griega clásica. Su centro es Atenas. Llega a la perfección el drama en sus dos formas: tragedia y comedia, y la prosa en sus tres formas: historia, filosofía y oratoria.

3. Época del helenismo. Corresponde a una etapa de expansión de la cultura griega lograda gracias a las campañas bélicas de Filipo de Macedonia y Alejandro Magno. Incluye dos grandes momentos:

A. Período alejandrino. Es una etapa de decadencia que se caracteriza por la retórica y la erudición. Teócrito y Calímaco son los verdaderos representantes de este momento.

B. Período greco-latino. A partir del año 146 A.C. se producirá la conquista de Grecia por Roma. En adelante Grecia será una provincia romana que se llamará Acaya. Ahora bien, a pesar de ser los romanos vencedores militares, ellos resultarán conquistados culturalmente por los vencidos.

4. Época bizantina. La cultura bizantina es el resultado de la fusión del helenismo y el cristianismo y no corresponde estrictamente hablando al período clásico de la literatura griega. Temporalmente coincide con el desarrollo de la literatura romana que estudiaremos infra en este libro.

Caracteres literarios

Mencionaremos cuáles son los caracteres esenciales de la literatura griega con el objetivo de proporcionar las bases primordiales para proceder posteriormente al estudio de los textos que incluiremos en el presente volumen.

1.                    Es una literatura regular en lo que tiene que ver con la aparición de los géneros literarios. Es dado observar de qué manera los géneros responden a un orden que históricamente ha de ser el más adecuado; comienzan con la epopeya, sigue lo lírico, posteriormente el género dramático y, por último, la historia, la filosofía y la concepción didáctica de esta misma literatura.

2.                    Espontánea. Conectado con la característica anterior surge el concepto de espontaneidad, es decir, que se trata de una literatura no intencionada que surge naturalmente del genio griego. Dicho de otra forma, la literatura griega clásica es anterior a la formulación de las reglas estéticas. Apenas Aristóteles en el siglo IV en su Retórica y en su Poética concreta en reglas o preceptos estéticos los motivos que inspiraron a los poetas clásicos, quienes con anterioridad a estas reglas compusieron sus obras.

3.                    Clasicismo. Este carácter de la literatura griega puede ser interpretado en varios sentidos:               

A)   Porque ha llevado a cabo un determinado ideal de belleza al que tradicionalmente se le llama clásico; éste se apoya en el equilibrio lleno de armonía que aparece representado en las facultades artísticas del ser humano.

B)   Porque ha servido de modelo a literaturas posteriores que la intertextualizaron[16].

C)   Porque ha alcanzado el mayor logro estético en todos los géneros literarios.

4.                    El creador griego oculta al modelo. Durante mucho tiempo se consideró a la literatura griega como original, es decir, que no tuvieron modelos anteriores. En realidad esta característica es muy discutible puesto que sí existieron modelos que la literatura griega supo ocultar o disfrazar. Estas influencias intertextuales procedían primordialmente de los fenicios y de los egipcios.

Es incuestionable la poderosa capacidad de adaptación que los griegos impusieron sobre el material artístico extranjero.

5.                    Popular. La literatura griega va dirigida al pueblo y es comprendida por él y por ello se considera como popular.

6.                    Aristocrática. Aquí también surge un problema de interpretación, puesto que junto al carácter anterior se impone éste que parece contradictorio; en verdad, la literatura griega es aristocrática por los temas desarrollados; los personajes pertenecen a una clase social superior, no se integran al pueblo, sino que cumplen un papel trascendente distinto.

Curiosamente los griegos aplaudían y admiraban a héroes, semidioses y dioses que no formaban parte de la cotidianidad; por el contrario, se imponían como seres magníficos a los cuales aplaudían y temían a la vez.

 

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee los cantos I y II de la Ilíada, así como también los tres primeros de la Odisea. Escribe una cuartilla sobre un personaje que aparezca en cualesquiera de los cantos consultados.

2. Busca un vocabulario de veinte palabras del canto I de la Ilíada y otro de quince palabras del canto II de la Odisea. Recuerda el valor contextual de los vocablos.

3. Comentario: “Las hazañas de Odisea”. Explica todo lo que sepas en torno a este tema.

Nociones generales de mitología griega

Enfoquemos brevemente el inmenso tema de la mitología griega. Lo podemos hacer desde dos puntos de vista: uno, relativo a su condición y características dominantes; el otro, en lo que tiene que ver con los principales dioses y sus funciones.

En primer lugar, la mitología griega es politeísta, es decir, creen y adoran a muchos dioses; en una etapa más avanzada alcanzará el carácter de monolatría, esto es que creen en muchos dioses, pero adoran a uno solo.

Por cierto, la característica dominante de este pensamiento mágico es el antropomorfismo, según el cual los dioses resultan concebidos no sólo con forma humana, sino también con atributos espirituales y físicos que corresponden a los hombres. Estos dioses participan de las naturales limitaciones de la conducta individual de los seres humanos. Sobre todo en Homero encontraremos dioses vengativos, intransigentes, que persiguen causas personales sin tomar en cuenta el bienestar de los hombres; en fin, divinidades que en nada se preocupan por el destino humano, el cual resulta supeditado a la egoísta condición individual de los dioses.

En segundo término, las divinidades más importantes del panteón helénico integran la gran familia olímpica en donde Zeus es el padre engendrador quien desde el Olimpo domina en la tierra y en los cielos.

Zeus destronó a su propio padre Cronos para ocupar su lugar en el mando superior. Se casó con su hermana, la diosa Hera y tuvo muchos hijos, no sólo con ella, sino también con otras divinidades, semidiosas y hembras mortales ilustres.

Poseidón era también hermano de Zeus y dominaba en los mares.

Hades impera en el reino de los muertos que lleva su mismo nombre. Es hijo de Cronos y de Rea y por lo tanto lo unen a Zeus lazos fraternales. Raptó a Perséfone y la convirtió en reina de los reinos de ultratumba.

Entre los numerosos hijos de Zeus mencionamos:

Atenea, quien nació del cerebro de Zeus. Como diosa de la sabiduría protegía las ciencias y las artes.

Apolo es hijo de Latona o Leto y es la deidad del sol y de la luz. En Delos se hallará su principal centro oracular.

Artemisa es hermana de Apolo; diosa de la caza y de la castidad.

Hermes es el dios mensajero del Olimpo. Hijo de Maya, protege a los viajeros y comerciantes.

Hefestos es el herrero divino. Hijo de Hera fue el protector de la industria. Confeccionaba obras maravillosas con la fragua. Cuando Héctor arrebata las armas de Aquiles del cuerpo de su amigo Patroclo, Hefestos le hace otras que tienen una condición divina y espectacular según se narra en el canto XVIII de la Ilíada.

Los dioses que hemos explicado participan en varios acontecimientos de la Ilíada que el estudiante podrá identificar y comentar cuando se dé la oportunidad de hacerlo.

Una anécdota mitológica

Cuenta la mitología griega que la bellísima diosa Tetis es obligada a contraer matrimonio con el anciano rey de la tierra de los mirmidones llamado Peleo; esto acontece para alejarla de la poderosa atracción sexual que por ella sentía Zeus; es más, el destino había determinado con anterioridad que ella fuera la esposa del dios supremo, pero como un oráculo le advirtió al Cronida —hijo de Cronos— que si contraía estas nupcias engendrarían un hijo que lo destronaría, éste decidió relegarla a un plano inferior casándola con un anciano para evitar la maldición del hijo superior. Fueron invitados a las bodas casi todos los dioses, pero por obvias razones se omitió participar a Eris, la diosa de la discordia. Ésta igual se presentó de improviso dejando caer en medio de la concurrencia una manzana de oro que contenía la leyenda: “A la más bella”. Como consecuencia de esta exhortación, tres diosas se disputan la susodicha manzana: Hera, Afrodita y Atenea. El jurado que determinará a quien corresponde el citado trofeo será Paris, un troyano hijo del rey Príamo. Éste se deja seducir por la oferta de Afrodita quien le promete entregarle a Helena, la esposa del rey espartano Menelao. Se produce así el rapto de la reina de Esparta. Del acontecimiento narrado se derivarán cuatro hechos fundamentales:

1. Afrodita quedará entronizada para siempre como diosa de la belleza y protectora de los troyanos; su agradecimiento será eterno hacia quien le había otorgado el preciado tesoro.

2. Hera y Atenea, desdeñadas por el joven príncipe, se convertirán en enemigas acérrimas de los troyanos y protectoras por antonomasia de los griegos.

3. El rapto de Helena constituirá la causa ocasional de la guerra de Troya. Precisamente la Ilíada narra sucesos enmarcados en unos días del sitio de Ilión o Troya.

4. Por último, Tetis engendrará con Peleo un hijo, Aquiles, personaje central de la Ilíada.

Actividades

1. Busca en Internet información sobre “Mitología griega”. Incorpora a tu cuaderno la historia mítica que te haya llamado más la atención.

2. Investiga en Internet sobre la vida y acciones de Hércules y Teseo. Redacta un resumen sobre cada uno de estos personajes.

3. Redacta sobre cualquiera de los temas siguientes: A. Los trabajos de Hércules. B. Teseo y el Minotauro (Asterión). C. Teseo y sus amores con Ariadna.

Homero

Es el gran poeta de la tradición griega y si bien no es el iniciador como quedó explicado supra, sí es el mayor exponente de esta cultura.

Se le atribuyen las dos grandes epopeyas: la Ilíada y la Odisea. No obstante, debe mencionarse al menos la denominada cuestión homérica porque ha dado mucho que hablar en torno a la figura individual del supuesto poeta.

La cuestión homérica

Intenta responder a las preguntas: ¿Existió realmente Homero? ¿Es tan sólo un nombre colectivo que alude a uno o varios creadores de la obra épica?  Se trata de un planteamiento muy extenso y erudito al cual sólo referiremos en líneas generales y prestando atención a las discutidas conclusiones a las que se han llegado.

1. Poeta individual diferenciado cuya cuna sería disputada por varias ciudades de Grecia. Es posiblemente en el presente la teoría más endeble como lo veremos en seguida.

2. Poeta individual que habría creado los núcleos básicos de las grandes epopeyas, los cuales posteriormente serían ampliados por otros poetas que de esta manera enriquecieron a las mencionadas epopeyas. Por ejemplo el tema de la cólera de Aquiles anunciado en el inicio de la Ilíada constituía el núcleo básico conocido como Aquileida; éste fue perfeccionado y amplificado por otros creadores, que por tener la misma cultura de Homero siguieron sus huellas y continuaron creando de manera semejante a él.

3. Teoría de los cantos. Diversos estudiosos reconocieron en la edición final de la Ilíada cantos fundamentales que denominaron “núcleos” y cantos secundarios que aportaban elementos argumentales  y que sólo cumplían con la función de dar unidad a los primeros. Por lo tanto se trataría de una escuela poética denominada de los homéridas que habrían tomado a su cargo la organización de todo este material poético dando como resultado una obra de grupo, no individual.

4. Un Homero colectivo. Resulta particularmente controvertido que la epopeya homérica no pueda ser considerada ni como la creación de un individuo, ni como un producto de la poesía popular, sino como poesía artística anónima, obra colectiva de elegantes poetas cortesanos y literatos eruditos.

5. Otra opinión crítica sostiene que la Ilíada y la Odisea corresponden a autores distintos. La Odisea es más moderna que la Ilíada.

Estas son posiciones adoptadas por la crítica ante la figura de Homero. Podemos sugerir que aunque Homero fuera un hombre de carne y hueso o una escuela poética que llevara su nombre, igual legó a la humanidad el tesoro inmenso de sus cantos.

La epopeya en la narrativa

Se entiende por epopeya a la narración que contiene la historia con forma poética y maravillosa. La epopeya es una de las formas de la narrativa. Señalábamos supra que el género narrativo se diferenciaba fundamentalmente por el cuento y la novela. Ahora podemos agregar el subgénero más antiguo que es la epopeya. Se halla caracterizada por los elementos mítico mágicos y porque en ella los héroes pertenecen a la aristocracia y son muy poderosos; en ocasiones se aproximan al carácter y condición divina.

Actividades

1. Investiga en Internet sobre “Homero”.

2. ¿Sabes que otras obras se le atribuyen a Homero sin ser la Ilíada y la OdiseaSi lo sabes menciónalas. De lo contrario investígalo en la biblioteca en una Historia de la literatura griega, en un diccionario de literatura universal o en Internet.

La Ilíada

Narrador. El narrador de la gran epopeya homérica es omnisciente (TODOROV), o focalizador cero (GENETTE), es decir que cuenta los acontecimientos desde la perspectiva de quien todo lo sabe y le da a conocer al oyente de antes y al lector de hoy, aquello que él considera necesario para la comprensión y seguimiento estético de la obra.

Título. El nombre Ilíada esconde el verdadero motivo de la epopeyaporque este término significa “de los hechos relativos a la conquista de Ilión”. Al leer esta obra podremos constatar que no se explica en ella el destino de la fortaleza amurallada, ni su conquista mediante la argucia del caballo de madera creada por Odiseo. Se habla en realidad de la cólera de Aquiles y de sus funestas consecuencias, por lo que el verdadero nombre que le habría correspondido era Aquileida. No fue así, posiblemente por el temor del aedo transmisor y creador de los poemas que no quiso proporcionar un signo tan local a su poema. Al llamarle Ilíada estaría habilitado para hablar de todo en general y tratar de difuminar —al menos en parte— el enorme tema del enojo de Aquiles.

Elementos sobrentendidos

Cuando el aedo empieza a contar la historia debemos asumir que existen por lo menos tres elementos sobrentendidos que ya eran conocidos por los oyentes de aquella época. Ya hablamos del primero de ellos, pero falta dimensionar los otros dos. Ellos son:

1. El rapto de Helena.

2. Sacrificio de Ifigenia, la hija del rey Agamenón. Cuando las naves aqueas estaban reunidas en el puerto de Aulis pasaban los días y no había vientos favorables; preocupado por esta inesperada circunstancia Agamenón consulta a los oráculos quienes le dan la terrible noticia del enojo de la diosa Artemisa, la cual exigía   —para otorgar estos vientos— que el rey de hombres sacrificara a su propia hija; se instrumentaba así una venganza de la diosa por acontecimientos del pasado. Agamenón no tuvo más opción que llevar a cabo el nefasto hecho y su partida hacia la conquista de Troya estuvo marcada por este factor tan triste y negativo. Clitemnestra, esposa de Agamenón, no podrá olvidar lo sucedido y al regreso del esposo le hará pagar con su muerte por los excesos del pasado incluido el sacrificio de su querida hija Ifigenia.

3. Saqueo de Crisa. Como acontecimiento inmediato al inicio de la obra, se lleva a cabo el saqueo de la ciudad de Crisa y el rey Crises es derrotado y ofendido; raptan a su hija Criseida y se la entregan al rey de hombres como su esclava.

Temas

Al tema de la “cólera de Aquiles” ya mencionado debemos agregar el “cumplimiento de la voluntad de Zeus” como aspectos centrales en el desarrollo de toda la epopeya. Los dos momentos se ubican: el primero, en el plano humano y nos muestra el profundo egoísmo de Aquiles al sentirse ofendido por las actitudes de Agamenón.  El segundo, en el plano divino y nos lleva a aceptar desde el inicio de la lectura que todo lo que acontezca en la Ilíada sucederá porque Zeus lo permite. Esto último nos conduce a un profundo fatalismo que ha de caracterizar todo el desenvolvimiento de esta cultura.

Tiempo

Los hechos narrados en esta epopeya abarcan tan sólo cincuenta y un días del sitio de Troya, los cuales son contados en los veinticuatro cantos que integran la Ilíada.

Espacio

Se divide en espacio divino y espacio humano. En el divino —ubicado prioritariamente en el monte Olimpo— los dioses se reúnen y planean el destino humano; se observa de esta forma como los hombres funcionan a manera de marionetas que las divinidades y el hado funesto conducen a su antojo.

El espacio humano corresponde a las naves de los aqueos, la ciudad de Troya y la llanura respectiva.

Veamos a continuación un fragmento del canto 1 de la Ilíada.

Ilíada. Canto 1. Fragmento.

Preludio. Peste y disputa.

¡Canta, oh diosa la funesta cólera de Aquiles, hijo de Peleo, que causó innumerables sufrimientos a los aqueos y envió antes de tiempo al Hades a muchas almas de héroes fuertes cuyos cuerpos fueron presa de los perros y de todas las aves de rapiña! Se cumplía la voluntad de Zeus desde el día en que se enemistaron temibles, separándose después, el hijo de Atreo, rey de hombres, y el divino Aquiles.

¿Cuál de los dioses, los hizo chocar a ambos entre sí para que combatieran? El hijo de Zeus y de Leto, irritado contra el rey por el ultraje que hizo a Crises, su sacerdote, originó en el ejército una cruel enfermedad que hacía perecer a la tropa. Crises, con intención de recobrar a su hija, se presentó ante las naves de los aqueos portando innúmeros rescates y sosteniendo en sus manos las ínfulas de Apolo el Arquero, que colgaban de su cetro de oro, y le suplicó a todos los aqueos, en especial a los dos hijos de Atreo, caudillos de pueblo:

·         ¡Hijos de Atreo, y demás aqueos de bellas grebas. Quieran los dioses que habitan las moradas del Olimpo, concederos arrasar la ciudad de Príamo y retornar salvos a vuestros hogares. Devolvedme a mi hija y recibid este rescate en honra al hijo de Zeus, Apolo el Arquero!

Todos los aqueos aprobaron por aclamación que se reverenciase al sacerdote y se admitieran los espléndidos regalos.

Esto no complació el ánimo de Agamenón, el hijo de Atreo, quien lo corrió sin la menor consideración, ordenándoles bajo su mandato:

·         ¡No vuelva ya a encontrarte, anciano, cerca de las naves, ahora ni nunca, si piensas regresar después, ya que tal vez no te valgan ni el cetro, ni las ínfulas del dios! A ella no la dejaré libre; antes ha de envejecer en mi palacio de Argos, lejos de su patria, yendo y viniendo al telar y compartiendo mi lecho. Vete, no me irrites más, si deseas partir sano y salvo.

Ante tales amenazas se atemorizó él, que era anciano, y presto obedeció el mandato. Dirigió en silencio sus pasos por la orilla del mar, sordamente ruidoso. Una vez que se halló lejos,  imploró lleno de fervor el anciano al rey Apolo, hijo de Leto de hermosa cabellera:

-¡Escúchame, dios del arco de plata, tú que proteges a Crisa y a la divina Cila y ejerces gran poderío en Ténedos! ¡Oh Esmintio! Si alguna vez te has complacido en uno de los recintos sagrados que haya erigido hasta techarlo en honor tuyo; si he quemado para ti muslos grasosos de toros o de cabras, cumple mi deseo. ¡Haz que los dánaos paguen mis lágrimas con tus flechas!  Así dijo en su plegaria, y Febo Apolo lo escuchó. (1968: 33-34).

 

Comentario

El canto comienza con una invocación que el narrador dirige a la diosa Mnemosine: “Canta, oh diosa la cólera de Aquiles”. La invocación en las epopeyas es muy importante e involucra valores de diferente naturaleza. Entre ellos señalamos:

La imparcialidad, modestia del genio, elemento de estilo propio de las epopeyas, veracidad, canto a una diosa propiciadora del conocimiento, factor poético dominante desde el momento en que el canto constituye el inicio de la composición, recurso de la “máscara poética”, porque alguien hablará en lugar de quien aparentemente elabora el discurso.

La presencia del anciano Crises que viene a suplicar por su primogénita ante Agamenón revela la capacidad de movimiento de un personaje que desea salvar a su hija del destierro y la esclavitud. El anciano es expulsado y suplica a Apolo, quien vengará en todos los griegos lo que le han hecho a su sacerdote.

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee los cantos VI, XVIII y XXIV de la Ilíada.

2. Comenta cualquiera de los temas siguientes:

A. Encuentro y diálogo entre Héctor y Andrómaca. Canto VI.

B. Fabricación de las armas de Aquiles por Hefestos. Lo divino y lo humano.

C. Los funerales de Héctor. Canto XXIV.

 

Comentario

En la última escena del canto VI se relata el tierno encuentro amoroso entre los esposos. Andrómaca sabe que Héctor morirá en el combate por culpa de su temeridad y audacia. Porque desea conservarlo a su lado se atreve a darle consejos militares que el héroe rechaza.

El canto consta en total de cinco escenas que son las que siguen:

A. En el campo de batalla.

a. Diálogo entre Héctor y su hermano Heleno; este último le ordena a Héctor que vaya a Ilión para pedir a las mujeres que invoquen a Atenea con el fin de que ésta aleje a Diomedes del combate e impida así que continúe matando troyanos con su vigor.

b. Encuentro entre Glaucos (soldado troyano) y Diomedes (soldado griego ya mencionado). En medio de la batalla se reconocen como antiguos huéspedes familiares y se abrazan como amigos dejando a un lado la batalla

B. En la ciudad de Ilión.

a. Héctor conversa con su madre Hécuba.

b. Héctor va a las habitaciones de Paris y dialoga con él y con Helena. Suplica a Paris que regrese al combate.

c. Encuentro con su esposa Andrómaca

Otros aspectos del canto I.

1.           La asamblea en el ágora demuestra la capacidad de desarrollo oral del pueblo griego. Saben pelear, pero también saben manifestar su pensamiento en defensa de sus ideas. Dos son los antagonistas en este enfrentamiento: Agamenón y Aquiles y ambos defienden lo suyo.

2.           Otros personajes que se involucran con la pelea e intentan dar su punto de vista: Calcas Testórida, Atenea, Néstor.

Fragmento del canto XXII: muerte de Héctor.

Esto era lo que pensaba, sin moverse de su lugar, cuando llegó Aquiles junto a él, semejante a Ares, con su temible casco guerrero y blandiendo sobre el hombro derecho la terrible lanza de fresno del Pelión. Relumbraba en torno suyo el bronce, semejante al resplandor de fuego que llamea o la salida del sol. Desde que lo vio Héctor, se estremeció de terror y no soportó permanecer ahí durante más tiempo, sino que dejó las puertas atrás y partió aterrorizado; pero el hijo de Peleo fue tras él, confiando en sus veloces pies. Así como el halcón, la más veloz de las aves, se lanza con facilidad desde lo alto de la montaña sobre una temblorosa paloma; el ave huye bajo el ataque del halcón; pero éste se acerca, lanza agudos gritos y multiplica sus acometidas, con el deseo que lo impulsa para prender con sus garras la presa; asimismo, llevado por su ardor volaba Aquiles hacia delante en línea recta, mientras que en su temor Héctor huía al pie de la muralla de los troyanos y movía rápido sus piernas. Ambos, alejándose más de la muralla, pasaron por la atalaya y la higuera silvestre, agitada por los vientos; yéndose por el camino de los carros, llegaron al borde de dos fuentes de hermosa corriente, en el punto donde nacen los manantiales que alimental al Escamandro. Una, hace correr agua caliente y la eleva como fuego ardiente, del que levanta una nube de vapor. La otra, durante el estío, esparce una ola semejante al granizo, a la helada nieve o al hielo que forma el agua. Ahí cerca de aquéllas, había grandes lavaderos de piedra, donde las mujeres y las hermosas muchachas de Troya lavaban sus esplendentes vestidos, antes, en los días de la paz, cuando aún no habían llegado los aqueos. Pasaron por ahí corriendo, huyendo uno, y el otro persiguiéndolo de cerca. Delante, un valiente que huía, pero más valiente el que le perseguía, con toda la fuerza de sus piernas. Ellos no luchaban por ganar una víctima o una piel de buey, cuáles son los premios de una competencia de carreras; sino por la vida de Héctor, domador de caballos. Así como para disputar el premio: una trípode o una mujer, y estos juegos se celebran en honor de un difunto; así también ambos dieron tres vueltas alrededor de la ciudad de Príamo, impulsados por sus rápidas piernas. Todos los dioses contemplaban el espectáculo, y el Padre de los dioses y de los hombres fue el primero el tomar la palabra:

·         ¡Ay! Mis ojos contemplan a un hombre amado por mí, perseguido alrededor de la muralla. Mi corazón se compadece de Héctor que ha quemado en mi honor tantos muslos de buey en las cimas de Ida y otras veces en las partes más altas de Troya; pero ahora lo persigue alrededor de la ciudad de Príamo el divino Aquiles, de los pies ligeros. Pero, vamos, dioses, deliberad y consultad entre vosotros si lo salvamos de la muerte, o ya lo dejamos perecer bajo las manos de Aquiles, aunque sea valiente.

Entonces habló Atenea, la diosa de glaucos ojos:

·         ¡Padre, que lanzas el blanco rayo y reúnes las negras nubes! ¿Qué palabras proferiste? ¿Quieres librar de la execrable muerte a un hombre marcado hace mucho por su destino, a un mortal? Hazlo; pero no todos los demás dioses te lo aprobaremos.

Zeus le contestó:

·         No temas, Tritogenia, hija mía. Yo no hablo con firme decisión y quiero complacerte. Sigue tus proyectos y no tardes más.

Con sus palabras, Zeus excitó aún más el valor ya ardiente de Atenea, quien descendió de un salto desde las cimas del Olimpo.

Mientras tanto, el veloz Aquiles perseguía a Héctor sin descanso y lo acorralaba cada vez más. De igual manera como el perro persigue al cervatillo en los montes por las grietas y los huertos, habiéndolo levantado del venadero; si se le escapa y se esconde bajo la maleza, el perro corre sin descanso y le sigue la pista hasta que lo ha encontrado; así también Héctor no llegaba a escapar de la rápida mirada de Aquiles. Cada vez que se iba frente a las puertas dardanias, pensaba saltar bajo la muralla bien construida, con la esperanza de que los dardos de los troyanos pudieran protegerlo desde lo alto de aquélla; más Aquiles se le adelantaba y lo desviaba hacia la llanura, pero él volaba sin descanso del lado de la ciudad. Como en los sueños el que persigue no puede alcanzar al que huye; uno no puede librarse del otro ni el otro perseguirlo; así Aquiles no podía alcanzar a Héctor en la carrera, ni tampoco Héctor escaparse de él. ¿Cómo hubiera podido Héctor escapar de las diosas de la muerte, si Apolo por último y como acto final no se le hubiera acercado, reanimado su valor y puesto agilidad a sus piernas? En ese momento Aquiles hizo a sus guerreros un signo con la cabeza; lo defendía de que lanzaran  contra Héctor los amargos dardos, porque temía que otro se le adelantara y le quitara esa gloria y llegase él en segundo lugar. Pero cuando por cuarta vez regresaron cerca de las fuentes, el Padre desplegó su balanza de oro y colocó dos suertes, la de Aquiles y la de Héctor. Levantó por en medio el astil, y fue el día fatal de Héctor el que se inclinó y descendió hasta el Hades. Entonces Febo Apolo lo abandonó. Atenea, la diosa de glaucos ojos, se acercó al hijo de Peleo y deteniéndose junto a él le dijo:

·         Ahora es, glorioso Aquiles, amado de Zeus, cuando vamos ambos a llevar hacia las naves una gloria para los aqueos; al inmolar a Héctor, por más insaciable de combate que sea. Ya no le quedará esquivarnos, aun así Apolo, postrándose a los pies del padre Zeus se lo suplicara. Así pues, detente en este momento y toma aliento. Voy a acercarme a él y a convencerlo de que combata frente a frente.

Esto dijo Atenea, y Aquiles le obedeció y su corazón se llenó de gozo. Se detuvo y se apoyó sobre su lanza de fresno con punta de bronce. La diosa se retiró, y tomando la talla y la voz incansable de Deífobo, fue a encontrarse al divino Héctor, y deteniéndose cerca de él le dijo:

·         Querido hermano. El veloz Aquiles te oprime ya en demasía, persiguiéndote con sus veloces pies alrededor de la ciudad de Príamo; pero vamos, detengámonos y hagámosle frente desde aquí.

