sábado, 24 de febrero de 2024

 

Capítulo IV

Edad media

Introducción y caracteres generales de la edad media.

RECUERDA LO QUE SABES

1.           ¿Qué entiendes por edad media considerada como período histórico?

2.           En la última parte del capítulo anterior estudiamos “Grecia y Roma”. ¿Existe alguna conexión entre la edad media y Grecia—Roma?

3.           ¿Cuándo llegó a su fin la civilización romana clásica y qué hecho histórico destaca?

4.           Como consecuencia de lo anterior, ¿cuándo inicia la edad media?

5.           Puedes explicar a grandes rasgos el papel múltiple que cumple la Iglesia en la edad media.

6.           ¿Qué entiendes por feudalismo?

Características históricas y culturales

La edad media es una época de la historia de la humanidad, que comprende aproximadamente diez siglos, del V al XV. Como hecho inicial consideramos la división del Imperio Romano, por Teodosio en el 395 o la caída de Roma en poder de los bárbaros, en el 476.

A partir de ese momento, el Imperio de Oriente, con su capital Bizancio, realiza un determinado tipo de cultura fuertemente influida por la helénica.

Por el contrario, en el Imperio de Occidente, se produjeron grandes transformaciones durante el medievo.

Con la caída de Bizancio o Constantinopla en poder de los turcos en el 1453, termina la edad media y comienza el renacimiento.

La edad media fue considerada erróneamente durante muchos años como una época de barbarie, de ignorancia, de oscurantismo, de retroceso. Comprobaremos en el desarrollo del tema que tal circunstancia resulta equivocada, sobre todo si tenemos en cuenta los avances tecnológicos de este momento histórico y los logros artísticos alcanzados.

Caracteres literarios

La literatura medieval se caracteriza por la espontaneidad, la tendencia moralizadora y satírica, la lentitud de su proceso de transformación, la relativa uniformidad y la impersonalidad.

Espontaneidad. La literatura medieval se ha formado relativamente independiente de los modelos clásicos greco-latinos. Es una poesía espontánea, en contacto directo con la vida. No es una poesía erudita, sino que, por el contrario, es el reflejo fiel y directo de las manifestaciones de la existencia medieval. A medida que avanza el proceso de esta literatura se notará la influencia del modelo grecorromano, pero en sus inicios no resulta tan destacado.

Se ha afirmado que no existe el arte literario medieval. Tal afirmación es falsa. Lo que no existe en la edad media es el propósito definido de realizar una obra artística. Lo que ocurre es que la belleza en la literatura medieval se ha logrado espontáneamente sin sujetarse a una determinada técnica artística. Sin embargo, no debe exagerarse el apartamiento de la tradición clásica.

  Tendencia moralizadora y satírica. Como consecuencia de su carácter religioso, la literatura medieval persigue, en muchas de sus obras, un fin didáctico y moralizador: desterrar los vicios y hacer triunfar la virtud.

Muchas veces el propósito moral se expresa en forma alegórica. Otras veces, en forma satírica; mediante la ironía y la sátira puede alcanzarse un fin didáctico o moralizador, al realizar una crítica de las costumbres.

Después de las Cruzadas (siglo XII) se produce la aparición de las ciudades y de la burguesía.

  Lentitud del proceso de transformación. A diferencia del impulso renovador del renacimiento y de la celeridad con que se suceden las tendencias literarias contemporáneas, la edad media se caracteriza por la lentitud de su proceso de transformación. Existe una relativa inmovilidad o fijeza de los géneros literarios, pero no debe exagerarse ese carácter. La edad media es una época fecunda que contiene y desarrolla el germen del renacimiento.

  Uniformidad. Afirma Brunetière[1] que existe una asombrosa similitud entre las producciones literarias medievales de los diversos países europeos y comenta que nada hay tan semejante como un cantar de gesta a otro cantar de gesta, una novela de la Tabla Redonda, a otra novela de la Tabla Redonda, un cuento a otro cuento, un misterio a otro misterio; y dos gotas de agua no son entre sí más semejantes.

  Impersonalidad. También sostiene Brunetière que la literatura de la edad media está desprovista, al mismo tiempo, de significación local (uniformidad) y de significación individual, y expresa que en ninguna época el escritor ha puesto menos de su persona en su obra; todos los cantares de gesta podrían pertenecer al mismo poeta; y eso se explica porque el hombre de la Edad media no tiene otros pensamientos ni otros sentimientos que los de la colectividad.

Los juglares y los cantares de gesta

Los juglares son personajes destacados en el proceso medieval; su contextualización no es tan sencilla, pero recurriremos a las aportaciones del crítico español Ramón Menéndez Pidal con el objeto de dar mayor fundamento a estas acotaciones.

Dice el citado autor: “Juglares eran todos los que se ganaban la vida actuando ante un público, para recrearle con la música, o con la literatura, o con charlatanería, o con juegos de mano, de acrobatismo, de mímica, etc.” (1949:12)

En verdad, estas características dependen del momento en la vida del juglar de que se trate, acorde con lo que explicaremos infra.

Los juglares más conocidos son aquellos que se dedicaban a la poesía épica y que crearon los cantares de gesta; los otros se ejercitaban en la lírica, en la sátira y en otros géneros no narrativos. El juglar lírico paulatinamente se transformará en trovador, aunque auspicia un desarrollo propio en el campo de este género, motivo por el cual lo mencionamos específicamente.

Etimología del nombre “juglar”

Esta palabra parece derivar de dos raíces latinas diferentes: jugar (1983: 247) y yugo (1983: 616), con lo cual se haría referencia a dos aspectos que simultáneamente operaban en el oficio de estos creadores: 1. Como la poesía épica no era considerada un arte serio se hacía alusión a que el juglar en realidad se entregaba al “juego de la poesía”, a lo lúdico de ésta, resaltando así el carácter poco formal de la profesión. 2. A su vez, estaba sometido al “yugo” de la creación, del cual no podía librarse aunque quisiera.

Etapas en la vida de un juglar

1.     El juglar en el castillo. Inicio.

En los tiempos más remotos de la edad media y ubicados en una etapa difícil de fundamentar se hallan los primeros juglares que recorrían los caminos europeos llevando su mensaje de poesía. Estos inicios representan un momento heroico para el juglar, porque debían enfrentar la ignorancia y el rechazo. El símbolo feudal por excelencia era el castillo en donde el Señor feudal resguardaba y maltrataba a sus vasallos. A estas construcciones llegaban los viejos creadores con el deseo de divulgar sus poemas, aunque no fueran escuchados y respetados como se debía haber hecho

2.     El juglar en la ciudad.  Apogeo.

Paulatinamente el viejo castillo irá siendo desplazado por las primeras ciudades, en donde los nuevos burgueses                            antiguos vasallos— recibirán con mayor respecto y veneración a los juglares; éstos vivirán así su etapa de apogeo y conocerán de qué manera el oficio de poetas y cantores los llega a dignificar. Representaban ahora para personas respetuosas de la condición poética que ostentaban.

3.     El juglar saltimbanqui o bufón. Decadencia.

Pero llega la decadencia cuando ya el juglar ha sido paulatinamente desplazado del castillo y de la ciudad. El único refugio que le queda es la plaza pública, en donde sus escuchas ya no parecen estar interesados por la vieja y sabia poesía. El juglar deberá conformarse con un oficio bufonesco valorado por aquellos que sólo habían venido a divertirse. Progresivamente su misión poética pasa a un segundo plano y no les quedará otra opción que vender sus cantares por un plato de sopa o de alimentos. Los monjes de la época serán los atentos copistas de estos poemas que los juglares pacientemente les dictarán. (Cfr. 1983).

Actividades

1. Investiga en Internet en torno al término “juglar”. Rescata por lo menos cinco características de este personaje. Cópialas en tu cuaderno y coméntalas con tus compañeros.

2. El juglar se dedicaba a la poesía por vocación, por inclinación personal, por gusto.

Redacta sobre el tema: “La vocación en mi existencia, mis búsquedas, mi forma de vivir alegre y plena.”

Los cantares de Gesta y sus vertientes (1996: 29-37).

La épica medieval puede dividirse para su estudio en tres grandes vertientes que ubican las principales obras que la representan, así como también las zonas geográficas de desarrollo.

1. La épica románica.

En este marco, se llaman cantares de gesta a estos relatos épicos compuestos en un dialecto del francés medieval que se denominaba “anglo-normando”.

El encargado de la transmisión de estos poemas era un cantor o juglar, quien se desempeñaba como profesional de la recitación y, en algunos casos, como autor del texto. Existe hoy una enorme dificultad para determinar autorías, porque los poemas eran prácticamente anónimos.

El Cantar de Roldán pertenece a este ciclo. El núcleo de este poema está dado por un acontecimiento histórico y los personajes pueden corresponder tanto a la historia como a la ficción, aunque desde el momento que un protagonista se incorpora a la literatura, pierde sus rasgos reales y se vuelve ficción.

En los siglos XII y XIII se crea el mayor número de cantares de gesta franceses. Éstos fueron dirigidos fundamentalmente a la clase feudal y a la jerarquía nobiliaria, aunque no puede excluirse un auditorio popular, no culto.

Destacan en estos poemas la homogeneidad de estilo ya mencionada supra. El relato transcurre por medio de una sucesión de episodios que aparecen ordenados linealmente mediante tiradas de versos. Éstos son preponderantemente decasílabos y tienen todos la misma asonancia o identidad de la vocal de la última sílaba acentuada de cada verso.

2. La épica castellana.

De esta rica tradición se han conservado tan sólo el Cantar de Mío Cid, Las mocedades de Rodrigo y algunos breves fragmentos. Por otros textos —fundamentalmente el Romancero— nos hemos enterado de la existencia de poemas tales como aquellos que tenían como tema a los siete infantes de Lara y al Rey Rodrigo, el último monarca godo de España.

En lo que tiene que ver con el Poema de Mío Cid éste constituye la gesta gloriosa de Castilla. Rodrigo Díaz de Vivar es el héroe que después de haber sido desterrado por el rey Alfonso reconquista numerosos territorios de manos de los árabes.

El Cantar de Mío Cid se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, en un único manuscrito del siglo XIV, transcrito por un monje de nombre Per Abbat.

3. La épica germánica.

Se diferencia de la epopeya románica en que está escrita en estrofas regulares de cuatro versos largos que riman de dos en dos. En lo que refiere a los temas de estas epopeyas abundan los elementos sobrenaturales, fantásticos y mágicos y una enorme tensión dramática y trágica.

El Cantar de los Nibelungos compuesto a principios del siglo XIII por un anónimo caballero austríaco consta de 1500 versos distribuidos en 39 cantos.

El Cantar recoge dos ciclos de leyendas orales que el narrador organiza en torno a la venganza de Krimilda, hermana de Gunter, rey de los burgundios.

Otros ejemplos de poemas épicos germánicos son: El Cantar de Gudrún y la Leyenda de Dietrich. Este último, es el rey ostrogodo Teodorico el Grande, quien originó en torno a su figura un ciclo numeroso de poemas.

Fragmentos representativos de Cantares de Gesta

Veamos a continuación un pasaje de un cantar de gesta francés.

La canción de Roldán

I

EL REY CARLOS, nuestro emperador, el Grande, siete años enteros permaneció en España: hasta el mar conquistó la altiva tierra. Ni un solo castillo le resiste ya, ni queda por forzar muralla, ni ciudad, salvo Zaragoza, que está en una montaña. La tiene el rey Marsil, que a Dios no quiere. Sirve a Mahoma y le reza a Apolo. No podrá remediarlo: lo alcanzará el infortunio.

II

EL REY MARSIL se encuentra en Zaragoza. Se ha ido hacia un vergel, bajo la sombra. En una terraza de mármoles azules se reclina; son más de veinte mil en torno a él. Llama a sus condes y a sus duques:

-Oíd, señores, qué azote nos abruma. El emperador Carlos, de Francia, la dulce, a nuestro país viene, a confundirnos. No tengo ejército que pueda darle batalla; para vencer a su gente, no es de talla la mía. Aconsejadme, pues, hombres juiciosos, ¡guardadme de la muerte y la deshonra!

III

ENTRE los fieles, Blancandrín es juicioso: por su valor, buen caballero; por su nobleza, buen consejero de su señor. Le dice al rey:

-¡Nada temáis! Enviad a Carlos, orgulloso y altivo, palabras de servicio fiel y de gran amistad. Le daréis osos y leones y perros, setecientos camellos y mil azores mudados, cuatrocientas mulas, cargadas de oro y plata y cincuenta carros, con los que podrá formar un cortejo: con largueza pagará así a sus mercenarios. Mandadle decir que combatió bastante en esta tierra; que a Aquisgrán, en Francia, debería volverse, que allí lo seguiréis, en la fiesta de San Miguel, que recibiréis la ley de los cristianos; que os convertiréis en su vasallo, para honra y para bien. ¿Quiere rehenes?, pues bien, mandémosle diez o veinte, para darle confianza. Enviemos a los hijos de nuestras esposas: así perezca, yo le entregaré el mío. Más vale que caigan sus cabezas y no perdamos nosotros la libertad y señorío hasta vernos reducidos a mendigar. (1962: 11-12).

Comentario

El poema comienza con las palabras del narrador que presenta al rey Carlos y sus acciones heroicas en contra de los árabes que ocupaban España. El movimiento bélico del famoso Carlomagno ha sido devastador para los infieles, quienes conservan solamente la ciudad de Zaragoza en donde se halla el rey Marsil con sus guerreros.

