miércoles, 11 de septiembre de 2024

LA POESÍA LÍRICA GRIEGA

 

Poesía lírica griega.

El primer poeta en orden de tiempo que incluye esta antología es Calino. Quien, según datos desprendidos de sus versos, vivía durante los primeros años del siglo VII

a.C.. El último es Píndaro. Se podría afirmar que Píndaro nació en el 518 a.C.  y alcanzó la edad de 80 años. La antología abarca, pues, un período de aproximadamente dos siglos, aquellos donde florecieron la poesía, elegíaca la yámbica y la mélica o cantada. El paso de la poesía épica a la lírica obedece a causas de índole diversa. Por una parte, el proceso de maduración del espíritu griego solicitaba una forma de arte nueva en la cual pudieran tener expresión experiencias inmediatas y personales, sentimientos, vivencias individuales de interés.

La epopeya con su narración de grandes hechos míticos, con sus imágenes de dioses y de héroes casi divinos, correspondientes a un tiempo ya sin relación directa con los hombres y los ámbitos históricos entonces actuales, no era suficiente para satisfacer las necesidades artísticas.

Hay también que tomar en cuenta que la poesía lírica griega, expresión espiritual compleja y perfecta de aquellos hombres, reunía en sí al lado de la expresión verbal, la de la música e incluso la de la danza. Esta antología ha de comprender la elegía, el yambo y la poesía cantada o mélica. Se considera que la elegía es, no solamente en el aspecto formal, el puente por donde la poesía pasa de la épica a la lírica.

En su origen, la palabra elegía hizo referencia no a determinados asuntos o estados de ánimo, sino simplemente a una forma estrófica conocida. En ella cupieron temas variadísimos, ya fueran políticos o bélicos, sentimentales, morales, alegres o tristes. Fue más tarde que estos últimos vinieron a tenerse por características suyas. La elegía se cantaba lo mismo en reuniones populares públicas que en fiestas o banquetes privados. Su declamación se acompañaba por el compás prestado por algunas notas de flauta, creando una cadencia breve y reiterada.

Calino, Tirteo, Mimnermo, Solón, Jenófanes, Focílides son los poetas elegíacos de cuyas obras esta antología contiene una selección.

Por la misma época donde se hizo la elegía, tuvo el yambo su nacimiento. Su índole fue diferente de la elegía. Características propias, suya fue la de ser un arte ágil y combativo, fruto en muchas ocasiones del resentimiento o la cólera, señalador de vicios despiadado, amargo y violento. Aquí se incluyen entre sus representantes a Arquíloco, quien es considerado su inventor. Finalmente, la poesía mélica se define por haber sido cantada y muchas veces danzada. Por tanto, el acompañamiento de la música le era elemento esencial. En ella, pues, tres manifestaciones estéticas: palabra, canto y danza encontraban una síntesis luminosa.

Como líricos quedan en esta antología Safo, Alceo, Anacreonte, Estesícoro, Simón, Baquílides y Píndaro. De todos estos poetas, lo mismo que de los elegíacos y los yámbicos, se darán algunos datos informativos en el lugar que precede a los versos suyos seleccionados para este libro.

Con todo eso tales fragmentos componen una fuente deslumbrante de placer y de conocimiento, de conciencia, de dignidad, de estímulos al orgullo humano. Sus temas fundamentales son la ciudad, el combate, el amor, la embriaguez y el canto, los cuales son poderosos para llegar a explicar el viento de juventud que la recorre y anima. El poeta como hombre se cumple básicamente por ser parte de la ciudad. Y la ciudad es el sitio y raíz de la solidaridad. La ciudad es ámbito del amor sensual y de la fraternal comunicación. El hombre, a fin de protegerla y conservarla y engrandecerla, admite con placer y ufanía su llamado al combate y en este encuentro la consumación del honor de su propio Areté. Se le otorgan el oficio y la conquistada gloria del guerrero dentro de la ciudad así preservada el poeta pretende las alegrías del amor, disfruta del vino y la poesía como bienes comunitarios.

 

CALINO

Entre los más antiguos poetas elegíacos. Se encuentra Calino quién es el primero y de quién  sobrevive alguna parte de la obra. Un fragmento suyo se conserva y está escrito en un dialecto parecido al de los pasajes jónicos de Homero. De este texto se desprende que él vivió en los primeros años del siglo séptimo a. C. Durante el período en que los cimerios y los treros combatían al mundo griego.

PÍNDARO

Se considera a Píndaro el príncipe de la lírica griega. De innumerable variedad, sus temas abarcan el mito, la filosofía, la moral. Su espíritu profundamente religioso, respeta y venera las tradiciones, las costumbres, la fe de los antiguos, siempre noble y profundo, colma su poesía de anhelos, de gloria y de virtud. Con él se cierra el ciclo de la lírica griega.

Para el tiempo de su muerte, ocurrida a los 80 años y  en el gimnasio de Argos. La poesía dramática conquistaba en Atenas sus resplandores iniciales. Aparte del buen número de fragmentos de Píndaro, se conservan 44 Odas. 14 Olímpicas, 17 Píticas, 11 Nemeas y 7 Islámicas, llamadas así por el nombre de los sitios donde acontecían los certámenes en ellas celebrados.

La presente. Antología. Aparte de los poetas mencionados Calino y Píndaro, que están ubicados en los 2 extremos aludidos, podemos agregar poesías o fragmentos de poemas de Solón. De Arquíloco, de Safo, a quien nos referiremos en esta clase. También Alceo Anacreonte. Estesícoro y Baquílides, entre otros.

 

 

 

 

Rubén Bonifaz Nuño (1988). Antología de la poesía lírica griega, México, UNAM.

 

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