El gran Héctor respondió:

·         Deífobo, antes, habías sido el más amado de mis hermanos y de todos los hijos que nacieron de Hécuba y de Príamo; pero ahora, creo que debo honrarte más en mi corazón, tú que te has atrevido a salir fuera de la muralla, cuando tus ojos me vieron, mientras todos los demás se hallaban encerrados ahí.

Atenea le dijo:

¡Amado hermano. Mi padre y mi venerable madre me suplicaron varias veces abrazando mis rodillas, así como los amigos que estaban cerca, que me quedara donde estaba; muy grande era el terror que los hacía temblar a todos; pero mi corazón estaba consumido por el peso del dolor! Así pues, llevados por nuestro ardor, combatamos, sin dar descanso a nuestras lanzas, para saber si Aquiles, habiéndonos dado muerte, llevará a sus naves nuestros sangrantes despojos, o si él será vencido por tu lanza.

Hablando así Atenea, avanzó primero para engañarlo; pero cuando ya estaban cerca, frente a frente, dijo Héctor:

·         Ya no huiré más, como antes, hijo de Peleo; tres veces emprendí la fuga alrededor de la gran ciudad de Príamo y jamás me detuve para atacarte; ahora mi espíritu me impele a enfrentarme a ti, seguramente te mataré o seré muerto. Vamos, confiémonos a los dioses ahora, porque serán los mejores testigos, garantes de lo que acordemos. De mi parte yo no te ultrajaré con ignominia, si Zeus me concede la victoria de arrebatarte la vida; pero cuando te haya despojado de tus famosas armas, entregaré tu cuerpo a los aqueos. Tú jura hacer lo mismo.

Aquiles, mirándole torvamente le dijo:

·         Héctor, el más cruel de los guerreros. No vengas a hablarme de acuerdos; porque entre leones y hombres no hay juramentos seguros; los lobos y los corderos no tienen su alma animada de iguales sentimientos, mas no cesan de buscar dañarse unos a otros; asimismo no hay amistad posible entre tú y yo, ningún juramento podrá ligarnos antes que uno de los dos haya caído y saciado con su sangre a Ares, el guerrero de dura piel. Recuerda tu antigua valor. Ahora es cuando se necesita ser buen lancero y combatiente. No tienes ningún medio de huir; sobre el campo de batalla Palas Atenea va a vencerte por medio de mi lanza y éste es el momento en que de un solo golpe pagarás todos los duelos de mis compañeros, a los que enloquecido mataste con tu lanza.

Dijo, y blandiendo su lanza de larga sombra, la arrojó; pero el formidable Héctor la vio venir y la supo evitar al verla llegar, hurtando el cuerpo. La lanza de bronce voló por encima y fue a clavarse a la tierra; pero Palas Atenea la sacó y se la devolvió a Aquiles sin que la viera Héctor. Entonces éste le dijo al hijo de Peleo:

·         Tú has errado, Aquiles, semejante a los dioses; aún Zeus no te había ordenado mi destino. Hablaste bien por tanto, pero sólo como buen hablador, como engañador, deseoso de que presa del miedo, olvidase mi ímpetu y mi valor. No. Tú no plantarás tu lanza en la espalda de un fugitivo; yo camino de frente a ti. Rechaza la mía si el cielo te lo permite, y ahora esquiva mi lanza de bronce. Ojalá pudieras llevártela entera en tu piel. La guerra sería más fácil para los troyanos, si llegas a morir, porque eres para ellos el peor de los azotes.

Dijo, y blandiendo su lanza de larga sombra, la arrojó; tocó al hijo de Peleo en el centro del escudo, no erró; pero la lanza rebotó fuertemente lejos del mismo. Héctor se irritó de que un tiro tan veloz hubiera salido inútilmente de su mano, y se detuvo bajando la cabeza. Con fuerte grito llamó a Deífobo, el del brillante escudo; le pidió una lanza fuerte, pero la figura de su hermano ya no estaba cerca de él. Héctor comprendió todo en su corazón, y dijo en voz alta:

·         ¡Ay! Los dioses quieren ciertamente que muera. Yo creía que el héroe Deífobo estaba junto a mí; pero él se halla en nuestras murallas y Atenea me ha engañado. He aquí que en este momento la cruel muerte está cerca; no se halla lejos de mí, ni es posible evitarla. Cuando contaba con la benevolencia de Zeus y de su hijo Apolo, ellos se mostraban hasta hace poco como mis bienhechores y me libraban del peligro. Ahora mi destino me alcanza ya. Sin embargo, no quisiera perecer sin esfuerzo, ni gloria, sino después de haber cumplido una hazaña digna de que la conozcan los hombres del mañana.

Hablando así, desenvainó la puntiaguda espada que llevaba grande y sólida junto a su costado, y encogiéndose sobre sí mismo, se lanzó como el águila que, volando desde lo alto de los aires, desciende al campo a través de las densas nubes para arrebatar una tierna cordera o una tímida liebre; así acometió Héctor blandiendo su aguda espada. Aquiles a su vez saltó con el corazón rebosante de salvaje ardor. Cubrió su pecho con el escudo fabricado con artística belleza; el brillante casco de cuatro capas, se inclinaba sobre su cabeza y las hermosas crines de oro que Hefesto puso alrededor del penacho ondeaban por todas partes. Como un astro que se adelanta en medio de las estrella en el profundo silencio de la noche, como el Véspero, la más bella, que en él tiene su sitio; así brillaba la aguda lanza que Aquiles blandía por la derecha, pensando en la ruina del divino Héctor, y buscando sobre la hermosa piel el sitio donde penetrara mejor; pero las bellas armas de bronce que él tenía, después de haber matado y despojado violentamente al fuerte Patroclo, cubrían su cuerpo por todas partes y no aparecía vulnerable más que un solo punto, donde las clavículas separan al cuello de la espalda: la garganta, por donde se escapa el alma con máxima violencia. Fue hacia ahí donde arrojó su lanza contra el valiente Héctor. Su cuello delicado fue atravesado de parte a parte por la punta, hasta la cerviz; sin embargo el pesado bronce de la lanza de fresno no le cortó la tráquea; pudo por lo tanto hablar y balbucear algo todavía. Héctor cayó en el polvo y el divino Aquiles gritó exultante:

·         ¡Héctor! ¡Te decías, sin duda, que al despojar a Patroclo quedarías impune, y tú, insensato, no considerabas que yo permanecía apartado; pero lejos de aquí, atrás y cerca de las naves, se mantenía un vengador mucho más fuerte que él: era aquel que acaba de quebrantar tus rodillas! A ti, los perros y las aves de rapiña te desgarrarán ignominiosamente, mientras que a Patroclo los aqueos le rindieron los honores fúnebres.

Le respondió Héctor con voz desfalleciente:

·         Te suplico por tu vida, por tus rodillas y tus padres, que no dejes que los perros me devoren junto a las naves aqueas; acepta todo lo que quieras de bronce y de oro; presentes que te harán mi padre y venerable madre. El cuanto al cuerpo, mándalo a mi palacio, para que los troyanos me coloquen en la pira.

Con torva mirada, le respondió Aquiles:

·         ¡No me supliques, perro, ni por mis rodillas, ni por mis padres! Cómo quisiera que mi ira y mi deseo me impulsaran a cortar tus carnes en pedazos y a comérselos crudos por todo el daño que me has hecho. No, nadie podrá alejar a los perros de tu cabeza, aunque vinieren a depositar aquí diez o veinte veces más fuertes rescates y me prometieran además otros bienes; ni si el mismo Príamo, hijo de Dárdano, mandara que se te redimiera pesándote y dando otro tanto de tu peso en oro; ni aun a ese precio la venerable madre que te dio a luz, te llevaría, después de haberte colocado en el lecho fúnebre, sino que los perros y las aves de rapiña te devorarán por entero.

A punto de exhalar el último suspiro respondió Héctor:

·         Realmente, ahora te veo tal como te conocí. No debí tratar de persuadirte, pues tiene un corazón de hierro. Reflexiona ahora que mi suerte no te valga el rencor de alguno de los dioses, el día en que Paris y Febo Apolo te hagan perecer, por valiente que seas, delante de las Puertas Esceas.

Con estas palabras lo cubrió el término de la muerte; su alma, volando de su cuerpo se fue al Hades, gimiendo sobre su suerte fatal, abandonando el vigor y la juventud. Ya había muerto cuando Aquiles le dirigió estas palabras:

-¡Muere! En cuanto a mí se refiere, acogeré a la diosa de la muerte, cuando Zeus y los demás dioses inmortales quieran enviármela. (1968: 118-123).

Comentario

La muerte de Héctor constituye uno de los momentos más trágicos de esta epopeya. Aquiles actúa con profundo rencor y ni siquiera le concede le promete devolver su cadáver. Cuando muere Héctor tiene conciencia de que los dioses lo han traicionado.

Actividades

1. Ubica por lo menos seis figuras literarias que aparezcan en el texto anterior y catalógalas de acuerdo con el estudio realizado al hablar de poesía lírica.

2. Busca un vocabulario de por lo menos veinte palabras. Recuerda el valor contextual de las expresiones.

3. Comenta la muerte de Héctor desde la perspectiva del odio de Aquiles hacia su rival.

Hesíodo

Es el primer poeta de Occidente que se nos aparece formulando sus propias inquietudes. Si es probable que sus poemas pertenecen aproximadamente al año 700, esto significa que se encuentran muy próximos a la época de origen de las epopeyas homéricas. Como diferentes momentos delatan en Hesíodo su parentesco con pasajes homéricos, se ha tratado de atribuir a Hesíodo partes de la Odisea. En esta obra se reconocen normas de valor de la aristocracia y una presencia pronunciada de ideas éticas semejantes a las que encontramos en Hesíodo.

Hesíodo, a diferencia de Homero, se encuentra alejado del mundo jónico. Su padre era natural de Cime, es decir, de la parte del Asia Menor colonizada por los eolios. Había tratado de enriquecerse dedicándose al comercio marítimo, pero debido al fracaso, tuvo que dejar su patria estableciéndose en Beocia, en el pueblo de Ascra, en las proximidades de Tespias. Allí fue creciendo Hesíodo y, a pesar de no tener sus raíces en la Grecia central, la riqueza en tradición antiquísima y la idiosincrasia tosca y vigorosa de esta región, influyó de manera decisiva en su carácter y poesía.

En su juventud vivió como pastor en las montañas. Su mundo es el de los pequeños campesinos, que, si bien eran libres, tenían que mantener una dura lucha por la existencia.

Hesíodo mismo nos ha relatado en el proemio a su Teogonía la experiencia más importante de su vida. Mientras pastoreaba sus ovejas en el Helicón, se le aproximaron las musas, envueltas en una niebla espesa, provenientes de la cima de la montaña donde danzaban en coro. Las musas lo hicieron cantar, pero su encuentro con la literatura fue decisivo para que fuera capaz de hacerlo de la manera que lo muestran sus versos.

En la Teogonía hallamos una tradición de procedencia diversa. Nos presenta, por una parte, un desarrollo, y por otra, un estado en el que se encuentra el mundo en que debemos vivir. En la Teogonía, la línea principal del desarrollo está dada por la sucesión de las tres deidades que han gobernado el mundo: Urano Cronos y Zeus. La Teogonía refleja la obra propia de Hesíodo como elemento esencial dentro de la literatura antigua, ya que además habla de una cosmogonía en donde se descubre el caos.

También en los Erga nos encontramos con una configuración muy peculiar. A este poema se le da a menudo el título de “Los trabajos y los días”. La parte auténtica sólo podemos llamarla poesía didáctica si a este término le agregamos las propiedades de la variedad y riqueza temáticas arcaicas.

La primera parte de los Erga se halla determinada en su estructura íntima por dos antítesis. El punto de partida lo constituye un caso concreto, la disputa entre Hesíodo y su hermano Perses, motivada por la repartición de la herencia paterna. El poeta tiene amarga experiencia del sentido de justicia de los señores de la nobleza. Lo particular, empero, sólo es punto de partida para abarcar lo general e interrogarse acerca de las fuerzas conservadoras de la existencia humana. El segundo par de antinomias nos lleva al núcleo del pensamiento de Hesíodo, que ya se nos volvió visible en la Teogonía. Se trata de la lucha que tiene lugar en el alma del poeta entre una valoración pesimista de este mundo y la fe devota en normas de un valor absoluto.

En los Erga, se llega a una conclusión: El esfuerzo y las molestias son propios de la existencia humana, ya que los dioses no le han permitido al hombre un fácil sustento.[17] (1989: 114-130).

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee un pasaje de la Teogonía de Hesíodo y explica por escrito algunos contenidos mitológicos que allí aparezcan.

2. Redacta sobre el tema: Vida y acciones de Zeus. Para recabar información recurre a la Teogonía y a Internet.

Género lírico

El género lírico en el marco de la literatura griega clásica incluye nombres tan importantes como Calino, Tirteo, Mimnermo, Solón, Jenófanes, Focílides, Teognis, Arquíloco, Hipónax, Safo, Alceo, Anacreonte, Alcman, Estesícoro, Íbico, Baquílides y Píndaro. En este libro sólo haremos referencia a algunos de ellos —los más importantes— e incluiremos pasajes representativos de sus obras más destacadas.

Actividades

1. Que cada grupo busque en Internet o en una Historia de la literatura griega los datos fundamentales sobre la vida y la obra de dos poetas de los arriba enlistados. En actividad conjunta se presentarán los resultados de las búsquedas grupales que serán comentadas en el pleno de la clase como introducción al estudio de la poesía lírica en Grecia.

Veamos a continuación algunos poetas.

SAFO (1988: 105-117).

Hija de Cleide y Escamandrónimo, nació en Ereso, villa de la isla de Lesbos. Vivió entre el siglo VII y el VI a. C., muy probablemente en el espacio comprendido del año 620 al 550. tuvo tres hermanos: Lárico, Caraxo y Euritio.

Cuando Lesbos era trastornada por las contiendas civiles, ella sufrió el destierro y fue a dar a Sicilia. Admitida más tarde por el tirano Pítaco, volvió a Mitilene, donde su casa se convirtió en una suerte de escuela donde las mujeres aprendían las letras, la música y la danza.

La leyenda –falsa según toda evidencia- narra que, no correspondida por Faón, a quien amaba, se arrojó desde la roca Leucada.

Y ahora estamos ya ante el puro deslumbramiento de la poesía, cantada por una de las más claras voces de todos los tiempos.

La naturaleza femenina en sus más delicados y pasionales matices, en sus más inexplorables honduras, se descubre en estos versos donde la sabiduría del oficio es tanta que, pese a las exigencias propuestas por una multiplicada variedad métrica y estrófica, la expresión en ellos plasmada se aparece como fácil y natural.

Entre la formas métricas empleadas por ella, pueden mencionarse la estrofa sáfica, los versos gliconios, la tetrapodia dactiloide, el asclepiadeo, el paragliconio, el cretogliconio y el falecio, el trímetro, el tetrámetro cataléctico y el pentámetro eólico.

El conjunto de su obra fue dividido por los alejandrinos en nueve libros. De ese conjunto conocemos algunas odas y cierta abundancia de fragmentos.

Actividades

1. En un diccionario investigue el alumno la significación de cada una de las formas métricas empleadas por Safo. Redacta el vocabulario de éstas.

2. Investiga en Internet sobre la vida y obra de esta poetisa griega. Integra a tu cuaderno aquellos elementos que sean novedosos.

Veamos a continuación algunos poemas de Safo.

1

De vario trono inmortal Afrodita

Hija de Zeus que trenzas dolos, te oro:

Ya no con penas ni pesar me domes,

Oh santa, el alma.

Pero aquí ven, si alguna y otras veces,

Con escuchar la voz, de lejos, mía,

Me oíste, y del padre la mansión dejando,

Viniste, el áureo

Carro enyugando; y te llevaban bellos,

Sobre la tierra negra, raudos pájaros,

Las alas por el cielo, a medio el éter,

Densas batiendo.

Sin dilación llegaron. Tú, oh dichosa,

Dulce sonriendo en tu inmortal semblante,

Qué me afligía otra vez, pediste, y qué, otra

Vez, te impenetraba,

Y qué muy mucho que ocurriera ansiaba

A mi alma insana. “¿A quién, otra vez, quieres

Que Peito lleve a tu pasión? Oh, Safo:

¿Quién te maltrata?

Y pues, si huye, ha de seguirte en breve,

Y ha de donarlos, si no acepta dones,

Y si no ama, habrá de amar en breve,

Aun no queriéndolo”.

Ven a mí ahora, y suéltame de graves

Cuitas, y cumple, para mí, todo eso

Que el alma anhela que se cumpla, y séme,

Tu misma, aliada.

Comentario

Este es el “himno a la diosa Afrodita”. Los temas míticos continúan prevaleciendo y el sujeto lírico busca consuelo y protección en la diosa del amor. Estos amores son contrariados y sólo la intercesión de Afrodita puede hacer que las cosas cambien.

Otro poema en el que prevalecen los celos es el que sigue:

2

Que es a los dioses, me parece, símil

El hombre aquel que frente a ti se sienta

Y que te escucha, cerca, mientras hablas

Plácidamente

Y amable ríes; lo que a mí, por cierto,

Dentro del pecho el corazón me espanta.

Pues en cuanto te miro apenas, nada de voz me queda;

Pero la lengua se me quiebra; al punto,

Fuego sutil bajo la piel discurre,

Y con los ojos nada miro, y zumbos forma el oído,

Y el sudor se me esparce, y me acomete

toda un temblor, y verde más que hierba 

soy, y distante poco de haber muerto

parezco, Agálide.

Mas de sufrirse ha todo...

Actividades

1.           Busca el vocabulario del poema anterior y anótalo en tu cuaderno.


Comentario

El tema de la desesperación individual ante el alejamiento de la pareja es notorio aquí. También se ahonda en el motivo de la comunicación humana.

Actividades

1. Comenta uno de los dos poemas anteriores y resalta el sentimiento expresado en cada uno de ellos, así como también las figuras literarias que encuentres.

Veamos otras composiciones:

3

Los astros, pues, junto a la bella luna,

Ocultan luego su luciente forma

Cuando, muy mucho, plena fulge sobre

Toda la tierra.

...Argértea.

4

Unos, el arma de jinetes, dicen;

Unos, de peones; la de naves otros,

Es lo más bello de la negra tierra;

Yo, lo que uno ama.

Y eso hacer claro a todos, es bien fácil.

Pues la que la belleza de las gentes

Venció con mucho, Helena, a su marido,

De sobra el óptimo,

Dejando, a Troya se partió a la vela.

Y no de la hija ni los caros padres

Se acordó en nada, pero, enamorada,

La desvió Cipris

...

y hoy me tomó el recuerdo de Anactoria

no convecina,

de quien quisiera, encantador, el paso

ver, y del rostro el resplandor luciente,

más que los lidios carros y que, en armas,

a los infantes.

5

...llégate, Cipris,

en los dorados cálices vertiendo

mezclado el néctar delicadamente

con las delicias.

Actividades

1. Busca en Internet cinco poemas de Safo y transcríbelos en tu cuaderno.   

2. Explica cuál es el tema de cada uno de esos cinco poemas.

3. Redacta sobre el tema: “Escribí mi primer poema cuando tenía ____ años. ¿Qué sentí al hacerlo? ¿Qué necesidad espiritual me llevó a ello? O también: “Nunca he escrito un poema, pero desearía hacerlo.”

ANACREONTE (1988: 143-150).

Hijo de Escitino, nació en Teos, ciudad de la Confederación Jónica, alrededor del año 572 a. C. En la misma Teos murió a la edad de 85 años. Vivió, pues, entre los siglos VI y V.

Poeta principalmente del amor, el canto y la ebriedad, encuentra en ellos el sentido de la existencia humana. Perdida la juventud, lamenta con amargura o melancólica risa la decadencia senil: los dientes viejos, las canas, la fatiga. Llega a desear la muerte, sola liberación verdadera de todo sufrimiento.

Su versificación es variada, elegante y muelle. Los alejandrinos clasificaron su obra en elegías, yambos y poemas ligeros.

Sólo pocos fragmentos de poemas auténticamente suyos, han permanecido. Las llamadas Anacreónticas, escritas evidentemente en época posterior, sin razón se le han atribuido.

 

 

Actividades

1. Busca la significación de “alejandrino, elegía, yambo” como formas métricas empleadas por este autor.

Lee los poemas siguientes.

1

Con roja bola de nuevo

Eros de áurea crin, tirándome,

Llama a jugar con la niña

De bordadas sandalias.

 Mas ella –pues es de Lesbos

Bien construida- mi pelo,

Pues es blanco, menosprecia,

Mas ante otra, babea.

2

El que tuvo antes la ropa pobre, estrecha la camisa

Y lo dados de madera en las orejas, y un pelado

Cuero de buey en los flancos,

De un escudo malo el sucio forro, aquel que a panaderas

Y rameras frecuentaba, el desdichado de Artemón,

Ilegal sustento hallando;

Mucho el cuello sobre el cepo y en la rueda puso mucho,

Y en el lomo, flagelado mucho fue con la correa,

De greña y barba arrancando,

En carrozas hoy avanza portando arracadas de oro,

El hijo de Cice, y porta de marfil una sombrilla,

Así las mujeres símil.

3

Potranca tracia: ¿por qué, con ojos de través mirando,

¿Me huyes cruelmente, y crees que yo no sepa nada bueno?

A ti podría, sábelo bien, a ti ponerte el freno,

Y usando riendas, hacer que en torno de la meta gires.

Y ahora los prados paces, y brincoteando ágil retozas.

Pues, por jinete, un picador experto no posees.

Actividades

1. Redacta una síntesis de cada uno de los poemas anteriores.

2. Busca en el diccionario el vocabulario que consideres necesario para lograr la mayor comprensión de estas composiciones.

3. Analiza el tema principal de cada uno de los poemas, así como también los temas secundarios. Explícalo.

PÍNDARO (1988: 207-217).  

Se le considera un universalmente el príncipe de la lírica griega. Hijo de Diafanito, noble de la familia de los Egidas, nació en Cinocéfalos, aldea vecina de Tebas, el año 518 a. C. Laso Hermione fue quien lo inició en lar artes musicales. Afirma la tradición que estudió también con las poetisas Mirtis y Corina, originarias, como él, de Boecia. Formó parte de la corte de diversos tiranos, quienes se enorgullecían de hecho tal. Así lo demostraron Hierón de Siracusa, Terón de Agrigento, Alejandro de Macedonia, los Alévadas y los Escopas. Muchas de sus odas fueron compuestas para honrar a varios de ellos. En la época de las Guerras Médicas, él, por entonces en la cima de su plenitud poética, se abstuvo de celebrar las glorias de Salamina o de Maratón, a causa de que Boecia, su patria, no participó en la lucha, o lo hizo en pro de los persas.

De innumerable variedad, sus temas abarcan el mito, la filosofía, la moral. Su espíritu profundamente religioso, respeta y venera las tradiciones, las costumbres, la fe de los antiguos. Siempre noble y profundo, colma su poesía de anhelos de gloria y de virtud.

Con él se cierra el ciclo de la lírica griega; para el tiempo de su muerte ocurrida a los 80 años de su edad y en el gimnasio de Argos, la poesía dramática conquistaba en Atenas sus resplandores iniciales.

Aparte de buen número de fragmentos, se conserva de él 44 odas: 14 olímpicas, 12 Píticas, 11 Nemeas y 7 Ístmicas, llamadas así por el nombre de los sitios donde acontecían los certámenes en ellas celebrados.  

OLÍMPICA I

Óptima, en verdad, el agua; y el oro, cual quemante

Fuego, en la noche más refulge que soberbia riqueza.

Mas si cantar certámenes

Mi corazón, ansías,

No, que el sol, otro astro

Busques más cálido, de día,

En el éter desierto refulgiendo,

Ni un combate, que Olimpia más ilustre, diremos.

De allí, el himno preclaro se enreda en torno

A las mientes de vates, porque alaben

Al Cronida, venidos a la rica

Morada de Hierón dichosa,

Quien en Sicilia rica en greyes el justo cetro rige,

Alcanzando los vértices de las virtudes todas;

Y también resplandece

En la flor de la música

Con que los hombres, a menudo,

Muchacheamos en torno a la mesa amiga.

Pero la doria cítara del clavo

Toma, si alguna vez la gracia de Pisa y Ferenico

Puso, bajo dulcísimos pensamientos, tu mente,

Cuando él voló junto a Alfeo, dando

En la carrera el cuerpo no espoleado,

Y unió a sí a su señor en la victoria.

Al rey siracusano, que batalla

A caballo. Para él fulge la gloria

En la del Idilio Pélope

Colonia rica en héroes.

De él se prendó el que ciñe la tierra, el potentísimo

Poseidón, cuando Cloto lo alzó del limpio bronce,

Ornado de marfil en el hombro radiante.

Cierto: hay muchos prodigios; y el dicho de los hombres

A la voz verdadera, acaso excede;

Engalanadas con mentiras varias, engañan las leyendas

Y la gracia que suscita todo

Lo grato a los mortales;

Les trae honor, se ocupa de que lo increíble

Muy a menudo sea creíble.

Mas los días futuros

Son los más sabios testimonios.

Actividades

1. Investiga en Internet sobre la vida y obra de Píndaro y selecciona por lo menos cinco poemas diferentes al aquí presentado.

2. Analiza la Olímpica I y explica lo siguiente:

a. ¿Por qué se le denomina Olímpica? ¿Este término te recuerda a algún vocablo contemporáneo?

b. Ubica los elementos míticos que son citados en esta olímpica y coméntalos.

c. Habla del tema principal.

GÉNERO DRAMÁTICO (2019: 31-130).

Los principios de la poesía dramática arrancan como los de la lírica del siglo VI. Sus gérmenes se hallan en los cultos de las divinidades campestres, que alcanzaron valor oficial, durante la dominación de los tiranos.

En Eleusis la veneración por Dionisos había entrado en notable unión con los misterios de Ceres. Ambos cultos daban ocasión ya a la reflexión de la naturaleza, se halló un símbolo de la muerte y de la inmortalidad; lo segundo, porque, lo mismo la entrada de la primavera que la recolección de frutos en el otoño, daban rienda suelta al gozo y al regocijo.

En las antiguas fiestas de Dionisos, laneas y antesterias, era costumbre disfrazarse y andar de un lado para otro, a pie o en carro, entre toda clase de gesticulaciones y chuscadas. De la unión de estos elementos del culto con los géneros ya creados de la poesía, nacieron las nuevas formas artísticas del drama: la tragedia, el drama satírico, la comedia y el mimo

LOS COMIENZOS DE LA TRAGEDIA

La tragedia nació del ditirambo, canto del culto de Dionisos, en que se daban a conocer los casos de la vida del dios, el nacimiento maravilloso, su crianza entre las ninfas, sus peregrinaciones, persecuciones y victoria final sobre sus enemigos.

Los coreutas campestres se vestían para ello con pieles de macho cabrío, al modo que se imaginaban a los sátiros del séquito del dios. Por esto se les llamó “tragoi”, esto es, machos cabríos, y de ellos recibió aquel cantar su nombre. Con el tiempo tuvo el ditirambo, con  la inserción de asuntos heroicos, un contenido más variado, no por cierto sin vencer resistencias que parte de la población ofrecía; así se convirtió en balada heroica.

En 1896 se produjo el hallazgo en Egipto de 19 poemas casi completos. En uno de esos grupos de poemas, aparece realizada la transformación del ditirambo en balada heroica. En uno de estos cantos: “los jóvenes héroes”, que es propiamente un peán para la fiesta de Apolo Delio, refiere el poeta como el joven Teseo, en su viaje hasta Creta, se lanza al mar desde la nave del rey Minos y halla el anillo arrojado por éste a las aguas; con ello aparece por primera vez en la literatura el tema del buzo. Un paso más da el poema siguiente que también trata de Teseo, en él se presenta al rey Egeo esperando la venida de su hijo, en conversación con un ciudadano ateniente, que acaso fuese el corifeo. El ditirambo adopta así la forma de diálogo, con lo cual se acerca a la tragedia. Sitúase, por lo tanto, la balada heroica, como punto intermedio entre la lírica coral y la tragedia.