La participación del citado narrador es particularmente subjetiva, porque su discurso favorece a los franceses y se manifiesta vehemente y terrible en contra de los musulmanes. De Marsil dice que no quiere a Dios, sirve a Mahoma y reza a Apolo, con lo cual queda expresado un juicio de valor desde un punto de vista unilateral; según esto, sólo el cristianismo es válido y toda otra forma de religión resulta excluida.

Por su parte, el rey moro debe enfrentar la situación difícil que tiene ante sí y para ello pide consejos a sus hombres. La intervención de Blancandrín es significativa, porque mediante ella se abren las puertas a los motivos principales que han de seguir en la narración: los árabes simularán una rendición, entregarán rehenes y, finalmente, traicionarán a Carlomagno y matarán a Roldán, sobrino y hombre fuerte del rey de Francia.

Actividades.

1. ¿Cuántos personajes participan en este fragmento? Enuméralos y explica sus características.

2. ¿Cuáles son los dos pueblos o razas aquí mencionados?

3. Investiga en Internet quién era Carlomagno y cuáles fueron sus correrías por territorio español persiguiendo moros.

4. Analiza las características del discurso pronunciado por Blancandrín ante su señor y comenta el peso que puede tener la propuesta de entregar rehenes al ejército enemigo.

5. Lectura complementaria. Lee un pasaje de la Canción de Roldán no menor de cinco páginas y redacta un resumen de éste.

Comentario

Consideremos otro pasaje de este mismo poema cuando el ejército de Carlomagno se aleja de España y dejan en la retaguardia un contingente de hombres comandados por Roldán y Oliveros, dos héroes de los doce pares de Francia:

LXVI

ALTOS SON los montes y tenebrosas las quebradas, sombrías las rocas, siniestras las gargantas. Los franceses las cruzan ese mismo día, con grandes fatigas. Desde quince leguas de distancia, se oye el ruido de la marcha de las tropas. Cuando llegan a la Tierra de los Padres y avistan Gascuña, dominio de su señor, hacen memoria de sus feudos, de las jóvenes de su patria y de sus nobles esposas. Ni uno de ellos deja de verter lágrimas de enternecimiento. Más aún que los otros, se siente pleno de angustia Carlos: ha dejado en los puertos de España a su sobrino. Lo invade el pesar y no puede contener el llanto. (1962: 46).

 

 

Comentario

Veamos a continuación a Roldán enfrentado a los árabes que los superan en número. Oliveros le pide que toque el olifante para anunciarle a Carlomagno el peligro que corren y para que éste retorne a brindarles su apoyo. Roldán se niega, porque confía en la fuerza de su brazo; de esta forma, con marcada arrogancia se enfrenta a la muerte e inmola la vida de todos sus hombres.

LXXXIII

DICE Oliveros:

-Muy crecido es el número de los sarracenos y escaso me parece el de nuestros franceses. Rolando, mi compañero, tocad vuestro olifante: Carlos lo escuchará y volverá el ejército.

—Locura fuera-responde Rolando—. Perdería por ello mi renombre en Francia, la dulce. Muy pronto habré de asestar recios golpes con Durandarte. Sangrará su hoja hasta el oro del pomo. Los viles sarracenos vinieron a los puertos para labrar su infortunio. Os lo juro: a todos les espera la muerte. (1962: 56).

Comentario

Después de negarse durante demasiado tiempo, finalmente Roldán accede a tocar el olifante, pero lo hace cuando ya es muy tarde y debe enfrentar los reproches de Oliveros.

CXXIX

ROLANDO dice;

—Tocaré el olifante. Llegará a oídos de Carlos, que está pasando los puertos. Os lo juro, retornarán los francos.

Responde Oliveros:

—¡Fuera para todos vuestros parientes gran deshonor y oprobio y pesara sobre ellos esta afrenta durante toda la vida! Cuando yo os lo aconsejé nada hicisteis. Hacedlo ahora mas no será por indicación mía. ¡No fuera propio de un valiente tocar el cuerno! ¡Ya vuestros dos brazos tenéis cubiertos de sangre!

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee el fragmento que corresponde a la muerte de Roldán.

2. Redacta sobre el tema: La honra de Roldán y su controvertida defensa ante el sacrificio de sus hombres.

3.  Explica las características de Roldán y Oliveros como personajes. Comenta qué tienen en común y qué los diferencia.

Comentario

Hemos leído fragmentos de un poema que pertenece a la épica románica. Veamos en seguida otro Cantar de gesta —el del Cid— que corresponde a la épica castellana. Esta obra está dividido en tres cantares, los cuales tienen como tema: el destierro del Cid, las bodas de sus hijas y la afrenta de Corpes respectivamente. En el cantar primero Rodrigo enfrenta a los moros y recupera su honra; en el segundo, es perdonado por el rey y decide casar a sus hijas; en el tercero, los infantes de Carrión —sus esposos— las castigan y afrentan para vengarse supuestamente del maltrato que el Cid les había dado.

Pasajes representativos del Poema de Mío Cid

2

Agüeros en el camino de Burgos

Ya aguijan, ya sueltan la rienda. A la salida de Vivar vieron la corneja al lado derecho del camino; entrando a Burgos, la vieron por el lado izquierdo. El Cid se encoge de hombros, y sacudiendo la cabeza:

-¡Albricias, Alvar Fánez – exclama- ; nos han desterrado, pero hemos de tornar con honra a Castilla! (1986: 17)

3

El Cid entra en Burgos

Ya entra el Cid Ruy Díaz por Burgos; sesenta pendones le acompañan. Hombres y mujeres salen a verlo; los burgaleses y las burgalesas se asoman a las ventanas; todos afligidos y llorosos. De todas las bocas sale el mismo lamento:

-¡Oh Dios, qué buen vasallo sería si tuviese buen señor! (1986: 17).

Comentario

El problema central de este poema está dado por el tema de la honra. Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador ha sido desterrado por su rey Alfonso. Los motivos del destierro son infundados y el rey comete una injusticia. El Cid no tiene otra opción que abandonar su tierra y familia; los hombres fieles a él lo acompañan sin reservas. Pero el momento más doloroso para el personaje es aquél en donde debe despedirse de su mujer e hijas. El juglar lo narra así:

16

Jimena lamenta el desamparo en que queda la niñez de

Sus hijas.-El Cid espera llegar a casarlas honradamente.

-Escuchadme, oh Cid de la hermosa barba. Henos aquí en vuestra presencia a mí y a vuestras hijas, muy niñas y tiernas; ved allí a las dueñas que me sirven, ya veo que estáis para partir y que hemos de separarnos de vos. Por amor de Santa María, aconsejadnos lo que hemos de hacer.

El de la hermosa barba alargó las manos, cogió a sus hijas en brazos, y las acercó, amoroso, a su corazón. Lágrimas acuden a sus ojos, y al fin dijo así, tras un suspiro:

-Doña Jimena, mi excelente mujer, os quiero tanto como a mi alma. Ya lo veis: hemos de separarnos. Yo tengo que alejarme, y vos vais a quedaros aquí. ¡Oh, plegue a Dios y a Santa María que pueda casar con mis propias manos a éstas mis hijas, y aún me quede vida para gozar de tanta ventura y para serviros a vos, mujer honrada! (1986: 35).

Comentario

El episodio relata el doloroso momento de la separación. La honra del Cid ha sido puesta en controversia y, al alejarse, sólo desea regresar para devolver a su familia el enorme tesoro del honor que les han arrebatado. Brinda en sus palabras y hechos todo su amor a los seres que más adora en este mundo.

Actividades.

1. Lectura complementaria. La clase deberá dividirse en tres equipos para que cada uno de estos equipos lea y resuma un cantar del poema. Posteriormente se intercambiarán los resúmenes para alcanzar así una idea global del contenido de la obra.

2. Comenta por escrito las características sobresalientes de por los menos tres héroes de este Cantar.

3. Redacta sobre el tema: La honra del Cid. Su defensa a través de la lucha y la valentía.

Comentario

El cantar de los nibelungos —como ya lo habíamos explicado— se halla integrado a la épica germánica. Las descripciones y relatos alcanzan en este poema verdaderos logros artísticos insuperables que la tradición literaria ha valorado siempre. Veamos un pasaje:

El cantar de los nibelungos

PRIMERA AVENTURA

LO QUE SOÑABA KRIEMHILDE

Muchas cosas maravillosas narran- las sagas de tiempos antiguos.

De héroes loables – de gran temeridad,

De alegría y de fiestas – de llantos y lamentos,

De la lucha de héroes valientes – ahora encucharéis narrar maravillas.

Creció en Burgundia – una niña tan noble

Que en todos los países – no podría haber alguna más bella.

Kriemhild se llamaba – y se hizo mujer muy hermosa.

Por ella muchos caballeros – perdieron su vida y su cuerpo.

Amar a la muy noble – no traía vergüenza a nadie;

Muchos héroes la pretendieron – nadie la malquería,

Bella sobremanera era – la muchacha noble.

Los modales cortesanos de la doncella – hubieran sido adorno de todas las mujeres.

Tres reyes la cuidaban – nobles y ricos,

Gunther y Gernot, - héroes sin par

Y Geiselher el joven, - un espada escogido;

Ella era su hermana – los príncipes tenían que cuidarla.

Ute se llamó su madre, - reina de gran riqueza

Y Dankrat su padre – quien legó la herencia

A favor de sus hijos, cuando murió – antes fue un hombre fuerte.

Que en su juventud – había ganado muchos honores.

Los señores eran generosos, nacidos de noble estirpe,

Sobremanera temerarios de fuerza – los héroes elegidos.

De los Burgundios tenía – el país su nombre;

Crearon grandes maravillas – aún en el país de Atila.

En Works a la orilla del Rhin – vivían los señores poderosos,

A ellos gustosos servían – muchos caballeros orgullosos,

Con grandes honores – durante toda su vida,

Hasta que murieron lastimosamente – a causa de enemistades entre dos nobles señoras.

[…] Y todavía tenían muchos espadas – a todos no puedo nombrar.

Dankwart era mariscal; - y su sobrino era

Senescal del rey, - de Metz, señor Ortewein.

Sindold era escanciador – un espada perfecto,

Y gentilhombre de cámara, Hunold: - cuidaban los altos honores.

Del honor de la corte, - de su fuerza enorme,

De su dignidad tan alta – y de la caballería

Como los ejercían los señores – con alegría durante toda su vida,

De todo eso realmente – nadie puede daros noticia completa.

En su alma virgen, - Kriemhild soñaba

Que criaba un halcón – fuerte, bello y salvaje;

A éste lo agarraron dos águilas - ¡lo que ella tuvo que ver!

No pudo sufrir dolor – más grande de esta tierra.

Contó el sueño a su madre – la señora Ute,

Que no sabía explicarlo – a la bella, de otro modo que así:

“El halcón que tu criaste, - es un hombre noble;

Que Dios lo guarde, si no, - pronto morirá”

“¿Qué me decís de un hombre – mi queridísima madre?

Quiero quedarme sin amor – de héroe para siempre;

Quiero quedarme tan bella – hasta mi muerte,

Para que nunca gane yo – penas a causa del amor de un hombre.”

“No lo rechaces del todo” – la madre dijo a ella.

Si jamás en la tierra – quieres ser feliz de todo tu corazón,

Esto vendrá del amor de un hombre: - serás una bella esposa,

Si Dios te favorece – con el cuerpo de un buen caballero.

“No habléis así – mi queridísima madre.

La experiencia de muchas mujeres – me ha enseñado

Cómo al fin se paga el amor – con sufrimiento;

Quiero evitar ambos – de este modo seguramente me quedaré en paz.”

Kriemhild en su alma, - quería quedar libre del amor.

De modo que así pasaron – todavía muchos días a la buena niña,

Que no conocía a nadie – que le hubiera gustado como esposo,

Hasta que, finalmente, con honores, - ganó a un héroe valioso.

Y éste era el mismo halcón – que había visto en sus sueños,

Que su madre le había presagiado. – A causa de su muerte temprana.

¡Qué recompensa tan sangrienta dio ella – a sus parientes más cercanos!

A causa de la muerte de este hombre – murieron los hijos de muchas madres. (Porrúa: 1-3).

Comentario

El cantar ofrece una variante en relación con los dos anteriores que hemos estudiado. El tema del amor prevalece por momentos sobre el tema de la aventura y la guerra; comprobaremos al leerlo que, finalmente, los enfrentamientos y las luchas son necesarios para alcanzar el amor, por lo cual este noble sentimiento reaparece igualmente supeditado a la aventura.

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee completo El Cantar de los nibelungos y redacta un resumen en tres cuartillas en donde consideres los temas más importantes allí tratados.

2. Redacta sobre el tema: “El amor en El Cantar de los nibelungos”.

 

 

La lírica medieval

Dice Isabel de Riquer:

La poesía medieval […] es poesía lírica, poesía cantada que el público recibe por el oído. Sus autores, anónimos o conocidos, son músicos, además de poetas.

Los orígenes de la lírica […] son imposibles de precisar. […] Es inútil pretender fechar el momento de su aparición porque de hecho ha existido siempre. Siempre han cantado los hombres y las mujeres de cualquier lugar de la tierra, y este cantar fue evolucionando paralelamente al desarrollo del lenguaje. (1996: 41).

En Francia, en el Mediodía, florecen los trovadores provenzales, que escribían y cantaban en la lengua de oc. A mediados del siglo XII la poesía trovadoresca de origen provenzal, culta, armoniosa, de carácter amatorio y cortesano se extendió hacia el norte y sustituyó a la poesía espontánea y popular propia de esa región, como las canciones del telar, que se cantaban en el trabajo y las de carácter guerrero, satírico o religioso.