Al mismo tiempo, en el uso de las máscaras, que de antiguo se practicaba en el culto, había un elemento dramático, éste se halló muy reforzado con el narrador o actor que se opuso al coro. Este paso lo dio en el Ática Tespis. Dionisos venerado hasta entonces en Eléuteras, había obtenido, en la Atenas de Acrópolis, y con él una nuevas fiestas, las dionisíacas mayores o ciudadanas, celebradas en el mes Elafebolión (meses de marzo y abril) bajo la dirección del arconte epónimo.

Las leneas en cambio, que tenían lugar en el mes de Gamelión (enero y febrero), dependían del arconte Basileo. La tragedia salió de su cuna, en las fiestas dionisiacas del 534, en que por primera vez se le asignó a Tespis un coro y se le señaló actor por parte del Estado. Desde entonces permaneció como elemento del culto igual que los misterios de la Edad media alemana, representaciones de navidad, Pasión o Pascua. El que quería tomar parte en el concurso de las fiestas, había de entregar al arconte tres tragedias y un drama satírico. Sólo se admitía a tres poetas de los cuales se premiaba a uno al final de las representaciones, según el veredicto de un colegio de cinco jurados. Por lo demás, el triunfador oficial era el corega, este es un acaudalado ciudadano perteneciente a la clase de los grandes contribuyentes que a sus expensas había equipado al coro:

A éstas había que erigírsele un monumento conmemorativo de la victoria: se entregaba también un documento de la concesión del premio. El lugar de la representación era el teatro, primitivamente de madera, apoyado en las faldas de la colina, en el recinto de Dionisos; hasta el principio del siglo IV no fue sustituido por edificación de piedra.

El número de los coreutas trágicos era primero de doce; después, desde Sófocles, de quince; el de los actores llega a tres, pudiendo cada uno de ellos representar varios papeles. Aparecían con máscaras y alto coturno, para aparentar mayor estatura que la ordinaria humana, y alcanzar la supuesta de los héroes. Las representaciones se verificaban por la mañana temprano. Se pagaba una cuota de entrada que en tiempo de la democracia, se sufragaba a los ciudadanos de la caja del Estado. La tragedia como género literario nace de la unión de elementos líricos y épicos; porque lo mismo las partes narrativas (relaciones de mensajeros o heraldos) que el diálogo, habían sido ya  moldeados en la epopeya.

Y como la tragedia tomaba sus asuntos generalmente de la leyenda heroica considerada como historia, se le puede llamar, con Diomedes, “representación de un destino heroico”. Pero el nuevo género poético fue además, recipiente de un nuevo espíritu, que en su esencia, ciertamente, se había anunciado aquí y allá anteriormente. Ya la epopeya heroica (Odisea, canto I, versos. 32 y siguientes), toca ocasionalmente el problema de la relación entre culpa y destino en la vida humana, y la meditación sobre este tema se intensificó fuertemente con el movimiento religioso del siglo VI. Este problema constituye el espíritu de la tragedia griega; pero hay que advertir que en la idea de destino no se han de comprender solamente las circunstancias externas de una existencia humana, sino ante todo el nativo carácter del héroe, según la frase de Heráclito: “la manera de pensar de los hombres es su destino...”

Además de Tespis, de cuyas obras sólo conocemos algunos títulos, entre ellos “Panteo”, se menciona como los más antiguos trágicos del Ática a Frínico y Quérilo.

Esquilo (525-456)

Nacido en Eleusis, de noble familia, pertenecía aún a la generación de los combatientes de Maratón.

Es propiamente el creador de la tragedia griega. Antes de él la tragedia, “canto del macho cabrío”, era simplemente una danza y canto combinados que se realizaban ante el altar de Dionisos y sus temas eran tomados de la mitología y la leyenda heroica. Esquilo infundió a esa tragedia primitiva la esencia de lo trágico. En ella, los personajes se enfrentan a la muerte y para poder extraer su pleno valor artístico y su belleza, la muerte debe ser afrontada y vencida por el heroísmo o alguna otra cualidad del alma humana. La muerte aparece, pues, en la tragedia como la explicación del pecado.

Con el agregado de un segundo actor, y más delante de un tercero (en esto último precedido de Sófocles), hizo posible el verdadero diálogo, en obsequio del cual se redujeron gradualmente las partes corales, muy extensas al principio. El coro aparecía primitivamente integrado por 50 miembros; Esquilo lo redujo a doce. También fue él quien introdujo el prólogo antes del ingreso del coro. Y, lo que es más importante, derivó de la costumbre ateniense de presentar tres tragedias a un tiempo, la ley de la trilogía.

Tomó la mayor parte de sus asuntos de la epopeya y cuando llama modestamente a sus piezas “migajas del gran banquete de Homero”, ha de entenderse que habla no sólo de La Ilíada y de La Odisea, sino también de los poemas cíclicos.

De las tragedias de Esquilo sólo han llegado a nosotros siete, aproximadamente la décima parte de su producción total; entre ellas una sola trilogía completa a la cual haremos referencia en seguida. Las otras tragedias son Las suplicantes, Los siete sobre Tebas, Prometeo encadenado, Los Persas.

Completa se ha conservado “La Orestiada”, lo más fuerte y profundo que produjo la poesía dramática de los griegos.

En “Agamenón” el rey seguido de Casandra, vuelve victorioso de Troya a su hogar y Clitemnestra le recibe con acatamiento y regocijo hipócritas. Es realmente grandioso el pasaje en que la vidente, detenida ante el palacio, contempla en éxtasis el cruel asesinato del rey, y penetra después en el edificio con conciencia de que va a correr la misma suerte. Desviándose de la tradición, hace Esquilo que la infame esposa sea el único asesino, a fin de motivar más eficazmente el matricidio.

En “Las Coéforas” (Ofrendadoras fúnebres), Orestes, refugiado de niño en Fócida junto al rey Estrofio, vuelve a su casa acompañado por su amigo Pílades. Reconocido por su hermana Electra y en inteligencia con ella, realiza, por orden de Apolo, la venganza contra su madre y el amante de ésta. Pero, apenas ha consumado el hecho, cuando se traban a sus pies las diosas vengadoras.

“Las Euménides” que en sustancia son invención del poeta -pues nada prueba que se inspirara como se dice en una epopeya apolínea-, presentan al perseguido buscando refugio en el templo de Delfos, al mismo tiempo que le rodean las Furias, a quienes Apolo tenía antes adormecidas. El oráculo le hace comparecer ante el tribunal de Areópago en Atenas. Las Furias actúan de acusadoras y Apolo de defensor. Hay empate en la votación de los Jueces: entonces aparece Atenea y agrega su voto a los absolutorios. Apacíguanse las Furias al erigírsele culto especial, y se transforman en las bienhechoras Euménides. La última y más completa obra de Esquilo es una confesión. No se trata de una tragedia de dioses, como podría hacer creer la desavenencia de Apolo con los espíritus malditos, sino de la tragedia humana. Orestes el del tipo de hombre a un mismo tiempo inocente y culpable; la divinidad le hace culpable y la merced de la misma divinidad le absuelve. En realidad se sostiene que todo se paga sobre la tierra. Solamente la divinidad puede librar de ello. Tal es el intento del poeta, su ensayo de descifrar el enigma de la vida; éste es para él el sentido de la tragedia de la fatalidad.

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee completa la tragedia Agamenón y también Los Persas.

2. Analiza en estas tragedias a los protagonistas y explica los rasgos que los definen.

3. Redacta sobre el tema: El sentido de la muerte en México.

Incluimos en seguida el reparto con los personajes que participan en la tragedia Prometeo encadenado, así como también un pasaje breve de esta obra.

Personajes

Kratos

Bías, personaje mudo

Hefesto

Prometeo

Coro de las oceànidas

Océano

Ío

Hermes

Fragmento de la primera parte.

PROMETEO.- Sin duda soy una triste visión para mis amigos.

CORO.- ¿No alcanzaste algo más que esto?
PROMETEO.- He conseguido que los mortales no conozcan de ante-

mano su destino.

CORO.- ¿Qué medicina has encontrado para esta enfermedad?

PROMETEO.- He puesto en ellos ciegas esperanzas.

CORO.- Gran beneficio es ese que has concedido a los hombres.

PROMETEO.- Además de esto les concedí el fuego.

CORO.- ¿Y los efímeros poseen ahora el resplandeciente fuego?

PROMETEO.- De él aprenderán muchas artes.

CORO.- Zeus te castiga por estas culpas.

PROMETEO.- Me castiga y no da descanso a mis males

CORO.- ¿No te ha sido señalado el fin de tu tormento?

PROMETEO.- No es otro sino el que a él le parezca oportuno.

CORO.- ¿Y cuándo lo considerará así? ¿Qué esperanza hay? ¿No ves

que has cometido un error? En qué forma lo has hecho no es agradable para mí decirlo y es doloroso para ti oírlo. Por tanto, dejemos eso y busca alguna forma de escapar al tormento.

PROMETEO.- Es fácil para el que está libre de tormentos aconsejar y  advertir a los que sufren. Yo sabía bien todo esto. Voluntaria, voluntariamente he faltado, no lo voy a negar. Por amor a los hombres he recibido este castigo. Ciertamente no  creí que me iba a consumir con tales tormentos en una roca vacilante en este desierto solitario. Pero no lamentéis los dolores presentes; echad pie a tierra y escuchad los males que han de venir, para que sepáis todo hasta el fin. Escuchadme, escuchad, acompañadme en mi actual sufrimiento. La desgracia, errante acá y allá, se apodera de cada uno en un lugar distinto. (1978: 202-203).

Comentario

Prometeo es un aliado de los hombres que ha faltado a las leyes de Zeus robando el fuego y entregándoselos a ellos. Por esta razón ha sido cruelmente castigado y su castigo parece no tener fin.

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee por lo menos la primera parte de esta tragedia.

2. Analiza y comenta las características de Prometeo en su condición de individuo torturado a pesar de tratarse de un dios.

Sófocles (496-406 a.C.)

Es el continuador de la obra de Esquilo y a él se debe la creación del tercer actor. Poeta de profunda concepción trágica destacó en la pintura de caracteres de una manera sobresaliente.

Aumentó de doce a quince el número de coreutas. Abandonó la composición de trilogías y volvió al drama único. Su mayor mérito consiste en el interesante desarrollo de la acción en la que maneja magistralmente la ironía trágica.

A él se deben también siete tragedias: Ayante, Las Traquinias, Antígona, Edipo Rey, Electra, Filoctetes, Edipo en Colona.

Actividades

1. Investiga en Internet quién fue Edipo y qué acciones se le atribuyen.

2. Que los equipos busquen información sobre cada una de las siete tragedias de Sófocles: tema, personajes, desarrollo. En el pleno de la clase deben intercambiar la información.

3. Lectura complementaria. Lee una de las tragedias de este segundo escritor. Escoge la que desees aunque te aconsejamos por sus méritos mayores: Antígona, Edipo Rey y/o Electra.

4. Redacta una síntesis de la tragedia leída.

Incluimos en seguida los personajes de Antígona y un breve fragmento de la obra.

ANTÍGONA

Personajes

Antígona, hija de Edipo

Ismena, hija de Edipo

Coro de ancianos nobles de Tebas, presididos por el CORIFEO

Creonte, rey, tío de ANTÍGONA e ISMENE

Guardia

Hemón, hija de CREONTE

Tiresias, adivino, anciano y ciego

Mensajero

Eurídice, reina, esposa de CREONTE

Paje del palacio.

La acción tiene lugar delante del palacio de los reyes de Tebas. De las tres puertas, la central es la que usan los soberanos; la de la izquierda supone que da al Gineceo. Por ella sale Ismena, a quien está esperando a la puerta Antígona, venida del campo, donde ha visitado el cadáver de su hermano. Es la madrugada.


Antígona.- Hermana de mi alma, Ismena querida, ¿sabrás tú de una sola calamidad de las de Edipo que no nos vaya descargando Zeus en la vida nuestra? Porque no hay dolor, no hay azote, no hay afrenta ni vileza que no encuentre yo entre tus males y los míos. Pues ¿y el decreto que dicen ha promulgado a toda la ciudad el soberano? ¿Sabes algo? ¿No lo has oído? ¿O sólo a ti se te ocultan los males que de los enemigos van viniendo contra nuestros amigos?

Ismena.- Sobre amigos nuestros no he oído noticia alguna, Antígona, ni grata ni penosa, desde que hemos quedado privadas de los dos hermanos, muertos en un día y con muerte mutua. Después que se ha puesto en huida el ejército argivo la noche pasada, no he oído más palabras, ni para aliviar mis males ni para agravarlos. (1978: 283).

ANTÍGONA.- (Ya atada) Adiós, ciudad de mis padres, Tebas, mi patria, y dioses de mis abuelos, ya me llevan; ya esto es hecho. (Al ser llevada) Mirad, primates de Tebas, a la única que quedaba de vuestras princesas; mirad qué males y de quién los padezco, todo por lo piadoso de mi piedad. (Llévanla atada. Quédase CREONTE)

CORO.- También se vio forzada a dejar la luz de los cielos por una mazmorra de bronce la belleza de Dánae; pero allí, En lo escondido, enlazada se vio en tálamo sepulcral; y era ella ilustre por su sangre, ¡Oh niña, niña!, y guardó dentro de sí los gérmenes de Zeus en la lluvia de oro. Pero es misteriosa la fuerza del hado; ni las lluvias, ni la guerra, ni las torres, ni las negras naves que azota el mar bastan a esquivarlo. (1978: 300).

Eurípides (480-406)

Es el tercero de los trágicos griegos a quien se le atribuye la humanización de la tragedia. Plantea una clara oposición a los mitos que habían caracterizado a la producción anterior. Y aunque no podía apartarse de las historias tradicionales de dioses y héroes, sus personajes trágicos aparecen despojados de su carácter heroico y descienden a la esfera ordinaria. Llega a transformar los asuntos de sus tragedias en verdaderos dramas de tesis. Así en el Fénix toca el problema de la educación; en La sabia Melanita, las creencias supersticiosas; en Eolo, el casamiento entre hermanos. También en lo que respecta a la forma se relaja en él la tragedia. El coro pierde mucho y en su lugar preponderan de tal modo sobre el diálogo las partes lírico-musicales, que Eurípides estuvo a punto de convertir la tragedia en ópera con el número de arias y dúos que introdujo.

Actividades

1. Busca en Internet información sobre la vida y obra de Eurípides.

2. Enumera las tragedias compuestas por este autor y los temas principales que trata en cada una de ellas.

3. Lectura complementaria. Lee con atención la tragedia Hécuba de la cual introducimos a continuación un fragmento.

4. Investiga en Internet quién era Hécuba en el marco del pensamiento antiguo de los griegos.

Hécuba (fragmento)

HÉCUBA.- Vosotras, muchachas troyanas, conducid fuera a esta anciana, vuestra compañera de esclavitud y antes vuestra señora, enderezadme, sostenedme, llevadme, cogedme de mi débil brazo, y yo, apoyando la mano en este curvo báculo, moveré hacia delante mis pies y aceleraré mi tardo paso.

¡Relámpago de Zeus! ¡Noche tenebrosa! ¿Por qué me sobresaltáis en la oscuridad, terrores y fantasmas? ¡Tierra venerable, madre de los sueños de negras alas! ¡Lejos, lejos de mí, visión nocturna, que en sueños me llenaba de terror, presentándome el rostro del hijo que ha salvado su vida en Tracia, y el de Polixena, mi hija amada! ¡Dioses de esta tierra, salvad a mi hijo, el cual, áncora única de mi linaje, habita la nevada Tracia bajo la protección del huésped de su padre! Algo inesperado va ocurrir. Un canto lúgubre se unirá a nuestros lamentos. Jamás en mi corazón he sentido tan fuertes sacudidas, tantos temores. ¿Dónde podré ver el espíritu divino de Heleno y a Casandra (7), compañeras troyanas, para que me interpreten estos sueños? He visto desgarrada por la garra sangrienta de un lobo una cierva de piel a manchas que me había sido arrebatada miserablemente del regazo. Y también esto otro me infunde temor: vi llegar el espectro de Aquiles por lo más alto de su túmulo, pidiendo como un honor debido, se le concediera una de las desdichadas troyanas. ¡Alejad, alejad de mi hija esta desgracia, dioses, os lo suplico! (1978: 631-632).

La comedia

La comedia es una forma de poesía dramática que tiende a provocar la risa y la alegría en el ánimo del espectador. La comedia presenta actitudes ridículas por sí mismas o ridiculiza a determinadas tendencias políticas, filosóficas o literarias que aparecen encarnadas en un personaje real o fingido; también censura vicios o defectos sociales concretados en un personaje que es un tipo representativo; por ejemplo, el avaro, el supersticioso, el hipócrita.

Podemos señalar tres etapas en la evolución de la Comedia ática: antigua, nueva y moderna.

Brevemente diremos que en la antigua (florece en el siglo V) el principal representante es Aristófanes quien puede señalarse como el mayor genio cómico de toda la literatura universal.

La comedia nueva constituye una etapa de transición hacia la comedia moderna. Sus principales representantes son Filemón y Menandro.

La comedia moderna floreció durante el último tercio del siglo IV y sus caracteres son opuestos a los de la comedia antigua. Por ejemplo la comedia moderna deja de ser un arma política y su único fin es divertir al espectador; suprime la sátira personal supliéndola con los tipos representativos de vicios sociales.

Entre las obras de Aristófanes mencionamos: Las nubes, las avispas, Lisístrata, Las ranas, La asamblea de las mujeres.

En cuanto a Menandro le corresponden: El Misántropo, El arbitraje, La muchacha rapada entre otras.

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee y resume la comedia Las nubes de Aristófanes y El Misántropo de Menandro.

Filosofía griega

Los comienzos de la filosofía griega.

Tales de Mileto tuvo diversos pensamientos; por ejemplo, fue el primero en enunciar la inmortalidad del alma. También se le atribuye la afirmación de que todo estaba lleno de dioses. Igualmente sostenía que la tierra flotaba sobre el agua y explicaba los terremotos como oscilaciones del agua que sostiene la tierra.

Anaximandro de Mileto, discípulo de Tales, también se planteó el problema del origen de las cosas. Encuentra este origen en el “apeirón”, que incluye lo infinito de igual manera que lo informe. Fue el primer griego que diseñó un planisferio.

Anaxímenes, discípulo de Anaximandro, intentó derivar el desarrollo del cosmos de una sustancia cuya capacidad de transformación conocemos por propia experiencia. También estudió el proceso de condensación para la formación de las nubes. De todo esto deriva su concepción del alma como hálito.

Otro pensador importante es Pitágoras, cuya tesis general dice que sólo lo que puede determinarse numéricamente es un ser (1989: 188-194).

El apogeo de la filosofía griega (1989: 537-577).

SÓCRATES

A pesar de que creía en el poder de la palabra hablada, no dejó ningún escrito. Conocemos su pensamiento por medios indirectos, a través de los libros de sus discípulos, de las críticas de sus enemigos y de las diversas interpretaciones que a estas distintas fuentes se han dado en el curso de la historia.

Entre las fuentes que explican el pensamiento socrático, tres son de primera importancia: Los Diálogos de Platón, los recuerdos de Jenofonte y los textos de Aristóteles, quien habla del método socrático y de sus ideas sobre la verdad y el bien. (1990: 39).

Sócrates influyó en Platón con su doctrina de un Ser puro, inteligible, indivisible e inmóvil.

PLATÓN Y LA ACADEMIA

Platón (428 a.C.) recibió la esmerada formación artística y gimnástica que le puso en contacto con la gran poesía de su pueblo. Podemos creer la tradición que atestigua que Platón, el cual en sus escritos revela una maestría artística consumada y que escribió además algunos epigramas, en su juventud se consagró a la poesía. Hay noticias de algunas de sus tragedias las cuales entregó al fuego. Las 13 cartasla República y sus Diálogos conforman la parte más importante de su obra.

Platón fundó su escuela iniciando así una tradición que había de ejercer su influjo durante nueve siglos hasta la supresión de la Academia por Justiniano (529). En este gimnasio empezó Platón a enseñar.

ARISTÓTELES

Aristóteles pone en comunicación grandes dominios de la vida espiritual griega, pero sin pasar por Atenas y Platón. La primera etapa de su vida tiene que ver con la llegada A la Academia a la edad de diecisiete años.

Después de la muerte de Platón fue preceptor de Alejandro dos o tres años. La acción y la palabra aparecen en Aristóteles en primer plano.

Actividades

1. Busca en Internet más información sobre los tres grandes filósofos griegos: Sócrates, Platón y Aristóteles.

2. El método utilizado por Sócrates se llamó “método mayéutico”. Busca en el diccionario el significado de “mayéutico”.

3. Busca en un diccionario de Filosofía la obra de Platón y la de Aristóteles. Anota los títulos más importantes.

4. Investiga en Internet sobre el tema “El mito de la caverna en Platón”. Redacta una cuartilla explicando el mencionado mito.

5. Lectura complementaria. Lee un diálogo de Platón y escribe una síntesis de este diálogo.

6. Lee un pasaje de La Poética de Aristóteles escogido por ti. Coméntalo en un mínimo de dos párrafos.

LA COMEDIA NUEVA

En la Atenas de la época de los diádocos, surgió una representación de raza humana y de dignidad humana que desearíamos no faltase ya en el teatro de lo griego, porque ha sido de la más grande significación para la evolución de la humanidad y, por lo tanto, para la cultura de Occidente. Ella nos habla de la manera más comprensible por boca de Menandro, el único poeta de la Comedia Nueva que conocemos bien y que ha sido al mismo tiempo el más importante.

También existieron otros autores como Plauto y Terencio. (1989: 672-695)

CALÍMACO Y TEÓCRITO

Ambos poetas pertenecen a un círculo de poetas cuya producción tiene lugar en el período del helenismo estrictamente delimitado. No es casual el que éste coincida ampliamente con el reinado de Ptolomeo II Filadelfo. Este príncipe no sólo se preocupó a la manera de su padre por la Biblioteca y el Museo, sino que puso en estrecha relación con la corte a los personajes conspicuos y la convirtió en centro transmisor de una vida cultural de cuño alejandrino que afirmó su personalidad dentro del helenismo. Es tan importante su relación con el saber erudito, que se exterioriza de manera significativa. Esta literatura no se dirige a las multitudes, su riqueza en presupuestos sólo es accesible al entendido; su lenguaje rehúye adoptar inalteradas las fórmulas de la tradición y además se distancia de la expresión coloquial. Son mal vistos el gran phatos y la emotividad franca. Hay dominio en la expresión, y las cosas peregrinas que se tienen que decir no se dicen en tono desmesurado. (1989: 730).

APOLONIO

Del conjunto de poemas épicos, patrimonio de los griegos en el período comprendido entre Homero y Nono, conservamos sólo una gran epopeya: Las Argonáuticas de Apolonio de Rodas. Al designar a este poeta con el nombre de esta isla penetramos de lleno en los problemas inherentes a las escasas e inseguras noticias sobre su vida. Apolonio llegó a ser rodio porque gran parte de su vida transcurrió en esta isla y porque en ella quizás recibió el derecho de ciudadanía, pero nació en Alejandría, siendo el único poeta helenístico importante de ella. (1989: 759).

LA ÉPOCA IMPERIAL

Época que se extiende desde la caída de Alejandría (30 a. C.) hasta la clausura de la universidad de Atenas por Justiniano (año 529).

En esta época existieron hombres importantes como Crinágoras, Antipatro de Tesalónica, Filipo, Lucilio, Leonidas de Alejandría, Páladas, Posidipo de Tebas, Mesomedes, Sinesio de Cirene, Proclo,  Estobeo, Quinto, Trifiodoro, Coluto, Cristodoro de Coptos. (1989: 839-850).

PLUTARCO

Frente a las corrientes dominantes de su época —la época imperial— adoptó una posición marginal. Estampó de tal manera el sello de su personalidad en el acervo de la tradición, que hizo de ella algo personal e influyó en todas las épocas.

Además de muchos escritos compuestos a la manera de la diatriba, tiene Plutarco obras en las que acomete serias discusiones filosóficas. No escribió únicamente sobre el alma humana; en el círculo de sus preocupaciones también tuvieron cabida cuestiones de psicología animal. Dentro del terreno religioso, pertenecen a él los diálogos píticos sobre la misteriosa E colocada a la entrada del templo de Delfos.[18]

LO QUE HAS APRENDIDO

1. ¿Puede considerarse a Homero como autor individual y diferenciado? Sí o No y por qué.

2. ¿Qué obras se le atribuyen a Homero?.

3. ¿Cuál es el tema de la Ilíada?

4. Menciona por lo menos tres personajes de la Ilíada y analiza sus características.

5. ¿Cuál es el tema de la Odisea?

6. Señala cuál es el origen de la tragedia griega.

7. Menciona por lo menos tres poetas líricos griegos y analiza por lo menos tres figuras literarias que alguno de ellos presente en sus poemas.

8. ¿Cuáles son los trágicos griegos de mayor renombre?

9. Menciona los tres filósofos más representativos en el pensamiento griego.

 

 

 

LITERATURA ROMANA

RECUERDA LO QUE SABES

1. ¿Qué entiendes por literaturas grecorromana?

2. ”Grecorromana” y “grecolatina”, ¿son términos semejantes para ti? En el caso que sean distintos, ¿cuáles serían estas diferencias?

3. En el terreno histórico romano, ¿quién era César Augusto? ¿Qué obras principales llevó a cabo?

4. ¿Has leído algún texto de la literatura romana antigua?, ¿cuál? Explica brevemente su argumento.

5. ¿Cuándo termina la civilización romana clásica?

6. ¿Qué acontecimiento histórico da fin a la Roma antigua?

Caracteres históricos y culturales (1962: 73-90).

La civilización romana se extiende desde la fundación de Roma, 754 a. C., según la fecha tradicional- hasta la caída de esta ciudad en poder de los bárbaros en el 476 de nuestra era, fecha que puede tomarse como iniciación de la Alta Edad media en Italia.

Para distinguir a esta civilización y literatura hemos preferido llamarla romana, porque fue Roma el eje político y cultural, aunque algunos escritores la denominan “latina” porque la mayoría de los escritores nacieron en las provincias, y éstas participaron también de la cultura surgida en el Lacio.

La civilización romana no puede ser nítidamente delimitada en el espacio geográfico. Surgió y se desarrolló en el Lacio, para comunicarse luego a toda la península Itálica y a los territorios incorporados posteriormente al Imperio.

Tampoco podemos señalar una raza definida como poseedora de esta civilización; razas diversas se fueron mezclando paulatinamente.

Pese a esta indeterminación geográfica y antropológica, estudiaremos someramente las características físicas del Lacio, por ser la cuna de esta civilización; y las particularidades psicológicas del pueblo romano, porque éste, si bien recibió influencias de los pueblos que conquistó, imprimió a la cultura latina los rasgos fundamentales de su modalidad y de su carácter.

La raza

En el mapa etnogeográfico de la Italia primitiva, encontramos gran variedad de pueblos que se fueron influyendo y asimilando mutuamente hasta formar lo que más adelante se llamó pueblo romano.

El pueblo romano debe a los latinos su actividad comercial y agrícola; a los sabinos, su organización militar y el vigor guerrero; a los etruscos, la primitiva concepción social, cultural y religiosa.

La lengua

Contrastando con la lengua griega, elegante, rica en matices, flexible y armoniosa, la lengua latina se caracteriza por cierta dureza, pesadez, frialdad y pobreza de vocabulario; presenta en cambio estimables cualidades de exactitud, energía y concisión.

Esta diferencia lingüística corresponde a la diversidad psicológica entre ambos pueblos: los romanos son realizadores, pero menos imaginativos que los griegos; los griegos a la inversa, se caracterizan por su imaginación ardiente, su culto a la belleza y por una menor capacidad realización no tan alta como la romana.

Aunque menos rica, elegante y florida que la griega, y por lo tanto menos apta para la poesía, por su precisión y nitidez, la lengua latina se adapta perfectamente a la idiosincrasia romana, dominada por un ideal de claridad y practicidad.