Algo adelantamos de los trovadores al hablar de los juglares. Referente a ellos dice Menéndez Pidal:

El sentido de ambas voces (juglar, trovador) era bien diverso desde su origen. Como el juglar, aunque muchas veces fuese poeta, se ganaba la vida con el canto de versos ajenos o con las inferiores habilidades de saltimbanqui, fue un tipo siempre menos noble que el trovador y supeditado a éste, si bien era tenido de más antiguo origen. Por el contrario, el trovador aunque cantase en público a veces, no lo hacía por oficio, y aunque, muchas veces fuese pobre, era siempre el poeta de las clases más cultas. Muchos caballeros, y de la más alta posición social, buscaban en el ejercicio de la poesía y la música la plenitud de sus cualidades caballerescas. [...] Históricamente el trovador nace por imitación del juglar. (1949: 17).

En España, se manifiesta la influencia de los trovadores provenzales, en la poesía galaico—portuguesa y luego en la castellana. En los géneros de la lírica trovadoresca podemos destacar los debates en que el poeta presenta una discusión entre sus personajes, como las del Marqués de Santillana, cuyos protagonistas son generalmente un caballero o una pastora.

En Italia es notoria también la influencia provenzal, especialmente en Sicilia (siglo XIII). Su forma poética principal es la canzone, procedente del Mediodía de Francia y adecuada a las necesidades de la lengua italiana. El soneto es posiblemente una creación original de la escuela poética siciliana.

Posteriormente, la poesía siciliano—provenzal se extendió por toda Italia y floreció en Bolonia y Florencia; estas ciudades se convirtieron en el centro literario.

En la segunda mitad del siglo XIII culmina con Guido Cavalcanti —amigo de Dante Alighieri— la escuela que aquél denominó Dolce stil nuovo, y que se caracteriza por cantar un amor puro hacia una dama transfigurada en un ser superior.

 

 

El mester de clerecía

En relación con otra manifestación de la poesía lírica medieval —el mester de clerecía— leemos en Valbuena Prat:

La literatura del siglo XIII presenta en su escuela erudita del “mester de clerecía” afinidades  indudables de la cultura y el arte coetáneos. Pensemos en la arquitectura monástica de fines del XII y principios del XIII (en que transcurrió la juventud de Berceo), y sentiremos la misma emoción delicada y recogida de las vidas de santos cantadas en iguales hileras de versos alejandrinos. La suavidad íntima del claustro de Santo Domingo de Silos muestra las detalladas figuras de sus capiteles románicos y de los relieves, como el códice del monasterio en que se guardó la vida poemada del fundador. La vuelta al gusto primitivo ha logrado descubrir las bellezas escondidas en las sencillas narraciones de historias sacras, de explicaciones de la liturgia, de hazañas de héroes antiguos vestidos con la cota y embrazando el escudo medieval, como los soldados romanos en torno a la Resurrección de Cristo, de una escultura del románico. La naturaleza estilizada, la alegría ingenua y luminosa de los mejores momentos de Berceo, nos sugiere la luminosa música de paraíso del pórtico delicioso de la catedral de Santiago. (1963: 70).

Y agrega además:

Todos los poemas de este mester o menester de clérigos (hombres de letras) están escritos en estrofas de cuatro versos alejandrinos (de catorce sílabas), con una sola rima: tetrástrofos monorrimos alejandrinos. Berceo, especialmente, tiene buen cuidado de no faltar a la medida, ni excederla. (1963: 70).

Comentario

Observe el alumno de qué manera aparecen en el proceso literario medieval diferentes manifestaciones de poesía que podemos resumir de la siguiente manera:

1. El mester de juglaría al cual pertenece el juglar y su particular desempeño en la poesía épica, aunque no de manera exclusiva.

2. El mester de clerecía. Ubicados en el contexto de la Iglesia y dedicados particularmente a la lírica.

3. Los trovadores y el particular ejercicio de la poesía lírica.

Actividades

1. Investiga en Internet sobre juglares, mester de clerecía y trovadores. Redacta un resumen sobre este tema de dos cuartillas.

 

La controvertida Edad media

Apuntes de Hontanar (1962)

 por Luis Quintana Tejera

La edad media comprende aproximadamente diez siglos y como época histórica alberga a la Iglesia Romana que hizo y deshizo a su antojo en todos los aspectos imaginables: social, económico, político, personal. Aunque es difícil determinar los períodos que comprenden estas lejanas épocas, es factible reconocer que la edad media inició en el siglo V con dos posibles acontecimientos:

1.   La división del Imperio Romano por Teodosio en el 395[2].

2.   La caída de Roma en poder de los bárbaros en el 476. Desde fines del siglo IV las olas de invasores germanos asuelan Europa y llegan a destruir por completo el agonizante Imperio romano. En el 476 cae Roma en poder del rey de los hérulos: Odoacro.

A su vez, esta etapa concluye en el siglo XV con la caída de Bizancio o Constantinopla en poder de los turcos otomanos; esto ocurre en 1453 aproximadamente.

La edad media fue considerada durante muchos años como una época de crueldad, de atraso, de oscurantismo y de regresión. El renacimiento, sin duda por su proximidad y por su espíritu de reacción contra ella, se caracterizó por la total incomprensión de lo medieval, posición ésta que dominó durante los siglos XVII y XVIII principalmente y que, por desgracia, a veces tiende a reaparecer en nuestro complicado y moderno siglo XXI.

El romanticismo significó un retorno a la edad media, pero llevó a cabo una falsa valoración, pues no vio en ella otra cosa que una época de misterios y de hazañas caballerescas, sobre la cual la imaginación podía desenvolverse libremente y de la cual se extraerían motivos para la expresión de los sentimientos.

Muchos estudiosos, aunque no todos, han realizado en el siglo XX una valoración científica y medianamente objetiva de la edad media. Entre ellos, destacan Ernst Robert Curtius (Cfr. 1955) y su continuador Peter Dronke. (Cfr. 1981). A la luz de estos estudios, se la considera como una de las épocas más ricas y fecundas de la historia, admirable por la profundidad de su filosofía, por la visión armónica y sistemática de la vida y por la belleza estética de sus producciones artísticas y literarias.

Complementariamente, la concepción medieval de la existencia humana se halla animada por dos grandes ejes: la fe cristiana y el sentimiento del honor. Religión y heroísmo constituyen las bases de este pensamiento que tendrá muchos elementos en los que falta la verdadera realización del individuo.        

1.   Religiosidad.

Durante la edad media Europa constituye una unidad religiosa en donde lo político y lo cultural se integran plenamente. No se excluyen, por supuesto, elementos hostiles o antagónicos, pero éstos son impotentes para destruirla. Toda la cultura está inspirada en la religión católica. La filosofía, el arte y la ciencia medievales descansan sobre la teología y están a su servicio. La vida terrenal se considera sólo como un camino que conduce a la vida eterna. Esa unidad religiosa se proyecta en el plano político en el cual se aspira a concretar una especie de Imperio Universal como el que busca Dante a través de su obra De Monarchia. A su vez, la unidad está favorecida por el empleo de una lengua común: el latín, única lengua de la filosofía, la teología y la ciencia. Posteriormente coexistirán la literatura escrita en latín con la que se escribe en lengua romance.

La Escolástica es la filosofía característica de la edad media y ésta representa el resultado de la adaptación del pensamiento aristotélico a la concepción cristiana. Dentro de La Escolástica destaca el Tomismo, cuyo principal representante —Tomás de Aquino— florece en el siglo XIII y en quien el pensamiento de Dante hunde sus raíces.

2.   Sentido heroico y caballeresco.

Después de la destrucción del Imperio de Carlomagno (siglo IX), en la época de los primeros tiempos del feudalismo, predomina el ideal épico y guerrero. La vida es dura, áspera, austera. La poesía de los cantares de gesta  corresponde a este momento. Posteriormente, junto al espíritu heroico y guerrero surge el sentimiento cortesano y caballeresco que se refleja en la poesía de los trovadores.

Algunos caracteres literarios

1.   Espontánea claridad. La literatura medieval se caracteriza por

haberse formado sin tener en cuenta los modelos de la literatura greco-romana. Si bien Grecia y, sobre todo Roma, estaban muy cerca del pensamiento medieval, éstos —al menos al principio— prefirieron ignorarlos e intentaron ofrecer un modelo artístico diferente al de los clásicos; lo lograron parcialmente, porque finalmente concluyeron abrazando la causa clásica. Por esto no podemos afiliarnos a la afirmación de que los medievales desconocieron a los antiguos. Si bien es cierto que en general no se leía a los griegos —Aristóteles es la excepción— en cambio Cicerón, Virgilio, Horacio fueron traducidos e imitados durante el Medievo. Por lo tanto, las obras latinas eran valoradas y estudiadas de acuerdo con la concepción cristiana. Teniendo en cuenta este aspecto, se estableció una selección: se prefirió a Virgilio en lugar de Homero y se despreció a Lucrecio, porque su concepción filosófica materialista no podía armonizar con la medieval.

2.   Tendencia ética y sarcástica. Derivado de su carácter

religioso, la literatura medieval persigue un fin didáctico y moralizador, lo cual le resta —al menos en parte— el desarrollo artístico que mereció tener.

3.   Se ralentiza el de transformación. A diferencia del impulso

renovador del renacimiento y de la celeridad con que se suceden las tendencias literarias contemporáneas, la edad media se caracteriza por la lentitud de su proceso de transformación. Existe una relativa inmovilidad o fijeza de los géneros literarios, aun cuando no debe exagerarse ese carácter. Hacer las cosas con tiempo puede representar un modo de actuar lento, pero ello no implica que los logros alcanzados fueran relativos o malos. No hay que olvidar que la edad media es una época fecunda que contiene y desarrolla el germen del renacimiento y no se la puede pensar como la metafórica “noche del mundo” como llegaron a decir algunos pensadores renacentistas y lo repitieron otros ignorantes contemporáneos.

4.   Analogía. Afirma Brunetière[3] que existe una asombrosa

similitud entre las producciones literarias medievales de los diversos países europeos; pero esta similitud no debe exagerarse tampoco. Por ejemplo, el Cantar de los Nibelungos se diferencia de La Canción de Roldán por la mayor aportación mítico-mágica que no destaca tanto en el segundo.

5.   Impersonalidad. La falta de importancia local y de  

significación individual le hace pensar al mismo Brunetière en este carácter de semejanza.

Aparición y auge de la edad media.

El milenio, que comprende la edad media no fue únicamente una edad de la fe, como se les llama, ni es la fe un fenómeno exclusivamente medieval. Pero las catedrales fueron el monumento más grandioso de esta era. La descripción del infierno, el purgatorio y el cielo, su mejor poema. Las cruzadas, la única empresa colectiva que temporalmente unió a todas las naciones. Había herejes e infieles, pero no había agnósticos, o si los había callaban, amedrentados. El clero fue más numeroso. Y tuvo mayor influencia que nunca en la política. La economía, la filosofía y otras empresas intelectuales.

Nada se opone a la fórmula tradicional: “Edad de la fe”. Siempre que recordemos que en ella florecieron también muchas otros aspectos que no sólo tienen que ver con el espíritu de un creyente, sino también con una mentalidad abierta al conocimiento del mundo.

¿Para todos los gustos, hay algo en la historia medieval? Los que nos sentimos fascinados por el proceso de las culturas nacionales y por su contribución a la complicada pauta de la civilización occidental. No podemos dejar de ver que Europa nació en la edad media. La civilización greco-romana. Tuvo su origen en las más apartadas costas meridionales del mar Mediterráneo. ¿Y se desenvolvió por aquel mar? El norte de África y Asia Menor fueron partes más esenciales de ella que Inglaterra, Escocia, la península Escandinava y Polonia, las cuales quedaban fuera de su esfera. La palabra de Cristo desde Palestina añadió prestigio a las provincias asiáticas del Imperio romano. Sin embargo, al empezar la edad media, los pueblos germánicos derribaron la barrera que había dividido a Europa en dos. Pronto gran número de misioneros, soldados y mercaderes empezaron a extenderse por las regiones limítrofes del norte y noroeste de Europa.

Los árabes arrancaron del poder a los cristianos. Las mismas tierras que fueron testigos de sus primeras luchas y del triunfo de su fe. Mientras, los territorios paganos de Europa entraban en la familia de las naciones cristianas.

Las civilizaciones europeas se asentaron como las conocemos hoy. Junto con las adiciones de América y otras. Lo que podíamos llamar Europa de ultramar. Es lamentable que en la edad media empezara a fraguarse la brecha entre Oriente y Occidente por causa de las rivalidades entre las iglesias y los imperios Bizantino y católico.

Pero la iglesia y el imperio dieron unidad a las naciones europeas. En tanto que el feudalismo y la autonomía de las ciudades frustraron toda posibilidad de que estas instituciones llegasen a convertirse en poderosas monarquías capaces de sojuzgar la infinita variedad de manifestaciones nacionales, regionales y locales. Europa surgió al fin como un mosaico de la más diversa configuración y no como algo uniforme. Como una máquina apisonadora en las manos de un déspota. Esto es lo que hizo grande a Europa y también a la edad media.

Europa, que al empezar el medievo era un área subdesarrollada, podía en el siglo XIII contemplar con orgullo sus logros. Este triunfo extraordinario se debió en parte al legado de la Antigüedad, a las aportaciones de Oriente y a los inteligentes esfuerzos de la propia población de la Europa medieval. Los hombres son la materia prima básica de la historia, sin embargo, lo que importa es cómo se emplea esa materia prima.