La religión

A diferencia de la religión griega que se caracterizaba por la belleza de sus concepciones, producto de una vigorosa imaginación y de un profundo sentido poético, la religión latina presenta como rasgos fundamentales el utilitarismo, el formalismo, la organización racional y la importancia de los dioses tutelares de la familia.

La religión romana está fundada en el interés. Los sentimientos de adoración, de amor o de piedad mística eran desconocidos por el romano, quien se colocaba frente a las divinidades en una situación de carácter contractual: le ofrecía sacrificios, generalmente alimentos, que el dios retribuía, otorgando lo que se le solicitaba. Una vez realizado el sacrificio, se consideraba al dios como un deudor, y si no cumplía, su actitud era digna de censura.

Los ritos tenían enorme importancia en la religión latina, que era eminentemente formulista: equivocar una palabra en las fórmulas sacramentales bastaba para invalidar el sacrificio o la ceremonia litúrgica.

Las divinidades estaban organizadas conforme al principio jurídico de las competencias: cada dios tenía una función determinada y no podía invadir las esferas de actividad de los demás. Así como los hombres estaban sometidos al derecho civil, los dioses se regían por el jus divinum. La religión tenía un carácter normativo: el “fas y el nefas”, lo permitido y lo prohibido por la religión, estaba tan estrictamente regulado como si lo estuviera por el jus civile y según el mismo principio: “dar a cada uno lo suyo”.

Las divinidades tutelares de la familia, los penates, ocupaban un lugar eminente en la vida religiosa del pueblo latino. Creían que los muertos necesitaban alimentos y que los familiares debían proporcionárselos a fin de que los espíritus de sus antepasados, los manes, estuvieran satisfechos y les fueran favorables. La gens romana estaba fundada en la tradición y en el poder absoluto del pater. La vida familiar y social se regía por el mos majorum o costumbre de sus antepasados. Este gobierno que de alguna manera podemos decir que lo ejercían los muertos es consecuencia del carácter conservador y tradicionalista del romano.

En las manifestaciones religiosas de los latinos, como ocurre en la mayoría de los pueblos, se encuentran los orígenes de la historia y de la literatura.

En virtud de ese instinto de orden y de esa preocupación por el recuerdo que caracteriza a los romanos, desde épocas remotas anotaban todas las fórmulas religiosas y dejaban constancia por escrito de los principales hechos históricos, en los Anales Pontificios.

Los más antiguos himnos tienen carácter religioso; se cantaban en las ceremonias del culto, acompañados por la danza y por la música especialmente de flautas. A través de Varrón se han conservado algunos de estos cantos y el himno que Horacio compuso a pedido de Augusto, para la celebración de los juegos seculares, no es más que una imitación de estos antiguos cantos.

Caracteres literarios

La literatura latina es clásica, intertextual, nacional, utilitaria e impersonal, aristocrática, centralizada, sometida a las reglas, irregular en cuanto al proceso histórico.

1º Es clásica, como la literatura griega, en los tres sentidos que se atribuye al término: por la perfección lograda; porque sirvió de modelo a la literatura posterior; porque realizó el ideal estético de equilibrio y armonía.

2º Es intertextual porque toma el modelo de la literatura griega y lo sigue de una manera particularmente fiel. Debemos evitar el término “imitativa” como se menciona en otras fuentes, por no ajustarse este término a la idea que aquí se transmite.

3º Es nacional. Si bien surgió y se desarrolló bajo la influencia helénica a cada autor latino se le puede atribuir un modelo griego: Virgilio imitó a Homero, Teócrito a Hesíodo; Horacio a Píndaro; Cicerón a Demóstenes.

Insistimos en que entre ambas literaturas —la griega y la romana— no debe exagerarse la oposición entre la griega como autóctona y la latina como intertextual. En efecto, los griegos en la época homérica sufrieron influencias fenicias y egipcias; ninguna literatura puede pretender una originalidad absoluta.

Por otra parte, los latinos no intertextualizaron servilmente lo griego, sino que lo elaboraron adaptándolo a lo nacional, imprimiéndole el sello de su personalidad.

4º Es utilitaria e impersonal. El latino posee limitada sensibilidad o imaginación y está dominado por un sentido práctico, utilitario; y su desconfianza en el individualismo lo llevó a someterse a la idea del Estado, como expresión de la unidad nacional.

En consecuencia la literatura será utilitarista e impersonal, mucho menos idealista que la helénica. Sus poetas perseguirán un fin patriótico y social. Dejando la poesía íntima, la lírica, cultivarán los géneros objetivos, de interés general: oratoria, historia, epopeya, obras didácticas, tratados de moral. En Roma nunca se conoció el principio de “el arte por el arte”.

Los latinos, por lo tanto, eligen, entre los géneros griegos, aceptando sólo los que están más conformes a su espíritu nacional, y crean un nuevo género, la sátira.

5º Es aristocrática. La literatura romana está dominada por un espíritu de selección; es una literatura de “élite”, de minorías, que no está dirigida al pueblo, sino a las clases altas de la sociedad.

6º Es centralizada. Aunque la mayoría de los autores han nacido en provincias, se concentran en Roma, especialmente durante la edad de oro, en torno a la figura de Augusto quien los protege, juntamente con Mecenas.

7º Está sujeta a reglas. Mientras que la literatura griega era espontánea, anterior a la formulación de las reglas estéticas, la latina es retórica, está sometida a las normas del arte y a los modelos griegos.

8º Es irregular en cuanto al proceso histórico. En Grecia los géneros literarios se sucedieron conforme al orden natural y lógico del desarrollo del pensamiento humano (epopeya, lirismo, drama, prosa). En Roma, por el contrario, aparece en primer término el teatro (Plauto y Terencio), luego la prosa (César y Cicerón) y por último la epopeya (Virgilio).

Esta anormalidad en cuanto al orden de aparición de los géneros se debe al carácter intertextual de la literatura latina. La epopeya virgiliana es una obra artística que responde al deliberado propósito de seguir los pasos de la homérica, la cual, en cambio, es espontánea y refleja fielmente el espíritu de la época en la que surgió.

Finalmente, la irregularidad del proceso histórico se manifiesta también en la ausencia de una evolución progresiva y continua de los valores artísticos como ocurrió en la literatura griega, cuya regularidad podría representarse mediante una parábola. Por el contrario, la literatura latina crece rápidamente y rápidamente también decrece; su evolución irregular podría expresarse gráficamente mediante una línea de zig-zag.

Actividades

1. Comenta en veinte renglones las características más importantes de la literatura romana.

2. Redacta sobre el tema: “Un viaje a Roma”. Si no tienes información suficiente investígalo en Internet.

El proceso histórico

1º Época primitiva o arcaica (754-240 a.C., desde la fecha tradicional de la fundación de Roma hasta las guerras púnicas).

En esta época histórica que comprende cinco siglos, el pueblo romano concretó todas sus energías en las luchas que forjaron su grandeza: sumisión del Lacio y formación de la unidad italiana.

No existe propiamente literatura en este momento.

Apenas pueden mencionarse los cantos religiosos en honor de diversas divinidades entre las que sobresalía Marte, el dios de la guerra. Sólo se conservan algunos fragmentos que revelan sentimientos fríos y utilitarios del pueblo romano.

2º Época de formación o de introducción del helenismo (240-80 a. C., desde las guerras púnicas hasta la aparición de Cicerón).

Lograda la unidad de la península itálica, Roma se lanzó a la conquista de otros pueblos. Entonces afluyen a ella extranjeros de diversa procedencia, muchos griegos o helenizados. Actúan como embajadores o como pedagogos. Algunos son prisioneros de guerra, que luego resultan liberados. Estos extranjeros van a ocupar el lugar de los ciudadanos diezmados por las guerras, o de los campesinos, pequeños propietarios, arruinados por las transformaciones económicas.

El hecho esencial de esta época es el surgimiento de la literatura latina, inspirada en la griega, la cual llega a Roma a través de la elaboración a que fue sometida por los retóricos y gramáticos alejandrinos.

Livio Andrónico, un griego tomado prisionero en Tarento y luego manumitido por su señor, tradujo, para sus discípulos, la Odisea a la lengua romana, utilizando el verso saturnino, propio de la primitiva poesía latina.

En el año 240 Livio Andrómico representó en Roma una tragedia griega, traducida por él también en versos saturninos, y obtuvo desde este momento el helenismo amplia difusión.

Animado por el éxito alcanzado, tradujo entonces muchas obras griegas, tarea que fue continuada por sus sucesores Nevio, Ennio, Pacuvio y Accio.

A Ennio se debe la introducción del hexámetro en la literatura latina.

El helenismo triunfó totalmente en Roma, pero no sin antes vencer la resistencia que le oponían el orgullo nacional y el espíritu tradicionalista del romano.

Catón el Censor, brillante orador y autor de varias obras de las cuales sólo se conserva un tratado sobre la agricultura (De Re Rustica), luchó contra la influencia helénica y es de este modo el símbolo de la tradición romana.

En esta primera época de literatura latina florecen dos grandes comediógrafos: Plauto y Terencio, que imitaron a los griegos Filemón y Menandro.

Actividades

1. Que cada equipo busque información en Internet sobre los autores siguientes: Livio Andrónico, Ennio, Catón el Censor, Plauto y Terencio. Sobre todo que investiguen en torno a la obra de cada uno y sus características. En el pleno de la clase que presente cada equipo sus conclusiones y las compartan con los compañeros.

2. Lectura complementaria. Lee una comedia de Terencio. Estudia los personajes que allí aparezcan y analiza el modo de proceder de éstos.

3. Lee La comedia de la olla de Plauto. Sobre todo es interesante el monólogo pronunciado por el avaro cuando descubre que le han robado la olla de oro y también el equívoco suscitado entre Euclión y Licónides cuando el primero le reclama al segundo por lo que ha hecho. Licónides piensa que le habla de la hija, cuando en verdad se refiere a la olla; esto da lugar a una situación ambigua particularmente cómica. Estas lecturas provocarán en ti un estado de ánimo positivo porque te permiten divertirte a la par que cultivas tu espíritu.

4. Comenta el monólogo del avaro teniendo en cuenta las acciones, la búsqueda desesperada de su tesoro y la terrible codicia que lo define.

3º Época clásica o edad de oro (80 a.C.-14 d.C. desde la aparición de Cicerón hasta la muerte de Augusto).

En el siglo I a.C. logra la literatura latina su edad de oro, que generalmente se subdivide en dos periodos, separados entre si por la fecha de la muerte de Cicerón (43 a.C).

A. Periodo de César y Cicerón (80-40 a.C.). Roma conquista un gran imperio y está conmovida por violentas guerras civiles.

La principal figura histórica es Julio César, quien también interesa a la literatura por sus Comentarios sobre la guerra de las Galias.

Los escritores más notables son: Cicerón, en la oratoria, que al mismo tiempo personifica a este periodo; Lucrecio, en la poesía didáctica, autor de “La Naturaleza de las cosas” (De Rerum Natura) donde expone la doctrina de Epicuro, y Catulo, poeta erótico, que compuso poemas breves a los cuales denominó elegías.

Actividades

1. Investiga en un libro de Historia Romana la vida de Julio César. Además busca en Internet información sobre La guerra de las Galias y sus características como obra de un hombre tan poderoso como César.

2. Busca en la biblioteca y en una historia de la literatura latina información sobre Cicerón y su obra.

3. Busca información sobre Lucrecio y su obra “Sobre la naturaleza de las cosas”. Lucrecio es un auténtico poeta filósofo y su producción ha trascendido a la época.

3. Investiga en Internet sobre Catulo y su producción.

4. Redacta sobre el tema: “La literatura y la historia como medios para conocer mejor al universo”.

Periodo de Augusto (40 a. J. C.-14 d. J. C.). Octavio, llamado después Augusto, implanta la paz romana y centraliza las actividades literarias, protegiendo a los poetas, que colaborarán en sus propósitos sociales y políticos.

Los principales representantes de este periodo son: Virgilio, autor de las Églogas, las Geórgicas y la Eneida; Horacio, que compuso odas, sátiras y epístolas; Ovidio, poeta erótico autor de las metamorfosis y el historiador Tito Livio.

Veamos a en seguida una breve información en torno a uno de los poetas más importantes de la Roma clásica y también elementos que se refieran a su obra cumbre: La Eneida.

Publio Virgilio Marón (70—19 a.C.)

Nació cerca de Mantua, en la Galia Cisalpina. Su educación, iniciada en Cremona y continuada en Mediolanum (Milán), fue completada en Roma. Pensaba ejercer la abogacía; pero, después de una actuación desafortunada en los tribunales, el modesto y tímido joven regresó a su granja y comenzó a escribir. Más tarde, en el año 41, fue desposeído de aquella propiedad cuando a los veteranos de Antonio, a raíz de la campaña filipense, se les recompensó con la acostumbrada entrega de tierras. El poeta se dirigió a la capital y protestó contra la pérdida de sus tierras. Los buenos oficios del político y escritor Asinio Polión hicieron que las propiedades fueran restituidas a Virgilio y a su hermano, pues su padre acababa de morir. Su estancia en Roma le procuró aún mayor beneficio, pues conoció a Octavio, el futuro emperador, y a su brillante consejero, Gayo Gilnio Mecenas, que habían de ser sus amigos más fieles. Pasó los años comprendidos entre el 37 y el 29 a. C. en Nápoles y sus proximidades. En el año 19 marchó a Atenas con el propósito de completar su revisión final de la Eneida; pero, cuando apareció Augusto en aquella ciudad le apremió a que regresara a Roma, recogió su manuscrito aún sin terminar, y se unió al séquito imperial. Antes de que la nave llegara a Italia cayó enfermo y murió en Brindisium (Brindisi), el 21 de septiembre.

En el año 37 publicó sus Bucólicas o Églogas y en una de ellas —la IV— proclama la llegada de una edad de oro, que ha de ser anunciada por el nacimiento de un niño divino. Estas diez breves églogas de carácter idílico (a excepción de la cuarta, que es un panegírico de la casa de Augusto) tuvieron gran éxito.

La Eneida

Sus once últimos años los dedicó a la Eneida, poema épico en 12 libros que trata de la caída de Troya, de los viajes de Eneas y del establecimiento definitivo de una colonia troyana en el Lacio. De nuevo vemos al poeta desempeñando el papel de protagonista imperial: Venus es la madre de Eneas, y Julio, su hijo, el progenitor de la familia juliana que ha dado al mundo al gran Augusto, su último y perfecto fruto. Además proclama con fervor y pasión evangélicos la divina misión de Roma como rectora de las razas humanas. En el libro IV el héroe desciende al Averno, donde encuentra la sombra de su padre Anquises en los Campos Elíseos y recibe alientos y consejo para los días tormentosos que se avecinan.

La reina de Cartago Dido:

Una creación de gran belleza es Dido, que acoge graciosamente a los compañeros náufragos de Eneas y los establece en su recién fundada ciudad. Como consecuencia de las maquinaciones de Juno y Venus, aquélla se enamora apasionadamente del jefe troyano, quien vive felizmente en su palacio hasta que Júpiter envía a Mercurio para ordenarle que la abandone y embarque para Italia. Este episodio fue intercalado por Virgilio para dar una explicación de la rivalidad entre Cartago y Roma, que culminó en las Guerras Púnicas. La oposición entre las actitudes de espíritu de Dido (la pasión) y de Eneas con su equilibrado sentido del destino (la razón) termina acercándonos a quien sufre inocente, abandonada por el cumplimiento de una misión.

Lee con atención el siguiente fragmento.

La Eneida. Primer libro. Eolo desata los vientos sobre Eneas

Y los vientos como en escuadrón cerrado, se precipitaron por la puerta que les ofrece, y levantan con sus remolinos nubes de polvo. Cerraron de tropel con el mar, y lo revolvieron hasta sus más hondos abismos el Euro, el Noto y el Ábrego, preñado de tempestades, arrastrando a las costas enormes oleadas. Síguese a esto el clamoreo de los hombres y el rechinar de las jarcias. De pronto las nubes roban el cielo y la luz a la vista de los Teucros; negra noche cubre el mar. Truenan los polos y resplandece el éter con frecuentes relámpagos; todo amenaza a los navegantes con una muerte segura. Afloja entonces de repente el frío los miembros de Eneas; gime, y tendiendo a los astros ambas palmas, prorrumpe en estos clamores “¡Oh, tres y cuatro veces venturosos, aquellos quienes cupo en suerte morir a la vista de sus padres bajo las altas murallas de Troya! ¡Oh, hijo de Tideo, el más fuerte del linaje de los Dánaos! ¿No me valiera más el haber sucumbido en los campos de Ilión, y entregado esta alma al golpe de tu diestra, allí donde Héctor yace traspasado por la lanza de Aquiles, donde yace también el corpulento Sarpedonte, donde arrastra el Simois bajo sus ondas tantos escudos arrebatados y tantos yelmos y tantos fuertes cuerpos de guerreros?”. Mientras así exclamaba, la tempestad, rechinante con el vendaval, embiste la vela y levanta las olas hasta el firmamento. Pártense los remos, vuélvese con esto la proa, y ofrece el costado al empuje de las olas; un escarpado monte de agua se desploma de pronto sobre el bajel. Unos quedan suspendidos en la cima de las olas, que, abriéndose, les descubren el fondo del mar, cuyas arenas arden en furioso remolino. A tres naves impele el Noto contra unos escollos ocultos debajo de las aguas, y que forman como una inmensa espalda en la superficie del mar, a que llaman “Aras” los Ítalos; a otras tres arrastra el Euro desde la alta mar a los estrechos y las sirtes del fondo, ¡miserando espectáculo!, y las encalla entre bajíos y las rodea con un banco de arena. A la vista de Eneas, una enorme oleada se desploma en la popa de la nave que llevaba los Licios y al fiel Oronte; ábrese, y el piloto cae de cabeza en el mar; tres veces las olas voltean la nave, girando en su derredor; hasta que al fin se la traga un rápido torbellino. Vénse algunos pocos nadando por el inmenso piélago, armas de guerreros, tablones y preseas troyanas. Ceden ya al temporal, vencidas, la pujante nave de Ilioneo, la del fuerte Acates y las que montan Abante y el anciano Aletes; todas reciben al enemigo mar por las flojas junturas de sus costados, y se rajan por todas partes.

Entretanto, Neptuno advierte que anda revuelto el mar con gran murmullo, ve la tempestad desatada y las aguas que rebotan desde los más hondos abismos, con lo que gravemente conmovido y mirando a lo alto, sacó la serena cabeza por cima de las olas, y contempló la armada de Eneas esparcida por todo el mar, y a los troyanos acosados en la tempestad y por el estrago del cielo. No se ocultaron al hermano de Juno los engaños y las iras de ésta, y llamando a sí al Euro y al Céfiro, les habla de esta manera: “¿Tal soberbia os infunde vuestro linaje? ¿Ya, ¡oh vientos!, osáis, sin contar con mi numen, mezclar el cielo con la tierra y levantar tamañas moles? Yo os juro... Mas antes importa sosegar las alborotadas olas; luego me pagaréis el desacato con sin igual castigo. Huid de aquí, y decid a vuestro rey que no a él sino a mí dio la suerte el imperio del mar y el fiero tridente. El domina en su ásperos riscos, morada tuya ¡oh, Euro! Blasone Eolo en aquella mansión como señor, y reine en la cerrada cárcel de los vientos”. Dice, y aun antes de concluir, aplaca las hinchadas olas, ahuyenta las apiñadas nubes y descubre de nuevo el sol; Cimotoe y Tritón desencallan las naves de entre los agudos escollos; el mismo dios las levanta con su tridente y descubre los grandes bajíos, y sosiega la mar, y con las ligeras ruedas de su carro se desliza por la superficie de las olas. (1986: 23).

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee los seis primeros cantos de la Eneida y haz una síntesis de cada uno de ellos.

2. Busca el vocabulario del libro IV.

3. Redacta sobre el tema: “Descenso de Eneas al Hades”.

4. Redacta sobre el tema: “Los amores de Dido y Eneas”.

 

 

 

  

Horacio

Su obra.

La cronología de su obra es la siguiente: Los Épodos –composiciones a las que Horacio llamó Yambos por su contenido satírico, con explícitas referencias a su modelo griego Arquíloco (hacia el 650 a.C.) fueron compuestos a partir del 41 a.C., y publicados en el 30 a.C. Recordemos que Virgilio compondrá sus Églogas del 42 al 37 a.C. La amistad entre estos dos poetas surge en este periodo. Virgilio lo presentará a Mecenas, y éste, luego, a Augusto. Las Sátiras –a las que Horacio llamó Sermones (conversaciones, charlas) fueron escritas entre el 35 y el 30 a. C. Su fuente más notoria, según el propio autor, son los Diálogos del satírico griego Bión (s. III a. C.). De los años 37 al 30 son las Geórgicas de Virgilio. Luego Horacio escribirá las Odas, en las que predomina el lirismo; los libros I-III fueron comenzados en el 30 a.C. y se publicaron siete años más tarde. En el mismo año empezó Virgilio su Eneida, terminada –inconclusa- con su muerte en el 19 a.C. El Libro IV de las Odas fue compuesto por deseo de Augusto para celebrar las victorias de Druso y Tiberio. La fuente literaria de las Odas está en la poesía lírica griega de Alceo (hacia el 600 a.C.), Safo (la misma fecha), Anacreonte (hacia el 530 a. C.), Píndaro (la misma fecha), etc. El Canto Secular es del año 17 a.C., hecho para ser cantado por un coro de jóvenes de ambos sexos en los juegos solemnes por Apolo y Diana. Las Epístolas fueron escritas después de la primera serie de las Odas (los libros I-III). Las epístolas literarias son las últimas (entre el 19 y el 14 a. C.).

Actividades

1. Busca en Internet información sobre Horacio y Ovidio. Anota en tu cuaderno lo que consideres más relevante de ambos autores.

4. Época de decadencia (14-180 d.C.; desde la muerte de Augusto hasta la aparición de la literatura cristiana).

Breve fue la edad de oro; por diversas causas rápidamente sobrevino la decadencia.

Como escritores más importantes de esta época mencionaremos los siguientes: Séneca, el filósofo estoico, oriundo de Córdoba; Petronio, autor de El satiricon, y Tácito, notable historiador.

5. Época latino-cristiana (180-476 d. J. C.; desde la aparición de los autores cristianos, hasta la caída de Roma en poder de los Bárbaros).

El cristianismo, tanto en Grecia como en Roma, significó un resurgimiento dentro de la decadencia literaria.

Dos grandes figuras se destacan entre los Padres de la Iglesia; en el siglo IV, San jerónimo, comentarista de la Biblia y autor de la más famosa de sus versiones, la Vulgata, y, en el siglo V, San Agustín, el mayor genio filosófico y teológico de su época.

La civilización latina, profundamente transformada por el Cristianismo, se difundió por el mundo y llegó a transmitirse a los bárbaros, quienes cuando invadieron Europa estaban ya en su mayor parte latinizados.

Las invasiones bárbaras que se producen en el siglo V destruyen el Imperio. En el 476, cae Roma en poder del Odoacro, rey de los hérulos. Puede tomarse esta fecha como el final de la Edad antigua y el comienzo de una nueva época histórica, la Edad media.

PARA RECAPITULAR

Completa los espacios en blanco.

1. La utilización del lenguaje en un texto ___________ es diferente a otros, como los técnicos o científicos.

2. En el texto literario, lo importante es la ________________ del lenguaje.

3. Hablar de “literatura médica” resulta un uso ___________ del término literatura.

4. La literatura es una de las ___________________________, junto con la danza, la música, la escultura, la pintura, la arquitectura y el cine.

5. La materia prima de la obra literaria es el ________________.

6. El _____________ es el receptor de la obra literaria.

7-11. Puede concebirse a la _________________ como el arte de la ____________ mediante la utilización del _________________, con el objetivo de provocar un efecto ______________ en el _____________.

12-14. La obra literaria puede estudiarse desde diferentes perspectivas: ______________ o ________________; ése es un enfoque _________________.

15-17. Los géneros literarios básicos son: __________, _______________ y ____________________.

18-19. EL texto lírico suele presentarse en ___________; no incluye una ___________.

20-22. Son grupos de las figuras literarias: ________________, _______________ y _______________.

23-24. Son ejemplos de tropos: ________________ y _______________.

25-26. Son ejemplos de figuras de lenguaje: _________________ y ________________.

27-28. Son ejemplos de figuras de pensamiento: _________________ y ________________.

29. El ____________ es el encargado de contar la historia en un texto narrativo.

30-32. Según el conocimiento del narrador sobre la historia, en relación con los personajes, puede ser ________________, ______________ y ____________________.

33-37 .Según su participación en la historia, el narrador puede ser _____________, ______________, ______________, _______________ y _______________.

38.    En el estilo directo el narrador ________________ las palabras de los personajes.

39.    En el estilo ____________________ el narrador da a conocer que el personaje se ha expresado, pero sin reproducir exactamente sus palabras.

40.    Los _________________ realizan las acciones relatadas por el narrador.

41.    En torno al personaje ____________ giran los hechos narrados.

42-43. Según su posición en el texto, el personaje puede ser ________________ o _______________.

44. El espacio se da a conocer a través de las _________________.

45-46. Respecto al tiempo, las alteraciones del tiempo se llaman _______________________ y _____________________.

47. El texto dramático contiene una historia destinada a ser ____________________.

48-49. La región mesopotámica se encontraba entre los ríos _____________ y _________________.

50-51. La escritura mesopotámica era _________________, realizada sobre __________________________.

52-54. Entre la literatura mesopotámica destacan obras como _____________________________, _________________________________ y _____________________________________.

55-56. __________________ y _________________ son dos personajes de la Epopeya de Gilgamesh.

57.    La Epopeya de Gilgamesh narra la búsqueda de la ______________ que Gilgamesh realiza.

58.    En la Epopeya de Gilgamesh se toca el tema de la lucha entre __________________.

59-60. En la literatura mesopotámica se distinguen dos tipos de textos literarios: __________________ y _______________________.

61-63. En esta literatura suele hacerse referencia a los orígenes del ________________, del ______________ y del ____________.

64. Egipto se ubicó en ___________________________.

65-69. Se considera a la egipcia la civilización más _____________ de su época, gracias a sus conocimientos en disciplinas como _____________, ________________, _______________ y ______________.

70-71. Los egipcios no utilizaban tablillas de arcilla para escribir, sino __________________; su escritura no era cuneiforme, sino __________________.

72-76. Son períodos de la literatura egipcia: ________________, _________________, ____________________, ____________________ y ____________________.

77-78. Dos obras que son ejemplo de la literatura egipcia: ___________________ y ____________________.

79-80. La literatura egipcia se caracteriza por una profunda ________________; el tema de _______________________________ es recurrente.

81-82. La literatura hebrea se desarrolló básicamente en ________________, aunque no debe olvidarse que el pueblo hebreo durante muchos años anduvo ___________________.

83-84. La obra literaria hebrea más importante es ______________, término que significa __________________________.

85-87. La Biblia se compone de _________ libros, divididos en dos grandes grupos: _____________________ y _________________________.

88-90. Los libros bíblicos pueden ser _____________________, _______________ y ________________________.

91-93. Son características de la literatura hebrea: ______________________________, __________________________________ y ________________________________________________.

94. Puede considerarse que la literatura árabe inicia con _______________, texto sagrado del Islam.

95-97. Además del texto sagrado, pueden distinguirse dos vertientes de la _______________ árabe: _______________ y __________________.

98. ____________________________ es la obra representativa de la literatura árabe.

99-101. Formas literarias que caracterizan a la literatura árabe: __________________, _________________ y ___________________.

102.  El lenguaje utilizado en los textos árabes suele ser _____________________.

103.  Los epítetos suelen acompañar a la invocación de ___________.

104-106. La civilización china surgió en las cercanías de los ríos _____________, ______________ y ______________.

107-110. El legado de la cultura china se inscribe en los ámbitos _____________, ______________, ________________ y _______________.