Hace unos mil años, cuando la población europea empezó a aumentar cada vez más deprisa. La Europa del medievo inició su extraordinario progreso. Hombres ingeniosos descubrieron mejores métodos de cultivo. Mejores herramientas y una distribución más racional de los habitantes de la Tierra.

El comercio, entre otras cosas, que había quedado en segundo término en la Antigüedad y había declinado definitivamente en la alta edad media. Éste fue ahora la fuerza impulsadora del desarrollo económico. La industria progresó lenta, pero seguramente se pusieron los cimientos de algunas instituciones modernas como la banca, las finanzas públicas y la contabilidad.

El desarrollo económico y los logros intelectuales progresaron a la par, apoyándose mutuamente. La edad media extendió la instrucción entre la clase media. Formó médicos, abogados y pensadores en sus universidades. Los mercaderes y los predicadores del medievo se aventuraron hasta la China y el África tropical. Los artesanos hicieron gafas para los estudiosos, a quienes estimulaba el alcohol.

La esclavitud que el mundo antiguo e incluso en la iglesia, al principio habían creído imprescindible para sostener ese mundo de hombres libres, casi desapareció. Se abolió la esclavitud en algunos lugares y se mitigó en otros. Los hombres libres empezaron a experimentar con las formas representativas de gobierno y se atrevieron a enfrentarse con los reyes.

Hanne Fremantle especializada hace mucho tiempo en la vida del cristianismo, en la edad media, pone de relieve las líneas generales de su historia con una competencia y un ingenio extraordinarios. Es un placer presentar al lector el espectáculo medieval tal como ella. ¿Lo ve? (2006: 6-7). (Robert López, Presidente de estudios. Universidades de la Universidad de. Jalil YALE:).

Aparición y auge del feudalismo (2006: 11-20)

Han transcurrido más de 500 años. Desde que el capítulo de la historia de Occidente, conocido con el nombre de edad media, llegó a su fin y no obstante, innumerables vestigios de ella sobreviven aún con su prístino vigor hoy. ¿Los europeos pueden acaso satisfacer los impuestos en los mismos edificios donde lo hicieron sus antepasados? Votar en el mismo Parlamento, comprar y vender en los mismos mercados, cambiar su dinero por las mismas calles, pagar por los mismos castillos, estudiar en las mismas universidades, oír las mismas misas y adorar a Dios en las mismas catedrales.

El sello de la edad media es ineludible. Hasta para el turista despreocupado del otro lado del mar. Lo encuentra ante los grandes ventanales azul y rojo de Chartres, en los muros almenados de Carcasona, en las construcciones de madera de Núremberg. A su paso por El Ponte Vecchio de Florencia es posible todavía beber cerveza en la taberna llamada viaje a Jerusalén, en donde los cruzados ingleses en el siglo XII calmaban su sed camino de Tierra santa. En Santiago de Compostela, en España, albergarse en la hospedería que fundaron Fernando e Isabel, los Reyes Católicos, los mismos reyes que costearon los viajes de Cristóbal Colón y presenciar un festival celebrado por vez primera en el año 960. En el curso del cual se arrojan gatos desde el campanario de la Iglesia de la ciudad. Como símbolo de que los belgas han curado de sus dioses paganos para abrazar el cristianismo. Por consideración a la sensibilidad de nuestro tiempo, se sustituyen los animales vivos por otros de trapo.

Además de esta herencia material. La edad media nos ha legado instituciones, de mayor interés en nuestra vida cotidiana. Juicios por jurado, asambleas con representantes efectivos. Sociedad de clase media, universidades y banco. Hasta el propio sistema capitalista tiene sus raíces en esa era erróneamente juzgada, yerma y estéril, y considerada como un milenio de tenebrosa modorra entre la grandeza de Roma y la Gloria del renacimiento.

Incluso el nombre, edad media cubre el período comprendido entre la segunda mitad del siglo V aproximadamente y la primera, del siglo XV, es una etiqueta acuñada posteriormente por hombres deseosos de proclamar su propio avance intelectual, esta designación es un tanto condescendiente, pues suponía un renacimiento de las luces de la época clásica tras un largo intermedio sumido en profundas tinieblas. Hoy los historiadores modernos rechazan esta visión de la edad media, si bien es cierto que mucho en ella estuvo efectivamente sumido en la ignorancia. Dio un gran espíritu curioso y creador, que nos ha ligado, entre otras cosas, la música polifónica y la arquitectura de las catedrales. La obra de Boccaccio, de Giotto y de Frangélico son heraldos del renacimiento junto al genio lírico de Dante. Había, es cierto, mucho analfabeto. Y chozas inmundas bajo las erguidas torres góticas de las catedrales. Más la esencia de la edad media se encuentra precisamente en los contrastes de esta coexistencia de la corrupción y la santidad de la ignorancia y la erudición del embrutecimiento y la caballerosidad. En la presencia de inconcebibles mecanismos de tortura. Junto a exquisitas obras de arte que hoy nos llenan de admiración.

“En medio del silencio universal sólo se oye el rasgar de mi pluma sobre el papel” Esta frase define la soledad del hombre medieval.

                                             

El humanismo en la ausente edad media italiana.

Prerrenacimiento italiano: humanismo

 

Se les llamaba Humanistas a los que se consagraban al estudio de las ciencias y de las artes que tenían por fin el perfeccionamiento del hombre, en oposición a la teología y a la filosofía escolástica que se orientaban hacia Dios. Los Humanistas eran, pues, poetas o eruditos que se dedicaban a la caza de manuscritos, los cuales reunían, comentaban y traducían.

Podemos sostener sin temor a equivocarnos, que ha existido Humanismo en mayor o menor grado en todas las épocas históricas, pero en un sentido estricto puede llamarse Humanismo a la época intermedia entre la edad media y el renacimiento, en la cual ubicamos personalidades destacadas como Dante Alighieri, Petrarca, Boccaccio y Chaucer.

Actividades

1. Investiga en Internet sobre la biografía de los cuatro autores anteriormente mencionados. Redacta un resumen de la vida y obra de ellos.

Dante Alighieri (1265-1321)

Es un hombre del Humanismo italiano que está ubicado a fines de la edad media y que desarrolla tanto sea una poesía épica como lírica; dueño de un profundo sentido de la creación literaria ha dejado no sólo el enorme modelo que constituye la Divina Comedia, sino también un amplio discurso que defiende a la poesía como un dominio independiente en donde el hombre puede expresar sus pensamientos y deseos.

Siguiendo el modelo de Guido Guinizelli, Dante y Guido Cavalcanti han de crear una nueva tendencia dentro de la literatura italiana que se denomina dolce stil nuovo[4] que tiene como ideal preferente a la mujer y a ella le han de dedicar sus más célebres poemas.

De su obra destacamos:

1.     La Vida Nueva.

2.     El Convivio.

3.     Sobre la monarquía.

4.     Sobre la elocuencia vulgar.

5.     La Comedia.

1. La Vida Nueva. Escrita aproximadamente alrededor de 1294, esta obra cierra idealmente la etapa juvenil de la biografía del poeta, así como también enmarca su dedicación poética a la escuela establecida con el dolce stil nuovo. Siguiendo la tradición trovadoresca el creador florentino también se enamora de una mujer —auténtico ideal neoplatónico— llamada Beatriz Portinari, y a ella le dedica no sólo La Vida Nueva, sino también La Comedia. La primera de estas obras está constituida por una serie de poemas que tienen como objeto narrar los diversos encuentros con Beatriz; estos versos están acompañados por fragmentos en prosa que comentan el contenido de ellos.

2. El Convivio. Composición que consiste en una serie de tratados que plantean y analizan en clave filosófica otras tantas canciones; incluye además un tratado introductor. La función polémica, fundamentalmente anti eclesiástica, es dominante en la obra, que constituye un coherente proyecto de fundación de una cultura laica. (1996: 88).

3. Sobre la monarquía. El autor pretende demostrar en este libro que los derechos de los emperadores, sucesores de los césares, son del todo independientes del poder de los papas, quienes sólo son los jefes espirituales de la Iglesia. Provocó naturalmente mucha polémica en su momento, pero debemos destacar que Dante tiene muy presente la figura de Julio César, quien se yergue como su ideal político.

4. Sobre la elocuencia vulgar. Esta obra está dedicada al tema de la lengua. No fue acabada y está escrita en latín; comprende dos libros: en el primero describe la evolución del lenguaje desde sus orígenes míticos (la lengua de Adán) hasta la contemporaneidad; en el segundo, clasifica por forma y contenido, los géneros líricos. Su tesis central consiste en la defensa de la lengua vulgar, la cual posee una mayor madurez formal y dignidad cultural que el latín. (1996: 89).

5. La Comedia.

La noción dantesca de la condena del otro en el período humanista que antecede al renacimiento italiano, nos permite observar al hombre que al juzgarse a sí mismo juzga también a la humanidad. Porque la Divina Comedia —así le llamaron los contemporáneos de Alighieri— representa el catálogo más completo, fiel reflejo de aquel presente convulsionado por las luchas intestinas, catálogo que transparenta odios, desencuentros, maldad, mutilación y abandono.

Precisamente, en los representantes de la generación denominada humanista —aquellos que mediante un elaborado planteamiento crítico anunciaron la corriente renacentista— se gesta el movimiento de rebelión contra las formas medievales dominantes. Esta necesidad de renovación, de cambio profundo, tuvo al hombre como eje rector. En la conceptualización de Boccaccio dada a través del Decamerón se puede observar a un individuo nuevo que —muchas veces exagerando posturas y censurando con vehemencia a la Iglesia, dueña de conciencias y severo juez moral del universo— se ofrece como un modelo de acción y reclama su propia libertad.

El mecanismo de control de la Iglesia institución había funcionado durante siglos y fueron, curiosamente, hombres de iglesia quienes dieron su grito de rebeldía: Petrarca, Boccaccio, y el propio Dante el cual desde su condición laica arremete contra la corrupción imperante y no se detiene ante nada cuando debe someter a juicio a esa humanidad decadente.

Por ello, la Divina Comedia resultó concebida como un magno recorrido por el universo escatológico[5] en donde el personaje por excelencia —el propio Dante Alighieri— busca desesperadamente su propia redención, que es a modo de la redención de la humanidad entera, la cual necesita del perdón trascendente de la historia, más que del perdón momentáneo e hipócritamente conciliador del ministro en turno.

La Comedia[6] —como la denominó originalmente el autor— es la epopeya del hombre, es, en esencia, un reflejo de la antropología medieval que comenzaba a cambiar radicalmente. Al mismo tiempo representa una extraña simbiosis entre el pensamiento cristiano imperante y el pensamiento antiguo.

En la Divina Comedia y específicamente en el recorrido infernal, se ofrecen verdaderos retratos de época al mismo tiempo que el narrador testigo distribuye culpas y castigos de acuerdo con un esquema individual y severo.

Estructura de La Comedia

Se halla dividida en tres cantigas —Infierno, Purgatorio y Paraíso— cada cantiga en cantos —uno introductor a toda la obra, el primero; y 33 cantos en cada uno de los reinos mencionados; suman en total 100—. Cada canto está compuesto por tercetos endecasílabos que riman de manera variada entre ellos. Prevalece la referencia supersticiosa al número 3 y sus múltiplos como parte de una cábala[7] utilizada de manera reiterada por el poeta.

La Divina Comedia es considerada como el poema épico más representativo de la literatura italiana y uno de los más grandes de la literatura mundial. Dante la escribió en el dialecto toscano, matriz del italiano actual.

Estructura del Infierno

 

Secciones y Círculos

Demonio Jefe

Temas de la sección

CANTOS

 

 

INTRODUCCIÓN

La Selva. Desorientación de Dante - Encuentro con Virgilio
Dudas de Dante. Razón del viaje explicada por Virgilio

I y II

 

ALTO INFIERNO

 

VESTÍBULO Y PUERTA

Carón

Los indiferentes y egoístas.
Travesía del río Aqueronte en la barca de Carón.

III Y IV

 

PRIMERO

    

Limbo de los no bautizados y del mundo antiguo

SEGUNDO

Minos

Círculo de los lujuriosos.

V

 

TERCERO

Cerbero

Círculo de los golosos

VI

 

CUARTO

Plutón

Círculo de los avaros y pródigos. Sobre la Fortuna y sus cambios. Las negras aguas del río Éstige forma el pantano de los iracundos.

VII

 

QUINTO

Flegias

Regreso al tema de los iracundos. Llegada a la ciudad de Dite y oposición de los demonios.

VIII

 

BAJO INFIERNO

 

SEXTO


Las Erinias

Aparición de las Erinias. Episodio de la Gorgona. Intervención del Ángel e ingreso a la ciudad de Dite. Los heresiarcas.

IX

 

 

Explicaciones de Virgilio acerca de las tumbas abiertas. Encuentro con los epicúreos Farinata degli Uberti y Cavalcante de Cavalcanti.

X

 

Anastasio Papa. Topografía del infierno descrita por Virgilio.

XI

 

SÉPTIMO

Minotauro Centauros

Recinto 1º. Los violentos contra el prójimo sumergidos en el Flegetonte, río de sangre hirviente.

XII

 

 

Recinto 2º. Los violentos contra sí mismos. Los Suicidas, árboles secos y nudosos.

XIII

 

 

 

Recinto 3º

Primera zona: los violentos contra Dios. Los Blasfemos.
Virgilio habla del Viejo de Creta y del origen de los ríos del Infierno

XIV

 

 

Segunda zona: los violentos contra la naturaleza, los sodomitas. Las aguas del Flegetonte se precipitan en el 8vo.círculo. Aparece el monstruo Gerión.

XV-XVI

 

 

Descripción del monstruo Gerión. Última zona de los usureros. Descenso sobre el lomo de Gerión al octavo círculo.

XVII

 

OCTAVO CÍRCULO O MALEBOLGE

Gerión

Descripción de Malebolge en diez giros concéntricos. Fraudulentos y defraudadores

XVIII

 

 

 

Recinto 1º

Los rufianes y los seductores

 

 

Recinto 2º

Los lisonjeros

 

 

Recinto 3º

Los simoníacos

XIX

 

 

 

Recinto 4º

Los adivinos y los magos

XX

 

 

 

Recinto 5º

Los estafadores

XXI-XXII

 

 

 

Recinto 6º

Los hipócritas.

XXIII

 

 

 

Recinto 7º

Los ladrones. Ciacco. Transformación recíproca de un ladrón en serpiente.

XXIV-XXV

 

 

Recinto 8º

Ulises o la ambición desmedida

XXVI

 

Los falsos consejeros. Guido da Montefieltro

XXVII

 

 

 

Recinto 9º

Los sembradores de discordia y los cismáticos

XXVIII

 

 

Recinto 10º

Falsarios - alquimistas - monederos falsos

XXIX

 

Falsarios - estafadores - falsificadores

XXX

 

NOVENO CÍRCULO. EL COCITO. Sumidero final del Infierno a donde refluyen todos los ríos

 

POZO DEL COCITO

Los Gigantes.

Los traidores

Rodean formando una muralla alrededor del Cocito. los gigantes Nemrod, Efialto, Briareo, Ticio, Tifón y Anteo. Descienden al fondo del pozo.

XXXI

 

 

 

 

Zona 1ª o Caína

Los traidores de su propia familia.

XXXII

 

 

 

 

Zona 2ª o Antenora

Los traidores políticos, a la patria. Ruggieri y Ugolino

 

 

 

Zona 3ª o Tolomea

 
Los traidores a los huéspedes. Alberico y Blanca d'Oria

XXXIII

 

 

 

Lucifer

Zona 4ª o Judesca

Los traidores a sus benefactores. Judas, Bruto y Casio

XXXIV

 

 

 

 

SALIDA DEL INFIERNO

Centro de la Tierra

Llegada al centro de gravedad de la Tierra, paso el hemisferio antártico. Reaparecen las estrellas.[8]

 

 

Purgatorio y Paraíso

En la segunda parte, Dante y Virgilio atraviesan el Purgatorio, y antes de llegar al final de este reino se despiden, pues a Virgilio, un pagano, no le está permitido entrar al Paraíso. La despedida de ambos es señalada por muchos críticos como uno de los momentos más conmovedores del libro. Beatriz lo acompañará en el resto del recorrido incluido el Paraíso. El Purgatorio es una montaña de cumbre plana cuyas laderas son escalonadas y redondas, simétricamente al Infierno. En cada escalón se redime un pecado, pero los que lo redimen están contentos, porque poseen esperanza. Dante se va purificando de sus errores en cada nivel, porque un ángel en cada uno de ellos le va borrando una letra de una escritura que le han puesto encima. En el Purgatorio encuentra a famosos poetas, entre ellos a Publio Papinio Estacio, autor de la Tebaida. Cerca de la cumbre está la fuente Eunoe, en la que al beber se olvidan todas las cosas malas y sólo se recuerdan las buenas.

En cuanto al Paraíso está constituido por nueve cielos y a medida que los viajeros avanzan la luz de Dios se vuelve más intensa.

Un dato curioso de los tantos que se descubren en La Comedia tiene que ver con el hecho de que cada una de las cantigas termina con la palabra “estrella”:

1.      Infierno: “y por allí salimos para volver a ver las estrellas”.

2.      Purgatorio: “Volví a aquellas sacrosantas ondas tan reanimado como las plantas nuevas, renovadas con nuevas hojas, purificado y dispuesto para subir a las estrellas”.

3.      Paraíso: “Aquí faltó la fuerza a mi elevada fantasía; pero ya eran movidos mi deseo y mi voluntad como rueda cuyas partes giran todas igualmente, por el Amor que mueve el Sol y las demás estrellas”.

Actividades

1. Investiga en Internet sobre los siguientes personajes que aparecen en el Infierno dantesco: Virgilio, Francisca de Rímini, Caronte, Farinata degli Uberti. Para hallar fácilmente la información escribe por ejemplo en el buscador: “Francisca de Rímini ”Infierno dantesco”.

2. Lecturas complementarias. Lee en La Divina Comedia el canto I del Infierno y redacta un resumen en una cuartilla.

3. Busca en un diccionario el vocabulario de los cantos I, II y III. Elige por lo menos diez palabras de cada uno de estos cantos cuyo significado no conozcas, o que no te resulten muy familiares. Recuerda que el valor contextual de los términos es muy importante.

Fragmentos representativos de La Comedia

Canto I (fragmento)

El descamino, la falsa vereda

 y el seguro guía.

A la mitad del viaje de nuestra vida me encontré en una selva oscura, por haberme apartado del camino recto. ¡Ah! ¡Cuán penoso me sería decir lo salvaje, áspera y espesa que era esta selva, cuyo recuerdo renueva mi temor; temor tan triste, que la muerte no lo es tanto! Pero antes de hablar del bien que allí encontré, revelaré las demás cosas que he visto. No sabré decir fijamente cómo entré allí; tan adormecido estaba cuando abandoné el verdadero camino. Pero al llegar al pie de una cuesta, donde terminaba el valle que me había llenado de  miedo  el   corazón, miré hacia arriba y vi su cima revestida ya de los rayos del planeta que nos guía con seguridad por todos los senderos. (1987: 11).

Comentario

Comienza la narración a cargo del personaje, quien nos revela que se descubre perdido en una selva oscura, que es representación alegórica del pecado en que ha vivido hasta ese momento. Tiene que optar entre permanecer en esa selva o salir de ella. Decide esto último, pero no es tan sencillo como pensaba. Cuando intenta abandonar ese lugar, tres fieras tratan de impedírselo: un lince, un león y una loba. Casi a punto de rendirse, emerge de pronto una sombra a quien el poeta le pide ayuda. Se trata de Virgilio que lo ha de guiar por su recorrido infernal y por parte del trayecto que harán por el purgatorio.

Actividades

1. Busca en un diccionario el concepto de “alegoría” y explica las otras alegorías que descubres en el canto I. Específicamente, ¿qué representan la montaña, la luz del sol, Virgilio y el propio Dante?

2. Lectura complementaria. Lee los diez primeros cantos del Infierno y haz una lista con los nombres de los personajes que en ellos aparecen. Escoge por lo menos cinco de éstos y redacta acerca de sus características principales.

Canto III (fragmento).

La puerta del infierno,

el vestíbulo de los indiferentes

y el paso del Aqueronte.

“Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se va hacia la raza condenada: la justicia animó a mi sublime arquitecto; me hizo la divina potestad, la suprema sabiduría y el primer amor. Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo inmortal, y yo duro eternamente. ¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!”.

Vi escritas estas palabras con caracteres negros en el dintel de una puerta, por lo cual exclamé:

—Maestro, el sentido de estas palabras me causa pena. Y él, como hombre lleno de prudencia, me contestó:

—Conviene abandonar aquí todo temor; conviene que aquí termine toda cobardía. Hemos llegado al lugar donde te he dicho que verías a la dolorida gente que ha perdido el bien de la inteligencia. (1987: 16).

Comentario

La inscripción de la puerta del infierno es pavorosa. Su estructura se divide en tres momentos: en el primero, señala, como si hablara, que por ella se llega al sitio del infinito dolor; en el segundo, alude a su creación y de qué manera la trinidad divina la ha hecho para castigo del réprobo; por último, la leyenda que le da cierre recuerda a los que allí llegan, que la condición sine qua non[9] para ingresar consiste en dejar afuera a la esperanza.

Actividades

1. Comenta el contenido de la inscripción en una cuartilla. Ten en cuenta los elementos poéticos que allí aparecen y habla del tema del sufrimiento humano.

2. Comenta la oración final: “¡Oh vosotros, los que entráis, abandonad toda esperanza! Reflexiona en torno al motivo de la pérdida de la esperanza partiendo de la idea de cuán importante es ésta en la tierra.

3. Lectura complementaria. Lee desde el canto XI al canto XXXIV del infierno. Redacta un resumen del canto XXXIV.

Canto V (fragmento)

Ella me contestó:

—No hay mayor dolor que acordarse del tiempo feliz en la miseria; y eso lo sabe bien tu Maestro. Pero si tienes tanto deseo de conocer cuál fue el principal origen de nuestro amor, haré como el que habla y llora a la vez. Leíamos un día por pasatiempo las aventuras de Lancelot, y de qué modo cayó en las redes del Amor; estábamos solos y sin abrigar sospecha alguna. Aquella lectura hizo que nuestros ojos se buscaran muchas veces y que palideciera nuestro semblante; más un solo pasaje fue el que decidió de nosotros. Cuando leímos que la deseada sonrisa de la amada fue interrumpida por el beso del amante, éste, que jamás se ha de separar de mí, me besó tembloroso en la boca; el libro, y quien lo escribió fue para nosotros otro Galeoto; aquel día ya no leímos más. (1987: 23).

Comentario

Son éstas las palabras de Francisca quien traicionó en la vida a su marido con Paolo, hermano del esposo. Si bien los hechos tienen atenuantes, se trata de una intensa historia de amor. Dante ha querido que los amantes se hallen juntos en el segundo círculo del infierno en donde se castiga a los lujuriosos. Las palabras de la hermosa mujer están llenas de dolor y nostalgia.

Actividades

1. ¿Por qué dice Francisca que “No hay mayor dolor que acordarse del tiempo feliz en la miseria”. Explícalo.

2. Busca un vocabulario del canto V del Infierno.

3. Haz un resumen de este canto no menor de una cuartilla.

4. Comentario: El amor de Paolo y Francisca.

5. Busca los siguientes conceptos cuyo significado te ayudará a comprender mejor la lectura de esta obra: Aqueronte, Caronte, Minos, Cocito.

Canto XXXIV (fragmento)

—“Vexilla regis prodeunt inferni”[10] hacia nosotros. Mira adelante—dijo mi Maestro—, a ver si lo distingues.

Como aparece a lo lejos un molino, cuyas aspas hace girar el viento cuando éste arrastra una espesa niebla, o cuando anochece en nuestro hemisferio, así me pareció ver a gran distancia un artificio semejante; y luego, para resguardarme del viento, a falta de otro abrigo, me encogí detrás de mi Guía. Estaba ya (con pavor lo digo en mis versos) en el sitio donde las sombras se hallaban completamente cubiertas de hielo, y se transparentaban como paja en vidrio. Unas estaban tendidas, otras derechas, aquéllas con la cabeza, éstas con los pies hacia abajo y otras por fin con la cabeza tocando a los pies como un arco. Cuando mi Guía creyó que habíamos avanzado lo suficiente para enseñarme la criatura que tuvo el más hermoso rostro, se colocó delante de mí e hizo que me detuviera. [...]¡Oh! ¡Cuánto asombro me causó al ver que su cabeza tenía tres rostros! Uno  por delante, que era de color rojizo: los otros dos se unían a éste sobre el medio de los hombros, y se juntaban por detrás en lo alto de la coronilla, siendo el de la derecha entre blanco y amarillo, según me pareció; el de la izquierda tenía el aspecto de los oriundos del valle del Nilo. Debajo de cada rostro salían dos grandes alas proporcionadas a la magnitud de tal pájaro; y no he visto jamás velas de buque comparables a ellas: no tenían plumas, pues eran por el estilo de las del murciélago; y se agitaban de manera que producían tres vientos, con los cuales se helaba todo el Cocito. Con seis ojos lloraba Lucifer y por las tres barbas corrían sus lágrimas, mezcladas de baba sanguinolenta. Con los dientes de cada boca, a modo de agramadera, trituraba un pecador, de suerte que hacía tres desgraciados a un tiempo. (1987: 99-100).

Actividades

1. ¿En qué círculo del infierno nos encontramos en este momento?

2. ¿Quién era Lucifer?

3. ¿Cuántas cabezas tenía? ¿Cuántos rostros?

4. ¿A quiénes castigaba en cada uno de los rostros?

5. ¿Cumple algún papel en este pasaje el número 3?

Estudio comparativo de las características de los tres reinos de ultratumba

 

Te ofrecemos a continuación un análisis de las características que definen a cada uno de los reinos escatológicos con el objetivo de poder valorar mejor la visión dantesca del más allá.

INFIERNO

PURGATORIO

PARAÍSO

1. Eterno castigo.

1. Castigo temporal.

1. Gozo sin fin.

2. Reino de la desesperanza.  

2. Reino de la esperanza.

2. La esperanza es innecesaria. Se vive el placer de la realización.

3. Ausencia de Dios como otro de los tantos castigos.

3. Se desea a Dios de manera constante y se tiene la certeza de alcanzarlo en algún momento.

3. Presencia sublime de Dios quien se puede lograr en grados paulatinos  de observación.

4. Rige la ley inflexible. Todo está legislado.

4. Reino de la ley momentánea. Mientras exista el Purgatorio habrá un código que lo gobierne. 

4. “Se puede todo lo que se quiere”, aunque no se quiere lo que no se puede. Prevalece la libertad.