111-112. Aportaciones relevantes de los chinos: __________________ y _____________.

113. La literatura china inicia alrededor de ____________________.

114-117. Son períodos de la literatura china: ___________________, ________________, ________________ y ____________________.

118-122. Son considerados los libros clásicos de la literatura china: ___________________, __________________, _________________, __________________ y _________________.

123-124. Pensadores característicos de la literatura china: _________________ y ___________________.

125-127. En la India se distinguen tres regiones: ________________, __________________ y ___________________.

128.  Las __________________ en la India son tan diversas como los grupos raciales que integran este pueblo.

129.  Las más antiguas muestras de literatura hindú están escritas en lengua ____________________.

130-131. La literatura sánscrita se distribuye en dos períodos: _________________ y _________________.

132-134. Son ejemplos de la literatura hindú: ___________________, _________________________ y _____________________.

135-137. Son características de la literatura de la India: _____________________________, _________________________________ y ___________________________________.

Responde a las siguientes cuestiones.

A. ¿Cuál es el canto de la Ilíada que más te agradó y por qué?

B. Explica el título de la Ilíada y el de la Odisea.

C. Comenta el canto I de la Ilíada.

D. ¿Quién era Virgilio? ¿Cuál fue su obra más representativa?

E. Menciona y comenta cinco características de Eneas como personaje y cinco de Dido.

F. Habla de Horacio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Capítulo IV

Edad media

Introducción y caracteres generales de la edad media.

RECUERDA LO QUE SABES

1.           ¿Qué entiendes por edad media considerada como período histórico?

2.           En la última parte del capítulo anterior estudiamos “Grecia y Roma”. ¿Existe alguna conexión entre la edad media y Grecia—Roma?

3.           ¿Cuándo llegó a su fin la civilización romana clásica y qué hecho histórico destaca?

4.           Como consecuencia de lo anterior, ¿cuándo inicia la edad media?

5.           Puedes explicar a grandes rasgos el papel múltiple que cumple la Iglesia en la edad media.

6.           ¿Qué entiendes por feudalismo?

Características históricas y culturales

La edad media es una época de la historia de la humanidad, que comprende aproximadamente diez siglos, del V al XV. Como hecho inicial consideramos la división del Imperio Romano, por Teodosio en el 395 o la caída de Roma en poder de los bárbaros, en el 476.

A partir de ese momento, el Imperio de Oriente, con su capital Bizancio, realiza un determinado tipo de cultura fuertemente influida por la helénica.

Por el contrario, en el Imperio de Occidente, se produjeron grandes transformaciones durante el medievo.

Con la caída de Bizancio o Constantinopla en poder de los turcos en el 1453, termina la edad media y comienza el renacimiento.

La edad media fue considerada erróneamente durante muchos años como una época de barbarie, de ignorancia, de oscurantismo, de retroceso. Comprobaremos en el desarrollo del tema que tal circunstancia resulta equivocada, sobre todo si tenemos en cuenta los avances tecnológicos de este momento histórico y los logros artísticos alcanzados.

Caracteres literarios

La literatura medieval se caracteriza por la espontaneidad, la tendencia moralizadora y satírica, la lentitud de su proceso de transformación, la relativa uniformidad y la impersonalidad.

1º Espontaneidad. La literatura medieval se ha formado relativamente independiente de los modelos clásicos greco-latinos. Es una poesía espontánea, en contacto directo con la vida. No es una poesía erudita, sino que, por el contrario, es el reflejo fiel y directo de las manifestaciones de la existencia medieval. A medida que avanza el proceso de esta literatura se notará la influencia del modelo grecorromano, pero en sus inicios no resulta tan destacado.

Se ha afirmado que no existe el arte literario medieval. Tal afirmación es falsa. Lo que no existe en la edad media es el propósito definido de realizar una obra artística. Lo que ocurre es que la belleza en la literatura medieval se ha logrado espontáneamente sin sujetarse a una determinada técnica artística. Sin embargo, no debe exagerarse el apartamiento de la tradición clásica.

  Tendencia moralizadora y satírica. Como consecuencia de su carácter religioso, la literatura medieval persigue, en muchas de sus obras, un fin didáctico y moralizador: desterrar los vicios y hacer triunfar la virtud.

Muchas veces el propósito moral se expresa en forma alegórica. Otras veces, en forma satírica; mediante la ironía y la sátira puede alcanzarse un fin didáctico o moralizador, al realizar una crítica de las costumbres.

Después de las Cruzadas (siglo XII) se produce la aparición de las ciudades y de la burguesía.

  Lentitud del proceso de transformación. A diferencia del impulso renovador del renacimiento y de la celeridad con que se suceden las tendencias literarias contemporáneas, la edad media se caracteriza por la lentitud de su proceso de transformación. Existe una relativa inmovilidad o fijeza de los géneros literarios, pero no debe exagerarse ese carácter. La edad media es una época fecunda que contiene y desarrolla el germen del renacimiento.

  Uniformidad. Afirma Brunetière[19] que existe una asombrosa similitud entre las producciones literarias medievales de los diversos países europeos y comenta que nada hay tan semejante como un cantar de gesta a otro cantar de gesta, una novela de la Tabla Redonda, a otra novela de la Tabla Redonda, un cuento a otro cuento, un misterio a otro misterio; y dos gotas de agua no son entre sí más semejantes.

  Impersonalidad. También sostiene Brunetière que la literatura de la edad media está desprovista, al mismo tiempo, de significación local (uniformidad) y de significación individual, y expresa que en ninguna época el escritor ha puesto menos de su persona en su obra; todos los cantares de gesta podrían pertenecer al mismo poeta; y eso se explica porque el hombre de la Edad media no tiene otros pensamientos ni otros sentimientos que los de la colectividad.

Los juglares y los cantares de gesta

Los juglares son personajes destacados en el proceso medieval; su contextualización no es tan sencilla, pero recurriremos a las aportaciones del crítico español Ramón Menéndez Pidal con el objeto de dar mayor fundamento a estas acotaciones.

Dice el citado autor: “Juglares eran todos los que se ganaban la vida actuando ante un público, para recrearle con la música, o con la literatura, o con charlatanería, o con juegos de mano, de acrobatismo, de mímica, etc.” (1949:12)

En verdad, estas características dependen del momento en la vida del juglar de que se trate, acorde con lo que explicaremos infra.

Los juglares más conocidos son aquellos que se dedicaban a la poesía épica y que crearon los cantares de gesta; los otros se ejercitaban en la lírica, en la sátira y en otros géneros no narrativos. El juglar lírico paulatinamente se transformará en trovador, aunque auspicia un desarrollo propio en el campo de este género, motivo por el cual lo mencionamos específicamente.

Etimología del nombre “juglar”

Esta palabra parece derivar de dos raíces latinas diferentes: jugar (1983: 247) y yugo (1983: 616), con lo cual se haría referencia a dos aspectos que simultáneamente operaban en el oficio de estos creadores: 1. Como la poesía épica no era considerada un arte serio se hacía alusión a que el juglar en realidad se entregaba al “juego de la poesía”, a lo lúdico de ésta, resaltando así el carácter poco formal de la profesión. 2. A su vez, estaba sometido al “yugo” de la creación, del cual no podía librarse aunque quisiera.

Etapas en la vida de un juglar

1.     El juglar en el castillo. Inicio.

En los tiempos más remotos de la edad media y ubicados en una etapa difícil de fundamentar se hallan los primeros juglares que recorrían los caminos europeos llevando su mensaje de poesía. Estos inicios representan un momento heroico para el juglar, porque debían enfrentar la ignorancia y el rechazo. El símbolo feudal por excelencia era el castillo en donde el Señor feudal resguardaba y maltrataba a sus vasallos. A estas construcciones llegaban los viejos creadores con el deseo de divulgar sus poemas, aunque no fueran escuchados y respetados como se debía haber hecho

2.     El juglar en la ciudad.  Apogeo.

Paulatinamente el viejo castillo irá siendo desplazado por las primeras ciudades, en donde los nuevos burgueses                            antiguos vasallos— recibirán con mayor respecto y veneración a los juglares; éstos vivirán así su etapa de apogeo y conocerán de qué manera el oficio de poetas y cantores los llega a dignificar. Representaban ahora para personas respetuosas de la condición poética que ostentaban.

3.     El juglar saltimbanqui o bufón. Decadencia.

Pero llega la decadencia cuando ya el juglar ha sido paulatinamente desplazado del castillo y de la ciudad. El único refugio que le queda es la plaza pública, en donde sus escuchas ya no parecen estar interesados por la vieja y sabia poesía. El juglar deberá conformarse con un oficio bufonesco valorado por aquellos que sólo habían venido a divertirse. Progresivamente su misión poética pasa a un segundo plano y no les quedará otra opción que vender sus cantares por un plato de sopa o de alimentos. Los monjes de la época serán los atentos copistas de estos poemas que los juglares pacientemente les dictarán. (Cfr. 1983).

Actividades

1. Investiga en Internet en torno al término “juglar”. Rescata por lo menos cinco características de este personaje. Cópialas en tu cuaderno y coméntalas con tus compañeros.

2. El juglar se dedicaba a la poesía por vocación, por inclinación personal, por gusto.

Redacta sobre el tema: “La vocación en mi existencia, mis búsquedas, mi forma de vivir alegre y plena.”

Los cantares de Gesta y sus vertientes (1996: 29-37).

La épica medieval puede dividirse para su estudio en tres grandes vertientes que ubican las principales obras que la representan, así como también las zonas geográficas de desarrollo.

1. La épica románica.

En este marco, se llaman cantares de gesta a estos relatos épicos compuestos en un dialecto del francés medieval que se denominaba “anglo-normando”.

El encargado de la transmisión de estos poemas era un cantor o juglar, quien se desempeñaba como profesional de la recitación y, en algunos casos, como autor del texto. Existe hoy una enorme dificultad para determinar autorías, porque los poemas eran prácticamente anónimos.

El Cantar de Roldán pertenece a este ciclo. El núcleo de este poema está dado por un acontecimiento histórico y los personajes pueden corresponder tanto a la historia como a la ficción, aunque desde el momento que un protagonista se incorpora a la literatura, pierde sus rasgos reales y se vuelve ficción.

En los siglos XII y XIII se crea el mayor número de cantares de gesta franceses. Éstos fueron dirigidos fundamentalmente a la clase feudal y a la jerarquía nobiliaria, aunque no puede excluirse un auditorio popular, no culto.

Destacan en estos poemas la homogeneidad de estilo ya mencionada supra. El relato transcurre por medio de una sucesión de episodios que aparecen ordenados linealmente mediante tiradas de versos. Éstos son preponderantemente decasílabos y tienen todos la misma asonancia o identidad de la vocal de la última sílaba acentuada de cada verso.

2. La épica castellana.

De esta rica tradición se han conservado tan sólo el Cantar de Mío Cid, Las mocedades de Rodrigo y algunos breves fragmentos. Por otros textos —fundamentalmente el Romancero— nos hemos enterado de la existencia de poemas tales como aquellos que tenían como tema a los siete infantes de Lara y al Rey Rodrigo, el último monarca godo de España.

En lo que tiene que ver con el Poema de Mío Cid éste constituye la gesta gloriosa de Castilla. Rodrigo Díaz de Vivar es el héroe que después de haber sido desterrado por el rey Alfonso reconquista numerosos territorios de manos de los árabes.

El Cantar de Mío Cid se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, en un único manuscrito del siglo XIV, transcrito por un monje de nombre Per Abbat.

3. La épica germánica.

Se diferencia de la epopeya románica en que está escrita en estrofas regulares de cuatro versos largos que riman de dos en dos. En lo que refiere a los temas de estas epopeyas abundan los elementos sobrenaturales, fantásticos y mágicos y una enorme tensión dramática y trágica.

El Cantar de los Nibelungos compuesto a principios del siglo XIII por un anónimo caballero austríaco consta de 1500 versos distribuidos en 39 cantos.

El Cantar recoge dos ciclos de leyendas orales que el narrador organiza en torno a la venganza de Krimilda, hermana de Gunter, rey de los burgundios.

Otros ejemplos de poemas épicos germánicos son: El Cantar de Gudrún la Leyenda de Dietrich. Este último, es el rey ostrogodo Teodorico el Grande, quien originó en torno a su figura un ciclo numeroso de poemas.

Fragmentos representativos de Cantares de Gesta

Veamos a continuación un pasaje de un cantar de gesta francés.

La canción de Roldán

I

EL REY CARLOS, nuestro emperador, el Grande, siete años enteros permaneció en España: hasta el mar conquistó la altiva tierra. Ni un solo castillo le resiste ya, ni queda por forzar muralla, ni ciudad, salvo Zaragoza, que está en una montaña. La tiene el rey Marsil, que a Dios no quiere. Sirve a Mahoma y le reza a Apolo. No podrá remediarlo: lo alcanzará el infortunio.

II

EL REY MARSIL se encuentra en Zaragoza. Se ha ido hacia un vergel, bajo la sombra. En una terraza de mármoles azules se reclina; son más de veinte mil en torno a él. Llama a sus condes y a sus duques:

-Oíd, señores, qué azote nos abruma. El emperador Carlos, de Francia, la dulce, a nuestro país viene, a confundirnos. No tengo ejército que pueda darle batalla; para vencer a su gente, no es de talla la mía. Aconsejadme, pues, hombres juiciosos, ¡guardadme de la muerte y la deshonra!

III

ENTRE los fieles, Blancandrín es juicioso: por su valor, buen caballero; por su nobleza, buen consejero de su señor. Le dice al rey:

-¡Nada temáis! Enviad a Carlos, orgulloso y altivo, palabras de servicio fiel y de gran amistad. Le daréis osos y leones y perros, setecientos camellos y mil azores mudados, cuatrocientas mulas, cargadas de oro y plata y cincuenta carros, con los que podrá formar un cortejo: con largueza pagará así a sus mercenarios. Mandadle decir que combatió bastante en esta tierra; que a Aquisgrán, en Francia, debería volverse, que allí lo seguiréis, en la fiesta de San Miguel, que recibiréis la ley de los cristianos; que os convertiréis en su vasallo, para honra y para bien. ¿Quiere rehenes?, pues bien, mandémosle diez o veinte, para darle confianza. Enviemos a los hijos de nuestras esposas: así perezca, yo le entregaré el mío. Más vale que caigan sus cabezas y no perdamos nosotros la libertad y señorío hasta vernos reducidos a mendigar. (1962: 11-12).

Comentario

El poema comienza con las palabras del narrador que presenta al rey Carlos y sus acciones heroicas en contra de los árabes que ocupaban España. El movimiento bélico del famoso Carlomagno ha sido devastador para los infieles, quienes conservan solamente la ciudad de Zaragoza en donde se halla el rey Marsil con sus guerreros.

La participación del citado narrador es particularmente subjetiva, porque su discurso favorece a los franceses y se manifiesta vehemente y terrible en contra de los musulmanes. De Marsil dice que no quiere a Dios, sirve a Mahoma y reza a Apolo, con lo cual queda expresado un juicio de valor desde un punto de vista unilateral; según esto, sólo el cristianismo es válido y toda otra forma de religión resulta excluida.

Por su parte, el rey moro debe enfrentar la situación difícil que tiene ante sí y para ello pide consejos a sus hombres. La intervención de Blancandrín es significativa, porque mediante ella se abren las puertas a los motivos principales que han de seguir en la narración: los árabes simularán una rendición, entregarán rehenes y, finalmente, traicionarán a Carlomagno y matarán a Roldán, sobrino y hombre fuerte del rey de Francia.

Actividades.

1. ¿Cuántos personajes participan en este fragmento? Enuméralos y explica sus características.

2. ¿Cuáles son los dos pueblos o razas aquí mencionados?

3. Investiga en Internet quién era Carlomagno y cuáles fueron sus correrías por territorio español persiguiendo moros.

4. Analiza las características del discurso pronunciado por Blancandrín ante su señor y comenta el peso que puede tener la propuesta de entregar rehenes al ejército enemigo.

5. Lectura complementaria. Lee un pasaje de la Canción de Roldán no menor de cinco páginas y redacta un resumen de éste.

Comentario

Consideremos otro pasaje de este mismo poema cuando el ejército de Carlomagno se aleja de España y dejan en la retaguardia un contingente de hombres comandados por Roldán y Oliveros, dos héroes de los doce pares de Francia:

LXVI

ALTOS SON los montes y tenebrosas las quebradas, sombrías las rocas, siniestras las gargantas. Los franceses las cruzan ese mismo día, con grandes fatigas. Desde quince leguas de distancia, se oye el ruido de la marcha de las tropas. Cuando llegan a la Tierra de los Padres y avistan Gascuña, dominio de su señor, hacen memoria de sus feudos, de las jóvenes de su patria y de sus nobles esposas. Ni uno de ellos deja de verter lágrimas de enternecimiento. Más aún que los otros, se siente pleno de angustia Carlos: ha dejado en los puertos de España a su sobrino. Lo invade el pesar y no puede contener el llanto. (1962: 46).

 

 

Comentario

Veamos a continuación a Roldán enfrentado a los árabes que los superan en número. Oliveros le pide que toque el olifante para anunciarle a Carlomagno el peligro que corren y para que éste retorne a brindarles su apoyo. Roldán se niega, porque confía en la fuerza de su brazo; de esta forma, con marcada arrogancia se enfrenta a la muerte e inmola la vida de todos sus hombres.

LXXXIII

DICE Oliveros:

-Muy crecido es el número de los sarracenos y escaso me parece el de nuestros franceses. Rolando, mi compañero, tocad vuestro olifante: Carlos lo escuchará y volverá el ejército.

—Locura fuera-responde Rolando—. Perdería por ello mi renombre en Francia, la dulce. Muy pronto habré de asestar recios golpes con Durandarte. Sangrará su hoja hasta el oro del pomo. Los viles sarracenos vinieron a los puertos para labrar su infortunio. Os lo juro: a todos les espera la muerte. (1962: 56).

Comentario

Después de negarse durante demasiado tiempo, finalmente Roldán accede a tocar el olifante, pero lo hace cuando ya es muy tarde y debe enfrentar los reproches de Oliveros.

CXXIX

ROLANDO dice;

—Tocaré el olifante. Llegará a oídos de Carlos, que está pasando los puertos. Os lo juro, retornarán los francos.

Responde Oliveros:

—¡Fuera para todos vuestros parientes gran deshonor y oprobio y pesara sobre ellos esta afrenta durante toda la vida! Cuando yo os lo aconsejé nada hicisteis. Hacedlo ahora mas no será por indicación mía. ¡No fuera propio de un valiente tocar el cuerno! ¡Ya vuestros dos brazos tenéis cubiertos de sangre!

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee el fragmento que corresponde a la muerte de Roldán.

2. Redacta sobre el tema: La honra de Roldán y su controvertida defensa ante el sacrificio de sus hombres.

3.  Explica las características de Roldán y Oliveros como personajes. Comenta qué tienen en común y qué los diferencia.

Comentario

Hemos leído fragmentos de un poema que pertenece a la épica románica. Veamos en seguida otro Cantar de gesta —el del Cid— que corresponde a la épica castellana. Esta obra está dividido en tres cantares, los cuales tienen como tema: el destierro del Cid, las bodas de sus hijas y la afrenta de Corpes respectivamente. En el cantar primero Rodrigo enfrenta a los moros y recupera su honra; en el segundo, es perdonado por el rey y decide casar a sus hijas; en el tercero, los infantes de Carrión —sus esposos— las castigan y afrentan para vengarse supuestamente del maltrato que el Cid les había dado.

Pasajes representativos del Poema de Mío Cid

2

Agüeros en el camino de Burgos

Ya aguijan, ya sueltan la rienda. A la salida de Vivar vieron la corneja al lado derecho del camino; entrando a Burgos, la vieron por el lado izquierdo. El Cid se encoge de hombros, y sacudiendo la cabeza:

-¡Albricias, Alvar Fánez – exclama- ; nos han desterrado, pero hemos de tornar con honra a Castilla! (1986: 17)

3

El Cid entra en Burgos

Ya entra el Cid Ruy Díaz por Burgos; sesenta pendones le acompañan. Hombres y mujeres salen a verlo; los burgaleses y las burgalesas se asoman a las ventanas; todos afligidos y llorosos. De todas las bocas sale el mismo lamento:

-¡Oh Dios, qué buen vasallo sería si tuviese buen señor! (1986: 17).

Comentario

El problema central de este poema está dado por el tema de la honra. Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador ha sido desterrado por su rey Alfonso. Los motivos del destierro son infundados y el rey comete una injusticia. El Cid no tiene otra opción que abandonar su tierra y familia; los hombres fieles a él lo acompañan sin reservas. Pero el momento más doloroso para el personaje es aquél en donde debe despedirse de su mujer e hijas. El juglar lo narra así:

16

Jimena lamenta el desamparo en que queda la niñez de

Sus hijas.-El Cid espera llegar a casarlas honradamente.

-Escuchadme, oh Cid de la hermosa barba. Henos aquí en vuestra presencia a mí y a vuestras hijas, muy niñas y tiernas; ved allí a las dueñas que me sirven, ya veo que estáis para partir y que hemos de separarnos de vos. Por amor de Santa María, aconsejadnos lo que hemos de hacer.

El de la hermosa barba alargó las manos, cogió a sus hijas en brazos, y las acercó, amoroso, a su corazón. Lágrimas acuden a sus ojos, y al fin dijo así, tras un suspiro:

-Doña Jimena, mi excelente mujer, os quiero tanto como a mi alma. Ya lo veis: hemos de separarnos. Yo tengo que alejarme, y vos vais a quedaros aquí. ¡Oh, plegue a Dios y a Santa María que pueda casar con mis propias manos a éstas mis hijas, y aún me quede vida para gozar de tanta ventura y para serviros a vos, mujer honrada! (1986: 35).

Comentario

El episodio relata el doloroso momento de la separación. La honra del Cid ha sido puesta en controversia y, al alejarse, sólo desea regresar para devolver a su familia el enorme tesoro del honor que les han arrebatado. Brinda en sus palabras y hechos todo su amor a los seres que más adora en este mundo.

Actividades.

1. Lectura complementaria. La clase deberá dividirse en tres equipos para que cada uno de estos equipos lea y resuma un cantar del poema. Posteriormente se intercambiarán los resúmenes para alcanzar así una idea global del contenido de la obra.

2. Comenta por escrito las características sobresalientes de por los menos tres héroes de este Cantar.

3. Redacta sobre el tema: La honra del Cid. Su defensa a través de la lucha y la valentía.

Comentario

El cantar de los nibelungos —como ya lo habíamos explicado— se halla integrado a la épica germánica. Las descripciones y relatos alcanzan en este poema verdaderos logros artísticos insuperables que la tradición literaria ha valorado siempre. Veamos un pasaje:

El cantar de los nibelungos

PRIMERA AVENTURA

LO QUE SOÑABA KRIEMHILDE

Muchas cosas maravillosas narran- las sagas de tiempos antiguos.

De héroes loables – de gran temeridad,

De alegría y de fiestas – de llantos y lamentos,

De la lucha de héroes valientes – ahora encucharéis narrar maravillas.

Creció en Burgundia – una niña tan noble

Que en todos los países – no podría haber alguna más bella.

Kriemhild se llamaba – y se hizo mujer muy hermosa.

Por ella muchos caballeros – perdieron su vida y su cuerpo.

Amar a la muy noble – no traía vergüenza a nadie;

Muchos héroes la pretendieron – nadie la malquería,

Bella sobremanera era – la muchacha noble.

Los modales cortesanos de la doncella – hubieran sido adorno de todas las mujeres.

Tres reyes la cuidaban – nobles y ricos,

Gunther y Gernot, - héroes sin par

Y Geiselher el joven, - un espada escogido;

Ella era su hermana – los príncipes tenían que cuidarla.

Ute se llamó su madre, - reina de gran riqueza

Y Dankrat su padre – quien legó la herencia

A favor de sus hijos, cuando murió – antes fue un hombre fuerte.

Que en su juventud – había ganado muchos honores.

Los señores eran generosos, nacidos de noble estirpe,

Sobremanera temerarios de fuerza – los héroes elegidos.

De los Burgundios tenía – el país su nombre;

Crearon grandes maravillas – aún en el país de Atila.

En Works a la orilla del Rhin – vivían los señores poderosos,

A ellos gustosos servían – muchos caballeros orgullosos,

Con grandes honores – durante toda su vida,

Hasta que murieron lastimosamente – a causa de enemistades entre dos nobles señoras.

[…] Y todavía tenían muchos espadas – a todos no puedo nombrar.

Dankwart era mariscal; - y su sobrino era

Senescal del rey, - de Metz, señor Ortewein.

Sindold era escanciador – un espada perfecto,

Y gentilhombre de cámara, Hunold: - cuidaban los altos honores.

Del honor de la corte, - de su fuerza enorme,

De su dignidad tan alta – y de la caballería

Como los ejercían los señores – con alegría durante toda su vida,

De todo eso realmente – nadie puede daros noticia completa.

En su alma virgen, - Kriemhild soñaba

Que criaba un halcón – fuerte, bello y salvaje;

A éste lo agarraron dos águilas - ¡lo que ella tuvo que ver!

No pudo sufrir dolor – más grande de esta tierra.

Contó el sueño a su madre – la señora Ute,

Que no sabía explicarlo – a la bella, de otro modo que así:

“El halcón que tu criaste, - es un hombre noble;

Que Dios lo guarde, si no, - pronto morirá”

“¿Qué me decís de un hombre – mi queridísima madre?

Quiero quedarme sin amor – de héroe para siempre;

Quiero quedarme tan bella – hasta mi muerte,

Para que nunca gane yo – penas a causa del amor de un hombre.”

“No lo rechaces del todo” – la madre dijo a ella.

Si jamás en la tierra – quieres ser feliz de todo tu corazón,

Esto vendrá del amor de un hombre: - serás una bella esposa,

Si Dios te favorece – con el cuerpo de un buen caballero.

“No habléis así – mi queridísima madre.

La experiencia de muchas mujeres – me ha enseñado

Cómo al fin se paga el amor – con sufrimiento;

Quiero evitar ambos – de este modo seguramente me quedaré en paz.”

Kriemhild en su alma, - quería quedar libre del amor.

De modo que así pasaron – todavía muchos días a la buena niña,

Que no conocía a nadie – que le hubiera gustado como esposo,

Hasta que, finalmente, con honores, - ganó a un héroe valioso.

Y éste era el mismo halcón – que había visto en sus sueños,

Que su madre le había presagiado. – A causa de su muerte temprana.

¡Qué recompensa tan sangrienta dio ella – a sus parientes más cercanos!

A causa de la muerte de este hombre – murieron los hijos de muchas madres. (Porrúa: 1-3).

Comentario

El cantar ofrece una variante en relación con los dos anteriores que hemos estudiado. El tema del amor prevalece por momentos sobre el tema de la aventura y la guerra; comprobaremos al leerlo que, finalmente, los enfrentamientos y las luchas son necesarios para alcanzar el amor, por lo cual este noble sentimiento reaparece igualmente supeditado a la aventura.

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee completo El Cantar de los nibelungos y redacta un resumen en tres cuartillas en donde consideres los temas más importantes allí tratados.

2. Redacta sobre el tema: “El amor en El Cantar de los nibelungos”.

 

 

La lírica medieval

Dice Isabel de Riquer:

La poesía medieval […] es poesía lírica, poesía cantada que el público recibe por el oído. Sus autores, anónimos o conocidos, son músicos, además de poetas.

Los orígenes de la lírica […] son imposibles de precisar. […] Es inútil pretender fechar el momento de su aparición porque de hecho ha existido siempre. Siempre han cantado los hombres y las mujeres de cualquier lugar de la tierra, y este cantar fue evolucionando paralelamente al desarrollo del lenguaje. (1996: 41).

En Francia, en el Mediodía, florecen los trovadores provenzales, que escribían y cantaban en la lengua de oc. A mediados del siglo XII la poesía trovadoresca de origen provenzal, culta, armoniosa, de carácter amatorio y cortesano se extendió hacia el norte y sustituyó a la poesía espontánea y popular propia de esa región, como las canciones del telar, que se cantaban en el trabajo y las de carácter guerrero, satírico o religioso.