5. Tortura implacable y sin fin.

5. Castigo espiritual momentáneo que reserva un premio eterno para quien lo cumpla.

5. Premio eterno que se fundamenta en la contemplación de la luz de Dios.

6. Memoria de la tierra. Una profunda nostalgia caracteriza al pecador infernal.

6. Memoria parcial de la tierra que expresa cierta tristeza por lo perdido.

6. Se ha roto el lazo con la tierra y el alma goza, sólo goza sin añoranzas falsas.

7. Presencia de la carne en un continuo volver a ser.

7. El cuerpo sirve para el transitorio castigo, en medio de crueles torturas que mortifican a ese cuerpo.

7. El alma es luz que busca la luz divina.

 

 

 

 

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee los cinco primeros cantos del Purgatorio y redacta un resumen de dos de ellos. Haz una lista con los personajes que allí aparecen y escoge dos de éstos para proporcionar sus características principales.

2. Lectura complementaria. Lee los cinco primeros cantos del Paraíso y el XXXIII de esta misma cantiga. Escoge un personaje cualquiera de estos cantos y comenta los rasgos que lo diferencian.

Otros autores del Humanismo

Por lo que la literatura se refiere, el profesor Ernest Robert Curtius, en su valiosa obra Literatura europea y Edad media latina, (Cfr. 1955). hace un pormenorizado análisis de la literatura medieval, en el cual demuestra cómo el renacimiento es hijo directo de la edad media, pues éste se fraguó con base en lo que en aquélla venía haciéndose. De hecho, no existe una ruptura entre edad media y renacimiento, al contrario hay una continuidad en virtud de la cual la literatura europea posterior, incluso la más reciente, es descendiente directa del medievo. Así pues, el siglo XIV, que con respecto a Italia se denominará Quattrocento, es el que sirve de gozne entre ambos periodos.

Francisco Petrarca

No existe, en verdad, antagonismo entre lo antiguo y lo moderno en Petrarca, no se dan dos Petrarcas entre los que nos veamos forzados a elegir: uno todavía dependiente  de la tradición estética y religiosa y literaria medieval, y el otro “moderno”, anticipador y precursor de épocas nuevas. Es evidente que persisten en él, actitudes mentales y doctrinas medievales, como no podía ser menos, y que él los escoge sin renuencia, porque son valiosos y no carecen de fecundidad. Nunca se vio  Petrarca en el trance  de tener que realizar una dramática elección entre los valores de  la cultura clásica, que tan apasionadamente amó, y los de la cultura automáticamente cristiana. Fueron profundos los contrastes en el plano de los sentimientos y de  la vida real, pero casi no los hubo en el terreno de la cultura. Habiendo hecho a un lado desde un principio las sutilezas, los formulismos y la aridez de una parte de la cultura doctrinaria del Medioevo, se dedicó con empeño, con pasión, a la búsqueda de los valores que le parecían más en consonancia  con el ser humano y la conciliación de la espiritualidad y la tradición cristiana con la serena armonía y el amor por la belleza inherente a la mejor parte de la tradición clásica. Conciliación que, por lo demás, jamás había dejado de intentarse desde los días de los primeros Padres de la Iglesia.

La peculiar contribución de Petrarca, la originalidad de su humanismo reside justamente en la tentativa de conciliación y en la consiguiente restauración del cuadro general de los valores asignados a cada autor, clásico y cristiano. En el Medievo cada porción del saber, cada momento de la historia, cada aspecto de la cultura tenía su sitio en un plano horizontal, uniforme e indiferenciado; eran conocidas y se estudiaban las obras de la antigüedad, mas sin matices ni objetividad, a medida que se sentía la necesidad de éstas. Con Petrarca iba a introducirse un criterio de selección, de preferencia; un programa, podríamos decir. Le interesaban mucho menos los problemas de la teología que los de la vida moral; le resultaban abstrusas y artificiales las complicadas construcciones de la vida medieval. Le apasionaban, en cambio, los problemas de la  formación interior del ser humano, los problemas de la libertad moral, de la sabiduría, de la virtud, de la contemplación activa.

También el hacer literatura, el escribir en latín, era una actividad consciente, un ejercicio de elección estilística, un ideal de perfección. Y así en la carrera literaria como en la moral contaban los valores asumidos como modelos. Si Séneca y Agustín eran  maestros de la vida, Cicerón era maestro de estilo. Literatura y vida tendían a identificarse en él. Sentía siempre despierto y activo el deseo de traducir cada impulso del alma en formas literarias, pero sentía en todo momento que el patrimonio literario  que tenía a su alcance, que las voces de los escritores  que lo habían formado –unas más queridas  y más  frecuentes que otras- se le ofrecían como dóciles calcos sobre los cuales modelar sus impulsos interiores. La literatura parecía poseer, en cada situación una respuesta a la inquietud y a las exigencias de la vida. 

Al igual que Dante se enamoró de Beatriz y le dedicó parte de su obra, así también Petrarca recurrió a Laura como su musa inspiradora. La conoció un Viernes Santo y le dedicó intensas rimas entre las que nos permitimos citar las siguientes. (1986: IX-XIII).

Rimas en vida de Laura

I

Los que de mis sospiros el sonido

oís en rima, pasto que solía

serme al tiempo que edad nueva me hacía

seguirlo, de que ya voy divertido,

 

del vario estilo y llanto que he seguido

con la pena y esperanza tan vacía,

si algo de amor supiste algún día,

piedad ultra el perdón me habréis habido.

 

Mas ¡ay!, que ya conozco y claro veo

que por hablilla anduve entre la gente,

que un empacho en mi engendra no pequeño.

 

Y el fruto fue vergüenza y devaneo,

 y arrepentirme y ver abiertamente

que cuanto al mundo place es breve sueño.

Comentario

En esta primera rima de Petrarca nos permitimos señalar dos aspectos: 1. Formalmente se trata de un soneto, es decir, que está constituido por catorce versos divididos en dos cuartetos y dos tercetos con rima consonante variada. Los versos son —en el idioma original— endecasílabos. 2. En cuanto al concepto expresado el sujeto lírico enfoca el tema de la fugacidad de la vida y canta al amor.

Actividades

1. Busca en un diccionario de autores la biografía de Petrarca y copia de allí los elementos más destacados a los efectos de comprender mejor su obra.

2. Investiga en Internet sobre Petrarca y Laura. Esto con la finalidad de conocer el amor platónico que los uniera en vida y la significación que esta mujer tuvo en la creación de Petrarca.

3. Busca un vocabulario del soneto I, de diez palabras por lo menos. Anótalo en tu cuaderno y coméntalo con tus compañeros.

II

Por más galanamente Amor pagare

y ofensas mil punir en sólo un día

ocultamente el arco apercibía,

como quien tiempo espera de vengarse.

 

Mi natural virtud por repararse

a raya el corazón y ojos tenía,

cuando sentí que el golpe dado había

donde solían mil jaras despuntarse.

 

Turbado, ansí, con el primer asalto

no me dio tal espacio que pudiese

vestirme de mis armas y librarme;

 

o retratarme al menos al más alto

lugar, para con el tiempo repararme,

de que es ya por demás, aunque quisiese.

 

III[11]

Era el día que al sol más se enturbiaron

los rayos por piedad del autor de ellos,

fui preso, y sin pensar, señora, vellos[12],

del todo vuestros ojos me enlazaron.

 

El tiempo y triste ornato me engañaron,

que no pensé que Amor se hallase entre ellos,

Ansí mis graves daños sin temellos

en el común dolor se comenzaron.

Hallóme Amor del todo desarmado

y por mis ojos, ya dos puras fuentes,

al corazón se entró muy de callada.

 

Él cierto ganó poco entre las gentes

herirme de saeta en tal estado

y el arco aun no mostraros siendo armada.

 

IV

El que con tanta providencia y arte

Formó lo que parece nos incita

A creer que su potencia es infinita,

Y más en ver lo que hay de Jove a Marte.

 

Viniendo a confirmar parte por parte

La ley que en mil figuras era escrita,

A Juan y a Pedro de entre redes quita

Y en el cielo les da no poca parte.

 

En su nacer en Roma no ha querido

Darse, y dióse a Belem, ¡tanto el estado

Humilde sublimar siempre procura!

 

De chica aldea agora un sol ha dado

Tal, que el lugar se alegra y la natura

En ver que un tal extremo ha producido.

 

X

Columna gloriosa que sustenta

el nombre y esperanza y ser latino,

a quien quitado no ha del buen camino

el gran Jove por ira o por tormenta.

 

En palacios aquí no se aposenta

en su lugar un roble o haya o pino

o verde prado o monte por vecino

de l’alma potentado se contenta.

Nos despiertan al cielo el intelecto

y el ruiseñor con su  melodía

la noche toda en peso se lamenta

 

nos hinche el corazón  de lozanía

mas este bien por ti queda imperfecto,

pues faltas, señor mío, desta cuenta.

 

 

XI

Por sol dejar el velo ni por sombra

jamás, señora, os veo

después que conocisteis el deseo

que a mi corazón de otro amor descombra.

 

Cuando eran mis deseos más cubiertos

que agora[13] cuasi[14] al fin me va llegando,

vi vuestro rostro de piedad ornado;

más luego que os los fue el Amor mostrado

 

fueron vuestros cabellos encubierto

y el dulce mirar vuestro refrenado. 

Lo que más deseaba me está quitado,

 

tan crudo es ese velo,

que por matarme o haga sol o yelo,

a mí y a vuestros ojos siempre asombra.

 

Actividades

1. Comenta por escrito el soneto III teniendo en cuenta el amor que el sujeto lírico expresa por Laura.

2. Que cada grupo de la clase investigue en Internet el concepto de “Amores neoplatónicos” y haga un resumen sobre este tema. Posteriormente las conclusiones deben ser comentadas en el pleno de la clase.

3. Tema de redacción: Amo a una compañero/a, pero nunca se lo he dicho.

4. En el libro de Petrarca ya citado lee diez rimas más y explica por escrito el contenido de ellas.

Giovanni Boccaccio (1313-1375).

Boccaccio lleva a cabo la recopilación de leyendas, fábulas y cuentos que existían por aquel entonces, y que se transmitían de manera oral. De esta forma, el autor da cuerpo y plasma en lenguaje escrito en el Decamerón los interesantes relatos populares, aportando su genio peculiar como narrador, y recreándolas con acierto.

El libro relata cómo huyendo de la peste que azota Florencia, unas muchachas se dan cita con tres jóvenes en una casa de campo. Pasan ahí dos semanas; cada día, excepto los viernes y los sábados, relatan historias. Así se integra el Decamerón (del griego deka: diez y hemera: día).

Entre los personajes que participan destacan: Fiammetta, Pampinea, Emilia, Neifile.

Por otro lado, Filostrato, es el enamorado triste; Dioneo, el malicioso; Pánfilo, el enamorado universal. Todos ellos van trenzando una sola narración compuesta de cien relatos que en su inmensa mayoría hacen referencia al amor.

El estilo de la obra es vivo y directo, gracioso y sensual, el modelo de la composición gramatical que sigue Boccaccio es el de Cicerón. El Decamerón está escrito en “idioma florentino” y no en latín.

De la misma manera que Dante es el creador, junto con Petrarca, de la poesía y del idioma italiano, a Boccaccio le cabe el honor de ser el padre de la prosa a la vez que el modelo de muchos otros escritores posteriores que la han imitado.

Un pasaje representativo de su obra

JORNADA SEGUNDA

CUENTO SEGUNDO

Rinaldi de Arti, después de haber sido robado, llega a Castel Guiglielmo, y es albergado por una mujer viuda, y después de rehecho del daño recibido, regresa sano y salvo a su casa.

Los percances de Martellino referidos por Neifile, hicieron reír mucho a las damas, y principalmente entre los jóvenes a Filostrato a quien la reina le mandó que, pues se hallaba junto a Neifile, la siguiera en el cantar. Filostrato empezó diciendo sin demora:

-Voy a referiros hermosas damas, una historia de cosas católicas, con su poquito de desgracias y de amor, que tal vez no deje de seros útil el haberla oído; especialmente a aquellos que discurren por los inseguros países del amor, en los cuales, a quien no ha dicho el padrenuestro de san Julián, le acaece muchas veces hospedarse mal, aun cuando tenga buena cama.

Había pues, en el tiempo del marqués Azzo de Ferrara, un mercader llamado Rinaldo de Arti, que había ido a Bologna para sus asuntos: cuando los hubo despachado decidió volverse a su casa, Verona, encontróse con algunos que le parecieron mercaderes, y que eran salteadores de caminos y hombres de mala vida y condición, con quienes hablando incautamente se acompañó. Éstos, viéndole mercader, y suponiendo que debía llevar dinero, resolvieron entre sí robarlo a la primera ocasión que se les presentase, y para no infundirle sospecha alguna iban hablando con él, como hombres modestos y de buena condición sobre honor y lealtad, presentándoseles humildes y benignos en lo que podían y sabían: de modo que consideraba él como una gran suerte habérselos encontrado, mayormente cuando a él sólo le acompañaba un criado suyo a caballo. Y haciendo su camino, y pasando de una cosa a otra, como acaece en las conversaciones, vinieron a hablar de las oraciones que los hombres dirigen a Dios, y uno de los salteadores, pues eran tres, díjole a Rinaldo : “¿Y vos, amigo, qué oraciones soléis decir cuando vais de camino?” A lo cual Rinaldo contestó : “A decir verdad, en estas cosas soy hombre material y tosco, y pocas oraciones me sé al dedillo pues estoy montado a la antigua y no me preocupan estas cosas; no obstante, cuando viajo he tenido siempre la costumbre de decir por la mañana, en cuanto salgo de la posada, un padrenuestro y un avemaría por el alma de los padres de san Julián, y después les pido a Dios y a él que me den buena posada para la noche siguiente. Ya bastantes veces me he encontrado durante el día con bastantes peligros, de los cuales me he librado por completo, hallándome en la siguiente noche en buen sitio y bien albergado; por cuya razón creo firmemente que san Julián, en cuyo honor rezo, me ha impetrado de Dios esta gracia, de modo que si no le hubiese rezado por la mañana mi padrenuestro, me parecería que no iba a poder viajar bien durante el día ni llegaría bien a la siguiente noche”. Díjole entonces el que le hiciera la pregunta anterior: “¿Y esta mañana se la habéis rezado?” Y como contestase Rinaldo afirmativamente, él que sabía ya cómo debía ir la cosa, se dijo: “También yo viajé mucho en otro tiempo, y nunca lo dije, por más que a muchos se lo había oído recomendar en gran manera, sin que por eso dejara de estar bien hospedado; y bien pudiera ser que esta misma noche pudiereis ver quién de los dos se albergará mejor, a vos que lo habéis dicho, o yo que no lo dije. Bien es verdad que yo uso, en lugar de esa  oración, el Donijusti o la Intemerata , o el De profundis que, según solía decirme una abuela mía, tienen una virtud admirable”.

Y así hablando de varias cosas, y siguiendo su camino, y esperando lugar y tiempo oportunos para su malvado intento, acaeció que, siendo ya tarde y pasado ya Castel Guiglielmo, viendo los tres bandidos lo avanzado de la hora y lo solitario y errado del lugar, al vadear un río le asaltaron, le robaron y dejándole a pie y en camisa, se marcharon diciendo: “Anda a ver si esta noche tu san Julián te dará buena posada, pues a nosotros bien parece que nos la dará buena”.

Y acabando de vadear el río, siguieron su camino. El criado de Rinaldo al ver que asaltan a éste, nada hizo para ayudarle, antes bien, haciendo dar la vuelta al caballo que montaba, huyó cobardemente sin parar de correr hasta que estuvo en Castel Guiglielmo, y entrando en él, por ser ya de noche, hospedóse allí sin preocuparse por lo acaecido. Como hacía mucho frío y estaba nevando de lo lindo, Rinaldo descalzo y en paños menores, sin saber qué hacer, viendo llegada la noche, para no morirse de frío, encaminóse trotando hasta Castel Guiglielmo, sin saber que su criado hubiese ido a refugiarse allí y pensando que, si lograba entrar en la posada, algún socorro le mandaría Dios. Pero la noche oscura le sorprendió casi a una milla de distancia del castillo: por lo cual llegó tan tarde, que estando cerradas las puertas y levantados los puentes, no pudo penetrar dentro. Adolorido y desconsolado, miraba llorando en torno suyo dónde poderse cobijar, para que al menos no le cayese la nieve encima. Y por casualidad un edificio construido sobre el muro del castillo que se adelantaba algo hacia fuera formando un cobertizo, bajo el cual resolvió ir a refugiarse hasta que llegase el día , y yendo a él, y encontrando debajo del cobertizo una puerta, que parecía cerrada, amontonando al pie de ella alguna paja que había allí cerca, quedóse allí, triste y dolorido lamentándose repetidas veces a san Julián y diciendo de él no era merecedor de la fe que en él tenía. Mas san Julián no tardó en proporcionarle buen albergue.

Había en aquel castillo una mujer viuda, hermosa como no había otra a la cual el marqués de Azzo amaba como su propia vida, y la hacía vivir allí cerca de él; dicha mujer habitaba en aquella casa, bajo cuyo cobertizo había ido Rinaldo a refugiarse, y por casualidad había pensado el marqués pasar con ella la noche, y en la vivienda misma de ella había mandado preparar sigilosamente un baño y una excelente cena; y cuando todo estaba dispuesto, y ella ya no esperaba otra cosa que la llegada del marqués, llegó a la puerta una criada de éste con noticias de su amo, según las cuales había tenido que partir inesperadamente: por lo cual después de enviar a decir a la dama que no le aguardase, partió sin demora. Algo desconsolada la viuda no sabiendo qué hacer, decidió meterse en el baño que había dispuesto para el marqués, cenar luego, e irse a acostar. Dicho baño estaba inmediato a la puerta, junto a la cual se había tendido el infeliz Rinaldo: esto hizo que, estando ella en el baño, oyera los lamentos y el temblar de Rinaldo. Llamando a su criada, le dijo:

-Anda arriba y mira a la parte de afuera del muro quién hay al pie de esta puerta, quién es y qué hace ahí.

La criada obedeció y con el auxilio de la claridad del aire vio al mercader en camisa y descalzo, sentado donde queda dicho y temblando como un azogado, le preguntó ella quién era, y Rinaldo, temblando con tal violencia que apenas podía articular las palabras, la dijo, lo más brevemente que pudo, quién era, y por qué se encontraba allí, y luego empezó con lastimero tono a rogarla que, si podía ser, no le dejase morir allí de frío durante la noche.

Compadecida la criada, volvió a su ama y le refirió todo. Compadecida igualmente ésta, recordando que tenía la llave de aquella puerta que algunas veces servía para las ocultas visitas del marqués dijo:

-Anda, y ábrele sin hacer ruido; aquí hay otra cena que tampoco había quien la comiese, y hay medio suficiente para poderle dar albergue.

La criada después de elogiar mucho este acto de humanidad fue a abrirle y una vez que lo hubo hecho entrar, al verle tan aterido de frío, díjole:

-Buen hombre, métete en seguida en este baño, que todavía está caliente.

Sin esperar nueva invitación, hízolo él de buen grado, y reanimado con su calor, parecióle haber vuelto de muerte  a vida. La dama le hizo preparar ropas que habían pertenecido a su marido, muerto poco antes, y que, cuando se las hubo puesto, parecían hechas para él. Mientras esperaba lo que le mandara la dama, empezó a dar gracias a Dios y a san Julián que como él esperaba, le habían librado de tan mala noche y conducido, a su modo de entender, a buen albergue. Algo descansado después la dama, habiendo mandado encender un gran fuego en una de sus salas, trasladóse a ella y preguntó qué era de aquel buen hombre.

A lo cual su criada contestó:

-Señora, se ha vestido y es un buen mozo y parece persona muy buena y muy educada.

-Anda pues – dijo la dama – y llámale, y dile que venga aquí a calentarse y cenaremos, pues supongo que no ha cenado.

Entró Rinaldo en la sala, y al ver a la dama, parecióle ver una gran señora y la saludó respetuosamente y le dio las gracias por el favor que le hacía, lo mejor que supo. La dama, al verle y oírle, y pareciéndole tal como dijera la criada, recibióle con amabilidad, hízole sentar familiarmente a su lado junto a la lumbre y le preguntó por el accidente que allí le había conducido. Rinaldo se lo refirió todo detalladamente. La viuda había oído algo de esto a la llegada del criado de Rinaldo al castillo, por lo cual dio entero crédito a lo que éste había dicho; y le dijo lo que sabía de su criado y cómo a la mañana siguiente le sería fácil encontrarle.

Cuando estuvo puesta la mesa, Rinaldo accediendo a la voluntad de la dama, después de haberse lavado las manos, púsose a cenar con ella. El mercader era de elevada estatura, de rostro bello y mediana edad: había fijado la dama muchas veces la mirada en él, y le había elogiado mucho y habiéndole despertado ya el apetito de la concupiscencia el marqués que con ella debía venir a pasar la noche, habíalo recibido ya mentalmente. Después de cenar, levantándose de la mesa, consultó con su criada si le parecía bien que, pues el marqués la había burlado, aprovechase aquella oportunidad que le había enviado la suerte. Comprendiendo los deseos de su ama, la criada la animó cuanto pudo y supo, a que los satisficiese: por lo cual la viuda, volviendo a la lumbre junto a la cual había dejado solo a Rinaldo empezando a dirigirle tiernas miradas le dijo:

-Vaya, Rinaldo. ¿Por qué estáis tan pensativo? ¿No creéis volver a haceros con un caballo y con las pocas ropas que habéis perdido? Animaos y no paséis cuidado, estáis en vuestra casa: hasta os diré más, que al veros vestido con ese traje que perteneció a mi difunto marido, haciéndome la ilusión que erais él, esta noche más de cien veces me han venido ganas de abrazaros y de cubriros de besos, y creed que lo habría hecho a no haber temido que esto pudiera desagradaros.

Al oír Rinaldo estas palabras, y al ver el centelleo de los ojos de la dama, como hombre que no era tonto, yendo a ella con los brazos abiertos, dijo:

-Señora, al pensar que siempre podré decir que os debo la vida, la gran vileza sería la mía si no me apresurase a hacer todo lo que a vos fuera agradable, satisfaced vuestro gusto, vuestro deseo de abrazarme y de besarme, que yo haré más gustosamente con vos lo propio.

Ya no fueron necesarias más palabras. La dama que se abrazaba en amorosos deseos apresuróse a arrojarse a sus brazos, y después que mil veces le hubo estrechado, contra su pecho, encamináronse juntos a su habitación donde les sorprendió la aurora. Al parecer para que nada se pudiera sospechar, la dama le entregó algunas ropas bastante malas, llenóle de dinero las bolsas rogándole que lo tuviese bien guardado, indicóle el camino que debía seguir para ir a encontrar a su criado en el castillo, y le hizo salir por la misma puerta por la que había entrado. Cuando fue de día claro, y cuando estuvieron abiertas las puertas, Rinaldo, fingiendo venir de lejos, penetró en el castillo y encontró allí a su criado; púsose ropas suyas que tenía en la maleta, y al ir a montar en el caballo de su criado, acaeció que, como por milagro divino, los tres salteadores que en la tarde anterior le habían robado, habiendo sido hechos prisioneros por otra fechoría por ellos cometida, fueron conducidos a aquel castillo, y a consecuencia de confesión hecha por ellos mismos, le fue restituido a Rinaldo su caballo, sus ropas y su dinero, sin haber perdido otra cosa que un par de fajas de las cuales los bandidos no sabían qué se habían hecho. Dando pues gracias a Dios y a san Julián montó a caballo el mercader, y sano y salvo regresó a su casa. Al día siguiente los tres salteadores iban a balancear sus cuerpos en el aire.[15] (1960: 150-157).

Geoffrey Chaucer (1340-1400).

En cierto modo Chaucer prefigura al homo universalis renacentista: traductor y poeta, diplomático y administrador, científico y realista. Los cuentos son el escenario de su plena manifestación.[...] se les denomina Cuentos de Canterbury porque todos los narradores de los diversos relatos se han unido en una común empresa: visitar la tumba de Santo Tomás Beckett (Catedral de Canterbury en Kent).[16]

El siglo XIV representa, pues, en la evolución de la lengua inglesa, el momento clave del desplazamiento del francés en los documentos oficiales. Chaucer, al igual que los eruditos y los funcionarios estatales de su tiempo, estaban acostumbrados a escribir en francés y en latín. Es mérito indiscutible del autor de Los cuentos el haber optado por el empleo del inglés en la composición de su gran obra literaria. (1960: 12).

Un cuento de Geoffrey Chaucer

“El cuento del intendente” ( Cfr. 1991).

Cuando Febo habitaba aquí abajo en la tierra (como nos cuentan los libros antiguos), no era solamente el más brioso joven caballero del mundo, sino también el mejor arquero, pues un día mató a la serpiente Pitón mientras estaba durmiendo al sol. También podréis leer relatos de muchas otras extraordinarias hazañas que realizó con su arco. Sabía tocar cualquier instrumento musical, y, cuando se ponía a cantar, los claros registros de su voz eran auténtica música. Es seguro que Anfión, el rey de Tebas, que construyó las murallas de aquella ciudad en medio de cánticos, nunca cantó ni la mitad de bien que él. Además era el hombre más apuesto de la Tierra.

Pero, ¿para qué describir sus rasgos? Simplemente no había hombre viviente con mejor porte y aspecto. Y , por si fuera poco, estaba dotado de nobleza, honor y excelencia a más no poder.

Febo, este joven sin igual en generosidad y en capacidad caballeresca, solía llevar un arco en la mano, tanto por deporte como por símbolo de su victoria sobre Pitón. O, al menos, así lo refiere la Historia.

Ahora bien, Febo tenía en su casa un cuervo enjaulado que hacía mucho tiempo llevaba educando y al que había enseñado a hablar, de la misma forma que se enseña a los arrendajos. Este cuervo era blanco como un cisne albino y sabía imitar la voz de cualquier persona que estuviera contando un cuento. Además, no había ruiseñor en todo el mundo que cantase ni la millonésima parte bien y con semejante alegría.

Febo tenía también en la casa a una esposa a la que amaba más que a su propia vida. Procuraba complacerla y honrarla noche y día, salvo en una cosa. A decir verdad, él era celoso y demasiado propenso a no perderla de vista, pues le daba mucha rabia que pudiesen tomarle el pelo –como le sucede a todo el mundo en su mismo caso- aunque, ¿de qué sirve todo eso? Nunca puede hacerse nada para remediarlo. Una buena esposa –que sea pura de palabra y obra- no debería estar nunca bajo vigilancia; igualmente cierto, trabajo en vano es montar guardia para vigilar a una prostituta; simplemente, no sirve para nada. Creo que perder tiempo del trabajo para vigilar a la propia esposa resulta una completa estupidez. Los viejos estudiosos lo llevan dicho frecuentemente en sus libros.