Algo adelantamos de los trovadores al hablar de los juglares. Referente a ellos dice Menéndez Pidal:

El sentido de ambas voces (juglar, trovador) era bien diverso desde su origen. Como el juglar, aunque muchas veces fuese poeta, se ganaba la vida con el canto de versos ajenos o con las inferiores habilidades de saltimbanqui, fue un tipo siempre menos noble que el trovador y supeditado a éste, si bien era tenido de más antiguo origen. Por el contrario, el trovador aunque cantase en público a veces, no lo hacía por oficio, y aunque, muchas veces fuese pobre, era siempre el poeta de las clases más cultas. Muchos caballeros, y de la más alta posición social, buscaban en el ejercicio de la poesía y la música la plenitud de sus cualidades caballerescas. [...] Históricamente el trovador nace por imitación del juglar. (1949: 17).

En España, se manifiesta la influencia de los trovadores provenzales, en la poesía galaico—portuguesa y luego en la castellana. En los géneros de la lírica trovadoresca podemos destacar los debates en que el poeta presenta una discusión entre sus personajes, como las del Marqués de Santillana, cuyos protagonistas son generalmente un caballero o una pastora.

En Italia es notoria también la influencia provenzal, especialmente en Sicilia (siglo XIII). Su forma poética principal es la canzone, procedente del Mediodía de Francia y adecuada a las necesidades de la lengua italiana. El soneto es posiblemente una creación original de la escuela poética siciliana.

Posteriormente, la poesía siciliano—provenzal se extendió por toda Italia y floreció en Bolonia y Florencia; estas ciudades se convirtieron en el centro literario.

En la segunda mitad del siglo XIII culmina con Guido Cavalcanti —amigo de Dante Alighieri— la escuela que aquél denominó Dolce stil nuovo, y que se caracteriza por cantar un amor puro hacia una dama transfigurada en un ser superior.

 

 

El mester de clerecía

En relación con otra manifestación de la poesía lírica medieval —el mester de clerecía— leemos en Valbuena Prat:

La literatura del siglo XIII presenta en su escuela erudita del “mester de clerecía” afinidades  indudables de la cultura y el arte coetáneos. Pensemos en la arquitectura monástica de fines del XII y principios del XIII (en que transcurrió la juventud de Berceo), y sentiremos la misma emoción delicada y recogida de las vidas de santos cantadas en iguales hileras de versos alejandrinos. La suavidad íntima del claustro de Santo Domingo de Silos muestra las detalladas figuras de sus capiteles románicos y de los relieves, como el códice del monasterio en que se guardó la vida poemada del fundador. La vuelta al gusto primitivo ha logrado descubrir las bellezas escondidas en las sencillas narraciones de historias sacras, de explicaciones de la liturgia, de hazañas de héroes antiguos vestidos con la cota y embrazando el escudo medieval, como los soldados romanos en torno a la Resurrección de Cristo, de una escultura del románico. La naturaleza estilizada, la alegría ingenua y luminosa de los mejores momentos de Berceo, nos sugiere la luminosa música de paraíso del pórtico delicioso de la catedral de Santiago. (1963: 70).

Y agrega además:

Todos los poemas de este mester o menester de clérigos (hombres de letras) están escritos en estrofas de cuatro versos alejandrinos (de catorce sílabas), con una sola rima: tetrástrofos monorrimos alejandrinos. Berceo, especialmente, tiene buen cuidado de no faltar a la medida, ni excederla. (1963: 70).

Comentario

Observe el alumno de qué manera aparecen en el proceso literario medieval diferentes manifestaciones de poesía que podemos resumir de la siguiente manera:

1. El mester de juglaría al cual pertenece el juglar y su particular desempeño en la poesía épica, aunque no de manera exclusiva.

2. El mester de clerecía. Ubicados en el contexto de la Iglesia y dedicados particularmente a la lírica.

3. Los trovadores y el particular ejercicio de la poesía lírica.

Actividades

1. Investiga en Internet sobre juglares, mester de clerecía y trovadores. Redacta un resumen sobre este tema de dos cuartillas.

 

La controvertida Edad media

Apuntes de Hontanar (1962)

 por Luis Quintana Tejera

La edad media comprende aproximadamente diez siglos y como época histórica alberga a la Iglesia Romana que hizo y deshizo a su antojo en todos los aspectos imaginables: social, económico, político, personal. Aunque es difícil determinar los períodos que comprenden estas lejanas épocas, es factible reconocer que la edad media inició en el siglo V con dos posibles acontecimientos:

1.   La división del Imperio Romano por Teodosio en el 395[20].

2.   La caída de Roma en poder de los bárbaros en el 476. Desde fines del siglo IV las olas de invasores germanos asuelan Europa y llegan a destruir por completo el agonizante Imperio romano. En el 476 cae Roma en poder del rey de los hérulos: Odoacro.

A su vez, esta etapa concluye en el siglo XV con la caída de Bizancio o Constantinopla en poder de los turcos otomanos; esto ocurre en 1453 aproximadamente.

La edad media fue considerada durante muchos años como una época de crueldad, de atraso, de oscurantismo y de regresión. El renacimiento, sin duda por su proximidad y por su espíritu de reacción contra ella, se caracterizó por la total incomprensión de lo medieval, posición ésta que dominó durante los siglos XVII y XVIII principalmente y que, por desgracia, a veces tiende a reaparecer en nuestro complicado y moderno siglo XXI.

El romanticismo significó un retorno a la edad media, pero llevó a cabo una falsa valoración, pues no vio en ella otra cosa que una época de misterios y de hazañas caballerescas, sobre la cual la imaginación podía desenvolverse libremente y de la cual se extraerían motivos para la expresión de los sentimientos.

Muchos estudiosos, aunque no todos, han realizado en el siglo XX una valoración científica y medianamente objetiva de la edad media. Entre ellos, destacan Ernst Robert Curtius (Cfr. 1955) y su continuador Peter Dronke. (Cfr. 1981). A la luz de estos estudios, se la considera como una de las épocas más ricas y fecundas de la historia, admirable por la profundidad de su filosofía, por la visión armónica y sistemática de la vida y por la belleza estética de sus producciones artísticas y literarias.

Complementariamente, la concepción medieval de la existencia humana se halla animada por dos grandes ejes: la fe cristiana y el sentimiento del honor. Religión y heroísmo constituyen las bases de este pensamiento que tendrá muchos elementos en los que falta la verdadera realización del individuo.        

1.   Religiosidad.

Durante la edad media Europa constituye una unidad religiosa en donde lo político y lo cultural se integran plenamente. No se excluyen, por supuesto, elementos hostiles o antagónicos, pero éstos son impotentes para destruirla. Toda la cultura está inspirada en la religión católica. La filosofía, el arte y la ciencia medievales descansan sobre la teología y están a su servicio. La vida terrenal se considera sólo como un camino que conduce a la vida eterna. Esa unidad religiosa se proyecta en el plano político en el cual se aspira a concretar una especie de Imperio Universal como el que busca Dante a través de su obra De Monarchia. A su vez, la unidad está favorecida por el empleo de una lengua común: el latín, única lengua de la filosofía, la teología y la ciencia. Posteriormente coexistirán la literatura escrita en latín con la que se escribe en lengua romance.

La Escolástica es la filosofía característica de la edad media y ésta representa el resultado de la adaptación del pensamiento aristotélico a la concepción cristiana. Dentro de La Escolástica destaca el Tomismo, cuyo principal representante —Tomás de Aquino— florece en el siglo XIII y en quien el pensamiento de Dante hunde sus raíces.

2.   Sentido heroico y caballeresco.

Después de la destrucción del Imperio de Carlomagno (siglo IX), en la época de los primeros tiempos del feudalismo, predomina el ideal épico y guerrero. La vida es dura, áspera, austera. La poesía de los cantares de gesta  corresponde a este momento. Posteriormente, junto al espíritu heroico y guerrero surge el sentimiento cortesano y caballeresco que se refleja en la poesía de los trovadores.

Algunos caracteres literarios

1.   Espontánea claridad. La literatura medieval se caracteriza por

haberse formado sin tener en cuenta los modelos de la literatura greco-romana. Si bien Grecia y, sobre todo Roma, estaban muy cerca del pensamiento medieval, éstos —al menos al principio— prefirieron ignorarlos e intentaron ofrecer un modelo artístico diferente al de los clásicos; lo lograron parcialmente, porque finalmente concluyeron abrazando la causa clásica. Por esto no podemos afiliarnos a la afirmación de que los medievales desconocieron a los antiguos. Si bien es cierto que en general no se leía a los griegos —Aristóteles es la excepción— en cambio Cicerón, Virgilio, Horacio fueron traducidos e imitados durante el Medievo. Por lo tanto, las obras latinas eran valoradas y estudiadas de acuerdo con la concepción cristiana. Teniendo en cuenta este aspecto, se estableció una selección: se prefirió a Virgilio en lugar de Homero y se despreció a Lucrecio, porque su concepción filosófica materialista no podía armonizar con la medieval.

2.   Tendencia ética y sarcástica. Derivado de su carácter

religioso, la literatura medieval persigue un fin didáctico y moralizador, lo cual le resta —al menos en parte— el desarrollo artístico que mereció tener.

3.   Se ralentiza el de transformación. A diferencia del impulso

renovador del renacimiento y de la celeridad con que se suceden las tendencias literarias contemporáneas, la edad media se caracteriza por la lentitud de su proceso de transformación. Existe una relativa inmovilidad o fijeza de los géneros literarios, aun cuando no debe exagerarse ese carácter. Hacer las cosas con tiempo puede representar un modo de actuar lento, pero ello no implica que los logros alcanzados fueran relativos o malos. No hay que olvidar que la edad media es una época fecunda que contiene y desarrolla el germen del renacimiento y no se la puede pensar como la metafórica “noche del mundo” como llegaron a decir algunos pensadores renacentistas y lo repitieron otros ignorantes contemporáneos.

4.   Analogía. Afirma Brunetière[21] que existe una asombrosa

similitud entre las producciones literarias medievales de los diversos países europeos; pero esta similitud no debe exagerarse tampoco. Por ejemplo, el Cantar de los Nibelungos se diferencia de La Canción de Roldán por la mayor aportación mítico-mágica que no destaca tanto en el segundo.

5.   Impersonalidad. La falta de importancia local y de  

significación individual le hace pensar al mismo Brunetière en este carácter de semejanza.

Aparición y auge de la edad media.

El milenio, que comprende la edad media no fue únicamente una edad de la fe, como se les llama, ni es la fe un fenómeno exclusivamente medieval. Pero las catedrales fueron el monumento más grandioso de esta era. La descripción del infierno, el purgatorio y el cielo, su mejor poema. Las cruzadas, la única empresa colectiva que temporalmente unió a todas las naciones. Había herejes e infieles, pero no había agnósticos, o si los había callaban, amedrentados. El clero fue más numeroso. Y tuvo mayor influencia que nunca en la política. La economía, la filosofía y otras empresas intelectuales.

Nada se opone a la fórmula tradicional: “Edad de la fe”. Siempre que recordemos que en ella florecieron también muchas otros aspectos que no sólo tienen que ver con el espíritu de un creyente, sino también con una mentalidad abierta al conocimiento del mundo.

¿Para todos los gustos, hay algo en la historia medieval? Los que nos sentimos fascinados por el proceso de las culturas nacionales y por su contribución a la complicada pauta de la civilización occidental. No podemos dejar de ver que Europa nació en la edad media. La civilización greco-romana. Tuvo su origen en las más apartadas costas meridionales del mar Mediterráneo. ¿Y se desenvolvió por aquel mar? El norte de África y Asia Menor fueron partes más esenciales de ella que Inglaterra, Escocia, la península Escandinava y Polonia, las cuales quedaban fuera de su esfera. La palabra de Cristo desde Palestina añadió prestigio a las provincias asiáticas del Imperio romano. Sin embargo, al empezar la edad media, los pueblos germánicos derribaron la barrera que había dividido a Europa en dos. Pronto gran número de misioneros, soldados y mercaderes empezaron a extenderse por las regiones limítrofes del norte y noroeste de Europa.

Los árabes arrancaron del poder a los cristianos. Las mismas tierras que fueron testigos de sus primeras luchas y del triunfo de su fe. Mientras, los territorios paganos de Europa entraban en la familia de las naciones cristianas.

Las civilizaciones europeas se asentaron como las conocemos hoy. Junto con las adiciones de América y otras. Lo que podíamos llamar Europa de ultramar. Es lamentable que en la edad media empezara a fraguarse la brecha entre Oriente y Occidente por causa de las rivalidades entre las iglesias y los imperios Bizantino y católico.

Pero la iglesia y el imperio dieron unidad a las naciones europeas. En tanto que el feudalismo y la autonomía de las ciudades frustraron toda posibilidad de que estas instituciones llegasen a convertirse en poderosas monarquías capaces de sojuzgar la infinita variedad de manifestaciones nacionales, regionales y locales. Europa surgió al fin como un mosaico de la más diversa configuración y no como algo uniforme. Como una máquina apisonadora en las manos de un déspota. Esto es lo que hizo grande a Europa y también a la edad media.

Europa, que al empezar el medievo era un área subdesarrollada, podía en el siglo XIII contemplar con orgullo sus logros. Este triunfo extraordinario se debió en parte al legado de la Antigüedad, a las aportaciones de Oriente y a los inteligentes esfuerzos de la propia población de la Europa medieval. Los hombres son la materia prima básica de la historia, sin embargo, lo que importa es cómo se emplea esa materia prima.

Hace unos mil años, cuando la población europea empezó a aumentar cada vez más deprisa. La Europa del medievo inició su extraordinario progreso. Hombres ingeniosos descubrieron mejores métodos de cultivo. Mejores herramientas y una distribución más racional de los habitantes de la Tierra.

El comercio, entre otras cosas, que había quedado en segundo término en la Antigüedad y había declinado definitivamente en la alta edad media. Éste fue ahora la fuerza impulsadora del desarrollo económico. La industria progresó lenta, pero seguramente se pusieron los cimientos de algunas instituciones modernas como la banca, las finanzas públicas y la contabilidad.

El desarrollo económico y los logros intelectuales progresaron a la par, apoyándose mutuamente. La edad media extendió la instrucción entre la clase media. Formó médicos, abogados y pensadores en sus universidades. Los mercaderes y los predicadores del medievo se aventuraron hasta la China y el África tropical. Los artesanos hicieron gafas para los estudiosos, a quienes estimulaba el alcohol.

La esclavitud que el mundo antiguo e incluso en la iglesia, al principio habían creído imprescindible para sostener ese mundo de hombres libres, casi desapareció. Se abolió la esclavitud en algunos lugares y se mitigó en otros. Los hombres libres empezaron a experimentar con las formas representativas de gobierno y se atrevieron a enfrentarse con los reyes.

Hanne Fremantle especializada hace mucho tiempo en la vida del cristianismo, en la edad media, pone de relieve las líneas generales de su historia con una competencia y un ingenio extraordinarios. Es un placer presentar al lector el espectáculo medieval tal como ella. ¿Lo ve? (2006: 6-7). (Robert López, Presidente de estudios. Universidades de la Universidad de. Jalil YALE:).

Aparición y auge del feudalismo (2006: 11-20)

Han transcurrido más de 500 años. Desde que el capítulo de la historia de Occidente, conocido con el nombre de edad media, llegó a su fin y no obstante, innumerables vestigios de ella sobreviven aún con su prístino vigor hoy. ¿Los europeos pueden acaso satisfacer los impuestos en los mismos edificios donde lo hicieron sus antepasados? Votar en el mismo Parlamento, comprar y vender en los mismos mercados, cambiar su dinero por las mismas calles, pagar por los mismos castillos, estudiar en las mismas universidades, oír las mismas misas y adorar a Dios en las mismas catedrales.

El sello de la edad media es ineludible. Hasta para el turista despreocupado del otro lado del mar. Lo encuentra ante los grandes ventanales azul y rojo de Chartres, en los muros almenados de Carcasona, en las construcciones de madera de Núremberg. A su paso por El Ponte Vecchio de Florencia es posible todavía beber cerveza en la taberna llamada viaje a Jerusalén, en donde los cruzados ingleses en el siglo XII calmaban su sed camino de Tierra santa. En Santiago de Compostela, en España, albergarse en la hospedería que fundaron Fernando e Isabel, los Reyes Católicos, los mismos reyes que costearon los viajes de Cristóbal Colón y presenciar un festival celebrado por vez primera en el año 960. En el curso del cual se arrojan gatos desde el campanario de la Iglesia de la ciudad. Como símbolo de que los belgas han curado de sus dioses paganos para abrazar el cristianismo. Por consideración a la sensibilidad de nuestro tiempo, se sustituyen los animales vivos por otros de trapo.

Además de esta herencia material. La edad media nos ha legado instituciones, de mayor interés en nuestra vida cotidiana. Juicios por jurado, asambleas con representantes efectivos. Sociedad de clase media, universidades y banco. Hasta el propio sistema capitalista tiene sus raíces en esa era erróneamente juzgada, yerma y estéril, y considerada como un milenio de tenebrosa modorra entre la grandeza de Roma y la Gloria del renacimiento.

Incluso el nombre, edad media cubre el período comprendido entre la segunda mitad del siglo V aproximadamente y la primera, del siglo XV, es una etiqueta acuñada posteriormente por hombres deseosos de proclamar su propio avance intelectual, esta designación es un tanto condescendiente, pues suponía un renacimiento de las luces de la época clásica tras un largo intermedio sumido en profundas tinieblas. Hoy los historiadores modernos rechazan esta visión de la edad media, si bien es cierto que mucho en ella estuvo efectivamente sumido en la ignorancia. Dio un gran espíritu curioso y creador, que nos ha ligado, entre otras cosas, la música polifónica y la arquitectura de las catedrales. La obra de Boccaccio, de Giotto y de Frangélico son heraldos del renacimiento junto al genio lírico de Dante. Había, es cierto, mucho analfabeto. Y chozas inmundas bajo las erguidas torres góticas de las catedrales. Más la esencia de la edad media se encuentra precisamente en los contrastes de esta coexistencia de la corrupción y la santidad de la ignorancia y la erudición del embrutecimiento y la caballerosidad. En la presencia de inconcebibles mecanismos de tortura. Junto a exquisitas obras de arte que hoy nos llenan de admiración.

“En medio del silencio universal sólo se oye el rasgar de mi pluma sobre el papel” Esta frase define la soledad del hombre medieval.

                                             

El humanismo en la ausente edad media italiana.

Prerrenacimiento italiano: humanismo

 

Se les llamaba Humanistas a los que se consagraban al estudio de las ciencias y de las artes que tenían por fin el perfeccionamiento del hombre, en oposición a la teología y a la filosofía escolástica que se orientaban hacia Dios. Los Humanistas eran, pues, poetas o eruditos que se dedicaban a la caza de manuscritos, los cuales reunían, comentaban y traducían.

Podemos sostener sin temor a equivocarnos, que ha existido Humanismo en mayor o menor grado en todas las épocas históricas, pero en un sentido estricto puede llamarse Humanismo a la época intermedia entre la edad media y el renacimiento, en la cual ubicamos personalidades destacadas como Dante Alighieri, Petrarca, Boccaccio y Chaucer.

Actividades

1. Investiga en Internet sobre la biografía de los cuatro autores anteriormente mencionados. Redacta un resumen de la vida y obra de ellos.

Dante Alighieri (1265-1321)

Es un hombre del Humanismo italiano que está ubicado a fines de la edad media y que desarrolla tanto sea una poesía épica como lírica; dueño de un profundo sentido de la creación literaria ha dejado no sólo el enorme modelo que constituye la Divina Comedia, sino también un amplio discurso que defiende a la poesía como un dominio independiente en donde el hombre puede expresar sus pensamientos y deseos.

Siguiendo el modelo de Guido Guinizelli, Dante y Guido Cavalcanti han de crear una nueva tendencia dentro de la literatura italiana que se denomina dolce stil nuovo[22] que tiene como ideal preferente a la mujer y a ella le han de dedicar sus más célebres poemas.

De su obra destacamos:

1.     La Vida Nueva.

2.     El Convivio.

3.     Sobre la monarquía.

4.     Sobre la elocuencia vulgar.

5.     La Comedia.

1. La Vida Nueva. Escrita aproximadamente alrededor de 1294, esta obra cierra idealmente la etapa juvenil de la biografía del poeta, así como también enmarca su dedicación poética a la escuela establecida con el dolce stil nuovo. Siguiendo la tradición trovadoresca el creador florentino también se enamora de una mujer —auténtico ideal neoplatónico— llamada Beatriz Portinari, y a ella le dedica no sólo La Vida Nuevasino también La Comedia. La primera de estas obras está constituida por una serie de poemas que tienen como objeto narrar los diversos encuentros con Beatriz; estos versos están acompañados por fragmentos en prosa que comentan el contenido de ellos.

2. El Convivio. Composición que consiste en una serie de tratados que plantean y analizan en clave filosófica otras tantas canciones; incluye además un tratado introductor. La función polémica, fundamentalmente anti eclesiástica, es dominante en la obra, que constituye un coherente proyecto de fundación de una cultura laica. (1996: 88).

3. Sobre la monarquía. El autor pretende demostrar en este libro que los derechos de los emperadores, sucesores de los césares, son del todo independientes del poder de los papas, quienes sólo son los jefes espirituales de la Iglesia. Provocó naturalmente mucha polémica en su momento, pero debemos destacar que Dante tiene muy presente la figura de Julio César, quien se yergue como su ideal político.

4. Sobre la elocuencia vulgar. Esta obra está dedicada al tema de la lengua. No fue acabada y está escrita en latín; comprende dos libros: en el primero describe la evolución del lenguaje desde sus orígenes míticos (la lengua de Adán) hasta la contemporaneidad; en el segundo, clasifica por forma y contenido, los géneros líricos. Su tesis central consiste en la defensa de la lengua vulgar, la cual posee una mayor madurez formal y dignidad cultural que el latín. (1996: 89).

5. La Comedia.

La noción dantesca de la condena del otro en el período humanista que antecede al renacimiento italiano, nos permite observar al hombre que al juzgarse a sí mismo juzga también a la humanidad. Porque la Divina Comedia —así le llamaron los contemporáneos de Alighieri— representa el catálogo más completo, fiel reflejo de aquel presente convulsionado por las luchas intestinas, catálogo que transparenta odios, desencuentros, maldad, mutilación y abandono.

Precisamente, en los representantes de la generación denominada humanista —aquellos que mediante un elaborado planteamiento crítico anunciaron la corriente renacentista— se gesta el movimiento de rebelión contra las formas medievales dominantes. Esta necesidad de renovación, de cambio profundo, tuvo al hombre como eje rector. En la conceptualización de Boccaccio dada a través del Decamerón se puede observar a un individuo nuevo que —muchas veces exagerando posturas y censurando con vehemencia a la Iglesia, dueña de conciencias y severo juez moral del universo— se ofrece como un modelo de acción y reclama su propia libertad.

El mecanismo de control de la Iglesia institución había funcionado durante siglos y fueron, curiosamente, hombres de iglesia quienes dieron su grito de rebeldía: Petrarca, Boccaccio, y el propio Dante el cual desde su condición laica arremete contra la corrupción imperante y no se detiene ante nada cuando debe someter a juicio a esa humanidad decadente.

Por ello, la Divina Comedia resultó concebida como un magno recorrido por el universo escatológico[23] en donde el personaje por excelencia —el propio Dante Alighieri— busca desesperadamente su propia redención, que es a modo de la redención de la humanidad entera, la cual necesita del perdón trascendente de la historia, más que del perdón momentáneo e hipócritamente conciliador del ministro en turno.

La Comedia[24] —como la denominó originalmente el autor— es la epopeya del hombre, es, en esencia, un reflejo de la antropología medieval que comenzaba a cambiar radicalmente. Al mismo tiempo representa una extraña simbiosis entre el pensamiento cristiano imperante y el pensamiento antiguo.

En la Divina Comedia y específicamente en el recorrido infernal, se ofrecen verdaderos retratos de época al mismo tiempo que el narrador testigo distribuye culpas y castigos de acuerdo con un esquema individual y severo.

Estructura de La Comedia

Se halla dividida en tres cantigas —Infierno, Purgatorio y Paraíso— cada cantiga en cantos —uno introductor a toda la obra, el primero; y 33 cantos en cada uno de los reinos mencionados; suman en total 100—. Cada canto está compuesto por tercetos endecasílabos que riman de manera variada entre ellos. Prevalece la referencia supersticiosa al número 3 y sus múltiplos como parte de una cábala[25] utilizada de manera reiterada por el poeta.

La Divina Comedia es considerada como el poema épico más representativo de la literatura italiana y uno de los más grandes de la literatura mundial. Dante la escribió en el dialecto toscano, matriz del italiano actual.

Estructura del Infierno

 

Secciones y Círculos

Demonio Jefe

Temas de la sección

CANTOS

 

 

INTRODUCCIÓN

La Selva. Desorientación de Dante - Encuentro con Virgilio
Dudas de Dante. Razón del viaje explicada por Virgilio

I y II

 

ALTO INFIERNO

 

VESTÍBULO Y PUERTA

Carón

Los indiferentes y egoístas.
Travesía del río Aqueronte en la barca de Carón.

III Y IV

 

PRIMERO

    

Limbo de los no bautizados y del mundo antiguo

SEGUNDO

Minos

Círculo de los lujuriosos.

V

 

TERCERO

Cerbero

Círculo de los golosos

VI

 

CUARTO

Plutón

Círculo de los avaros y pródigos. Sobre la Fortuna y sus cambios. Las negras aguas del río Éstige forma el pantano de los iracundos.

VII

 

QUINTO

Flegias

Regreso al tema de los iracundos. Llegada a la ciudad de Dite y oposición de los demonios.

VIII

 

BAJO INFIERNO

 

SEXTO


Las Erinias

Aparición de las Erinias. Episodio de la Gorgona. Intervención del Ángel e ingreso a la ciudad de Dite. Los heresiarcas.

IX

 

 

Explicaciones de Virgilio acerca de las tumbas abiertas. Encuentro con los epicúreos Farinata degli Uberti y Cavalcante de Cavalcanti.

X

 

Anastasio Papa. Topografía del infierno descrita por Virgilio.

XI

 

SÉPTIMO

Minotauro Centauros

Recinto 1º. Los violentos contra el prójimo sumergidos en el Flegetonte, río de sangre hirviente.

XII

 

 

Recinto 2º. Los violentos contra sí mismos. Los Suicidas, árboles secos y nudosos.

XIII

 

 

 

Recinto 3º

Primera zona: los violentos contra Dios. Los Blasfemos.
Virgilio habla del Viejo de Creta y del origen de los ríos del Infierno

XIV

 

 

Segunda zona: los violentos contra la naturaleza, los sodomitas. Las aguas del Flegetonte se precipitan en el 8vo.círculo. Aparece el monstruo Gerión.

XV-XVI

 

 

Descripción del monstruo Gerión. Última zona de los usureros. Descenso sobre el lomo de Gerión al octavo círculo.

XVII

 

OCTAVO CÍRCULO O MALEBOLGE

Gerión

Descripción de Malebolge en diez giros concéntricos. Fraudulentos y defraudadores

XVIII

 

 

 

Recinto 1º

Los rufianes y los seductores

 

 

Recinto 2º

Los lisonjeros

 

 

Recinto 3º

Los simoníacos

XIX

 

 

 

Recinto 4º

Los adivinos y los magos

XX

 

 

 

Recinto 5º

Los estafadores

XXI-XXII

 

 

 

Recinto 6º

Los hipócritas.

XXIII

 

 

 

Recinto 7º

Los ladrones. Ciacco. Transformación recíproca de un ladrón en serpiente.

XXIV-XXV

 

 

Recinto 8º

Ulises o la ambición desmedida

XXVI

 

Los falsos consejeros. Guido da Montefieltro

XXVII

 

 

 

Recinto 9º

Los sembradores de discordia y los cismáticos

XXVIII

 

 

Recinto 10º

Falsarios - alquimistas - monederos falsos

XXIX

 

Falsarios - estafadores - falsificadores

XXX

 

NOVENO CÍRCULO. EL COCITO. Sumidero final del Infierno a donde refluyen todos los ríos

 

POZO DEL COCITO

Los Gigantes.

Los traidores

Rodean formando una muralla alrededor del Cocito. los gigantes Nemrod, Efialto, Briareo, Ticio, Tifón y Anteo. Descienden al fondo del pozo.

XXXI

 

 

 

 

Zona 1ª o Caína

Los traidores de su propia familia.

XXXII

 

 

 

 

Zona 2ª o Antenora

Los traidores políticos, a la patria. Ruggieri y Ugolino

 

 

 

Zona 3ª o Tolomea

 
Los traidores a los huéspedes. Alberico y Blanca d'Oria

XXXIII

 

 

 

Lucifer

Zona 4ª o Judesca

Los traidores a sus benefactores. Judas, Bruto y Casio

XXXIV

 

 

 

 

SALIDA DEL INFIERNO

Centro de la Tierra

Llegada al centro de gravedad de la Tierra, paso el hemisferio antártico. Reaparecen las estrellas.[26]

 

 

Purgatorio y Paraíso

En la segunda parte, Dante y Virgilio atraviesan el Purgatorio, y antes de llegar al final de este reino se despiden, pues a Virgilio, un pagano, no le está permitido entrar al Paraíso. La despedida de ambos es señalada por muchos críticos como uno de los momentos más conmovedores del libro. Beatriz lo acompañará en el resto del recorrido incluido el Paraíso. El Purgatorio es una montaña de cumbre plana cuyas laderas son escalonadas y redondas, simétricamente al Infierno. En cada escalón se redime un pecado, pero los que lo redimen están contentos, porque poseen esperanza. Dante se va purificando de sus errores en cada nivel, porque un ángel en cada uno de ellos le va borrando una letra de una escritura que le han puesto encima. En el Purgatorio encuentra a famosos poetas, entre ellos a Publio Papinio Estacio, autor de la Tebaida. Cerca de la cumbre está la fuente Eunoe, en la que al beber se olvidan todas las cosas malas y sólo se recuerdan las buenas.

En cuanto al Paraíso está constituido por nueve cielos y a medida que los viajeros avanzan la luz de Dios se vuelve más intensa.

Un dato curioso de los tantos que se descubren en La Comedia tiene que ver con el hecho de que cada una de las cantigas termina con la palabra “estrella”:

1.      Infierno: “y por allí salimos para volver a ver las estrellas”.

2.      Purgatorio: “Volví a aquellas sacrosantas ondas tan reanimado como las plantas nuevas, renovadas con nuevas hojas, purificado y dispuesto para subir a las estrellas”.

3.      Paraíso: “Aquí faltó la fuerza a mi elevada fantasía; pero ya eran movidos mi deseo y mi voluntad como rueda cuyas partes giran todas igualmente, por el Amor que mueve el Sol y las demás estrellas”.

Actividades

1. Investiga en Internet sobre los siguientes personajes que aparecen en el Infierno dantesco: Virgilio, Francisca de Rímini, Caronte, Farinata degli Uberti. Para hallar fácilmente la información escribe por ejemplo en el buscador: “Francisca de Rímini ”Infierno dantesco”.

2. Lecturas complementarias. Lee en La Divina Comedia el canto I del Infierno y redacta un resumen en una cuartilla.

3. Busca en un diccionario el vocabulario de los cantos I, II y III. Elige por lo menos diez palabras de cada uno de estos cantos cuyo significado no conozcas, o que no te resulten muy familiares. Recuerda que el valor contextual de los términos es muy importante.

Fragmentos representativos de La Comedia

Canto I (fragmento)

El descamino, la falsa vereda

 y el seguro guía.

A la mitad del viaje de nuestra vida me encontré en una selva oscura, por haberme apartado del camino recto. ¡Ah! ¡Cuán penoso me sería decir lo salvaje, áspera y espesa que era esta selva, cuyo recuerdo renueva mi temor; temor tan triste, que la muerte no lo es tanto! Pero antes de hablar del bien que allí encontré, revelaré las demás cosas que he visto. No sabré decir fijamente cómo entré allí; tan adormecido estaba cuando abandoné el verdadero camino. Pero al llegar al pie de una cuesta, donde terminaba el valle que me había llenado de  miedo  el   corazón, miré hacia arriba y vi su cima revestida ya de los rayos del planeta que nos guía con seguridad por todos los senderos. (1987: 11).

Comentario

Comienza la narración a cargo del personaje, quien nos revela que se descubre perdido en una selva oscura, que es representación alegórica del pecado en que ha vivido hasta ese momento. Tiene que optar entre permanecer en esa selva o salir de ella. Decide esto último, pero no es tan sencillo como pensaba. Cuando intenta abandonar ese lugar, tres fieras tratan de impedírselo: un lince, un león y una loba. Casi a punto de rendirse, emerge de pronto una sombra a quien el poeta le pide ayuda. Se trata de Virgilio que lo ha de guiar por su recorrido infernal y por parte del trayecto que harán por el purgatorio.

Actividades

1. Busca en un diccionario el concepto de “alegoría” y explica las otras alegorías que descubres en el canto I. Específicamente, ¿qué representan la montaña, la luz del sol, Virgilio y el propio Dante?

2. Lectura complementaria. Lee los diez primeros cantos del Infierno y haz una lista con los nombres de los personajes que en ellos aparecen. Escoge por lo menos cinco de éstos y redacta acerca de sus características principales.

Canto III (fragmento).

La puerta del infierno,

el vestíbulo de los indiferentes

y el paso del Aqueronte.

“Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se va hacia la raza condenada: la justicia animó a mi sublime arquitecto; me hizo la divina potestad, la suprema sabiduría y el primer amor. Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo inmortal, y yo duro eternamente. ¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!”.

Vi escritas estas palabras con caracteres negros en el dintel de una puerta, por lo cual exclamé:

—Maestro, el sentido de estas palabras me causa pena. Y él, como hombre lleno de prudencia, me contestó:

—Conviene abandonar aquí todo temor; conviene que aquí termine toda cobardía. Hemos llegado al lugar donde te he dicho que verías a la dolorida gente que ha perdido el bien de la inteligencia. (1987: 16).

Comentario

La inscripción de la puerta del infierno es pavorosa. Su estructura se divide en tres momentos: en el primero, señala, como si hablara, que por ella se llega al sitio del infinito dolor; en el segundo, alude a su creación y de qué manera la trinidad divina la ha hecho para castigo del réprobo; por último, la leyenda que le da cierre recuerda a los que allí llegan, que la condición sine qua non[27] para ingresar consiste en dejar afuera a la esperanza.

Actividades

1. Comenta el contenido de la inscripción en una cuartilla. Ten en cuenta los elementos poéticos que allí aparecen y habla del tema del sufrimiento humano.

2. Comenta la oración final: “¡Oh vosotros, los que entráis, abandonad toda esperanza! Reflexiona en torno al motivo de la pérdida de la esperanza partiendo de la idea de cuán importante es ésta en la tierra.

3. Lectura complementaria. Lee desde el canto XI al canto XXXIV del infierno. Redacta un resumen del canto XXXIV.

Canto V (fragmento)

Ella me contestó:

—No hay mayor dolor que acordarse del tiempo feliz en la miseria; y eso lo sabe bien tu Maestro. Pero si tienes tanto deseo de conocer cuál fue el principal origen de nuestro amor, haré como el que habla y llora a la vez. Leíamos un día por pasatiempo las aventuras de Lancelot, y de qué modo cayó en las redes del Amor; estábamos solos y sin abrigar sospecha alguna. Aquella lectura hizo que nuestros ojos se buscaran muchas veces y que palideciera nuestro semblante; más un solo pasaje fue el que decidió de nosotros. Cuando leímos que la deseada sonrisa de la amada fue interrumpida por el beso del amante, éste, que jamás se ha de separar de mí, me besó tembloroso en la boca; el libro, y quien lo escribió fue para nosotros otro Galeoto; aquel día ya no leímos más. (1987: 23).

Comentario

Son éstas las palabras de Francisca quien traicionó en la vida a su marido con Paolo, hermano del esposo. Si bien los hechos tienen atenuantes, se trata de una intensa historia de amor. Dante ha querido que los amantes se hallen juntos en el segundo círculo del infierno en donde se castiga a los lujuriosos. Las palabras de la hermosa mujer están llenas de dolor y nostalgia.

Actividades

1. ¿Por qué dice Francisca que “No hay mayor dolor que acordarse del tiempo feliz en la miseria”. Explícalo.

2. Busca un vocabulario del canto V del Infierno.

3. Haz un resumen de este canto no menor de una cuartilla.

4. Comentario: El amor de Paolo y Francisca.

5. Busca los siguientes conceptos cuyo significado te ayudará a comprender mejor la lectura de esta obra: Aqueronte, Caronte, Minos, Cocito.

Canto XXXIV (fragmento)

—“Vexilla regis prodeunt inferni”[28] hacia nosotros. Mira adelante—dijo mi Maestro—, a ver si lo distingues.

Como aparece a lo lejos un molino, cuyas aspas hace girar el viento cuando éste arrastra una espesa niebla, o cuando anochece en nuestro hemisferio, así me pareció ver a gran distancia un artificio semejante; y luego, para resguardarme del viento, a falta de otro abrigo, me encogí detrás de mi Guía. Estaba ya (con pavor lo digo en mis versos) en el sitio donde las sombras se hallaban completamente cubiertas de hielo, y se transparentaban como paja en vidrio. Unas estaban tendidas, otras derechas, aquéllas con la cabeza, éstas con los pies hacia abajo y otras por fin con la cabeza tocando a los pies como un arco. Cuando mi Guía creyó que habíamos avanzado lo suficiente para enseñarme la criatura que tuvo el más hermoso rostro, se colocó delante de mí e hizo que me detuviera. [...]¡Oh! ¡Cuánto asombro me causó al ver que su cabeza tenía tres rostros! Uno  por delante, que era de color rojizo: los otros dos se unían a éste sobre el medio de los hombros, y se juntaban por detrás en lo alto de la coronilla, siendo el de la derecha entre blanco y amarillo, según me pareció; el de la izquierda tenía el aspecto de los oriundos del valle del Nilo. Debajo de cada rostro salían dos grandes alas proporcionadas a la magnitud de tal pájaro; y no he visto jamás velas de buque comparables a ellas: no tenían plumas, pues eran por el estilo de las del murciélago; y se agitaban de manera que producían tres vientos, con los cuales se helaba todo el Cocito. Con seis ojos lloraba Lucifer y por las tres barbas corrían sus lágrimas, mezcladas de baba sanguinolenta. Con los dientes de cada boca, a modo de agramadera, trituraba un pecador, de suerte que hacía tres desgraciados a un tiempo. (1987: 99-100).

Actividades

1. ¿En qué círculo del infierno nos encontramos en este momento?

2. ¿Quién era Lucifer?

3. ¿Cuántas cabezas tenía? ¿Cuántos rostros?

4. ¿A quiénes castigaba en cada uno de los rostros?

5. ¿Cumple algún papel en este pasaje el número 3?

Estudio comparativo de las características de los tres reinos de ultratumba

 

Te ofrecemos a continuación un análisis de las características que definen a cada uno de los reinos escatológicos con el objetivo de poder valorar mejor la visión dantesca del más allá.

INFIERNO

PURGATORIO

PARAÍSO

1. Eterno castigo.

1. Castigo temporal.

1. Gozo sin fin.

2. Reino de la desesperanza.  

2. Reino de la esperanza.

2. La esperanza es innecesaria. Se vive el placer de la realización.

3. Ausencia de Dios como otro de los tantos castigos.

3. Se desea a Dios de manera constante y se tiene la certeza de alcanzarlo en algún momento.

3. Presencia sublime de Dios quien se puede lograr en grados paulatinos  de observación.

4. Rige la ley inflexible. Todo está legislado.

4. Reino de la ley momentánea. Mientras exista el Purgatorio habrá un código que lo gobierne. 

4. “Se puede todo lo que se quiere”, aunque no se quiere lo que no se puede. Prevalece la libertad.

5. Tortura implacable y sin fin.

5. Castigo espiritual momentáneo que reserva un premio eterno para quien lo cumpla.

5. Premio eterno que se fundamenta en la contemplación de la luz de Dios.

6. Memoria de la tierra. Una profunda nostalgia caracteriza al pecador infernal.

6. Memoria parcial de la tierra que expresa cierta tristeza por lo perdido.

6. Se ha roto el lazo con la tierra y el alma goza, sólo goza sin añoranzas falsas.

7. Presencia de la carne en un continuo volver a ser.

7. El cuerpo sirve para el transitorio castigo, en medio de crueles torturas que mortifican a ese cuerpo.

7. El alma es luz que busca la luz divina.

 

 

 

 

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee los cinco primeros cantos del Purgatorio y redacta un resumen de dos de ellos. Haz una lista con los personajes que allí aparecen y escoge dos de éstos para proporcionar sus características principales.

2. Lectura complementaria. Lee los cinco primeros cantos del Paraíso y el XXXIII de esta misma cantiga. Escoge un personaje cualquiera de estos cantos y comenta los rasgos que lo diferencian.

Otros autores del Humanismo

Por lo que la literatura se refiere, el profesor Ernest Robert Curtius, en su valiosa obra Literatura europea y Edad media latina, (Cfr. 1955). hace un pormenorizado análisis de la literatura medieval, en el cual demuestra cómo el renacimiento es hijo directo de la edad media, pues éste se fraguó con base en lo que en aquélla venía haciéndose. De hecho, no existe una ruptura entre edad media y renacimiento, al contrario hay una continuidad en virtud de la cual la literatura europea posterior, incluso la más reciente, es descendiente directa del medievo. Así pues, el siglo XIV, que con respecto a Italia se denominará Quattrocento, es el que sirve de gozne entre ambos periodos.

Francisco Petrarca

No existe, en verdad, antagonismo entre lo antiguo y lo moderno en Petrarca, no se dan dos Petrarcas entre los que nos veamos forzados a elegir: uno todavía dependiente  de la tradición estética y religiosa y literaria medieval, y el otro “moderno”, anticipador y precursor de épocas nuevas. Es evidente que persisten en él, actitudes mentales y doctrinas medievales, como no podía ser menos, y que él los escoge sin renuencia, porque son valiosos y no carecen de fecundidad. Nunca se vio  Petrarca en el trance  de tener que realizar una dramática elección entre los valores de  la cultura clásica, que tan apasionadamente amó, y los de la cultura automáticamente cristiana. Fueron profundos los contrastes en el plano de los sentimientos y de  la vida real, pero casi no los hubo en el terreno de la cultura. Habiendo hecho a un lado desde un principio las sutilezas, los formulismos y la aridez de una parte de la cultura doctrinaria del Medioevo, se dedicó con empeño, con pasión, a la búsqueda de los valores que le parecían más en consonancia  con el ser humano y la conciliación de la espiritualidad y la tradición cristiana con la serena armonía y el amor por la belleza inherente a la mejor parte de la tradición clásica. Conciliación que, por lo demás, jamás había dejado de intentarse desde los días de los primeros Padres de la Iglesia.

La peculiar contribución de Petrarca, la originalidad de su humanismo reside justamente en la tentativa de conciliación y en la consiguiente restauración del cuadro general de los valores asignados a cada autor, clásico y cristiano. En el Medievo cada porción del saber, cada momento de la historia, cada aspecto de la cultura tenía su sitio en un plano horizontal, uniforme e indiferenciado; eran conocidas y se estudiaban las obras de la antigüedad, mas sin matices ni objetividad, a medida que se sentía la necesidad de éstas. Con Petrarca iba a introducirse un criterio de selección, de preferencia; un programa, podríamos decir. Le interesaban mucho menos los problemas de la teología que los de la vida moral; le resultaban abstrusas y artificiales las complicadas construcciones de la vida medieval. Le apasionaban, en cambio, los problemas de la  formación interior del ser humano, los problemas de la libertad moral, de la sabiduría, de la virtud, de la contemplación activa.

También el hacer literatura, el escribir en latín, era una actividad consciente, un ejercicio de elección estilística, un ideal de perfección. Y así en la carrera literaria como en la moral contaban los valores asumidos como modelos. Si Séneca y Agustín eran  maestros de la vida, Cicerón era maestro de estilo. Literatura y vida tendían a identificarse en él. Sentía siempre despierto y activo el deseo de traducir cada impulso del alma en formas literarias, pero sentía en todo momento que el patrimonio literario  que tenía a su alcance, que las voces de los escritores  que lo habían formado –unas más queridas  y más  frecuentes que otras- se le ofrecían como dóciles calcos sobre los cuales modelar sus impulsos interiores. La literatura parecía poseer, en cada situación una respuesta a la inquietud y a las exigencias de la vida. 

Al igual que Dante se enamoró de Beatriz y le dedicó parte de su obra, así también Petrarca recurrió a Laura como su musa inspiradora. La conoció un Viernes Santo y le dedicó intensas rimas entre las que nos permitimos citar las siguientes. (1986: IX-XIII).

Rimas en vida de Laura

I

Los que de mis sospiros el sonido

oís en rima, pasto que solía

serme al tiempo que edad nueva me hacía

seguirlo, de que ya voy divertido,

 

del vario estilo y llanto que he seguido

con la pena y esperanza tan vacía,

si algo de amor supiste algún día,

piedad ultra el perdón me habréis habido.

 

Mas ¡ay!, que ya conozco y claro veo

que por hablilla anduve entre la gente,

que un empacho en mi engendra no pequeño.

 

Y el fruto fue vergüenza y devaneo,

 y arrepentirme y ver abiertamente

que cuanto al mundo place es breve sueño.

Comentario

En esta primera rima de Petrarca nos permitimos señalar dos aspectos: 1. Formalmente se trata de un soneto, es decir, que está constituido por catorce versos divididos en dos cuartetos y dos tercetos con rima consonante variada. Los versos son —en el idioma original— endecasílabos. 2. En cuanto al concepto expresado el sujeto lírico enfoca el tema de la fugacidad de la vida y canta al amor.

Actividades

1. Busca en un diccionario de autores la biografía de Petrarca y copia de allí los elementos más destacados a los efectos de comprender mejor su obra.

2. Investiga en Internet sobre Petrarca y Laura. Esto con la finalidad de conocer el amor platónico que los uniera en vida y la significación que esta mujer tuvo en la creación de Petrarca.

3. Busca un vocabulario del soneto I, de diez palabras por lo menos. Anótalo en tu cuaderno y coméntalo con tus compañeros.

II

Por más galanamente Amor pagare

y ofensas mil punir en sólo un día

ocultamente el arco apercibía,

como quien tiempo espera de vengarse.

 

Mi natural virtud por repararse

a raya el corazón y ojos tenía,

cuando sentí que el golpe dado había

donde solían mil jaras despuntarse.

 

Turbado, ansí, con el primer asalto

no me dio tal espacio que pudiese

vestirme de mis armas y librarme;

 

o retratarme al menos al más alto

lugar, para con el tiempo repararme,

de que es ya por demás, aunque quisiese.

 

III[29]

Era el día que al sol más se enturbiaron

los rayos por piedad del autor de ellos,

fui preso, y sin pensar, señora, vellos[30],

del todo vuestros ojos me enlazaron.

 

El tiempo y triste ornato me engañaron,

que no pensé que Amor se hallase entre ellos,

Ansí mis graves daños sin temellos

en el común dolor se comenzaron.

Hallóme Amor del todo desarmado

y por mis ojos, ya dos puras fuentes,

al corazón se entró muy de callada.

 

Él cierto ganó poco entre las gentes

herirme de saeta en tal estado

y el arco aun no mostraros siendo armada.

 

IV

El que con tanta providencia y arte

Formó lo que parece nos incita

A creer que su potencia es infinita,

Y más en ver lo que hay de Jove a Marte.

 

Viniendo a confirmar parte por parte

La ley que en mil figuras era escrita,

A Juan y a Pedro de entre redes quita

Y en el cielo les da no poca parte.

 

En su nacer en Roma no ha querido

Darse, y dióse a Belem, ¡tanto el estado

Humilde sublimar siempre procura!

 

De chica aldea agora un sol ha dado

Tal, que el lugar se alegra y la natura

En ver que un tal extremo ha producido.

 

X

Columna gloriosa que sustenta

el nombre y esperanza y ser latino,

a quien quitado no ha del buen camino

el gran Jove por ira o por tormenta.

 

En palacios aquí no se aposenta

en su lugar un roble o haya o pino

o verde prado o monte por vecino

de l’alma potentado se contenta.

Nos despiertan al cielo el intelecto

y el ruiseñor con su  melodía

la noche toda en peso se lamenta

 

nos hinche el corazón  de lozanía

mas este bien por ti queda imperfecto,

pues faltas, señor mío, desta cuenta.

 

 

XI

Por sol dejar el velo ni por sombra

jamás, señora, os veo

después que conocisteis el deseo

que a mi corazón de otro amor descombra.

 

Cuando eran mis deseos más cubiertos

que agora[31] cuasi[32] al fin me va llegando,

vi vuestro rostro de piedad ornado;

más luego que os los fue el Amor mostrado

 

fueron vuestros cabellos encubierto

y el dulce mirar vuestro refrenado. 

Lo que más deseaba me está quitado,

 

tan crudo es ese velo,

que por matarme o haga sol o yelo,

a mí y a vuestros ojos siempre asombra.

 

Actividades

1. Comenta por escrito el soneto III teniendo en cuenta el amor que el sujeto lírico expresa por Laura.

2. Que cada grupo de la clase investigue en Internet el concepto de “Amores neoplatónicos” y haga un resumen sobre este tema. Posteriormente las conclusiones deben ser comentadas en el pleno de la clase.

3. Tema de redacción: Amo a una compañero/a, pero nunca se lo he dicho.

4. En el libro de Petrarca ya citado lee diez rimas más y explica por escrito el contenido de ellas.

Giovanni Boccaccio (1313-1375).

Boccaccio lleva a cabo la recopilación de leyendas, fábulas y cuentos que existían por aquel entonces, y que se transmitían de manera oral. De esta forma, el autor da cuerpo y plasma en lenguaje escrito en el Decamerón los interesantes relatos populares, aportando su genio peculiar como narrador, y recreándolas con acierto.

El libro relata cómo huyendo de la peste que azota Florencia, unas muchachas se dan cita con tres jóvenes en una casa de campo. Pasan ahí dos semanas; cada día, excepto los viernes y los sábados, relatan historias. Así se integra el Decamerón (del griego deka: diez y hemera: día).

Entre los personajes que participan destacan: Fiammetta, Pampinea, Emilia, Neifile.

Por otro lado, Filostrato, es el enamorado triste; Dioneo, el malicioso; Pánfilo, el enamorado universal. Todos ellos van trenzando una sola narración compuesta de cien relatos que en su inmensa mayoría hacen referencia al amor.

El estilo de la obra es vivo y directo, gracioso y sensual, el modelo de la composición gramatical que sigue Boccaccio es el de Cicerón. El Decamerón está escrito en “idioma florentino” y no en latín.

De la misma manera que Dante es el creador, junto con Petrarca, de la poesía y del idioma italiano, a Boccaccio le cabe el honor de ser el padre de la prosa a la vez que el modelo de muchos otros escritores posteriores que la han imitado.

Un pasaje representativo de su obra

JORNADA SEGUNDA

CUENTO SEGUNDO

Rinaldi de Arti, después de haber sido robado, llega a Castel Guiglielmo, y es albergado por una mujer viuda, y después de rehecho del daño recibido, regresa sano y salvo a su casa.

Los percances de Martellino referidos por Neifile, hicieron reír mucho a las damas, y principalmente entre los jóvenes a Filostrato a quien la reina le mandó que, pues se hallaba junto a Neifile, la siguiera en el cantar. Filostrato empezó diciendo sin demora:

-Voy a referiros hermosas damas, una historia de cosas católicas, con su poquito de desgracias y de amor, que tal vez no deje de seros útil el haberla oído; especialmente a aquellos que discurren por los inseguros países del amor, en los cuales, a quien no ha dicho el padrenuestro de san Julián, le acaece muchas veces hospedarse mal, aun cuando tenga buena cama.

Había pues, en el tiempo del marqués Azzo de Ferrara, un mercader llamado Rinaldo de Arti, que había ido a Bologna para sus asuntos: cuando los hubo despachado decidió volverse a su casa, Verona, encontróse con algunos que le parecieron mercaderes, y que eran salteadores de caminos y hombres de mala vida y condición, con quienes hablando incautamente se acompañó. Éstos, viéndole mercader, y suponiendo que debía llevar dinero, resolvieron entre sí robarlo a la primera ocasión que se les presentase, y para no infundirle sospecha alguna iban hablando con él, como hombres modestos y de buena condición sobre honor y lealtad, presentándoseles humildes y benignos en lo que podían y sabían: de modo que consideraba él como una gran suerte habérselos encontrado, mayormente cuando a él sólo le acompañaba un criado suyo a caballo. Y haciendo su camino, y pasando de una cosa a otra, como acaece en las conversaciones, vinieron a hablar de las oraciones que los hombres dirigen a Dios, y uno de los salteadores, pues eran tres, díjole a Rinaldo : “¿Y vos, amigo, qué oraciones soléis decir cuando vais de camino?” A lo cual Rinaldo contestó : “A decir verdad, en estas cosas soy hombre material y tosco, y pocas oraciones me sé al dedillo pues estoy montado a la antigua y no me preocupan estas cosas; no obstante, cuando viajo he tenido siempre la costumbre de decir por la mañana, en cuanto salgo de la posada, un padrenuestro y un avemaría por el alma de los padres de san Julián, y después les pido a Dios y a él que me den buena posada para la noche siguiente. Ya bastantes veces me he encontrado durante el día con bastantes peligros, de los cuales me he librado por completo, hallándome en la siguiente noche en buen sitio y bien albergado; por cuya razón creo firmemente que san Julián, en cuyo honor rezo, me ha impetrado de Dios esta gracia, de modo que si no le hubiese rezado por la mañana mi padrenuestro, me parecería que no iba a poder viajar bien durante el día ni llegaría bien a la siguiente noche”. Díjole entonces el que le hiciera la pregunta anterior: “¿Y esta mañana se la habéis rezado?” Y como contestase Rinaldo afirmativamente, él que sabía ya cómo debía ir la cosa, se dijo: “También yo viajé mucho en otro tiempo, y nunca lo dije, por más que a muchos se lo había oído recomendar en gran manera, sin que por eso dejara de estar bien hospedado; y bien pudiera ser que esta misma noche pudiereis ver quién de los dos se albergará mejor, a vos que lo habéis dicho, o yo que no lo dije. Bien es verdad que yo uso, en lugar de esa  oración, el Donijusti o la Intemerata , o el De profundis que, según solía decirme una abuela mía, tienen una virtud admirable”.

Y así hablando de varias cosas, y siguiendo su camino, y esperando lugar y tiempo oportunos para su malvado intento, acaeció que, siendo ya tarde y pasado ya Castel Guiglielmo, viendo los tres bandidos lo avanzado de la hora y lo solitario y errado del lugar, al vadear un río le asaltaron, le robaron y dejándole a pie y en camisa, se marcharon diciendo: “Anda a ver si esta noche tu san Julián te dará buena posada, pues a nosotros bien parece que nos la dará buena”.