Pero volvamos al tema. Este excelente Febo hacía todo lo posible para hacerla feliz, suponiendo que su agradable modo de ser, su hombría y su conducta serían suficiente garantía para que nadie le desbancase a los ojos de ella. Pero sabe Dios que hay una cosa que nadie puede conseguir: alterar un instinto que haya sido implantado por la naturaleza en una criatura.

Coged cualquier pájaro: colocadlo en una jaula, mantenedlo lo más limpio posible y poned todo el corazón y el cerebro en alimentarlo con las más deliciosas e imaginables comidas y bebidas. Con todo, el pájaro, aunque lo tengáis en la más alegre de las jaulas doradas, preferirá mil veces volar hacía el frío y cruel bosque y comer gusanos y otras porquerías por el estilo; nunca cesará en su intento de escapar de su jaula: siempre estará ansiando su libertad.

Tomad un gato: alimentadlo bien con leche y carne tierna, y dadle cama de seda, pero en cuanto vea un ratón corriendo por el suelo junto a la pared, abandonará la leche, la carne y lo demás, todos los lujos de aquella casa: tal es el apetito que siente por los ratones. Como veis, el instinto siempre vence y el apetito hace que la prudencia desaparezca.

Una loba tiene también un vil modo de ser: cuando está en celo elegirá al lobo más fiero y de peor fama que encuentre.

Pero todos los ejemplos que he facilitado se refieren a los hombres que son infieles, de ningún modo a las mujeres, pues los hombres jamás carecen de un apetito lascivo de gozar con criaturas inferiores antes que con sus esposas, por bonitas, fieles y dulces que éstas sean. Tan codiciosa de novedad es esta maldita carne nuestra, que no disfrutamos durante mucho tiempo de cualquier cosa que represente virtud.

A pesar de todos los grandes méritos de Febo, éste, que no sospechaba nada, fue engañado. Ella llevaba otro hombre a remolque, un hombre de poca importancia, que, en comparación, no valía nada. ¡Tanto peor! Esto sucede con frecuencia, y acaba con mucho trastorno y aflicción.

Así, pues, ocurría que, en cuanto Febo se ausentaba, su mujer enviaba en seguida a buscar al hombre del que estaba encaprichada. ¿Hombre de capricho? Es un modo bastante rudo de decirlo, pero os pido perdón.

Dijo el sabio Platón, como podréis leer en sus obras, que es indispensable que la palabra corresponda a la acción. Es decir, si uno tiene que expresar algo adecuadamente, la palabra debe acompañar a la acción. Yo soy un hombre sin pelos en la lengua, y lo que digo es. Entre una dama de alto copete que es infiel con su cuerpo y una mujer vulgar –dado que ambas se portan mal- no hay más diferencia que ésa: la dama, al ser de rango más elevado, se dirá de ella que es una “amiga”, mientras que la otra, al ser una mujer pobre, será llamada “amante” o “querida”. Dios sabe, mi querido amigo, que tan baja está una como la otra.

De modo parecido afirmo que no existe diferencia entre un tirano usurpador y un forajido o salteador de caminos. Esta definición se aplicó Alejandro Magno, porque siendo un tirano y teniendo un ejército –y, por consiguiente, mayor poder para hacer masacres y mandar quemar hasta los cimientos, casas y hogares y dejarlo todo arrasado-, se le llama general, mientras que a un forajido, como son pocos los que le siguen y no puede causar mucho daño o acarrear la misma ruina a todo un país, se le llama ladrón de caminos o bandolero.

Como no tengo cultura libresca, no puedo citar a un enjambre de autoridades, pero proseguiré contando el cuento que empecé.

La esposa de Febo mandó buscar a su amante y ambos satisficieron inmediatamente sus fugaces apetitos carnales. El cuervo blanco que estaba allí colgado dentro de su jaula les vio en plena faena, pero no dijo palabra, pero cuando el dueño de la casa regresó a su hogar, el cuervo cantó:

-¡Cor-nu-do! ¡Cor-nu-do! ¡Cor-nu-do!

-¿Qué cantas pájaro? – Exclamó Febo- ¿Qué clase de canción es ésta? Solías cantar muy bien y con sones tan alegres que mi corazón se complacía en escucharte, pero ¿cuál es el significado de esta canción? ¡Vamos, di!

-Por Dios que resulta muy adecuada –contestó el cuervo-. Febo, a pesar de toda su belleza, valía y crianza, de toda tu música, canciones y vigilancia, te la ha pegado con una sin importancia- a tu lado, no vale ni lo que un renacuajo-, como que vivo y respiro. Pues le he visto joder a tu esposa en tu propia cama.

¿Qué más queréis? Sin hacer remilgos, el cuervo le contó entonces la gran deshonra y desaire que su mujer le había ocasionado por su lascivia, dándole buena prueba de ello y repitiéndole lo que había visto con sus propios ojos. Febo se volvió; tuvo la sensación de que su desgraciado corazón iba a partírsele en dos. Luego tensó el arco, introdujo una flecha en él y, furioso, mató a su mujer.

Así es como terminó.

¿Qué más puedo añadir? En pleno remordimiento rompió sus instrumentos musicales: arpa, laúd, guitarra y salterio; luego quebró su arco y las flechas y dijo al pájaro:

-¡Traidor! Tu lengua de escorpión me ha traído la ruina. ¿Por qué nací? ¿Por qué no estoy muerto? ¡Oh querida esposa! ¡Oh joya de goce, que me eras tan constante y fiel! Ahora yaces muerta y tu rostro está pálido y macilento, siendo, como eres, totalmente inocente. ¡Sí, lo juro! Una mano temeraria e imprudente te ha causado un daño muy vil. ¡Oh mente ofuscada! ¡Oh rabia insensata que, sin pensar, sacrificas al inocente! ¡Oh desconfianza, llena de sospechas infundadas! ¿Dónde está tu sabiduría? ¿Dónde tu ingenio? ¡Oh, haz que los hombres desconfíen de la precipitación! ¡No creáis nada sin tener pruebas absolutas! ¡No levantéis la mano demasiado pronto, antes de saber lo que hacéis! ¡Sopesad las cosas calmosa y cuidadosamente antes de desatar vuestra ira por la mera sospecha! ¡Ay! Millares han perecido y han sido convertidos en polvo por la insensata ira. ¡Ay de mí! Me moriré de pena.

En cuanto al cuervo, le dijo:

-¡Traidor! ¡Villano! Pronto te haré pagar por tu falsa historia. Una vez cantaste como un ruiseñor; ahora, falaz ladrón, te quedarás sin tu canción y sin ninguna de esas plumas blancas, y jamás podrás hablar más mientras vivas. Éste es el castigo de un traidor: tú y tus hijos serán negros para siempre y nunca produciréis sonidos dulces, sino que graznaréis antes de que llegue la tempestad y la lluvia, como señal de que mi esposa fue muerta por culpa tuya.

Y al instante se precipitó sobre el cuervo y le arrancó todo su blanco plumaje. Entonces lo hizo negro, le despojó de su facultad de cantar y hablar y lo puso en puerta, mandándole al diablo, a quien se lo recomendó. Por dicha razón, hoy en día, todos los cuervos son negros.

Os ruego, caballeros, que toméis nota de la parábola y os fijéis en lo que digo. Nunca jamás en la vida digáis a un hombre que otro ha dado placer a su esposa, pues vendrá a odiaros a muerte. Los estudiosos cultos dicen que el gran Salomón nos enseña a tener cuidado con nuestra lengua. Pero, como he dicho, carezco de cultura libresca.

Empero, esto es lo que mi madre me enseñó:

“Hijo mío, por amor de Dios, acuérdate del cuervo. Vigila tu lengua y conserva a tus amigos, hijo mío, contra un diablo podemos protegernos mediante la señal de la cruz. Hijo mío, Dios puso murallas a la lengua, situándola entre los labios y los dientes para que un hombre pueda pensar antes de hablar. Las personas cultas nos han enseñado, hijo mío, con qué frecuencia muchas han perecido por hablar demasiado; pues, a grandes rasgos, nadie sufre daños por hablar demasiado poco o con deliberación. Hijo mío, contén tu lengua en todo momento, excepto cuando trates de hablar con Dios en el culto y en la oración. La primera virtud, si es que quieres aprenderla, hijo mío, es la de dominar tu lengua y mantener una gran vigilancia sobre ella. Esto es lo que aprenden los niños. Hijo mío, mucho daño surge de la locuacidad mal aconsejada, en donde una palabra o dos hubieran bastado. Esto es lo que me dijeron y enseñaron. ¿Sabes cómo funciona una lengua temeraria? Del mismo modo que una espada divide un brazo por la mitad, de igual modo una lengua destruye una amistad. Un charlatán resulta abominable a Dios. Lee el sabio y honorable Salomón, lee los salmos de David, lee a Séneca. Nunca hables, hijo mío, cuando puedas pasar asintiendo con la cabeza. Simula que eres sordo si oyes a un charlatán que habla de un asunto peligroso.

Los flamencos dicen (y te puede resultar útil) que “cuanto menos se habla, más fácil es de arreglar”. Hijo mío, si no has hablado mal, no debes nunca temer una traición. Y te digo esto: el que habla mal no puede nunca recobrar sus palabras. Lo que está dicho, dicho está, y la palabra, le guste o no –aunque se arrepienta de ello-, sigue rodando. El que dice algo de lo que se pueda arrepentir está en poder del otro. Hijo mío, ten cuidado. No seas jamás fuente de cotilleo, sea falso o cierto, sino que estés donde estés, tanto entre los poderosos como entre los humildes, vigila tu lengua y acuérdate del cuervo”. (1991: 532-537).

Actividades

1. Lectura complementaria. Lee por lo menos tres cuentos del volumen de Chaucer señalado a pie de página. Redacta un resumen de cada uno de ellos.

2. Señala cuáles son las ideas principales expresadas en el cuento del Intendente.

3. Redacta sobre el tema: “El amor y los celos en mi vida y en la existencia de los otros”.

LO QUE HAS APRENDIDO

Contesta a las siguientes preguntas y cuestiones:

1. En el marco de la narrativa, ¿a qué denominamos “Cantar de gesta? ¿Cuáles son sus características?

2. ¿Quiénes y qué son los juglares?

3. ¿Cuáles son las diferencias y semejanzas fundamentales entre juglares y trovadores?

4. Menciona por lo menos cinco características de Roldán como personaje y coméntalas.

5. ¿Cuáles son los temas de los tres cantares del Poema de Mío Cid?

6. ¿Qué hace Rodrigo Díaz al despedirse de su mujer e hijas?

7. ¿Cómo y dónde se inicia el drama en la edad media?

8. ¿A qué se denomina “auto sacramental?

9. ¿Qué entiendes por humanismo italiano?

10. ¿Cuáles son las principales obras de Dante Alighieri y cuál es el tema de cada una de ellas?

11. ¿Cómo se llamaba la amada de Petrarca a quien le dedicó gran parte de sus poemas?

12. Menciona y comenta tres características de la prosa de Boccaccio y Chaucer.

 

 

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[1] Crítico francés de finales del siglo XIX y principios del XX. Enfocó ampliamente los temas medievales.

[2] Flavio Teodosio, Teodosio I o también en el seno católico como Teodosio el Grande (Coca o Itálica, 11 de enero de 347 - Milán, 17 de enero de 395), fue un emperador de los romanos desde agosto de 378, como Dominus Noster Flavius Theodosius Augustus, hasta su muerte, deificado como Divus Theodosius. Promovido a la dignidad imperial tras el desastre de Adrianópolis, primero compartió el poder con Graciano y Valentiniano II. El 15 de mayo de 392, Teodosio reunió las porciones oriental y occidental del Imperio, siendo el último emperador en gobernar todo el mundo romano. Después de su muerte, las dos partes del Imperio se separaron definitivamente.

Con respecto a su política religiosa, continuó con la intolerable persecución a los paganos y tomó la trascendental decisión de hacer del cristianismo niceno o catolicismo la religión oficial del Imperio mediante el Edicto de Tesalónica de 380. (De Wikipedia).

 

[3] Crítico francés quien en Historia de la literatura clásica francesa desarrolla este concepto.

[4] Dulce estilo nuevo

[5] Por escatología entendemos en este caso los estudios y las consideraciones referentes al más allá.

[6] Dante denominó “Comedia” a su obra cumbre, porque por tal género se alude a la representación teatral en la que domina la pintura de costumbres o la sátira social, y que suele terminar felizmente. Es indudable que el poeta ha planteado en el desarrollo de su obra una auténtica “pintura de costumbres”, además de concluir dichosamente en el Paraíso. Otro factor que no podemos descuidar tiene que ver con el hecho de que la comedia es un género menor en comparación con la tragedia y Dante quiso expresar con ello una actitud modesta al restarle la trascendencia que su epopeya alcanzaría a través de los tiempos. Además,  en contraposición con lo anteriormente señalado, si nos detenemos solamente en el análisis del Infierno encontraremos allí una auténtica “tragedia”.

[7] Cábala: cálculo supersticioso para adivinar una cosa.

[8]Cfr.http://www.servisur.com/cultural/dante/comediainf/dci0102.htm

[9] “Sin la cual no es posible que se cumpla algo”.

[10] “Adelántense los estandartes del rey de los infiernos”.

[11] Este soneto está dedicado al día en que conoció a Laura —un viernes santo—. Precisamente por esto último dice que “era el día en que el sol  más se enturbiaron los rayos por piedad del autor de ellos”, es decir, el día en que murió Cristo, día en que predominó la tristeza.

[12] “Vellos” por “verlos”

[13] Ahora

[14] Casi

[15] Boccaccio. El decamerón, S/trad.,  Buenos Aires, El ateneo, 1960, pp. 150-157.

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