Y acabando de vadear el río, siguieron su camino. El criado de Rinaldo al ver que asaltan a éste, nada hizo para ayudarle, antes bien, haciendo dar la vuelta al caballo que montaba, huyó cobardemente sin parar de correr hasta que estuvo en Castel Guiglielmo, y entrando en él, por ser ya de noche, hospedóse allí sin preocuparse por lo acaecido. Como hacía mucho frío y estaba nevando de lo lindo, Rinaldo descalzo y en paños menores, sin saber qué hacer, viendo llegada la noche, para no morirse de frío, encaminóse trotando hasta Castel Guiglielmo, sin saber que su criado hubiese ido a refugiarse allí y pensando que, si lograba entrar en la posada, algún socorro le mandaría Dios. Pero la noche oscura le sorprendió casi a una milla de distancia del castillo: por lo cual llegó tan tarde, que estando cerradas las puertas y levantados los puentes, no pudo penetrar dentro. Adolorido y desconsolado, miraba llorando en torno suyo dónde poderse cobijar, para que al menos no le cayese la nieve encima. Y por casualidad un edificio construido sobre el muro del castillo que se adelantaba algo hacia fuera formando un cobertizo, bajo el cual resolvió ir a refugiarse hasta que llegase el día , y yendo a él, y encontrando debajo del cobertizo una puerta, que parecía cerrada, amontonando al pie de ella alguna paja que había allí cerca, quedóse allí, triste y dolorido lamentándose repetidas veces a san Julián y diciendo de él no era merecedor de la fe que en él tenía. Mas san Julián no tardó en proporcionarle buen albergue.

Había en aquel castillo una mujer viuda, hermosa como no había otra a la cual el marqués de Azzo amaba como su propia vida, y la hacía vivir allí cerca de él; dicha mujer habitaba en aquella casa, bajo cuyo cobertizo había ido Rinaldo a refugiarse, y por casualidad había pensado el marqués pasar con ella la noche, y en la vivienda misma de ella había mandado preparar sigilosamente un baño y una excelente cena; y cuando todo estaba dispuesto, y ella ya no esperaba otra cosa que la llegada del marqués, llegó a la puerta una criada de éste con noticias de su amo, según las cuales había tenido que partir inesperadamente: por lo cual después de enviar a decir a la dama que no le aguardase, partió sin demora. Algo desconsolada la viuda no sabiendo qué hacer, decidió meterse en el baño que había dispuesto para el marqués, cenar luego, e irse a acostar. Dicho baño estaba inmediato a la puerta, junto a la cual se había tendido el infeliz Rinaldo: esto hizo que, estando ella en el baño, oyera los lamentos y el temblar de Rinaldo. Llamando a su criada, le dijo:

-Anda arriba y mira a la parte de afuera del muro quién hay al pie de esta puerta, quién es y qué hace ahí.

La criada obedeció y con el auxilio de la claridad del aire vio al mercader en camisa y descalzo, sentado donde queda dicho y temblando como un azogado, le preguntó ella quién era, y Rinaldo, temblando con tal violencia que apenas podía articular las palabras, la dijo, lo más brevemente que pudo, quién era, y por qué se encontraba allí, y luego empezó con lastimero tono a rogarla que, si podía ser, no le dejase morir allí de frío durante la noche.

Compadecida la criada, volvió a su ama y le refirió todo. Compadecida igualmente ésta, recordando que tenía la llave de aquella puerta que algunas veces servía para las ocultas visitas del marqués dijo:

-Anda, y ábrele sin hacer ruido; aquí hay otra cena que tampoco había quien la comiese, y hay medio suficiente para poderle dar albergue.

La criada después de elogiar mucho este acto de humanidad fue a abrirle y una vez que lo hubo hecho entrar, al verle tan aterido de frío, díjole:

-Buen hombre, métete en seguida en este baño, que todavía está caliente.

Sin esperar nueva invitación, hízolo él de buen grado, y reanimado con su calor, parecióle haber vuelto de muerte  a vida. La dama le hizo preparar ropas que habían pertenecido a su marido, muerto poco antes, y que, cuando se las hubo puesto, parecían hechas para él. Mientras esperaba lo que le mandara la dama, empezó a dar gracias a Dios y a san Julián que como él esperaba, le habían librado de tan mala noche y conducido, a su modo de entender, a buen albergue. Algo descansado después la dama, habiendo mandado encender un gran fuego en una de sus salas, trasladóse a ella y preguntó qué era de aquel buen hombre.

A lo cual su criada contestó:

-Señora, se ha vestido y es un buen mozo y parece persona muy buena y muy educada.

-Anda pues – dijo la dama – y llámale, y dile que venga aquí a calentarse y cenaremos, pues supongo que no ha cenado.

Entró Rinaldo en la sala, y al ver a la dama, parecióle ver una gran señora y la saludó respetuosamente y le dio las gracias por el favor que le hacía, lo mejor que supo. La dama, al verle y oírle, y pareciéndole tal como dijera la criada, recibióle con amabilidad, hízole sentar familiarmente a su lado junto a la lumbre y le preguntó por el accidente que allí le había conducido. Rinaldo se lo refirió todo detalladamente. La viuda había oído algo de esto a la llegada del criado de Rinaldo al castillo, por lo cual dio entero crédito a lo que éste había dicho; y le dijo lo que sabía de su criado y cómo a la mañana siguiente le sería fácil encontrarle.

Cuando estuvo puesta la mesa, Rinaldo accediendo a la voluntad de la dama, después de haberse lavado las manos, púsose a cenar con ella. El mercader era de elevada estatura, de rostro bello y mediana edad: había fijado la dama muchas veces la mirada en él, y le había elogiado mucho y habiéndole despertado ya el apetito de la concupiscencia el marqués que con ella debía venir a pasar la noche, habíalo recibido ya mentalmente. Después de cenar, levantándose de la mesa, consultó con su criada si le parecía bien que, pues el marqués la había burlado, aprovechase aquella oportunidad que le había enviado la suerte. Comprendiendo los deseos de su ama, la criada la animó cuanto pudo y supo, a que los satisficiese: por lo cual la viuda, volviendo a la lumbre junto a la cual había dejado solo a Rinaldo empezando a dirigirle tiernas miradas le dijo:

-Vaya, Rinaldo. ¿Por qué estáis tan pensativo? ¿No creéis volver a haceros con un caballo y con las pocas ropas que habéis perdido? Animaos y no paséis cuidado, estáis en vuestra casa: hasta os diré más, que al veros vestido con ese traje que perteneció a mi difunto marido, haciéndome la ilusión que erais él, esta noche más de cien veces me han venido ganas de abrazaros y de cubriros de besos, y creed que lo habría hecho a no haber temido que esto pudiera desagradaros.

Al oír Rinaldo estas palabras, y al ver el centelleo de los ojos de la dama, como hombre que no era tonto, yendo a ella con los brazos abiertos, dijo:

-Señora, al pensar que siempre podré decir que os debo la vida, la gran vileza sería la mía si no me apresurase a hacer todo lo que a vos fuera agradable, satisfaced vuestro gusto, vuestro deseo de abrazarme y de besarme, que yo haré más gustosamente con vos lo propio.

Ya no fueron necesarias más palabras. La dama que se abrazaba en amorosos deseos apresuróse a arrojarse a sus brazos, y después que mil veces le hubo estrechado, contra su pecho, encamináronse juntos a su habitación donde les sorprendió la aurora. Al parecer para que nada se pudiera sospechar, la dama le entregó algunas ropas bastante malas, llenóle de dinero las bolsas rogándole que lo tuviese bien guardado, indicóle el camino que debía seguir para ir a encontrar a su criado en el castillo, y le hizo salir por la misma puerta por la que había entrado. Cuando fue de día claro, y cuando estuvieron abiertas las puertas, Rinaldo, fingiendo venir de lejos, penetró en el castillo y encontró allí a su criado; púsose ropas suyas que tenía en la maleta, y al ir a montar en el caballo de su criado, acaeció que, como por milagro divino, los tres salteadores que en la tarde anterior le habían robado, habiendo sido hechos prisioneros por otra fechoría por ellos cometida, fueron conducidos a aquel castillo, y a consecuencia de confesión hecha por ellos mismos, le fue restituido a Rinaldo su caballo, sus ropas y su dinero, sin haber perdido otra cosa que un par de fajas de las cuales los bandidos no sabían qué se habían hecho. Dando pues gracias a Dios y a san Julián montó a caballo el mercader, y sano y salvo regresó a su casa. Al día siguiente los tres salteadores iban a balancear sus cuerpos en el aire.[33] (1960: 150-157).

Geoffrey Chaucer (1340-1400).

En cierto modo Chaucer prefigura al homo universalis renacentista: traductor y poeta, diplomático y administrador, científico y realista. Los cuentos son el escenario de su plena manifestación.[...] se les denomina Cuentos de Canterbury porque todos los narradores de los diversos relatos se han unido en una común empresa: visitar la tumba de Santo Tomás Beckett (Catedral de Canterbury en Kent).[34]

El siglo XIV representa, pues, en la evolución de la lengua inglesa, el momento clave del desplazamiento del francés en los documentos oficiales. Chaucer, al igual que los eruditos y los funcionarios estatales de su tiempo, estaban acostumbrados a escribir en francés y en latín. Es mérito indiscutible del autor de Los cuentos el haber optado por el empleo del inglés en la composición de su gran obra literaria. (1960: 12).

Un cuento de Geoffrey Chaucer

“El cuento del intendente” ( Cfr. 1991).

Cuando Febo habitaba aquí abajo en la tierra (como nos cuentan los libros antiguos), no era solamente el más brioso joven caballero del mundo, sino también el mejor arquero, pues un día mató a la serpiente Pitón mientras estaba durmiendo al sol. También podréis leer relatos de muchas otras extraordinarias hazañas que realizó con su arco. Sabía tocar cualquier instrumento musical, y, cuando se ponía a cantar, los claros registros de su voz eran auténtica música. Es seguro que Anfión, el rey de Tebas, que construyó las murallas de aquella ciudad en medio de cánticos, nunca cantó ni la mitad de bien que él. Además era el hombre más apuesto de la Tierra.

Pero, ¿para qué describir sus rasgos? Simplemente no había hombre viviente con mejor porte y aspecto. Y , por si fuera poco, estaba dotado de nobleza, honor y excelencia a más no poder.

Febo, este joven sin igual en generosidad y en capacidad caballeresca, solía llevar un arco en la mano, tanto por deporte como por símbolo de su victoria sobre Pitón. O, al menos, así lo refiere la Historia.

Ahora bien, Febo tenía en su casa un cuervo enjaulado que hacía mucho tiempo llevaba educando y al que había enseñado a hablar, de la misma forma que se enseña a los arrendajos. Este cuervo era blanco como un cisne albino y sabía imitar la voz de cualquier persona que estuviera contando un cuento. Además, no había ruiseñor en todo el mundo que cantase ni la millonésima parte bien y con semejante alegría.

Febo tenía también en la casa a una esposa a la que amaba más que a su propia vida. Procuraba complacerla y honrarla noche y día, salvo en una cosa. A decir verdad, él era celoso y demasiado propenso a no perderla de vista, pues le daba mucha rabia que pudiesen tomarle el pelo –como le sucede a todo el mundo en su mismo caso- aunque, ¿de qué sirve todo eso? Nunca puede hacerse nada para remediarlo. Una buena esposa –que sea pura de palabra y obra- no debería estar nunca bajo vigilancia; igualmente cierto, trabajo en vano es montar guardia para vigilar a una prostituta; simplemente, no sirve para nada. Creo que perder tiempo del trabajo para vigilar a la propia esposa resulta una completa estupidez. Los viejos estudiosos lo llevan dicho frecuentemente en sus libros.

Pero volvamos al tema. Este excelente Febo hacía todo lo posible para hacerla feliz, suponiendo que su agradable modo de ser, su hombría y su conducta serían suficiente garantía para que nadie le desbancase a los ojos de ella. Pero sabe Dios que hay una cosa que nadie puede conseguir: alterar un instinto que haya sido implantado por la naturaleza en una criatura.

Coged cualquier pájaro: colocadlo en una jaula, mantenedlo lo más limpio posible y poned todo el corazón y el cerebro en alimentarlo con las más deliciosas e imaginables comidas y bebidas. Con todo, el pájaro, aunque lo tengáis en la más alegre de las jaulas doradas, preferirá mil veces volar hacía el frío y cruel bosque y comer gusanos y otras porquerías por el estilo; nunca cesará en su intento de escapar de su jaula: siempre estará ansiando su libertad.

Tomad un gato: alimentadlo bien con leche y carne tierna, y dadle cama de seda, pero en cuanto vea un ratón corriendo por el suelo junto a la pared, abandonará la leche, la carne y lo demás, todos los lujos de aquella casa: tal es el apetito que siente por los ratones. Como veis, el instinto siempre vence y el apetito hace que la prudencia desaparezca.

Una loba tiene también un vil modo de ser: cuando está en celo elegirá al lobo más fiero y de peor fama que encuentre.

Pero todos los ejemplos que he facilitado se refieren a los hombres que son infieles, de ningún modo a las mujeres, pues los hombres jamás carecen de un apetito lascivo de gozar con criaturas inferiores antes que con sus esposas, por bonitas, fieles y dulces que éstas sean. Tan codiciosa de novedad es esta maldita carne nuestra, que no disfrutamos durante mucho tiempo de cualquier cosa que represente virtud.

A pesar de todos los grandes méritos de Febo, éste, que no sospechaba nada, fue engañado. Ella llevaba otro hombre a remolque, un hombre de poca importancia, que, en comparación, no valía nada. ¡Tanto peor! Esto sucede con frecuencia, y acaba con mucho trastorno y aflicción.

Así, pues, ocurría que, en cuanto Febo se ausentaba, su mujer enviaba en seguida a buscar al hombre del que estaba encaprichada. ¿Hombre de capricho? Es un modo bastante rudo de decirlo, pero os pido perdón.

Dijo el sabio Platón, como podréis leer en sus obras, que es indispensable que la palabra corresponda a la acción. Es decir, si uno tiene que expresar algo adecuadamente, la palabra debe acompañar a la acción. Yo soy un hombre sin pelos en la lengua, y lo que digo es. Entre una dama de alto copete que es infiel con su cuerpo y una mujer vulgar –dado que ambas se portan mal- no hay más diferencia que ésa: la dama, al ser de rango más elevado, se dirá de ella que es una “amiga”, mientras que la otra, al ser una mujer pobre, será llamada “amante” o “querida”. Dios sabe, mi querido amigo, que tan baja está una como la otra.

De modo parecido afirmo que no existe diferencia entre un tirano usurpador y un forajido o salteador de caminos. Esta definición se aplicó Alejandro Magno, porque siendo un tirano y teniendo un ejército –y, por consiguiente, mayor poder para hacer masacres y mandar quemar hasta los cimientos, casas y hogares y dejarlo todo arrasado-, se le llama general, mientras que a un forajido, como son pocos los que le siguen y no puede causar mucho daño o acarrear la misma ruina a todo un país, se le llama ladrón de caminos o bandolero.

Como no tengo cultura libresca, no puedo citar a un enjambre de autoridades, pero proseguiré contando el cuento que empecé.

La esposa de Febo mandó buscar a su amante y ambos satisficieron inmediatamente sus fugaces apetitos carnales. El cuervo blanco que estaba allí colgado dentro de su jaula les vio en plena faena, pero no dijo palabra, pero cuando el dueño de la casa regresó a su hogar, el cuervo cantó:

-¡Cor-nu-do! ¡Cor-nu-do! ¡Cor-nu-do!

-¿Qué cantas pájaro? – Exclamó Febo- ¿Qué clase de canción es ésta? Solías cantar muy bien y con sones tan alegres que mi corazón se complacía en escucharte, pero ¿cuál es el significado de esta canción? ¡Vamos, di!

-Por Dios que resulta muy adecuada –contestó el cuervo-. Febo, a pesar de toda su belleza, valía y crianza, de toda tu música, canciones y vigilancia, te la ha pegado con una sin importancia- a tu lado, no vale ni lo que un renacuajo-, como que vivo y respiro. Pues le he visto joder a tu esposa en tu propia cama.

¿Qué más queréis? Sin hacer remilgos, el cuervo le contó entonces la gran deshonra y desaire que su mujer le había ocasionado por su lascivia, dándole buena prueba de ello y repitiéndole lo que había visto con sus propios ojos. Febo se volvió; tuvo la sensación de que su desgraciado corazón iba a partírsele en dos. Luego tensó el arco, introdujo una flecha en él y, furioso, mató a su mujer.

Así es como terminó.

¿Qué más puedo añadir? En pleno remordimiento rompió sus instrumentos musicales: arpa, laúd, guitarra y salterio; luego quebró su arco y las flechas y dijo al pájaro:

-¡Traidor! Tu lengua de escorpión me ha traído la ruina. ¿Por qué nací? ¿Por qué no estoy muerto? ¡Oh querida esposa! ¡Oh joya de goce, que me eras tan constante y fiel! Ahora yaces muerta y tu rostro está pálido y macilento, siendo, como eres, totalmente inocente. ¡Sí, lo juro! Una mano temeraria e imprudente te ha causado un daño muy vil. ¡Oh mente ofuscada! ¡Oh rabia insensata que, sin pensar, sacrificas al inocente! ¡Oh desconfianza, llena de sospechas infundadas! ¿Dónde está tu sabiduría? ¿Dónde tu ingenio? ¡Oh, haz que los hombres desconfíen de la precipitación! ¡No creáis nada sin tener pruebas absolutas! ¡No levantéis la mano demasiado pronto, antes de saber lo que hacéis! ¡Sopesad las cosas calmosa y cuidadosamente antes de desatar vuestra ira por la mera sospecha! ¡Ay! Millares han perecido y han sido convertidos en polvo por la insensata ira. ¡Ay de mí! Me moriré de pena.

En cuanto al cuervo, le dijo:

-¡Traidor! ¡Villano! Pronto te haré pagar por tu falsa historia. Una vez cantaste como un ruiseñor; ahora, falaz ladrón, te quedarás sin tu canción y sin ninguna de esas plumas blancas, y jamás podrás hablar más mientras vivas. Éste es el castigo de un traidor: tú y tus hijos serán negros para siempre y nunca produciréis sonidos dulces, sino que graznaréis antes de que llegue la tempestad y la lluvia, como señal de que mi esposa fue muerta por culpa tuya.

Y al instante se precipitó sobre el cuervo y le arrancó todo su blanco plumaje. Entonces lo hizo negro, le despojó de su facultad de cantar y hablar y lo puso en puerta, mandándole al diablo, a quien se lo recomendó. Por dicha razón, hoy en día, todos los cuervos son negros.

Os ruego, caballeros, que toméis nota de la parábola y os fijéis en lo que digo. Nunca jamás en la vida digáis a un hombre que otro ha dado placer a su esposa, pues vendrá a odiaros a muerte. Los estudiosos cultos dicen que el gran Salomón nos enseña a tener cuidado con nuestra lengua. Pero, como he dicho, carezco de cultura libresca.

Empero, esto es lo que mi madre me enseñó:

“Hijo mío, por amor de Dios, acuérdate del cuervo. Vigila tu lengua y conserva a tus amigos, hijo mío, contra un diablo podemos protegernos mediante la señal de la cruz. Hijo mío, Dios puso murallas a la lengua, situándola entre los labios y los dientes para que un hombre pueda pensar antes de hablar. Las personas cultas nos han enseñado, hijo mío, con qué frecuencia muchas han perecido por hablar demasiado; pues, a grandes rasgos, nadie sufre daños por hablar demasiado poco o con deliberación. Hijo mío, contén tu lengua en todo momento, excepto cuando trates de hablar con Dios en el culto y en la oración. La primera virtud, si es que quieres aprenderla, hijo mío, es la de dominar tu lengua y mantener una gran vigilancia sobre ella. Esto es lo que aprenden los niños. Hijo mío, mucho daño surge de la locuacidad mal aconsejada, en donde una palabra o dos hubieran bastado. Esto es lo que me dijeron y enseñaron. ¿Sabes cómo funciona una lengua temeraria? Del mismo modo que una espada divide un brazo por la mitad, de igual modo una lengua destruye una amistad. Un charlatán resulta abominable a Dios. Lee el sabio y honorable Salomón, lee los salmos de David, lee a Séneca. Nunca hables, hijo mío, cuando puedas pasar asintiendo con la cabeza. Simula que eres sordo si oyes a un charlatán que habla de un asunto peligroso.

Los flamencos dicen (y te puede resultar útil) que “cuanto menos se habla, más fácil es de arreglar”. Hijo mío, si no has hablado mal, no debes nunca temer una traición. Y te digo esto: el que habla mal no puede nunca recobrar sus palabras. Lo que está dicho, dicho está, y la palabra, le guste o no –aunque se arrepienta de ello-, sigue rodando. El que dice algo de lo que se pueda arrepentir está en poder del otro. Hijo mío, ten cuidado. No seas jamás fuente de cotilleo, sea falso o cierto, sino que estés donde estés, tanto entre los poderosos como entre los humildes, vigila tu lengua y acuérdate del cuervo”. (1991: 532-537).

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee por lo menos tres cuentos del volumen de Chaucer señalado a pie de página. Redacta un resumen de cada uno de ellos.

2. Señala cuáles son las ideas principales expresadas en el cuento del Intendente.

3. Redacta sobre el tema: “El amor y los celos en mi vida y en la existencia de los otros”.

LO QUE HAS APRENDIDO

Contesta a las siguientes preguntas y cuestiones:

1. En el marco de la narrativa, ¿a qué denominamos “Cantar de gesta? ¿Cuáles son sus características?

2. ¿Quiénes y qué son los juglares?

3. ¿Cuáles son las diferencias y semejanzas fundamentales entre juglares y trovadores?

4. Menciona por lo menos cinco características de Roldán como personaje y coméntalas.

5. ¿Cuáles son los temas de los tres cantares del Poema de Mío Cid?

6. ¿Qué hace Rodrigo Díaz al despedirse de su mujer e hijas?

7. ¿Cómo y dónde se inicia el drama en la edad media?

8. ¿A qué se denomina “auto sacramental?

9. ¿Qué entiendes por humanismo italiano?

10. ¿Cuáles son las principales obras de Dante Alighieri y cuál es el tema de cada una de ellas?

11. ¿Cómo se llamaba la amada de Petrarca a quien le dedicó gran parte de sus poemas?

12. Menciona y comenta tres características de la prosa de Boccaccio y Chaucer.

 

 

Bibliografía

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[1] Por ejemplo, Franz Kafka escribió a su padre varias cartas que nunca pensó enviar (era sólo un medio para expresar sus pensamientos y emociones) y que, incluso, pidió a un amigo que las destruyera al morir el escritor. Afortunadamente, ese amigo no cumplió con la petición de Kafka y hoy contamos con esas epístolas reunidas en Carta al padre.

[2] Cfr. María Moliner. Diccionario de uso del español, tomo I, 2ª ed., Madrid, Gredos, 2002, p.1301.

[3] Consulta este diccionario en la biblioteca de la Facultad y señala la página en donde aparecen los conceptos que debes investigar.

[4] Ello alude a la caracterización de la región: islotes en medio de pantanos, cubiertos de cañaverales.

[5] Manú es considerado “el primer hombre, el antepasado por excelencia de la Humanidad”, fundador de una estirpe y con un papel similar al de Noé (Félix Guirand. Op. cit., p. 477; aclaración nuestra).

[6] Valmiki. El Ramayana, s/t, México, Prisma, 1999, pp. 9-10.

[7] José María González-Serna Sánchez. “Literatura china antigua”, en Aula de letras [en  línea] <http://www.auladeletras.net/> [Consultado el 17 de diciembre de 2005].

[8] “Cuentos de la dinastía Tang”, en Bibliotecas virtuales.com [en línea], CIVILA.com/Educar.org, 1996-2005 <hptt://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/LiteraturaAsiatica/cuentosdedinastiatang.asp> [Consultada el 29 de diciembre de 2005]

[9] Si bien la estructura tradicional del poema es el verso, por las barreras que imponen las traducciones, se transcriben aquí a modo de prosa; hemos tomado estos ejemplos de “Poesías”, en Bibliotecas virtuales.com [en línea], CIVILA.com/Educar.org, 1996-2005 <hptt://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/LiteraturaAsiatica/poesías.asp> [Consultada el 29 de diciembre de 2005]

[10] Durante la dinastía Tang, los esclavos traídos de los Mares del Sur eran comúnmente llamados esclavos Kuenluen.

[11] “Cuentos de la dinastía Tang”, en Bibliotecas virtuales.com [en línea], CIVILA.com/Educar.org, 1996-2005 <hptt://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/LiteraturaAsiatica/cuentosdedinastiatang.asp> [Consultada el 29 de diciembre de 2005]

[12] “Un filósofo chino”, en El faro de Alejandría [en línea], México, ILCE <http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/act_permanentes/faro/sobre_heroes_tumbas/sesion11.htm> [Consultado el 14 de diciembre de 2005].

[13] Utilizamos este término con el sentido de mesura y según lo enfoca Werner Jaeger en Paideia: los ideales de la cultura griega, trad. Joaquín Xirau y Wenceslao Roces, México, Fondo de Cultura Económica, 1957, pp. 59, 165, 239.

[14]Maurice Croisset. Información general de la literatura griega, Montevideo, La casa del estudiante, 1970, p.3.

[15] Las fechas que proporcionaremos en el marco de una tradición tan antigua como la aquí estudiada tendrán siempre un carácter relativo.

[16] Por intertextualidad entendemos el fenómeno que consiste en reiterar de alguna manera los contenidos y temas de una literatura anterior; estaríamos hablando así de la necesaria necesidad imitativa que toda literatura debe poseer.

[17] Albin Lesky. Historia de la literatura griega, versión de José María Díaz Regañón y Beatriz Romero, Madrid, Gredos, 1989, pp. 114-130.

[18] Ibidem, p. 852

[19] Crítico francés de finales del siglo XIX y principios del XX. Enfocó ampliamente los temas medievales.

[20] Flavio TeodosioTeodosio I o también en el seno católico como Teodosio el Grande (Coca o Itálica11 de enero de 347 - Milán17 de enero de 395), fue un emperador de los romanos desde agosto de 378, como Dominus Noster Flavius Theodosius Augustus, hasta su muerte, deificado como Divus Theodosius. Promovido a la dignidad imperial tras el desastre de Adrianópolis, primero compartió el poder con Graciano y Valentiniano II. El 15 de mayo de 392, Teodosio reunió las porciones oriental y occidental del Imperio, siendo el último emperador en gobernar todo el mundo romano. Después de su muerte, las dos partes del Imperio se separaron definitivamente.

Con respecto a su política religiosa, continuó con la intolerable persecución a los paganos y tomó la trascendental decisión de hacer del cristianismo niceno o catolicismo la religión oficial del Imperio mediante el Edicto de Tesalónica de 380. (De Wikipedia).

 

[21] Crítico francés quien en Historia de la literatura clásica francesa desarrolla este concepto.

[22] Dulce estilo nuevo

[23] Por escatología entendemos en este caso los estudios y las consideraciones referentes al más allá.

[24] Dante denominó “Comedia” a su obra cumbre, porque por tal género se alude a la representación teatral en la que domina la pintura de costumbres o la sátira social, y que suele terminar felizmente. Es indudable que el poeta ha planteado en el desarrollo de su obra una auténtica “pintura de costumbres”, además de concluir dichosamente en el Paraíso. Otro factor que no podemos descuidar tiene que ver con el hecho de que la comedia es un género menor en comparación con la tragedia y Dante quiso expresar con ello una actitud modesta al restarle la trascendencia que su epopeya alcanzaría a través de los tiempos. Además,  en contraposición con lo anteriormente señalado, si nos detenemos solamente en el análisis del Infierno encontraremos allí una auténtica “tragedia”.

[25] Cábala: cálculo supersticioso para adivinar una cosa.

[26]Cfr.http://www.servisur.com/cultural/dante/comediainf/dci0102.htm

[27] “Sin la cual no es posible que se cumpla algo”.

[28] “Adelántense los estandartes del rey de los infiernos”.

[29] Este soneto está dedicado al día en que conoció a Laura —un viernes santo—. Precisamente por esto último dice que “era el día en que el sol  más se enturbiaron los rayos por piedad del autor de ellos”, es decir, el día en que murió Cristo, día en que predominó la tristeza.

[30] “Vellos” por “verlos”

[31] Ahora

[32] Casi

[33] Boccaccio. El decamerón, S/trad.,  Buenos Aires, El ateneo, 1960pp. 150-157.

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